Hoy en Cinescalas escribe: Natalia Paez

Cuando nos cuentan una historia, por más mínima que sea, lo que tiene de interesante no es tanto el contenido sino quién te la cuenta.  El condimento, si se quiere, no es el cómo ni el cuándo sino la persona que está narrando; la voz, y sus matices. Mi primer recuerdo de ese contacto tan intimista tiene que ver con mi abuela. Ella fue quien, a su manera, me inició en este mundo mágico de las historias; ella es mi Cortázar. Recuerdo como si la viera ahora a una nena de muchos rulos negros persiguiendo a una mujer fabulosa de algunas canas y gran cartera, siempre llena de golosinas y libritos de cuento nuevos. Escucho cómo la princesa Aurora duerme su sueño forzado (cortesía de Flora, Fauna y Primavera, que la protegían de Maléfica), y pido una y otra vez que me expliquen qué pasó con Caperucita y con el valiente soldadito de plomo y su amada bailarina. Los cuentos no tenían tanto sentido como cuando los escuchaba de mi abuela, porque es esa voz la que aún hoy teje los recuerdos más preciados de mi infancia, y el inicio de mi avidez por la ficción que, como una bufanda larga e interminable, me abriga y protege del hielo de la realidad.

Algunas imágenes de Beasts of the Southern Wild:

Un  poco de eso vino a mi memoria mientras veía la historia de Hushpuppy y su padre Wink  en la película de Benh Zeitlin Beasts of the Southern Wild, basada a su vez en la obra teatral de Lucy Alibar Juicy and Delicious. La historia transcurre en Bathtub, una comunidad de pescadores del sur de Louisiana. Todos parecen detenidos en el tiempo, aislados en su isla de cantos y excesos, a salvo del monstruo amenazante de la ciudad por un dique que los separa y protege al mismo tiempo. Son esas voces cantantes, alegres y desprejuiciadas las que guían los pasos de la pequeña Hushpuppy  en esta etapa de pasaje. Son sus palabras, sin embargo, las que guían al espectador en estas tierras de la niñez en brecha, entre los juegos y las responsabilidades a destiempo. Entre un padre que la trata como si no fuera su pequeña hija de seis años y una profesora (Miss Bathsheba) que la prepara para lo inevitable: el deshielo, la amenaza latente, y la lucha por sobrevivir. Desde su concepción de mundo, Hushpuppy entiende que todos coexistimos en un delicado balance donde cada cosa tiene su lugar. Cambiar una sola parte, puede significar el fin del mundo como lo conocimos hasta ahora, y eso ciertamente no está bien. El cambio, el fin del cuento no es lo que busca Wink, no es lo que necesita Hushpuppy ni lo que está preparada para afrontar la comunidad de Bathtub. Pero es lo que va a pasar sin lugar a dudas, estén listos o no.

Ante este suceso, el miedo no es la respuesta y eso nos conduce a la persona que Hushpuppy necesita más: su mamá. Como los personajes de mis cuentos, el anclaje con la familia no está puesto en la persona que está presente (su padre) sino en los que no están más; y cuando todo esté dicho y hecho, Hushpuppy entenderá que para restaurar el orden hay que volver al origen y buscar en nuestra esencia. Y eso es exactamente lo que ella hará, invitándonos a su viaje. Beasts of the Southern Wild no es una historia fácil, ni un relato lineal que se siga sin dificultad. Al contrario, muchas de las imágenes que nos ofrece buscan enfrentarnos con aquello que nos aterroriza más, ponerle una cara, una voz y un sonido, y hacernos lidiar con ello para poder seguir con nuestras vidas. Es, como me contaba mi abuela, la oportunidad de elegir tu propia aventura y hacerse cargo de las propias elecciones. No será en un castillo dorado, ni con la ayuda del hada madrina o gracias a la magia, pero es seguro que esta vez el “había una vez” estará en tu poder. Es tu voz, son tus matices, es la forma en que vos mismo contarás, alguna vez, tu propia historia. Y eso sí es genial.

Por Natalia Paez

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¿Vieron Beasts of the Southern Willd? ¿Les gustó o no tanto? Nati los invita a sumar otras historias contadas desde el punto de vista de los protagonistas y a dejar su opinión respecto a la voz en off: ¿en qué casos les parece que estuvo bien empleada y en qué casos no?; ¡Dejen sus comentarios! ¡Buen comienzo de semana!

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—> La última vez escribió João sobre… RATATOUILLE

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