Concurso “Filmá tu propio videoclip”: Decimosegunda entrega

Como ya comenté el lunes, este concurso concluye el jueves 15 de noviembre con el decimosexto video que será parte de los finalistas. El lunes 18, para el festejo de los 800 posts del blog, van a elegir a su favorito y ese mismo día yo les dejaré un regalo virtual no sólo a los que han filmado para esta propuesta sino a los que la han enriquecido con sus aportes musicales en los comentarios. En este jueves en particular, los dejo con las palabras de Anabella Corridoni, quien presenta un video que, estimo, a muchos de ustedes les va a encantar. Sin más que agregar, la autora de este trabajo toma la palabra:

“And it’s contagious” dice Regina Spektor en “Us” y cada vez que lo escucho, por alguna razón que desconozco completamente, me imagino una secuencia de imágenes de mujeres del cine, esos personajes que me cautivaron desde la primera vez que los vi, cada una exaltando sentimientos diferentes: la furia de Tiffany, la curiosidad de Alicia, la angustia y resignación de Francesca, la felicidad abrumadora de Beatrix, el talento y fragilidad de Edith, por citar solo algunas. El video es un resumen de los momentos donde se expone el carácter de estas mujeres, donde se puede ver la esencia de cada una de ellas, esencias tan complejas y diferentes. Rozando el delirio, a veces me pregunto cómo sería un diálogo entre Margot y Celine, o qué le diría Francesca a Elvira; suelo olvidar que son personajes y las imagino en una vida completamente real. Y como me gusta imaginar que estos personajes podrían reunirse, pensé en este videoclip. “Us” es, ni más ni menos, que  mi canción favorita de mi mujer de la música favorita: Regina Spektor. Obviamente esta es una recopilación sumamente subjetiva y de la cual quedaronn afuera muchos personajes femeninos que quizás otros incluirían en el listado, por eso debería decir que son “mis” mujeres del cine. Por último, agradezco a Mily por dejarme compartir esto, al fin me animé a dejar de ser una lectora oculta. Espero que les guste y que alguna de estas mujeres los hayan conmovido. 

 ………………………………………………………………………………………..

► [VIDEO] “Mujeres en el cine” x Anabella Corridoni:

Mujeres en el cine from Anabella on Vimeo.

………………………………………………………………………………………

► [LISTA DE REPRODUCCIÓN] 130 (cada vez más) canciones en vivo y/o acústicas, ¡que la disfruten!:

………………………………………………………………………………………….

► [GALERÍA] Ustedes, yo y los recitales:

………………………………………………………………………………………….

Bienvenidos a otro de los jueves que tanto les gustan: 1. Los invito a dejarle palabras a Anabella respecto a su video 2. La consigna melómana de este día para configurar otra playlist es mencionar las mejores versiones EN VIVO & ACÚSTICAS que han escuchado de la mayor cantidad de canciones posibles que recuerden; de paso, les agrego una consigna extra: ¿cuáles fueron los mejores recitales de sus vidas? PUEDEN ENVIARME FOTOS PARA ADEMÁS DEJAR INMORTALIZADOS ESOS MOMENTOS EN UNA GALERÍA; espero sus comentarios así armo otra playlist para el recuerdo; gracias por hacer de este día en particular uno mucho mejor con los temas que aquí dejan; ¡son grosos! ¡que tengan todos un gran jueves!

………………………………………………………………………………………

………………………………………………………………………………………

* RECUERDEN QUE SI QUIEREN SEGUIR LAS NOVEDADES DE CINESCALAS POR FACEBOOK, ENTREN AQUÍ Y CLICKEEN EN EL BOTÓN DE “ME GUSTA” Y POR TWITTER, DENLE “FOLLOW” AL BLOG ACÁ; ¡GRACIAS!

Blue Jasmine: Cuando la canción deja de sonar

*Atención: se revelan algunos detalles del argumento

“Acabo de conocer a un hombre maravilloso. Es de ficción, pero no se puede tener todo”. Eso dice Cecilia (Mia Farrow) en una de las películas más románticas de Woody Allen – si por romanticismo entendemos no sólo una nostalgia por el pasado sino también una relación de amor con el cine -, la brillante La rosa púrpura del Cairo. Con Medianoche en Paris, el director habría de construir una relectura de aquella obra de 1985, ahondando nuevamente en ese concepto de la nostalgia legislada, la cual postula que es efectivamente posible entristecerse por no haber formado parte de una determinada época. Con ambas películas, Allen habla sobre la necesidad de escape que aprisiona a sus personajes (o los libera, dependiendo de cómo lo veamos) y, al mismo tiempo, está hablando del Séptimo Arte. Está trazando un marcado paralelismo entre cómo los viajes al pasado son igual de románticos que los viajes que uno hace cuando va al cine. Todo vendría a confluir en un mismo punto: aquello que no podemos asir nos resulta, en ciertas ocasiones, absolutamente fascinante. Por lo tanto, la frase de Cecilia alude a ese hombre que escapa de la pantalla pero también toca otro eje más sensible: ¿qué hacer cuando se quiere poseer lo inaprensible? En su estudio crítico sobre Allen, Miguel Fernández Labayen focaliza en Hannah y sus hermanas (para quien les escribe, la mejor película del director) para dar cuenta de cómo el dolor existencial de los personajes de ese film se hace extensivo a gran parte de la obra de Allen, y cómo es ese dolor el que les impide anclarse en una cotidianeidad que no parece satisfacerlos. Por el contrario, para Labayen, la mirada parece estar, en reiteradas oportunidades, en una falsa concepción de paraíso: “Todo se reduce a la necesidad de vivir según unas reglas de comportamiento que nadie sabe muy bien cuáles son (…) el dolor existencial se reconoce a través de un idealismo nostálgico”.

Esa nostalgia, a su vez, coloca a los personajes de cara a sus propias frustraciones, incluso a personajes que se reconocen (o que se muestran) incapacitados para pensar en la muerte como algo inevitable. Por el contrario, ese pensamiento sobre la muerte – o sobre las pérdidas – los ubica en un sitial donde predominan los nervios, ansiedades y neurosis. “La obra de Allen bascula alrededor de la afirmación del individuo contra todas las presiones que intentan constreñirlo” escribe Labayen, remitiendo a quienes, al no disfrutar la vida, terminan invadidos por una melancolía difícil de erradicar. Blue Jasmine es la síntesis más cruda de los tópicos mencionados previamente. El “no se puede tener todo” de Cecilia es equivalente al comportamiento general de Jasmine (Cate Blanchett) – quien no logra aceptar su verdadera identidad y por eso modifica su nombre -, una mujer de la aristocracia neoyorkina que cae en desgracia por el proceder fraudulento de su marido. Su negación de la realidad es tan rotunda que, incluso no teniendo demasiado dinero a su disposición, viaja en primera clase a San Francisco, ante el asombro de su hermana Ginger (Sally Hawkins), quien no duda en recibirla. Lo que hace Allen para abrir su película es magistral: delinea a la mujer central de su obra ya con las dos primeras escenas. Pero acaso se pueda hilar un poco más fino. Su maestría para la simpleza bien entendida también se pone sobre la mesa con las primeras palabras de Jasmine al evocar el encuentro iniciático con su esposo: “’Blue Moon’ was playing, you know the song ‘Blue Moon’?”. Esa pregunta retórica de Jasmine ante una desconcertada compañera de vuelo – en una de esas dos secuencias a las que aludí anteriormente – saca a relucir los ejes temáticos de la historia con una elegancia en el vocabulario que opera como una de las improntas de Allen. Los ejes van desde el juego con los dos significados de “blue”, pasando por el “was playing” (es decir, la película comienza con el pasado como foco temporal predominante) hasta la notoria significancia que tiene el hecho de rememorar un episodio a través de una canción. De una canción que ya no suena. De un momento que ya no está.

El principal conflicto que acarrea Jasmine se centra, como en otros de los personajes de Allen que se corren de lo autorreferencial, en la falta de herramientas para confrontar la sociedad. También por esto la segunda secuencia donde Jasmine espera las valijas es crucial. Allen la presenta como una mujer con la visión incuestionablemente desenfocada, quien habla independientemente de su interlocutora porque, como la desoladora secuencia final nos va a mostrar (la película, además, tiene una estructura cíclica perfecta), Jasmine en realidad se está hablando siempre a sí misma. Se está engañando a sí misma. Está escuchando “Blue Moon” en loop, sin poder salir de allí. Pero el pasado (y lo que uno decide hacer con él) no solo está representado por ella sino también por otros personajes que sufrieron el coletazo de acciones propias y ajenas. El suicidio de su marido Hal (Alec Baldwin) es expuesto por Jasmine de modo conciso y brutal, sin darnos tiempo de reacción, no sólo para mostrar otra clase de respuesta ante lo desesperante, sino también para fijar esa acción como algo de lo que hay que hablar escuetamente, como si no hubiese sucedido. Asimismo, Allen decide poner en boca de Augie, el ex esposo de Ginger, la descripción de la difícil tarea de hacer las paces con el pasado y seguir viviendo aceptando las consecuencias. Él confronta a Jasmine desde una posición que podría tomarse como inferior, como quien debe trabajar en Alaska porque no le quedó más remedio. Sin embargo, esa posición, para Allen, no es tan unívoca. Aún a esa vida no del todo satisfactoria Augie la sabe reconocer por lo que es. Jasmine, en cambio, mira anillos de compromiso en una vidriera, y huye de la realidad repitiendo el ciclo (volvemos a la estructura cíclica) con un nuevo marido en escena, hasta que la abrupta mención del hijo de Hal es lo que la trae al aquí y ahora, poniéndole stop a la canción.

Lo apabullante de Blue Jasmine es su oscilar entre pasado y presente – toda la película se estructura mediante un ir y venir cargado de revelaciones, de disparadores, de frases que activan recuerdos – y cómo ambos chocan de modo inevitable, provocando dos clases de efectos dominó. Para Jasmine, ese choque es invisible, ella sigue viviendo como si fuera factible recuperar lo perdido o, peor aún, como si nunca lo hubiese perdido en un principio. Para Ginger, sin embargo, la llegada de su hermana (quien vendría a representar otra vida, pero también un pasado negativo) le crea la falsa ilusión de que no es feliz con lo que tiene y comienza a eludir su propio presente en busca de espejitos de colores en los que antes ni hubiese reparado. Si bien Allen retoma su muestreo de miserias humanas y conflictos morales de sendas películas de su obra – desde Crímenes y pecados hasta El sueño de Casandra -, jamás castiga. Jamás, en ese juego especular, en esa colisión de una hermana con otra, en ese final donde Ginger vuelve a la vida que quería y Jasmine persiste en refugiarse en la vida que pereció, decide cargar las tintas sobre la culpabilidad de una u otra o sobre la lógica de un desenlace por sobre el otro. Por el contrario, el realizador retoma las palabras de Jasmine (“anxiety, nightmares and a nervous breakdown…there’s only so many traumas a person can withstand until they take to the streets and start screaming”) para observarla en el banco de un parque como lo hacía en ese avión. De cerca. Inquietando. Diciéndonos que no es necesario empezar a gritar como única forma de canalizar lo que implica el ver a un sueño hecho añicos. A veces, en lo más imperceptible se encuentra lo más aterrador (no es casual que Chili, el novio de Ginger, reaccione a los gritos ante un desengaño, mientras que en la vida de Jasmine todo se tape, se mire de reojo, se apacigüe con pastillas); a veces, el hablar en soledad es lo más pesadillesco de todo, el momento de mayor peligro, en el que uno puede autoconvencerse de cualquier cosa por un factor insoslayable: nadie puede escucharte, nadie puede contradecirte.

♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦

Mucho se ha escrito sobre el paralelismo entre Blanche DuBois y Jasmine y lo cierto es que hay una innegable simetría entre el film de Allen y Un tranvía llamado deseo. Sin embargo, el director también se nutre de su fascinación por la estructura narrativa de su querido León Tolstói: “me gustan esas novelas, como Anna Karenina, en las que tenés un trocito de la historia de alguien y otro trocito de la historia de otra persona y luego de otra. Me gusta ese formato de conjunto” expresó una vez el director. Blue Jasmine se sostiene tanto por ese vaivén temporal como por ese conglomerado de trozos, de voces que se posicionan en dos veredas opuestas cuando se produce una caída. Y si hablamos de caída, el deterioro paulatino de Jasmine está puesto de manifiesto en la enorme actuación de Cate Blanchett, quien se compromete con cada situación emocional de su personaje (desde la negación mediante una sonrisa eterna hasta el quiebre en la descomunal secuencia del llamado telefónico) y quien, con un caminar errático o en estado de constante agitación, va mostrando cómo Jasmine no está por desmoronarse: ya se desmoronó hace tiempo. “’Blue Moon’ was playing, you know the song ‘Blue Moon’?” vuelve a preguntar(se), ahora no con los pies en el aire sino sobre la tierra (nada es arbitrario en el binomio apertura-cierre de esta gran obra melancólica); ahora no acompañada sino sola; ahora no prolijamente vestida sino visiblemente desarreglada. De todos modos, la prueba de que proseguirá moviéndose en círculos está justamente en eso: las circunstancias pudieron haberse alterado y la canción pudo haberse detenido, pero ella, así y todo, va a creer que nunca dejó de sonar. 

………………………………………………………………………………………….

► [ESCENA] Les dejo este gran momento de Cate en Blue Jasmine:

………………………………………………………………………………………….

► [GALERÍA] Actores que enaltecieron determinadas películas:

………………………………………………………………………………………….

¡Buen miércoles! Dos consignas para este día: 1. ¿Vieron Blue Jasmine? ¿Qué les pareció? Dejen sus apreciaciones así la debatimos entre todos 2. Teniendo en cuenta el descomunal trabajo de Cate Blanchett en la película de Woody, me gustaría que sumemos otras interpretaciones que “hacen” un film, es decir, esas películas que son enaltecidas por el trabajo de un solo actor; la idea es reunir todos los aportes en una galería; como siempre muchachada, los leo; ¡que tengan un excelente miércoles!

 ………………………………………………………………………………….

…………………………………………………………………………………..

* RECUERDEN QUE SI QUIEREN SEGUIR LAS NOVEDADES DE CINESCALAS POR FACEBOOK, ENTREN AQUÍ Y CLICKEEN EN EL BOTÓN DE “ME GUSTA” Y POR TWITTER, DENLE “FOLLOW” AL BLOG ACÁ; ¡GRACIAS!

El cine bajo la mirada de…Sebastián De Caro

“Cuando alguien te gusta de verdad, un beso es demasiado y 20.000 no son suficientes”

Las conversaciones con Sebastián De Caro tienen eso – como muchas conversaciones, en realidad – de que empiezan en un punto y pueden terminar en cualquier otro. Así, esta charla sobre su nueva película 20.000 besos comienza sobre el origen de la historia (Juan, interpretado por Walter Cornás, se enamora de Luciana, interpretada por Carla Quevedo, una mujer mucho más chica que él) y desemboca en cómo es cumplir un sueño y no quedar del todo satisfecho por las neurosis personales. Pero en el medio hay mucho más. Música. Cómics. La crisis de los treinta. El hecho de todo lo que implica enamorarse de alguien que no parece cuadrar en tu mundo, de alguien a quien no lográs descifrar. Toda la charla, así de un lado a otro, con menciones que van desde Jack Kirby a Jason Reitman, lo definen a Sebastián y definen, en consecuencia, a su película que, dependiendo de la vereda generacional donde estén parados, les va a llegar de distintas maneras.

¿Por cuántos procesos pasó el guión teniendo en cuenta que era una idea de hace más de cuatro años?

La historia la pensamos con Sebastián Rotstein. Nosotros tenemos una manera de trabajar donde la historia la delineamos entre los dos y después él escribe el guion y posteriormente, a la hora del rodaje, se replantean algunas cosas. Por lo general, los guionistas que no dirigen la película o los directores que no escriben el guión tienen que ponerse de acuerdo en algunos puntos, trabajen juntos o no. Por eso es inevitable que surja alguna modificación, porque el guión es un supuesto optimista que choca con algún tipo de realidad que es lo que se puede y no se puede hacer en el rodaje, o lo que pase con los actores y la letra, entonces la última versión del guión termina siempre siendo la del rodaje o el montaje

Pero la idea de los 20.000 besos está en tu primer libro, Mi método

Sí, está en el libro. Lo que pasa es que todas esas ideas, tanto las del libro como las del guión, surgen casi en el mismo año, la película se empieza a pensar en el 2008, y el guión en el 2009, mientras que el libro sale en el 2011, entonces se me mezcla todo en la cabeza, qué es lo que vino primero y lo que llegó después. Lo que sí sé es que las canciones de Cosmo [N. del E.: banda liderada por el ex Mataplantas y hermano de Sebastián, Pablo De Caro] fueron escritas para ese primer guion pero después terminaron siendo del repertorio de la banda, porque el disco de ellos salió antes que la banda de sonido de la película

La banda sonora es muy buena, ¿vos elegiste cada canción para un determinado momento?

Sí, yo elegí en qué momento iba cada una. Ya tenía las canciones y algunas cosas las había soñado, como el clip de la mudanza que para mí tenía que estar acompañado por cierto tema por la energía del mismo, o cuando en una escena filman un corto tenía que estar otro. De todos modos, había muy pocas canciones puestas a priori, de antes de salir a rodar. Lo demás lo fui decidiendo a medida que iba musicalizando la película

“El dueño del sueño” es una gran canción…

Es la que más me gusta, es la mejor canción que hizo mi hermano en su vida

Alberto Rojas Apel, Clemente Cancela, Walter Cornás y Alan Sabbagh en 20.000 besos

Volviendo al guión, ¿qué especificidades no se modificaron en ningún momento?

Las locaciones. Banfield era una idea inamovible y el barrio de Villa Crespo también, eso era Ley de Oro

[SPOILER – No leer esta pregunta si no vieron la película y planean hacerlo] Me intriga saber si el final fue siempre el mismo, final en el que Juan no se queda con Luciana…

SÍ, el final fue siempre ese. Era el único posible. Los profesores de guión dicen que los finales tienen que ser sorprendentes pero inevitables. En lo que la historia de 20.000 besos postula y cuenta no se me ocurre otro final. ¿Qué va a pasar? ¿Juan se va a poner de novio con ella? No es esa película. Que no terminen juntos era la única manera, si no sería una película muy machista

Luciana representa a esa persona que, a su modo, ayuda a otra (Juan) a salir de ese duro trance post-ruptura

Luciana es como un faro sentimental en una marea de sensaciones, que le hace acordar a Juan quién es él. Cuando uno se siente atraído por una persona, me parece que lo más interesante que pasa con uno es que uno recuerda quién es, vos te reconocés en la atracción. De algún modo el enamorado es inmortal porque si lo matan no se da cuenta, porque se borran algunas cosas de la ecuación del enamorado. Cuando Juan dice “me enamoré de una tarada”, en realidad lo que está diciendo es “me siento un tarado por estar enamorado”. Luciana no es una tarada, ella es una persona chica, y él es una persona neurótica de treinta años. Entonces, me parece que el amor es tonto en sí, porque no te enamorás desde el cerebro, desde la consciencia o desde la lucidez, diciendo “me voy a enamorar de esta persona porque me conviene”, como si fuera esa ecuación

En la película está el chiste de que ella no sabe quién es Jim Morrison, lo cual es inconcebible para él; ¿coincidís con Rob Gordon en lo que plantea en Alta Fidelidad de que los gustos en común son importantes pero hasta un cierto punto?

Yo no me enamoraría de una chica que no sabe quién es Jim Morrison, pero yo tengo 37 años y hay cosas que necesito poder compartir, no digo que venga una mujer y me recite toda la carrera de Jack Kirby de memoria, pero si no le gusta que esté leyendo un comic o no entiende por qué leo lo que leo, entonces basta, no hablamos nunca más (risas). Tampoco estoy dispuesto a invadir a otra persona o a criticarle su esencia, pero ciertas cosas tienen que poder compartirse, eso es algo que uno se va dando cuenta. En la película, de hecho, Morrison pasa a ser un símbolo, además ella es una chica que sabe quién es Voltron, Morrison es algo mucho más pretendidamente intelectualoide que termina en una bañera ridiculizado por uno de los personajes, no es que ellos van a dejarle flores a la tumba en París (risas). Me parece que pasa un poco por eso, ellos mismos son un dibujo de los “cultos”

En ese sentido, me imagino que el personaje de Luciana debió haber sido el más complejo de delinear…

Sí, fue el personaje más difícil, sobre todo para actuarlo, por eso es muy valorable lo que hace Carla, porque la película la mira como Juan mira a Luciana, entonces nosotros la filmamos primero de lejos. Ella entra como un personaje que no tiene importancia, hasta que la ves muy bella, tan bella como Juan la ve sobre el final. Construir eso me encanta. Me encanta cuando una película muestra al protagonista sin presentarlo, me encanta cuando no es tan claro todo, esa sensación me gusta. En este caso había un riesgo, era un guión fácil de rebotar, porque ella ingresa relativamente tarde en la historia, es adrede que tarde en aparecer

Además entra en escena de manera imperceptible…

Sí, porque nadie repara en ella en esa escena de la oficina, ni siquiera hicimos un plano importante de ella, no lo hicimos para no tentarnos. Después la empezás a ver, la cámara la empieza a ver, él la empieza a ver. Lo más ambicioso de la película a nivel narrativo era lograr que la protagonista femenina no esté presentada como la mujer del año

¿Hubo alguna decisión de guión que se tomó sobre la marcha?

Sobre el final del proceso le agregué el detalle de que Juan se filmara a sí mismo y tuviera una especie de diario, me gustaba ese diario absurdo del Siglo XXI. Además, con alguna idea había que mostrar que Juan escribía, que le gustaba filmar, así se justificaba que tuviera una inquietud por lo audiovisual

Walter Cornás y Carla Quevedo en 20.000 besos

La película tiene distintas caras: quienes están en los veinte pueden identificarse más con la idea del grupo de amigos de Juan; y a quienes están en los treinta y solteros seguramente les llegue más el personaje de Goldstein, interpretado por Gastón

Es que sí, creo que es una película que tiene múltiples entradas. Cuando la ven algunas chicas parecidas a “Las hadas de Banfield” [N. del E.: las amigas de Luciana] se reconocen ahí y piden que se les de más espacio a ellas, mientras que hay gente que se copa con los amigos y hay que gente que se copa con el mundo de Gastón

Absolutamente, sobre todo por la frase “a los treinta uno cree que cada mujer que conoce es la mujer de su vida”

Sí, totalmente. De hecho, que Goldstein no se junte con los amigos de Juan también es adrede, porque no aparece cuando se juntan a filmar el corto, por ejemplo. Ese personaje representa otro mundo. Todos se conocen entre sí, pero él es como Gandalf

Parece como una especie de amigo imaginario

Sí, claro, es medio mítico, nadie se lo cruza salvo unas mujeres. La idea era que el pequeño mundo de Goldstein estuviera separado del de los demás. En realidad, toda la película habla un poco sobre varios pequeños mundos: el mundo de los de veinte y el mundo de los de treinta, es un poco y un poco, aunque mucho más sobre el segundo

Supongo que te habrás nutrido de las charlas con tus amigos…

Sí, los amigos hablan como hablamos nosotros, ponen los mismos ejemplos y usan los mismos modismos, pero eso es para darle consistencia al universo, porque vos lo que te crees es que ese grupo de amigos existe, que tienen un código; es decir, hablamos sobre lo que sabíamos, para generar esa sensación de familiaridad

¿Siempre tuviste en mente a Walter para protagonizar la película?

Walter estaba elegido cuando se escribió el guion, visualmente era el tipo de héroe que teníamos en la cabeza y Gaston también…

El personaje de Gastón me remitió, por lo que hablábamos recién, al de Zac Efron en Liberal Arts, otra película sobre y para los de treinta

Ah, mirá, todavía no la vi. Bueno, Gastón siempre estuvo pensado para Goldstein, pero todos los actores aparecieron por lugares diferentes, desde castings hasta sugerencias. Las hadas se eligieron en relación a Carla para que haya una coherencia, incluso física, entonces todo se construía a partir de otra cosa, hubo múltiples arribos

Los distintos mundos están bien mostrados, como la habitación de Luciana, con su inocencia y ese libro de Cómo dar 20.000 besos

Me gusta mucho ese cuarto, es como muy gratificante, todo lindo, todo limpio, todo rosa (risas)

Mientras que el de Juan, por el momento que atraviesa, mucho no se muestra

No, no se muestra justamente porque es una casa en armado, aunque tiene un póster de Boom Boom Kid, tiene un cuadro de San Martín que yo tengo en mi cocina y por el que insistí mucho para que apareciera

¿Cuántos caprichos tuyos se ven en la película?

Ese cuadro de San Martín, y lo de Banfield y Villa crespo

¿La fiesta de disfraces no?

No, yo elegí los disfraces para cada uno de los personajes, pero la idea de la fiesta ya estaba en el guión

Me gusta mucho el personaje de Melina, interpretado por Laura Azcurra

Es el personaje posible. De hecho, hay tres mujeres en la película: la comediante que es la mujer cínica, está la inocencia total que es Luciana y después la mujer posible que es Melina, que tiene un poco y un poco, que le puede seguir el juego a Juan, y que por eso es la mujer posible. Él tiene que llegar a esa mujer, pero no está preparado para hacerlo

Solo se mantiene la posibilidad de que suceda

Sí, Juan lo considera pero no está preparado. De hecho, cuando con sus amigos repasan a todas las mujeres de su vida y hablan de Melina, Juan solo dice: “Melina es diferente”. Ahí sutilmente se marca la diferencia

Gastón Pauls como Goldstein

¿Estás contento con todo lo que está pasando con la película, el estreno que tuvo, a diferencia de tus trabajos anteriores? ¿Estás contento con el hecho de ver los afiches en el cine y la atención que recibió?

Sí, estoy contento pero aunque parezca mentira no tanto. Mirá, esto que te voy a contar me lleva a pensar que uno siempre tiene un problema diferente. Estoy contento pero siempre algo me molesta, estoy lleno pero no como cuando tenía 23 años podía pensar que iba a estar en esta situación, y eso me angustia. Aunque parezca muy de insoportable, no estoy todo lo contento que los demás asumen que podría estar

¿Y no sabés por qué?

En realidad sí sé por qué: porque todos mis sueños imposibles no los logra cumplir una película en el cine

¿Cómo cuáles?

Por ejemplo, me encantaría saber que soy inmortal. Bueno, no lo logro con una película. Me gustaría no tener miedos pelotudos y no lo logro con una película. Te juro que no lo logro

Es que no lo vas a lograr, no pasa por ahí

Bueno, me di cuenta de eso. Si se quiere me siento más vulnerable porque la película te trasciende, entonces te marca la altura de tu pelotudez (risas), quedás reducido a lo que vos podés generar, porque ya está, tus ideas, chicas o grandes, en un punto son inmortales, y no porque sean geniales sino porque te superan. Después te vas a tu casa y te sigue doliendo el cuello (risas)

(risas) El dilema de volver a la vida de siempre

Sí, pero peor

No creo que peor, son circunstancias

Sí, pero… ¿sabés lo que es dormir solo después de una noche de estreno? ¿Vos dormiste sola la noche de la presentación de tu libro?

No, me quedé en la casa de una amiga

Lucky you (risas). En mi caso fue un bajón

Pero tu vida no puede ser todos los días el día del estreno

Bueno, pero ese día pasé de presentar la película a volver a mi casa y ver que estaban mis cosas de siempre, yo, el eco y nada más (risas)

(risas) Bueno, pero rescatemos cosas positivas como el afiche y los créditos de la película, hablame de eso

Eso fue todo idea de Nico Risso. Le dije que no se me ocurría nada, y le pedí que trabaje sin pautas. Todo salió de su genio. Yo el afiche no tenía ni idea de cómo quería que fuese y jamás pensé que podía quedar así

Pero me imagino que sí querías una película con esos aditamentos, un buen afiche, lindos créditos, su correspondiente banda de sonido…

Si, quería una película canchera (risas)

Cuando decís que querías hacerla canchera, ¿qué Top Five de películas tenías como modelo?

Sé cuáles fueron las cinco películas que inspiraron 20.000 besos: Adventureland; Young Adult porque me gusta cómo filma Jason Reitman y esa película tiene un movimiento interno de planos que me vuelve loco; What’s Up, Doc? de Peter bogdanovich; Y tu mamá también porque me gustan algunos movimientos de cámara de Cuarón y el tono de esa película; y algunas cosas humorísticas de Paul Thomas Anderson y Martín Rejtman. Lo loco es que lo que descubrís cuando filmás y conocés tu propia voz termina siempre siendo más visceral y menos plástico. Te das cuenta que nunca quisieras hacer Star Wars. Yo no entiendo cómo se filma una película así desde lo emocional, cómo uno se relaciona con un guión que dice eso. En cambio, sí se me ocurre una idea o me siento más conmovido cuando hay una escena en la que un hombre le dice a una mujer que le gusta mucho. A lo mejor tengo un mundo más pequeño pero es el que me sale. Me gustan las películas donde uno se reconoce de alguna manera y donde te atraviesan las emociones

Los afiches diseñados por Nico Risso

Sí, supongo que como me paso a mí con el personaje de Gastón, mucha gente te debe haber dicho que se identificó con determinados aspectos de tu película

Sí, porque nosotros la hicimos sinceramente, no tenía demasiadas pretensiones, es nuestro mundo, el que conocemos, el que para nosotros es tan mítico como la Tierra Media. Una cosa es una película que vos filmás y otra cosa es una película que vos consumís. A mí me encanta tener la caja de Blu Ray de Martes 13, pero no sé cómo se hace, no lo entiendo. Sin embargo, veo el trailer de Frances Ha y digo “yo quiero hacer esa película”. Me parece lindo todo, me veo en esa película, pero no me veo en Transformers 4.000 (risas). Tengo dos niveles de consumo: cuando me veo y cuando simplemente disfruto

¿Y a tu película la viste muchas veces ya?

Como espectador la vi como cuatro, porque la presentás, acompañás a gente que conocés, y para editarla la vi mil veces

¿Te gusta hablar de ella?

Sí, me gusta porque la película me gusta, ahora que la veo terminada, que sé que esos son los cortes que buscaba, sí. Porque siento que si le mueven algo es como mover un cuadro. Estoy contento con ella, es la clase de película que me gusta, con la que puedo suscribir con sus errores y sus aciertos. Yo soy esa película, en cada decisión de montaje, de altura de la cámara, me comprometí en todo desde un lugar emocional

Me gusta el comienzo previo a los créditos, cuando Juan después de la ruptura se encuentra con Goldstein y se abrazan sin decir nada, es la mejor escena

Yo a cada escena le ponía una referencia. Esa es “la de la locación parecida a la de Bastardos sin gloria” y “la del plano Kurosawa” (risas), porque esa composición de juntar dos valores o redefinir el espacio la inventó Kurosawa, aunque después Spileberg la haya implementado hasta el hartazgo. Justamente ese que decís es mi plano favorito de toda la película, porque tenés tres composiciones juntas, y que termina cuando Juan va caminando con el skate, que sería “el plano Rocky Balboa”, con las hojas de otoño. De hecho, las hojas las llevamos nosotros y había gente que las apantallaba cuando Walter pasaba. Vestimos el lugar de manera otoñal, ése era el plan para esa escena

¿Fue un rodaje tranquilo?

Sí, fue muy tranquilo, es una película muy humilde y la idea era intentar divertirnos y así fue

Este jueves presentás tu segundo libro, Las nuevas aventuras de un biólogo recién recibido, ¿estás preparado para la posibilidad de dormir solo esa noche? (risas)

(risas) Sí, pero algo voy a inventar. Esa noche voy a ponerme a escribir otro libro que se llame No quiero dormir solo cuando presente este libro (risas). 

……………………………………………………………………………………..

 ► [TRAILER] El adelanto de 20.000 besos:

…………………………………………………………………………………………

 ► [DE YAPA] La banda de sonido de la película, a cargo de Cosmo; ¡que la disfruten!:

20.000 Besos - Soundtrack by Cinescalas on Grooveshark

………………………………………………………………………………………….

¡Buen martes para toda la muchachada! Tres consignas para el día de hoy: 1. ¿Vieron 20.000 besos? ¿Les gustó? Ahora nos ponemos personales en las próximas dos preguntas 2. Sebastián pregunta: ¿Qué tiene que tener un beso para ser definido como “muy bueno”? 3. Yo pregunto: ¿se acuerdan de su primer beso? compartan sus anécdotas hasta donde tengan ganas 😉 Como siempre, los leo a todos, ¡que tengan un excelente día! ¡Nos reencontramos mañana!

………………………………………………………………………………………………….

………………………………………………………………………………………………….

La última vez vimos el cine bajo la mirada de… GUSTAVO GARZÓN

 ……………………………………………………………………………………………………

* RECUERDEN QUE SI QUIEREN SEGUIR LAS NOVEDADES DE CINESCALAS POR FACEBOOK, ENTREN AQUÍ Y CLICKEEN EN EL BOTÓN DE “ME GUSTA” Y POR TWITTER, DENLE “FOLLOW” AL BLOG ACÁ; ¡GRACIAS!

Sopa de zombies o zombies hasta en la sopa

Hoy en Cinescalas escribe: Raúl Emilio Pimienta

Las películas de zombies son una de las tantas variantes del género de terror que se han metido en la cultura popular (como el slasher o de asesinos seriales, de exorcismos, de terror en primera persona-cámara en mano, etc.), en especial en los últimos años, cuando las grandes productoras televisivas y cinematográficas siempre en búsqueda de ideas lucratrivas (que no son siempre son las mejores) en un marco de economía global en crisis, se han dado cuenta de que los muertos vivos ayudan a mover millones y millones de billetitos verdes; a tal punto que hoy, de una forma impensada hace una década, nos encontramos en la televisión por cable con The Walking Dead (basado en el comic homónimo de Robert Kirkman) en horario estelar y más recientemente con la difusión planetaria de la película Guerra Mundial Z protagonizada y producida por Brad Pitt, versión muy libre del libro de Max Brooks, bestseller hace unos años.

Las películas de zombies, hasta la aparición de George Romero, se caracterizaron por presentar a una horda de seres resucitados comandada por una fuerza maligna – terrestre o extraterrestre según el guión – siempre recorriendo los caminos del cine clase b, pobres de vestuario, efectos, maquillaje, etc. Se considera como la obra fundacional de este subgénero de terror a White Zombie (1932), protagonizada por Bela Lugosi (el eterno Drácula), al cual volveremos a  ver en la catalogada como peor película de la historia: Plan 9 del espacio exterior de Ed Wood, que incluye zombies en su argumento. Durante un poco más de veinte años, los muertos vivientes siguieron por esta senda. La obra magna de Romero, La noche de los muertos vivos (1968), compiló algunos elementos ya presentes en otras películas de los 40 y 50 y les dio una vuelta de tuerca original que modificó este tipo de películas para siempre. George Romero, junto a Stephen King (con quien ha colaborado en numerosas oportunidades), es de los autores de terror más prolíficos de las últimas décadas (muy recomendada es The Crazies, 1973).

¿Por qué es fundamental esta película? Fue la primera en donde se establecen los patrones para la inclusión de los zombies en la cultura pop: 

1. No sabemos el origen de la enfermedad o infección, sino que frente a nuestras narices y sin darnos cuenta se fue al diablo todo (por un virus mortal, radiación, comida de origen animal con exceso de hormonas o soja transgénica, fin de los tiempos bíblicos, etc.)

2. El Sálvese quien pueda postapocalípsis: ¡los zombies son unos rompequinotos pero los otros humanos supervivientes pueden ser aún más guachos! Los muertos vivientes se tornan en parte de la escenografía del fin del mundo, mientras los humanos se destacan por su crueldad.

3. ¡Es en la cabeza! Toda persona de menos de 45 años efectivamente sabe que para matar un zombie hay que pegarle un tiro en la cabeza o reventarle el cráneo de alguna forma.

4. No reconocen a nada ni a nadie: tienen hambre insaciable y comerán a todo ser humano que tengan a su paso.

► [YAPA]: La noche de los muertos vivientes – Película completa:

 

Estos patrones los vamos a encontrar hasta el presente y los zombies irán evolucionando no solo en el cine estadounidense, sino que van a ir derivando con características particulares en distintos países: las italianas de Lucio Fulci (Zombie 2 y 3, por ejemplo) que aprovecharon el éxito de Romero ya son clásicas o en España con posterioridad a las realizadas tras el fin del franquismo (cargadas de zombies nazis, erotismo y litros de sangre), se destacan las de la serie de películas de REC de Jaume Balagueró y Paco Plaza, filmadas en Barcelona. En Gran Bretaña, Danny Boyle ha dirigido y producido 28 Days Later y 28 Weeks Later, para la TV nos encontramos con Dead Set (que ha sido transmitida por I-Sat), sobre el holocausto zombie en el medio de la emisión de un Big Brother. Un joven Peter Jackson fue el realizador desde Nueva Zelanda de Braindead de 1992 (genial traducción en España: Tu madre se ha comido a mi perro). En Argentina, por otro lado, no podemos dejar de señalar la enorme producción de cortos y mediometrajes de esta temática, incluido un festival que si bien no es solo de zombies, les da un lugar muy especial: el Buenos Aires Rojo Sangre, que se desarrolla a finales de octubre y principios de noviembre. De nuestro país han salido esos peliculones que constituyen la saga de Plaga Zombie, que tiene hasta remake norteamericana.

► [TRAILER]: ¿Se acuerdan de Braindead de Peter Jackson?:

 

¿Que hay en las películas de zombies para que atraigan tanto? ¿Crítica por el exceso de violencia en nuestra sociedad? ¿Los estragos del capitalismo planetario en nuestras mentes que nos moldea como seres sin voluntad ávidos de consumir sin parar? ¿Pretextos para hacer cine gore y de violencia explícita, sexismo, etc.? ¿Cómo se trasluce nuestro miedo a la muerte en unos seres deplorables que quieren seguir existiendo a costa de los vivos? Sí, todo eso y un poco más. Sencillamente es un género divertido, simple, sin grandes secretos, podríamos decir que casi inocente.  Las películas de zombies han disparado relaciones con la comedia (Shawn of the Dead con Simon Pegg y Nick Frost o la cubana Juan de los Muertos), con la acción, con el suspenso, con lo triple x, en definitiva con todo lo que aquello que pueda estar frente a una cámara.  Ya forman parte del negocio y están para quedarse por un buen tiempo, siendo retroalimentadas por su vinculación tanto con el mundo del comic (Marvel Zombies) o el manga (High School of the Dead) y los videojuegos (la saga de Resident Evil o Silent Hill) o con sellos editoriales que desde hace un buen tiempo están publicando y reeditando libros y colecciones de esta temática.

¿Qué podemos hacer ante semejante propagación de este virus Z por todas las pantallas? Nada más que relajarnos en un buen sillón, juntar provisiones (cuanta más comida chatarra, mejor), balas y un grupito de amigos, mientras miramos algunas de las mejores películas de los podridos comecerebros que han conquistado el mundo.

Por Raúl Emilio Pimienta

 …………………………………………………………………………………………………….

► [TOP 10]: Un compilado de películas de zombies:

  

…………………………………………………………………………………………………….

¡Buen comienzo de semana para todos! Arrancamos este lunes con una sola consigna: ¿Les gusta el género de zombies o no les atrae particularmente? Si la respuesta es positiva, ¿qué films les han gustado más dentro de esta temática?  Los fanáticos de The Walking Dead que andan por acá también  pueden explayarse sobre la serie, por supuesto; ¡Espero sus comentarios, muchachada, que tengan un excelente lunes!

……………………………………………………………………………………………………….

—> La última vez escribió Lucas Alvarez sobre… BREAKING BAD

…………………………………………………………………………………………………………

……………………………………………………………………………………………………….

[OFF TOPIC 1] Estuve haciendo cálculos y les cuento que Cinescalas cumple 800 (!) posts el lunes 18 de noviembre; como festejo, vamos a elegir al ganador del concurso “Filmá tu propio videoclip” ese mismo día, y además les dejaré un regalo para todos; como ya me han llegado un total de 15 videos que publicaré hasta, curiosamente, el jueves 15 de noviembre, doy por cerrada la convocatoria; muchas gracias a todos los que participaron y desde ya que estoy considerando repetir la propuesta para el año que viene 😉

[OFF TOPIC 2] Como les comenté el viernes en Facebook, el libro de Cinescalas (Démosle un buen final a esta historia) se ha vendido muy bien; solo me quedan algunas copias para enviar o entregar, así que los interesados pueden escribir a milyyorke@gmail.com; muchísimas gracias a todos los que compraron el libro y me apoyaron durante el proceso y presentación del mismo; fue un placer ver sus ejemplares en sus bibliotecas y mis textos subrayados; son la comunidad cibernética más genial que existe (porque trascienden lo virtual); ¡GRACIAS OTRA VEZ!

……………………………………………………………………………………………………….

 

……………………………………………………………………………………………………….

* RECUERDEN QUE SI QUIEREN SEGUIR LAS NOVEDADES DE CINESCALAS POR FACEBOOK, ENTREN AQUÍ Y CLICKEEN EN EL BOTÓN DE “ME GUSTA” Y POR TWITTER, DENLE “FOLLOW” AL BLOG ACÁ; ¡GRACIAS!