Oasis de película

 Hoy en Cinescalas escribe: Adrián Sanabria

Para un verdadero melómano, la música se convierte en su mejor combustible, permitiéndole así afrontar la rutina diaria con una sonrisa que solo los primeros acordes de su tema favorito le pueden sonsacar. Esa misma sonrisa que hacés cuando escuchás por la radio algún tema que te encanta y que inexplicablemente te alegra el día. Esa misma sonrisa (mezclada con un poco de orgullo) que se te dibuja en la cara cuando ves una película y de repente suena tu banda favorita de fondo, lo cual le agrega a esa determinada escena una dosis extra de emociones, ya sea de felicidad o tristeza, de euforia o suspenso. Es así que cuando volvés a ver esa película no podés esperar a que llegue esa escena con ese tema que tanto te gusta, reviviendo las sensaciones que solo la unión perfecta entre una canción y una secuencia pueden generar. La idea del post es compartir con ustedes esas canciones de mi grupo favorito que sonaron en varios soundtracks (agregándoles algunos datos curiosos) y que ustedes puedan hacer lo mismo. Yo lo haré con canciones de Oasis, mi banda de cabecera:

– ¿La película? Snatch (2000), esa excelente obra dirigida por Guy Ritchie, protagonizada por Brad Pitt, Benicio del Toro, Alan Ford, Vinnie Jones y Jason Statham, entre otros.

– ¿La canción? “F*ckin’ in the Bushes” del disco Standing on the Shoulder of Giants (2000).

– ¿La escena? La pelea en el cuadrilátero que tiene al personaje de Brad Pitt como protagonista.

– Al escuchar el comienzo de este tema instrumental sabés lo que se aproxima, un riff cargado de euforia que antecede a la pelea y que acompaña de manera excelente durante las tomas en cámara lenta y las caídas de los peleadores a la lona del ring. Pero para qué seguir escribiendo cuando acá lo pueden disfrutar:

Un dato curioso acerca de esta canción instrumental de Oasis es que las únicas voces que se escuchan no son de ninguno de los hermanos Liam y Noel Gallagher sino que son un sample de tres personas hablando para un documental llamado Message To Love, The Isle of Wight Festival que se filmó durante 1970 y fue editado en 1997, con la presencia de artistas de la talla de Jimi Hendrix, The Who, The Doors, Leonard Cohen, Miles Davis, etc. 

Ahora bajamos un cambio y pasamos a algo con un tono un poco más melancólico, que solo las voces unidas de los Gallagher pueden producir:

– ¿La película? El efecto mariposa (2004), otra gran película que tiene como protagonista a unos jóvenes Ashton Kutcher y Amy Smart.

– ¿La canción? “Stop Crying Your Heart Out” del disco Heathen Chemistry (2000), una balada llena de melancolía de la banda oriunda de Manchester, que comienza con un piano fundiéndose con la voz de un Liam esperanzador cantando “hold up, hold on, don’t be scared” y luego un poco realista al decir “you’ll never change what’s been and gone”, para luego trenzarse en una especie de conversación con su hermano Noel haciendo los coros y en ocasiones respondiendo a las frases cantadas por su hermano menor. El tema es simplemente perfecto.

– ¿La escena? El comienzo del tema da lugar al último tramo del film, donde el personaje de Kutcher quema cosas de su pasado y decide comenzar una nueva vida. A continuación pueden ver dicha escena y disfrutar de la canción:

Para finalizar, el siguiente film para mencionar es Goal! (2005). A pesar de no ser una muy buena película, sí hay que destacar que cuenta con una banda sonora de lujo, compuesta principalmente por Oasis, Happy Mondays, Kasabian y Dirty Vegas, entre otros. Oasis aporta tres canciones: “Who Put The Weight Of The World On My Shoulders?”“Morning Glory” (mix hecho por el productor Dave Sardy) y “Cast No Shadow” (mix hecho por UNKLE), para el que Noel tuvo que regrabar las voces. Pueden encontrar el resto de la banda de sonido acá.

Santiago Munez en Goal! de Danny Cannon

Concluyo ratificando que los buenos soundtracks mejoran desde muchos aspectos la calidad de una película; a veces son tan importantes que se marcan a fuego en nuestra memoria, como el caso de la legendaria banda de sonido de Trainsppoting o una más reciente (pero no menos genial) proveniente del largometraje dirigido por Richard Ayoade Submarine (2010), a cargo del joven y talentoso Alex Turner. La música en las películas genera una magia indescriptible, al punto de que ansiamos esperanzados que en un futuro nuestros temas preferidos sigan describiendo escenas de una manera en la que las palabras de un guión no lo podrían hacer jamás. La fusión del arte de la música con el del cine es una de las experiencias más lindas y emocionantes para un cinéfilo y melómano como yo. Apoyo fervientemente la idea reflejada en la frase atribuida a Friedrich Nietzsche que sostiene que, sin la música, “la vida sería un error”.

Por Adrián Sanabria

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¿Qué canciones de sus bandas favoritas escucharon en alguna película? ¿Les gustó el uso que les dieron? Los que quieran, pueden explayarse sobre Oasis; ¡Dejen sus comentarios! De paso, aprovecho este gran post melómano de Adrián para saludar a otra melómana, mi querida Giselle, en el día su cumpleaños; recuerden que para escribir en Cinescalas tienen que mandar sus notas a milyyorke@gmail.com (gracias por la paciencia a quienes no he publicado todavía)

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—> La última vez escribió Soledad Lamacchia sobre… SKYFALL

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 [OFF TOPIC]

Como les había contado hace unas semanas, Cinescalas fue nuevamente nominado para los Premios La Nación Multimedia. Este año, el jurado estuvo integrado tanto por responsables editoriales del diario, como por la redacción general y también por un jurado externo compuesto por los siguientes profesionales del periodismo digital: Gumersindo Lafuente (Periodista especializado en medios digitales. Fundador de Soitu-es y ex Director de elpais.com), Mario Tascón (Periodista. Especialista en medios digitales. Autor de Twittergrafía, el arte de la nueva escritura), Borja Echevarría (Periodista. Nieman and Berkman Fellow 2012-13 (Harvard University) – Sub-director de elpais.com), Ralph Haiek (Creador de MuchMusic Latinoamérica, miembro director del BAC) y Sandra Crucianelli (Knight International Journalism Fellow. International Center for Journalists Data Journalism Project Argentina). ¿Hacia dónde voy con todo esto? A que esa unión de votos de los distintos jurados determinó que Cinescalas volviera a ganar el premio a la Excelencia en Periodismo Digital en la categoría Mejor Blog en este 2012.

La entrega de premios fue el viernes pasado, pero me quería guardar la noticia para hoy, a pesar de que me fue imposible debido a mi ya conocida ansiedad y otros factores; y también quería agradecerles la buena energía que me transmitieron cuando se dio a conocer la nominación. Quienes me leen seguido saben que no creo demasiado en las casualidades y, como siempre remarco, este blog surgió en un momento muy particular de mi vida. Es el primer proyecto profesional que pude comenzar de cero (siempre con el apoyo del equipo de Desarrollo Multimedia) y para el que se me dio una enorme libertad, tanto en la escritura como en cada una de las cosas nuevas que fui probando para que todo funcione cada vez mejor. Por eso, porque desde el primer día quise que este blog estuviera representado por mí, con todo lo que implica exponerse con nombre y apellido, sabiendo que si aparecía una comunidad yo iba a estar del otro lado para que la interacción sea frecuente, es que considero que este ida y vuelta no es casual ni para pasar por alto: es poco común y sumamente gratificante.

Es muy difícil tener todos los días algo para escribir, o escribir de modo tal que me conozcan al menos a través de esas palabras, pero si sigo haciéndolo no es solo porque lo disfruto mucho sino también porque están ustedes. Hace unos días Lore me preguntó si iba a contar cómo fue la entrega de premios en la redacción, y me gustaría sintetizarlo en algunas palabras (más): dentro de lo que yo hago, es uno de los máximos reconocimientos a los que puedo aspirar y que haya sucedido dos veces consecutivas me genera un gran orgullo. Pero sepan que en el momento en que me enteré, pensé en ustedes y en lo bueno que es poder tener este espacio para compartir algo medio cursi y que me perdonen esas cursilerías. Pensé en ustedes, sí, y pensé en darles las gracias por las cosas más simples (un comentario que llega a destiempo en posts viejos, una sugerencia en Facebook, un mail sobre algo que escribí, etc.) que hicieron de este blog cinéfilo/personal un lugar de intercambio donde me siento, por sobre todas las cosas, muy respetada y acompañada. Gracias por eso. El resto, en el video de acá abajo.

* Algunas palabras para ustedes (aclaro que no soy muy buena para los videos y tiendo a repetir varias veces lo mismo :P):

Y ahora me voy a festejar así:

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Oscars 2013: Los directores

Retomo la iniciativa de dejarles algunos “regalitos” el fin de semana con las distintas entrevistas (o roundtables) de este año organizadas por The Hollywood Reporter, y palpitando la temporada de premios que se avecina. Arrancamos con el intercambio entre cinco directores con películas oscarizables: Ben Affleck (Argo), Tom Hooper (Les Miserables), Gus Van Sant (Promised Land), David O. Rusell (Silver Linings Playbook), Ang Lee (Life of Pi) y Quentin Tarantino (Django Unchained). La charla dura una hora y es imperdible. Lamentablemente no encontré una versión con subtítulos, así que les dejo la original. Que la disfruten cuando sea que puedan verla. Después me cuentan qué les pareció. Nos reencontramos el lunes con una muy buena noticia.

Lo que el post del baboseo (recargado) nos dejó

sortathatguy.blogspot.com.ar

Como corresponde, hay que honrar la tradición (?). El año pasado di a conocer a los ganadores de El post del baboseo primigenio (Hugh Jackman y Scarlett Johansson) y este año no será la excepción. No sé si hay mucho para agregar ya que la foto de ahí arriba lo dice todo, pero los receptores de mayor cantidad de comentarios babosos fueron, efectivamente, Ryan Gosling y Anne Hathaway. Me costó recopilar los más de 600 votos, pero ahí tienen los resultados. Mención aparte merecen quienes quedaron en segundo lugar: Michael Fassbender y Keira Knightley. Para continuar con lo que hicimos en el 2011, los invito, como es habitual los viernes, a elegir los mejores papeles de Gosling y Hathaway en una suerte de repechaje (porque ya lo hicimos acá y acá, cuando el blog recién comenzaba) y también para que quienes no comentaban en Cinescalas por aquellas épocas puedan dejar sus impresiones. Por último, quiero reiterar mi agradecimiento a todos los que comentaron en El post del baboseo (recargado), sin dudas uno de los posts más divertidos del blog gracias a esos ingeniosos aportes. Ahora pueden babosearse de nuevo, protestar por los resultados y, claro, hablar de cine, que para eso estamos, ¿no? 😛 . Nos vemos el lunes, muchachada. Que tengan un excelente fin de semana.

*Anne Hathaway en The Dark Knight Rises:

*Ryan Gosling en Drive:

* De yapa: una galería de fotos de Anne y Ryan, de regalo para todos los babosos y babosas que comentaron:


Created with flickr slideshow.

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¿Están de acuerdo con los resultados del post del baboseo?; pueden explayarse sobre Ryan Gosling, Anne Hathaway y sus mejores papeles aquí mismo; de paso, ¿de qué otros actores y/o directores quisieran ver post? ¡Comenten! ¡Buen Finde para todos!

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———> La última vez hablamos sobre… MICHAEL FASSBENDER

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Deathmatch: Ramona vs. Clementine

inspectorspacetime.tumblr.com

Spread the ashes of the colours over this heart of mine

Sí, hoy me quería dar un gusto en esta sección porque, aunque prometo seguir cumpliendo con los pedidos que han venido haciendo, antes de terminar el año debía darles un lugar a dos de mis personajes femeninos favoritos del cine (contemporáneo, de lo contrario suena a hipérbole). Como siempre, la idea proviene de algún lugar y en este caso fueron las noticias combinadas de que Kate Winslet recibió una condecoración por parte de la realeza británica, y que Mary Elizabeth Winstead finalmente está siendo reconocida gracias a su papel en Smashed. Más allá de los cambios en sus colores de pelo, me gusta que ambas compartan el hecho de que, al entrar en escena en sus respectivas películas (Eterno resplandor de una mente sin recuerdos / Scott Pilgrim), no solo cambian la vida de sus protagonistas sino también nos incitan a ver qué tienen para hacer, decir, sorprender, enamorar, etc. Por el peso que tiene Clementine – como lo tiene toda esa historia y su correlato en la vida de muchos -, me quedo con ella. Pero no quisiera obviar el poder de Ramona Flowers para provocar una de las frases que inmortalizarán a Michael Cera: “I’m in lesbians with you”. Como sea, las dos son inolvidables (las actrices y sus personajes) y cuentan con la vigorosidad suficiente como para reflejar un vaivén de emociones conflictivas y que éso nos atraiga en lugar de distanciarnos. Especialmente cuando tanto una como la otra están dispuestas a poner el-hombro-por-el-hombre de sus vidas.

*1. CLEMENTINE (“It might be the hair, it changes a lot”):

*2. RAMONA (“If we’re gonna date, you may have to defeat my seven evil exes”):

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 ¿Ramona o Clementine? ¿A cuál de estos personajes femeninos prefieren? ¿A quién le queda mejor el pelo teñido :P?; comenten y, de yapa, propongan una secuencia y/o versus para el jueves próximo; ¡Gracias a todos! ¡Que tengan un buen día!

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DEATHMATCH WINNER: CLEMENTINE

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La última vez enfrentamos a… BATMAN con IRON MAN

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Aunque sea

“Fuiste mi recreo antes del resto de mi vida y yo fui la aventura antes de tu viaje; no somos nada, no fuimos nada y no seremos nada”

Creo que en la vida cotidiana hay pocos momentos de intimidad con nosotros mismos y que uno de esos momentos lo encontramos en el simple hecho de apoyar la cabeza sobre la almohada, en la cama. Ahí es donde uno, solo o acompañado, piensa en el día, cierra los ojos con satisfacción, se duerme rápido, tiene insomnio, tiene pesadillas, piensa en otro, piensa en quien tiene al lado, no piensa en nada, se arrepiente, proyecta, sueña, se despierta sin motivaciones o con ganas de hacer todo junto. Es el momento de mayor sinceridad con nuestra propia mente. Cuando las luces se apagan y no hay ningún sonido, cuando ya se concluyeron las actividades de la jornada, cuando es hora de poner el freno. Ahí aparece la vulnerabilidad, la honestidad. Porque, ¿a quién vamos a engañar? ¿A quién vamos a mentir en ese instante? Uno, la cabeza en la almohada, y todo lo que eso puede generar. Uno así como es, sincero, desnudo. En la cama, la segunda película de Matías Bize – que inspiró la mucho más pretenciosa Habitación en Roma de Julio Medem, idéntica en contenido pero más desangelada – transcurre, como su título lo anticipa y desde que comienza hasta que termina, en una habitación. Un hotel, dos extraños que se conocen en una fiesta (Daniela y Bruno) y mucho sexo. En los primeros diez minutos, Bize parece meter literalmente la cámara en el espacio intermedio que hay entre los cuerpos de ambos. La penetración, el jadeo, el sudor, son mostrados por el director con esa naturalidad que lo caracteriza y que es lo que le permite conectar con el espectador. Así como en La vida de los peces esa espontaneidad estaba reflejada en las conversaciones entre sus protagonistas (incómodas al principio y cada vez más honestas sobre el final), acá se traslada al sexo, porque es el sexo el punto de partida del vínculo entre Daniela y Bruno. Porque, aunque parezca lo contrario, es eso mismo: un punto de partida. Nunca la llegada. Nunca el único objetivo.

►”Será que es el principio de algo que ya terminó”◄ 

Es fácil contar una historia de amor que tiene un determinado origen, que se desmorona por un conflicto y que puede (o no) lograr una recomposición. Pero, ¿cómo se cuenta la historia de un paréntesis? ¿Cómo se refleja, en solo una hora y veinte, un momento de transición en la vida de dos personas? Bize sabe que la cama no es solo un lugar para coger sino para todo lo que mencioné más arriba. Y si bien acá las palabras no tienen el mismo peso que en La vida de los peces, sí lo tienen los gestos. Desde miradas de reojo para tratar de dilucidar cómo se está sintiendo el otro hasta un abrazo que puede hacer tambalear un futuro. Aunque sea por un rato. Bize muestra los cuerpos desnudos de Blanca Lewin y Gonzalo Valenzuela (pareja de química innegable) y, cuando no, muestra a sus personajes interactuar contando anécdotas de su infancia, debatiendo sobre el sexo casual, y aseverando lo mucho que dicen nuestras preferencias cinéfilas sobre nuestras personalidades (con inevitable mención a Alta fidelidad). Pero todo el sexo, y todas esas conversaciones que resultan hasta casi triviales (en casi una hora no hay nada demasiado revelador, o sí, si pensamos que aquello que nos revela por lo general es lo más trivial) van preparando el terreno, funcionan como episodios progresivos hasta los veinte minutos finales. Acá Bize apela (como lo haría en La vida de los peces) a la expresividad de Blanca Lewin, quien puede volver transparente su conflicto interno solo yaciendo en un baño y con la mirada en otra parte. La economía de recursos juega a favor de la película y no necesitamos más que dos o tres pensamientos dichos en voz alta para conocer de dónde vienen (y hacia dónde quieren ir) esos dos extraños que empiezan a dejar de serlo.

Les dejo el trailer de En la cama:

“Todas las personas con las que nos relacionamos son nuestro problema” opina Bruno; “hay que saber cortar los lazos” sentencia por su lado Daniela. El conflicto que plantea En la cama es dónde se produce el quiebre, dónde podemos rastrear el momento en que dos personas que solo buscaban sexo empiezan a sentir que ahí, en ese espacio intermedio que filma Bize, hay algo más que un mero deseo físico. Daniela cree que todo pasa por cómo un cuerpo reacciona ante la presencia de otro, que todo se puede explicar con una especie de manual, aunque haya sido el destino el que quiso que coincidieran en esa misma fiesta (“I could have stayed at home and gone to bed. I could have gone to see a film instead. You might have changed your mind and seen your friends. Life could have been very different but then…something changed”). Sin embargo, sobre el final, Daniela también advierte que las cosas cambian cuando uno hace uso y desuso de lo más poderoso/peligroso: la palabra. Daniela no permite que Bruno ahonde en su vida, en su relación con un tal Rodrigo, en su incapacidad para cortar lazos (aunque, paradójicamente, pregone lo contrario) porque desde el momento en que pasamos a compartir con otro algo que nos define, que ese otro puede contenernos de una manera ideal y, por ende, hacernos dudar de qué es lo queremos (“dejá de hablarme como si hubiera un futuro, dejá de preguntarme si soy feliz”). Daniela sabe que si responde a cualquiera de esas preguntas, o sabe que si a Bruno le interesan las respuestas, ese paréntesis que representan esas dos horas en el hotel puede amenazar todo lo que hay del otro lado de la puerta. ¿Y qué hay del otro lado? O, mejor dicho: ¿Qué tan aterrador puede ser volver a enfrentar las decisiones tomadas por fuera de ese micromundo? Porque sí, aunque sea por dos horas, el sexo puede ser un escape. Pero hay que ver qué sucede cuando una caricia, una mirada, un abrazo (o veinte minutos de esto) nos ponen de cara a la vida que tenemos (la que nos sale) y nos hacen apoyar la cabeza en la almohada, en la cama, imaginándonos si en realidad existen otras alternativas, si hay algo que todavía no encontramos; si en realidad, y aunque nos duela reconocerlo, nos merecemos algo más.

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A los que vieron En la cama, los invito a compartir sus impresiones; a los que no, ¿cómo se llevan con escenas de sexo (casi) explícito en el cine? ¿En qué películas les parece que están bien empleadas y en cuáles los incomodan? ; ¡Comenten! ¡Buen miércoles para todos!

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