HappyThankYouMorePlease

El viernes pasado (y los días subsiguientes) leí en el post de fin de año comentarios que, entre otras cosas, me hicieron sentir una enorme gratitud. En los tiempos que corren, sabemos, es poco habitual que en la web mucha gente se tome el trabajo de escribir explayándose y, sobre todo, de hacerlo con una generosidad enorme respecto a otra persona. Podría volver a entrar en el terreno cursi de lo movilizada que me sentí por los comentarios, pero voy a reducirlo todo a esto: di muchas vueltas respecto a cómo abrir el blog en el 2013 hasta que llegué a la conclusión de que la mejor manera de hacerlo era expresando mi gratitud por lo que se generó en el último día (hábil del blog) del 2012 (y en todo el 2012 también). Asimismo, encontré en palabras de David Levithan una buena forma de sintetizar la tranquilidad/placer/alegría que me produce actualizar este espacio y saber que ustedes están ahí, invisibles o no. Levithan se refería a los amigos y lo que ellos a veces suscitan: “cuando te despertás en la mañana, sacás las piernas de la cama, ponés los pies en el piso y te parás sin mirar nuevamente el borde de la cama para asegurarte que el piso está ahí: el piso siempre está ahí”. Por ende: gracias por estar. En relación a esto, quería comentar dos cosas más: A) como hice en enero del año pasado, los invito a sugerir ideas para el blog, secciones que les gustaría ver, secciones de las que prescindirían (sean duros, no hay problema), lo que sea que puedan considerar interesante para ustedes. B) El concepto de gratitud circundante al post de hoy también tuvo como disparador algo que hizo una amiga y que fue el puntapié para la consigna del día. Lo que ella hizo fue simple y a la vez no. Me recomendó una película (Damiselas en apuros, protagonizada por Greta Gerwig, a quien ven allí arriba) diciéndome que “era para mí”. De algún modo, tomé esa recomendación como un gesto de cariño porque A) demuestra que me conoce porque, claro, la película me gustó mucho B) se interesa porque vea algo que pueda hacerme bien. Porque a veces las sugerencias cinéfilas van más allá de un mero intercambio vacío o quizás tan frecuente que pasa inadvertido. A veces es un gesto, como cuando alguien te hace escuchar una determinada canción, que tiene el poder de modificar tu vida. A ustedes, a ella, les digo con felicidad “gracias” por lo que me hacen saber, conocer, sentir. Bienvenidos a un nuevo año del blog, siempre con la curiosidad como motor para ayudarnos a descubrir cosas nuevas entre todos. Más de eso, por favor.  

……………………………………………………………………………

[OFF TOPIC] REUNIÓN CINESCALERA VERSIÓN 2013:

A raíz de lo que generó el post de fin de año (este post de hoy, entre otras cosas), varios de ustedes, por distintas vías, sugirieron que hiciéramos una reunión de Cinescalas. Les cuento que la última reunión propiamente dicha se llevó a cabo hace casi un año, es decir, cuando muchos de los que ahora son parte de la comunidad todavía no habían empezado a comentar tan asiduamente. Por eso, para que los de la vieja camada y los de la nueva se conozcan y, desde ya, para conocerlos yo también, me pareció una buena idea tomar su sugerencia y planear otra reunión. Como lo mío no es precisamente la organización (ni la lucidez), no me percaté de guardar la recopilación de mails que hice para la convocatoria del video de sus películas del año. Por ende, uso este post para proponerles a quienes quieran asistir a la reunión que me manden un mail (milyyorke@gmail.com) con el original asunto de “yo quiero a ir a la reunión de Cinescalas 2013”, así ya me queda agendado para luego mandar el mail general con los datos del lugar. Lo que sí está definido es el día del encuentro: viernes 25 de enero. Una vez que en esta semana me confirmen quienes van, mando invitación virtual con el lugar en el que llevaremos a cabo la reunión. Otra cosa: puede suceder que alguien no lea este post y se pierda la convocatoria. Voy a estar atenta a eso. ¿Cómo? Torturándolos con mails avisando del encuentro :P. Espero sus mails, muchachada. Hasta mañana, como siempre.

…………………………………………………………………………………….

¿Ven una forma de demostración de afecto en el hecho de recomendar películas (o de que les recomienden)? ¿Qué películas han recomendado a personas que aprecian? ¿Les da resultado o no siempre dan en la tecla? Espero que hayan tenido un gran festejo el 31 y bienvenidos nuevamente a un tercer año del blog, ¡ahora comenten y sugieran secciones o lo que quieran! Que tengan un excelente día 😉

………………………………………………………………………………………

* RECUERDEN QUE SI QUIEREN SEGUIR LAS NOVEDADES DE CINESCALAS POR FACEBOOK, ENTREN AQUÍ Y CLICKEEN EN EL BOTÓN DE “ME GUSTA” Y POR TWITTER, DENLE “FOLLOW” AL BLOG ACÁ; ¡GRACIAS!

Sus películas del año (y un video de regalo) (¡y Feliz 2013!)

Foto: Florencia Cames & Santiago Idelson

Harry: so how’s the writing going?
Erica: puring out of me now, go figure 

(Alguien tiene que ceder, 2003, Nancy Meyers)

“No sé cómo hice todavía para superar ciertas cosas que me pasaron este año”. Del otro lado del teléfono estaba la voz de mi amigo, que me dijo: “creo que fue por toda la catarsis que hiciste en el blog”. Nunca lo había pensado de esa manera. Mejor dicho: siempre supe que en la categoría “A la deriva” mis textos eran por lo general personales o estaban ligados a una experiencia reciente (o no tanto). Lo que nunca supe es que las horas y horas de escritura acumuladas, los minutos y minutos de pánico ante la página en blanco, iban a colaborar a expulsar lo que no podría hacer de otro modo. Vivir y respirar palabras. No es secreto, porque ya lo conté, pero este año murió mi tío y se generó una suerte de efecto dominó, réplicas que me forzaron a cambiar mi manera de ver las cosas. Sobre todo porque nadie lo esperaba. Sobre todo porque cuando alguien se va, lo hace sin la noción de lo que esa partida ocasiona en el resto. No sé si fue ese hecho puntual el que me hizo volverme más consciente de que si no tomaba a la escritura en serio (o más en serio), si no ponía algo de mí entrelíneas, entonces todo lentamente iba a empezar a carecer de sentido, todo iba a tornarse monótono e impersonal, exactamente lo opuesto a lo que me propuse cuando hace dos años y medio concebí este blog. Pero esa idea ya se había cristalizado antes, en mi viaje de vuelta a Argentina este año, cuando en el avión pasaron Moneyball y pensé que su trasfondo estaba relacionado con ese regreso. Sin saberlo, eso marcó el pulso de muchos de los posts de este año, donde me encontré con el cine desde un lugar que a veces se abandona en vías de análisis más estructurados. Y ese lugar, creo yo, es la vida de uno. Y no solo porque determinadas historias presenten episodios reconocibles, no solo porque una escena puede teletransportarte a un momento, no solo porque algunas palabras se asemejan a nuestros pensamientos. El vínculo también es otro: las películas son parte de lo cotidiano incluso cuando están de manera inconsciente rebotando y rebotando, hasta que las hacemos salir a la superficie, también sin quererlo.

♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦

Este blog, como esas películas, es una gran parte de mi vida, casi una existencia paralela, con una familia paralela (ustedes), con desafíos paralelos (el pensar cada post), con necesidades paralelas (emplear el cadáver exquisito como técnica), con pequeños logros (textos que, al concluirlos, me dejan bien) y con algunas decepciones (textos a los que no pude dedicarles más tiempo). Lo mágico, para mí, es cuando la vida principal y la vida paralela se interconectan o se funden en una: cuando los leo, cuando los saludo, cuando me escriben, cuando a algunos los veo en el plano “real”. Como dice Charlie: “Sé que todo esto algún día va a ser una historia. Y que nuestras imágenes se van a convertir en viejas fotografías. Pero ahora estos momentos no son solo historias. Esto está pasando. Estás vivo, estás escuchando esa canción y, en ese momento, somos infinitos”. Este blog es como un diario íntimo signado por la inmediatez, por el ahora, por dar vuelta la página cada día que pasa. Sin embargo, el día que publico algo como esto y ustedes comparten sus impresiones, o el día en que me devuelven la confianza cuando me siento segura de haber escrito algo que la genere, esos días, esos momentos, efectivamente dejan de ser historias y pasan a ser, como dicen en una novela, unos cuantos “por siempre” en estos días “numerados” que un blog tiene. Porque se supone que un blog es algo de esencia automática, con pautas, reglas, condiciones sine qua non versión 2.0. Escribir, publicar, responder. Escribir, publicar, responder. Pero ya no estoy tan convencida. Este año especialmente llegué a la conclusión de que nunca me hicieron sentir eso, de que este lugar es bastante más. Que no necesita de reglas, de un cierto número de clicks, que está regido por otra cosa y que, en momentos en los cuales me costó mucho sentarme a escribir o a pensar qué podría ser interesante para ustedes, siempre hubo algo que me mantuvo con las manos en el teclado. Sí, Charlie dice que en algún momento todo esto va a pasar a ser una historia. A veces me pregunto a quién le voy a contar, dentro de unos años, sobre Cinescalas y todo lo que me trajo. El mero pensamiento me hace querer reconfortarme en esa idea de infinito pensando en un eterno transcurrir, en que esto no va a perecer nunca, en que podemos ser héroes por más de un día. Como compartí hace poco, cada comienzo de año (o de lo que sea) implica buscar un gran “quizás”. Yo, en este espacio, voy también en busca de uno nuevo. Espero en el 2013 seguir teniéndolos a ustedes del otro lado del monitor. O, mejor dicho, al lado mío.  

♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦

MI TOP FIVE DE PELÍCULAS DEL AÑO:

*1. Eternamente comprometidos (Nicholas Stoller)

*2. Argo (Ben Affleck)

*3. Safety Not Guaranteed (Colin Trevorrow)

*4. The Grey (Joe Carnahan)

*5. Take This Waltz (Sarah Polley)

* Mención especial: Ted (Seth MacFarlane)

………………………………………………………………………….

AHORA SÍ: SUS PELÍCULAS DEL AÑO:

Hace unas semanas, todos ustedes recibieron un mail de mi parte. ¿La propuesta? Que se saquen una foto con un cartel que represente su película del año (una que los haya marcado incluso no siendo del 2012). En el video de acá abajo están quienes pasan a comentar, quienes son lectores silenciosos, quienes participan asiduamente en la página del blog en Facebook, quienes ganaron concursos, quienes escribieron los lunes, quienes filmaron cortos. En síntesis: quienes integran la comunidad de este blog, cada uno a su manera. Este video es mi modo de agradecerles por la compañía constante, es mi modo de facilitar que se puedan conocer entre ustedes, es mi regalo para culminar un año personal del que han sido una parte fundamental. El agradecimiento lo quiero hacer extensivo a quienes no pudieron mandar foto pero igualmente se hicieron eco de la convocatoria (pido disculpas si a alguien no le llegó el mail, ese día me quemé las pestañas escribiendo/enviando y quizás dejé algún nombre afuera; si es así, háganmelo saber retándome o como sea y en la próxima lo compensamos) y a Matías Aimar, quien me ayudó con mucha paciencia a editar lo que van a ver. Gracias también a quienes se jugaron con la producción y a quienes se animaron a caracterizarse como algún personaje de su película del año (lo cual explica mi inexplicable foto de apertura del post). Sin más preámbulos, y con Queen como siempre musicalizando los momentos emotivos de Cinescalas, les dejo el video. Son grosos, sépanlo. A las pruebas me remito:

 

Cinescalas - Video Fin de año 2012 from lanacion.com on Vimeo.

………………………………………………………………………………………..

*De yapa: como todos los años, les dejo un compilado que, en este caso, hizo la gente de Cinema con todas las películas del 2012 en 8 minutos, y que arranca con uno de mis temas favoritos de los Black Keys. Que lo disfruten:

……………………………………………………………………………………………..

Bueno, muchachada, la última consigna del año: ¿Cuál es su Top Five de películas de este 2012? Pueden sumar menciones especiales si así lo desean; les agradezco de nuevo por la compañía en este espacio, es realmente un placer compartir parte de mis días con ustedes aquí; ¡Que tengan un excelente comienzo de año! ¡Feliz 2013 para todos! Nos reencontramos el miércoles 2 😉

………………………………………………………………………………………….

* RECUERDEN QUE SI QUIEREN SEGUIR LAS NOVEDADES DE CINESCALAS POR FACEBOOK, ENTREN AQUÍ Y CLICKEEN EN EL BOTÓN DE “ME GUSTA” Y POR TWITTER, DENLE “FOLLOW” AL BLOG ACÁ; ¡GRACIAS!

La escena del día: 28 días después

No recuerdo con exactitud en qué post hablamos del tema, pero sí estoy segura de que ya hemos debatido acerca de cómo las obras/filmografías de determinados autores son esencialmente intratextuales. Es decir, en la rama que nos ocupa, un director puede, con una nueva película, responder a su predecesora, ya sea para contradecirse o para mantener una coherencia. Un film, de este modo, tiene la capacidad/posibilidad de dialogar con otro. Antes de 127 horas, antes de Slumdog Millionaire (no voy a volver ahí, ya saben lo que pienso), Boyle parecía estar amigado con la segunda intención (la coherencia interna). Luego de que La playa fuera erróneamente ponderada como una de las peores películas de su carrera, decidió que lo mejor era abordar otro género conservando una misma curiosidad temática. ¿Cómo lo hizo? Con 28 días después, una película inclasificable, a la que ni siquiera podríamos encuadrar dentro del subgénero de zombies, en la que los delirios existencialistas de La playa vuelven a resonar bajo otro modelo, bajo una Londres desértica mostrada en esos extraordinarios primeros minutos que posteriormente no pueden superarse. Sin embargo, más allá de ese silencio que aturde, de ese caminar de Cillian Murphy en un estado de desamparo, e incluso más allá de todo lo que sucede luego, 28 días después retoma el concepto del hombre versus el hombre, del hombre sorteando los límites de su propia moral, del hombre que termina devorándose a sí mismo. En un punto, ese comienzo vendría a operar como un presagio de todas esas inquietudes. ¿Cuán aterrador sería encontrarnos en soledad? ¿Cuán aterrador sería convivir con nuestra propia conciencia? 28 días después es una película que se mueve en las polaridades, que pregona sobre la contaminación física/mental/espiritual (y en contraposición, sobre la limpieza en todas esas variantes) y que nos deja un poco como a Murphy, vagando en pensamientos que tienen a un protagonista único. A un protagonista que no es ni un zombie, ni un virus, ni siquiera un hombre: es un móvil. Es el instinto.

………………………………………………………………………………………

*Les dejo una escena (eliminada) de 28 días después:

………………………………………………………………………………………..

¿Qué les pareció 28 días después? ¿Les gustó? Sumen otras (aunque la de Danny Boyle no se ajuste tanto a esa estructura) películas apocalípticas/de virus/de zombies y cuenten si este género les atrae particularmente; de yapa, propongan una secuencia y/o versus para el jueves próximo; ¡Gracias a todos! ¡Que tengan un excelente día!

………………………………………………………………………………………..

* RECUERDEN QUE SI QUIEREN SEGUIR LAS NOVEDADES DE CINESCALAS POR FACEBOOK, ENTREN AQUÍ Y CLICKEEN EN EL BOTÓN DE “ME GUSTA” Y POR TWITTER, DENLE “FOLLOW” AL BLOG ACÁ; ¡GRACIAS!

El témpano

“A veces cuando pienso que todo está perdido, voy hacia alguna de las formas de la muerte; me pego un tiro con una palabra que alguna vez me fue tan transparente”

The Grey es una de esas rarezas de doble lectura. Por un lado, plantea una historia sin rodeos (un accidente de avión que deja a un grupo de hombres varados en la nieve luchando contra unos lobos) y, por el otro, es una obra que se predispone a filosofar sobre temas densos (el miedo, la valentía, la muerte, lo irrevocable de la muerte) con la atmósfera como añadidura esencial, como factor opresivo. Las críticas, en consecuencia, la analizaron guiadas por alguno de esos dos “modelos”, con resultados de malos a excelentes. Porque hay una realidad: si la pensamos como lo primero, no es más que un efectivo relato de supervivencia, “una más de Liam Neeson”. Sin embargo, la belleza de The Grey, o esa rareza a la que me referí anteriormente, es su base metafórica para desarrollar cada una de las subtramas (la mayoría de ellas responden a un personaje en particular, el relato se torna individual y personalizado) que la vuelven una obra amplia, que abre el abanico a conversaciones impensadas para lo que, en teoría, sería una película de cuadrada estructura. La pregunta podría ser: ¿el hecho de que los lobos sean metáfora de otra cosa la hace automáticamente buena? No. En realidad, el simbolismo es algo que todavía tiene una connotación peyorativa y que, al no saber cómo utilizarlo, puede dejar a un film empantanado en un terreno pretencioso y muchas veces irrisorio. Acá es donde The Grey se distancia. Joe Carnahan maneja una cantidad abrumadora de subtextos e incluso de formas de abordarlos y triunfa al poder conectar los puntos, los distintos enfoques, al poder dominar sus propias ambiciones. Eso es The Grey: una película ambiciosa. La superposición de situaciones – y manera/s de narrarlas – es múltiple y puede llegar a ofuscar si se la banaliza, uno de los riesgos que corre una película que no teme hacerse cargo de su transcurrir poético. Porque… ¿Cómo un film de lobos versus hombres puede ser poético?

Tomemos el comienzo: Ottway recuerda a una mujer que lo abandonó. Recuerda su abrazo en la cama, su mirada, el roce de su cuerpo contra el suyo. La recuerda citando un poema, la recuerda reprochándole el haberlo dejado, o el haberlo dejado pensando constantemente en ella. Carnahan filma esos flashbacks de intimidad de la pareja con tonalidades cálidas, y justo cuando llega al límite de la reiteración exasperante, corta y muestra a Ottway sentado en la nieve, con un arma apuntando a su boca. Quiere morir. Su vida ya no tiene ningún sentido. Más allá de que esta escena configura ese variado manejo de situaciones antagónicas, también cumple otro propósito: es el primer hecho que nos hace cuestionarnos sobre el suicidio como acto valiente contra el suicidio como acto cobarde. The Grey es una película que te coloca frente a la muerte con una crudeza que va más allá de los lobos. De hecho, esos lobos casi no importan. La odisea de esos hombres buscando un espacio, un territorio propio y exento de amenazas, tiene a los lobos no como protagonistas excluyentes sino (de nuevo) como símbolos de lo que más (nos) asusta: sí, la muerte. Y acá de nuevo Carnahan juega con la percepción. The Grey tampoco es simplemente una película sobre la muerte, la muerte como concepto general, como enigma, como abstracción pura. La muerte, en The Grey, es palpable y dolorosa. Es sangre, son últimos suspiros. Es pánico. Es un calor que invade. Es, sobre todo, algo contra lo que todos estamos luchando sabiendo que es una batalla perdida. Para la película, lo importante no es esa derrota sino la sensación de no creerse nunca derrotado.

Frank Grillo en The Grey

“Vive y muere en este día” recita Ottway, un extracto de un poema de su padre que lo acompañará hasta el final (el final, también, como concepto maleable). Es decir, todo excede a la muerte misma, lo cotidiano está invadido por algo sobre lo que ya hemos hablado: las pequeñas muertes y los pequeños renacimientos. Las pérdidas y las conquistas. En ese ámbito agobiante, con el frío que quebraja, con el viento que avasalla, The Grey se atreve a poner a esos hombres en una fogata confesando sus miedos, recordando a alguien que ya no está, circundados por esos lobos que representan ese temor que, incluso en otros contextos, siempre está latente. “Está bien tener miedo, no es algo de lo cual avergonzarse” le dice a Ottway a Díaz (un extraordinario Frank Grillo). El miedo, en la película, no es sinónimo de cobardía sino de cercanía con lo que realmente vale (“se cree más en los milagros a la hora del entierro”), con lo que vendría a cristalizar nuestra esencia. Y para muchos, la esencia se puede encontrar en una foto en una billetera, donde yace esa suerte de radiografía que refleja quiénes somos y quiénes son trascendentes para nuestra identidad, quiénes nos van a recordar cuando no estemos. Triste, tan triste a medida que avanza, The Grey no podría no ser poética también en el final (con algunos tintes religiosos, lo cual puede generar una discusión aparte), en una revelación que llega en los últimos minutos, precedidos por Ottway atestiguando la valentía de sus compañeros puesta a prueba: el deseo de estar presentes, de volver a la vida, de volver a ese calor de esos roces, de esas miradas. Si uno la absorbe como se la plantea, en todos sus niveles, la película de Joe Carnahan tiene un grado de verdad tan intenso que nos fascina y no nos deja doblegarnos ante su aspereza. Como tampoco se doblega Ottway, acaso preguntándose un poco lo que dice la canción que titula el post de hoy: “¿Para qué vivo?: Vivo para no perder”.

…………………………………………………………………………………………

*DE YAPA: Les dejo una escena de la película:

…………………………………………………………………………………….

¿Qué opinan de The Grey? ¿Les gustó? ¿Les gusta Liam Neeson? ¿Qué otras películas de supervivencia podrían sumar al post de hoy?; ¡Dejen sus aportes, los leo! ¡Buen miércoles para todos! Espero que hayan pasado las fiestas del modo en que hayan querido 😉

………………………………………………………………………………………

* RECUERDEN QUE SI QUIEREN SEGUIR LAS NOVEDADES DE CINESCALAS POR FACEBOOK, ENTREN AQUÍ Y CLICKEEN EN EL BOTÓN DE “ME GUSTA” Y POR TWITTER, DENLE “FOLLOW” AL BLOG ACÁ; ¡GRACIAS!