Blejman: “Trabajar con programadores permite agregar valor al contenido periodístico”

 

Mariano Blejman es editor de tecnología y cultura joven del diario Página/12, pero hace unos años es uno de los principales referentes periodísticos en la experimentación con proyectos sustentados en bases de datos.

En 2011 fundó junto con colegas y programadores web el movimiento local del Hacks/Hackers, un encuentro multidisciplinario que busca resolver problemas a través de aplicaciones de uso periodístico. Uno de sus principales intereses es trabajar junto con especialistas en tecnología para agregar valor en las historias que le toca contar como profesional de prensa, desarrollar visualizaciones a través de enormes bases de datos y construir conocimiento sobre una problemática de interés común con el aporte de otros usuarios.

En esta entrevista exclusiva con NACION Data, Blejman -columnista de tecnología en Radio Continental y 360 TV- explica de qué se trata esta especialidad incipiente en nuestro país, comparte experiencias de desarrollos ya publicados y describe las principales características del movimiento de datos abiertos (open data), una tendencia en crecimiento.

–  ¿Qué significa para un periodista la experimentación en esta nueva especialidad que vincula la investigación con la tecnología?

– La experimentación entre el periodismo y la programación de software es un campo absolutamente nuevo en más de trescientos años de periodismo cotidiano (desde el Daily Courant en 1702 en Londres el primer periódico diario). Si bien hace ya 15 años que los medios trabajan sobre Internet y la cuestión de los datos, infografías, etc, no son para nada una novedad, la corriente de periodismo de datos o datajournalism, es relativamente nueva -cuatro o cinco años-. Es la idea de trabajar cotidianamente junto a programadores como eje en las principales redacciones del mundo. Eso ya está pasando. Es sin duda el último paso para generar valor agregado a los contenidos periodísticos, es la posibilidad de recuperar fidelidad, contrato de lectura, cercanía con los usuarios, apertura de los procesos productivos (open journalism) y un valor agregado al uso de las redes sociales. Lo que tiene que quedar claro es que al menos nosotros no proponemos que este sea el único tipo de periodismo, nadie propone que se deje de escribir en todos sus géneros, es simplemente un género más que ofrece un gran valor, aumenta la permanencia de consumo y es difícil de trasladar.

– ¿Qué le aporta un periodista a un programador y un programador a un periodista?

– Básicamente, se supone que un periodista sabe contar historias, sabe dónde buscar algunos datos, tiene capacidad interpretativa y analítica. Y los programadores de software tienen una gran capacidad para trabajar con esos datos, aunque muchas veces carecen de mirada periodística o interpretativa. Sin embargo, hay muchísimos programadores de software que tienen un alto sentido de responsabilidad social, y que están dispuestos a poner su conocimiento para contar historias o realizar investigaciones. La experiencia de Hacks/Hackers Buenos Aires del año pasado, que lanzamos con Martín Sarsale, Guillermo Movia, Mariana Berruezo, Cesar Miquel y hoy tiene una base de 530 profesionales, nos hizo ver que es una resignificación del trabajo cotidiano, de quienes en muchos casos trabajan para grandes empresas en proyectos en los que no se ven involucrados. En varios medios de los Estados Unidos e Inglaterra ya están trabajando juntos, y aquí se empiezan a ver algunos proyectos en ese sentido. Para los periodistas significó ingresar a un mundo de posibilidades ilimitadas.

– ¿Ves en el mediano plazo que ambos oficios se vayan a fundir en un nuevo perfil profesional para las Redacciones de los medios?

– Eso ya está pasando en los Estados Unidos y en algunos países europeos. El principal lugar de desarrollo de datajournalism es The New York Times bajo el mando de Aron Pilhofer, que tienen un equipo de 20 personas y seguirá creciendo, según el mismo dice. Pero también hay grandes casos en The Guardian, el Zeit On Line (que no tiene un equipo interno) y el equipo de la BBC News interactivo que tiene una estructura impresionante. Hay muchos más. Lo que está apareciendo como nuevo género periodístico es el “news app developer”, que es el desarrollador de aplicaciones periodísticas, y que en el caso de algunos medios digitales como ProPublica.org adquieren un valor agregado muy importante. Hay un caso muy bueno en ProPublica que se llama Dollars For Docs, que es una base de datos con información de la plata que reciben los médicos de los laboratorios. Eso tiene un impacto impresionante en la profesión de salud, saber qué laboratorios le paga a tu médico.

– ¿Qué puede hacer un periodista desde su espacio para exigir que la información sea realmente de acceso público en nuestro país?

– Los periodistas trabajamos sobre la base de la información que está disponible o que podemos conseguir por distintos medios. Como sabrán, hay varias ONG que piden sistemáticamente la mejora de la información pública, y hay algunos mecanismos para pedir que se libere cierta información. El tema es que la idea de la transparencia gubernamental a través de la liberación de datos en Internet es una corriente mundial que mejora la relación con los ciudadanos pero también puede ser engañosa. Porque la liberación de datos digitales sistemáticos no asegura la transparencia si no hay un análisis interpretativo y cotidiano de esos datos. Además, los gobiernos encuentran la manera de ir cumpliendo con las leyes de open government y al mismo tiempo ir poniendo trabas, como el caso de gastopublicobahiense.org de Manuel Aristarain, que ha encontrado mecanismos para detener la sistematización externa de las consultas. Los periodistas no estamos preparados para poder manejar grandes volúmenes de datos. Yo creo que en todas las redacciones va a empezar a ser necesario tener periodistas capacitados no para programar pero sí para poder conversar de cerca con los programadores, y que sepan qué pueden hacer, qué herramientas hay qué tienen que pedir. El caso de The Guardian es muy impresionante porque con muy poquitas personas hacen coberturas y visualizaciones realmente buenas y lo mejor es que son muy rápidos.

– ¿Cómo le explicarías a alguien inexperto qué es una hackatón?

– Es una jornada de trabajo de programadores de software con un objetivo específico. Algo así como una maratón de hackeo: nos juntamos con un fin predeterminado para ver si llegamos a desarrollar algo, o a avanzar. En el caso de Hacks/Hackers Buenos Aires lo aplicamos a temas de contenido periodístico. Hay diferentes modelos en todo el mundo, muchos hackatones son competencias por plata o premios. Con Hacks/Hackers Buenos Aires durante 2011 hicimos cuatro hackatones específicamente dedicados a resolver problemas de contenido y aplicaciones periodísticas. En algunos lugares -como la gente de SourceFabric en Praga- ya les dicen “mediatones”, pero es un término que todavía no se comprende con rapidez. El año pasado hicimos un hackatón en el foro de periodismo digital de Rosario, donde se desarrolló en 30 horas el prototipo de una aplicación para “interpretar” charlas de personas. Después hicimos en Tecnópolis un hackatón sobre mapa76.info, una idea para extraer automáticamente datos desde documentos de textos que estamos intentando llevar al prototipo, aplicados al tema de los juicios de la dictadura. Y por una idea de Sergio Sorín con Andy Tow y unas 30 personas más se trabajó en una visualización de las elecciones presidenciales en tiempo real. También hicimos una extensión de Firefox para medir la “edad” de una página web. Este año hay muchas ideas de proyectos periodísticos que quisieran usar la base de 530 personas para encausar sus proyectos. Al menos por ahora, hemos apostado a proyectos colaborativos y de software libre. Todos ganan y se llevan algo.

– ¿Cuáles son los fundamentos más sólidos en los que se basa el movimiento de open data?

– La idea es que hay cierta información que es pública y debe estar disponible para todos de una forma que pueda ser usada, copiada, estudiada libremente. Es una corriente mundial donde hay muchas personas y desarrolladores trabajando en cientos de gobiernos en todo el mundo, y otras organizaciones que lo hacen desde el tercer sector. Desde la perspectiva periodística, la idea de open data funciona como grandes fuentes digitales (el proyecto más grande es data.gov) pero el open data no asegura transparencia, sólo genera sensación de transparencia si no hay trabajo periodístico encima. Un gran ejemplo que no es generado por el Estado es quepasariachuelo.org, la plataforma de la cuenca Matanza Riachuelo desarrollado por la gente de GarageLab. Es una fenomenal plataforma para comprender lo que pasa en el Riachuelo, cuáles son las empresas contaminantes, y es necesario que los periodistas “intervengan” esas plataformas digitales para encontrar historias allí.

– ¿A quién recomendarías seguir en Twitter para descubrir nuevas tendencias en periodismo de base de datos?

– Simon Rogers (@smfrogers), HacksHackers (@hackshackers), Phillip Smith (@phillipadsmith), Aron Pilhofer (@pilhofer), Burt Herman (@burtherman), Jennifer Lee (@jenny8lee), Chrys Wu (@MacDiva), HacksHackersBA (@hackshackersba) y, por supuesto, a quienes ellos siguen.

– ¿Cuál fue el desarrollo que más te maravilló en este campo?

– El año pasado, en noviembre, se desarrolló en Londres el Mozilla Festival dedicado a la web abierta y los medios. El anuncio que más me impactó fue un documental llamado One Millionth Tower y allí podía entenderse de qué se trata esta unión entre periodismo y programadores. Es un documental canadiense sobre la cuestión habitacional pero está pensado para la web, “conversa” con Internet y toma información de la web para su propio contenido. Es una forma nueva de generar contenido. Y eso se hizo con tecnología de software libre, es decir el código fuente del documental está disponible para ser reutilizado. Pero también encontramos cerca de 500 emprendedores, editores, desarrolladores, plataformas de contenido pensando y reinventando la forma en que las personas consumen noticias. Hay mucho interés por nuevas formas de visualización y de crowsourcing, y en América latina están empezando a aparecer nuevos productos acá, en Chile y México. Por la información que tenemos de afuera y por los proyectos que sabemos que se están desarrollando en la región, mucha gente piensa que este año el datajournalism va a llegar definitivamente a los medios. Y nosotros estamos trabajando en encontrarle un modelo de negocio.