Concurso “Filmá tu propio videoclip”: Primera entrega

Buen jueves para toda la muchachada. Ya arrancamos con las entregas para el concurso “Filmá tu propio videoclip” que propuse en el último cumplepost. Hoy le cedo la palabra a Carolina Carrizo, quien me envió un video de su tema favorito de Adele, “Set Fire to The Rain”. Gracias Caro por participar. Los dejo con el relato de la directora del trabajo, presentando el mismo: 

Mi nombre es Carolina Carrizo y co-dirigí este video con mi amiga Victoria Fernández. Lo hicimos porque nos encanta Adele y amamos el drama, (combinación perfecta). Tuvimos cero presupuesto. Los actores fueron mis compañeros de trabajo y todo el material técnico nos pertenecía. La grabación nos llevó un fin de semana completo. Nos divertimos a más no poder, excepto el protagonista que se corrió la vida con 35°C. Durante la preproducción, cada visitante tenía como tarea obligatoria el armar barquitos de papel, y así juntamos una cantidad considerable para cubrir todo mi living.

“Set Fire To The Rain” es una de mis canciones favoritas del disco 21. La letra y la interpretación de Adele es simplemente perfecta y desgarradora. Remata con ese “Let It Burn” creciente del final que te deja sin respiración. La idea era remarcar dos situaciones con distinto ritmo. Por un lado, la protagonista que no puede avanzar, detenida en el tiempo, donde todo lo que la rodea es gris y nada funciona. Por el otro, las escenas dinámicas del novio, discutiendo y corriendo incansablemente para recuperar lo perdido.

“And the games you’d play, you would always win, always win”. Los carteles simbolizan las etapas de un romance en caída, desde confiar, necesitar, amar, hasta el cliché de la “confusión”, con su inminente final. La protagonista propone este mismo juego del que cree haber sido víctima (su novio la dejó por otra, pero luego se arrepiente). Él se desespera a medida que va encontrando las notas. El resultado es que no hay ningún ganador, porque ambos sufren y terminan solos.

“Even that when we’re already over, I can’t help myself from looking for you”. Esta frase la graficamos en el último plano en el que ella acaba de dejar en el agua el cartel que dice “It´s over”, pero termina mirando hacia atrás, esperando que él aparezca.

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► [VIDEO] “Set Fire to The Rain” x Carolina Carrizo:

ADELE 'Set Fire To The Rain' (Music Video) from Carolina Carrizo on Vimeo.

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► [DE YAPA] Una playlist con sus cantantes femeninas favoritas:

Women Power! by cinescalas on Grooveshark

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Este jueves, una sola consigna: Los invito a comentar el video realizado por Caro y, los que quieran, a explayarse sobre Adele (¿la siguen escuchando? ¿se cansaron? ¿nunca la escucharon?); de más está decir que espero que me lleguen muchas otras producciones para el concurso! ¡Buen jueves para todos! ¡Nos reencontramos mañana! 😉

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¿Y ahora qué?

“You are the smartest and the dumbest fucking person i’ve ever known”

* Atención: si no vieron Homeland y planean hacerlo no lean el post ni vean los videos, salten directo a la consigna 

Escribir acerca de Homeland como una historia de amor puede resultar algo descabellado. En primer lugar, porque fue concebida para que un único personaje protagónico (la agente de la CIA Carrie Mathison) lleve adelante una cruzada (su lucha contra el terrorismo, con objetivos que van variando), cruzada en la cual tiene aliados (su familia y su mentor y figura paterna, Saul) y un enemigo personal (su propia cabeza). Sin embargo, sobre el final del cuarto capítulo (Semper I) el rumbo de Homeland cambia. Es importante aquí contextualizar: Carrie vive para su trabajo. No hay otra cosa en su micromundo que no esté circunscripto a la búsqueda obsesa y desesperada del terrorista Abu Nazir. Como parte de esa búsqueda, los primeros capítulos de la serie focalizan en el monitoreo que hace Carrie de un marine de los Estados Unidos que fue prisionero de guerra de Al-Qaeda y en quien ella ve una posible amenaza, un soldado convertido en terrorista. El monitoreo es literal. Carrie observa a Nicholas Brody desde el living de su casa, con pantallas que muestran la intimidad de ese hombre, las interacciones con su familia tras ocho años de ausencia, los momentos de estrés post-traumático, cualquier instante privado. Carrie, en ese fascinante prólogo a todo lo que iría a suceder luego, se alimenta con lo que puede, se queda en pijamas, apenas logra pintarse las uñas, pero nunca quita los ojos de la pantalla y nunca deja de anotar cada anomalía que percibe en la conducta de Brody. De todos modos, como ya mencioné, luego se produce un quiebre. Nada parece indicar que ese soldado es terrorista y ya no hay un permiso legal para invadirlo, para poner la lupa sobre él. Así, se quitan las cámaras y Carrie queda sola, sin incentivo, en el sillón de su casa. Lo que hace después de un tiempo de meditar (y en esto reside el talento de Claire Danes: en expresarlo todo con gestos) es cambiarse, subirse al auto y encontrarse “casualmente” con ese hombre al que pasó un mes observando. La atracción es instantánea y esa charla bajo la lluvia no sólo vuelve a Homeland una serie con un romanticismo (disfuncional y retorcido, sí) que iría a persistir, sino también una serie sobre una relación dependiente y compleja de abordar, totalmente irracional si la (sobre)analizamos.

“You know how people say you are crazy? You are crazier than that”

“Las dependencias, supongo, son vicios difíciles de quebrar. Siguen y siguen y aunque sean malas y laterales, la sola idea de vivir sin ellas, de quedarse solo y en medio del vacío, es demasiado fuerte como para optar por lo sano y mandarlo todo a la cresta” escribió Alberto Fuguet. Esto me recordó a Carrie de manera inevitable. Luego de una escena en la que Brody se aparece en su casa para pedirle que no le cuente a su esposa del encuentro que tuvieron (en el capítulo eje de la primera temporada, The Weekend, que sienta las bases de este romance maldito), Carrie tira el vino de las copas que había preparado, y a los pocos minutos le hace una pregunta retórica a Saul (la del gif), que se convertiría en una suerte de presagio. “Este hombre te ha envenenado el cerebro” le dice su mentor (interpretado por un enorme Mandy Patinkin). Y es cierto. Si bien luego de dos temporadas aún se mantiene la ambigüedad acerca de Brody y sus actos (algunos confirmados, otros sin la seguridad de que él haya sido cómplice), no hay dudas respecto a que cualquier futuro entre ambos está imposibilitado desde el inicio. Como bien le dice Saul en el último capítulo (hasta el momento) de la serie, Brody siempre va a ser el hombre que se puso una bomba en un chaleco, por más redención que haya intentado encontrar luego. Aún así, solo esta serie puede lograr que una conversación entre un terrorista y quien fue su persecutora suene plausible, especialmente aquella que tiene lugar antes de la gran tragedia, cuando ambos repasan qué tienen a favor para lograrlo, para empezar de cero, y qué les juega en contra (“you do scare me, Brody”). La actuación de Damian Lewis es tan contenida y enigmática, que jamás realiza un gesto que revele por completo si su personaje es efectivamente quien dice ser. Por lo tanto, es Carrie quien más se expone y es en Carrie en quien vemos las secuelas de los fugaces momentos románticos, como en esa desgarradora escena de la primera temporada, en la cual mientras la anestesia hace su efecto, solo puede recordar los paseos con Brody por el bosque. Es ella quien dice “I also love…” y él quien responde “careful”. Es él quien dice “maybe this all will end up in tears” y ella quien responde “we might make it”. Hay quienes se resisten a creer que Homeland muestra, entre muchas otras cosas, una historia de amor condenado. Para quien les escribe, parte del encanto de la serie es esa batalla que libra Carrie contra sus impulsos (impulsos a los que siempre cede, salvo en la última disyuntiva), contra el miedo a quedarse vacía. Por ende, así como en la primera temporada todo giraba en torno a la captura de Abu Nazir y en la segunda, a la captura del propio Brody, el nuevo incentivo de Carrie para la tercera es probar (aunque no haya certezas al respecto) la inocencia de ese hombre que habló sobre ellos en pasado (“this was love”, “we came so close”) y que nunca se permitió emitir una palabra de más. ◄  

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► [ENTREVISTA] Alex Gansa, el creador de Homeland, explica el final de la segunda temporada:

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► [DE YAPA] Claire Danes y Damian Lewis en una de las mejores escenas de Homeland, del episodio The Weekend de la primera temporada:

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Seguimos con la sección SERIES y dos consignas: 1. ¿Cuáles fueron los mejores finales (de temporada o finales absolutos) de series que hayan visto y que mayor ansiedad/shock les hayan generado? (ojo porque indudablemente habrá SPOILERS! así que pongan primero el nombre de la serie en mayúscula en sus comentarios, así el que no quiere leer sobre ella puede abstenerse) 2. ¿Cuáles fueron esas series que vieron y/o están viendo maratónicamente por la adicción que provocan?; por supuesto, quienes hayan visto Homeland pueden explayarse al respecto ¡Dejen sus comentarios así armo otra galería con sus aportes!

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Mi reino por…

Ya lo había dicho Matt Porterfield al aludir a su propio proyecto, I Used to Be Darker: la plataforma de financiación Kickstarter es un arma de doble filo. Por un lado, permite que realizadores independientes reciban donaciones por parte de seguidores y/o interesados en su estilo y todo lo nuevo que tengan para mostrar. Por el otro, también les está abriendo la puerta a directores ya consagrados para que ellos mismos, y aún posiblemente teniendo el capital como para filmar, igualmente se apoyen en sus fans para conseguir dinero. Las propuestas de Kickstarter son tantas y tan variadas que, en consecuencia, se hace uso y abuso de los pedidos y, en ese terreno insondable, hay lugar tanto para que Zosia Mamet requiera de fondos para filmar un video folk con su hermana (lo que fue un verdadero fracaso) como para que Spike Lee necesite de sus contribuciones para llevar adelante una producción sobre la que no dio demasiados detalles (“the newest hottest Spike Lee joint”). El video que acompaña su pedido es tan hilarante como insultante. En primer término, nos recuerda que tiene recaudar cerca de un millón y medio de dólares, y que las donaciones, según cuán abultadas sean, tendrán recompensas como zapatillas usadas por él, o el “privilegio” de sentarse a su lado en una cena. No estoy siendo irónica. Ésas fueron exactamente sus palabras. En segundo término, el discurso de Lee se inicia casi textualmente con la frase “ya que los fanáticos de Veronica Mars donaron plata para que la película de la serie sea posible, pensé en hacer lo mismo con mis seguidores”, y continúa con una suerte de repaso por su filmografía para que entendamos lo vital que es verlo en actividad como cineasta. Más allá de que esa clase de pedidos bordeen lo irrespetuoso, a fin de cuentas cada uno decide si poner o no dinero para que un proyecto se concrete, y hasta el momento el film de Veronica Mars y la segunda película de Zach Braff (Wish I Was Here) fueron los que llegaron a la meta con rotundo éxito, por lo cual podrán ser vistos en pantalla grande en poco tiempo.

El caso de Spike Lee fue, a su modo, el disparador para este post. Empecé a imaginarme para qué producciones yo haría una contribución con tal de verlas concretadas. Esto, a su vez, me recordó a cuando llegué a la última página de la novela The Fault in Our Stars. Conmovida y subyugada por la prosa ocurrente y precisa de John Green, indagué en su universo y en ese movimiento conocido como Nerdfightiria, iniciado por el propio autor y su hermano Hank, dos “vlogbrothers” que subían (y siguen subiendo) videos a YouTube con impronta de blog, como aquel en el cual Green dividía a los enamorados en “dumpers” y “dumpees” (los que dejan y son dejados, aunque con más especificidades), que es la premisa de otra de sus novelas, An Abundance of Katherines. Como siempre en estas situaciones, la curiosidad hizo que salte de una de sus obras a otra, incluso a aquellas que son co-escritas por él (como la brillante Will Grayson, Will Grayson); y que quiera, en definitiva, ver sus palabras adaptadas al cine. El deseo se empezó a cumplir este año con el anuncio de que The Fault in Our Stars finalmente tendrá su adaptación, con Shailene Woodley y Ansel Elgort como Hazel Grace y Augustus Waters. Sin embargo, siempre consideré que la segunda mejor novela de Green (Looking for Alaska) es la que cuenta con mayor potencial cinematográfico y con una oscuridad mucho menos digerible que The Fault in Our Stars, mucho más devastadora.

Green no solo se ha convertido en uno de los mejores exponentes del género Young Adult sino también en un autor que incluye sendas metáforas en sus historias con un lenguaje que las desvía del cliché. En The Fault in Our Stars compara al amor con el hecho quedarse dormido (“I fell in love the way you fall asleep; slowly and then all at once”) y en Looking for Alaska describe la idealización con una analogía extremadamente visual (“I was a drizzle and she was hurricane”). Asimismo, en ambas obras se abordan temas duros (enfermedades terminales, depresión, suicidios), pero con un humor no tan ácido sino más bien enternecedor. Sus personajes se saben presos de situaciones casi inmanejables y, por lo tanto, se aferran a sus propios métodos (sus “silver linings”) para contrarrestarlas. Green les da una voz particular, desde Miles y su obsesión por las últimas palabras, pasando por Hazel y Augustus y su pacto tácito sellado de manera monosilábica (“okay?” “okay”) hasta Alaska y su naturaleza autodestructiva y enigmática sostenida hasta el final de su viaje. Por todo esto, mi reino por más adaptaciones de John Green, por ver en una sala de cine a la juventud en primer plano, a una juventud que no teme romperse porque, como bien asegura Miles en Looking for Alaska, eso jamás podría suceder. Como ya lo cité en otra oportunidad: ya nada nos quiebra, y si nos creemos invencibles es porque, efectivamente, invencibles somos.

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► [GALERÍA] Las novelas (y algunas cosas más) que quisieran ver (re)adaptadas al cine; ¡que la disfruten!:

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Para este martes, una consigna: ¿Qué historia real/libro/idea les gustaría que se filme algún día, que tenga su correspondiente película y para lo cual no tendrían problemas en contribuir? ¿Han imaginado a ciertos actores para algunos proyectos que les gustaría que se concreten? ¡Espero sus comentarios así armo una galería alusiva! ¡Nos reencontramos mañana, un saludo para todos! ¡Buen martes! 😉

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SI JOHN GREEN LO DICE…

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Serás lo que debas ser o no serás nada

Hoy en Cinescalas escribe: Eduardo Blake

El ascenso, ocaso y regreso de Vin Diesel

La frase del título de este post parece aplicarse con facilidad a la vertiginosa y acelerada carrera del actor Mark Vincent, más conocido como Vin Diesel. Este hombre de músculos llevar es considerado la encarnación modelo 2000 del clásico héroe de acción, con un cierto carisma difícil de explicar. Conocido por su pequeño rol como el soldado Adrian Carpazo en Saving Private Ryan (1998), o como quien le pusiera la voz al enternecedor robot en el clásico animado The Iron Giant (1999), su primer gran éxito llegaría con una película de ciencia ficción, de presupuesto modesto, llamada Pitch Black (2000), en donde encarnaría por primera vez a Richard B. Riddick, un peligroso mercenario con unos ojos muy particulares. Presentando una mezcla de ciencia ficción y horror con ciertos toques de western, la película se volvería un éxito de culto.

Vin Diesel en Saving Private Ryan

En rápida sucesión, Vin Diesel protagonizaría dos películas que lo propulsan al reconocimiento masivo. Ambas serían producidas por Neal H. Moritz y lo unirían al director Rob Cohen (The Skulls): primero en The Fast and the Furious (2001) como el corredor Dominic Toretto y luego en xXx (2002) como Xander Cage, un deportista extremo convertido en agente secreto. Apreciado por la audiencia pero no tanto por la crítica, el éxito parecía llegar a la puerta de Vin Diesel, y el actor se enfrentaba a una gran decisión: ¿continuar encarnando a los mismos personajes en una serie de secuelas, o abrirse a nuevos horizontes? Tal vez por miedo a quedar encasillado como un mero héroe de acción, tal vez buscando demostrar su versatilidad y su rango actoral, Vin Diesel declina participar en las secuelas de sus dos grandes éxitos, solo aceptando retornar a interpretar al  mercenario Riddick. La pelicula, The Chronicles of Riddick (2004) no sería una mera secuela, sino una verdadera apuesta para crear una nueva franquicia centrada en este personaje. Junto al film se lanzarían un videojuego que contaba la historia previa a Pitch Black, Escape from Butcher Bay (2004), y un corto animado como puente entre las dos películas, Dark Fury (2004), ambos provistos de la voz de Vin Diesel y con su participación en la producción.

Tal vez por el excesivo foco en el personaje que da nombre a la saga, tal vez por el cambio de enfoque de horror a mera acción, la respuesta a The Chronicles of Riddick no sería positiva. Tampoco serían bien recibidas Find Me Guilty (2006) o The Pacifier (2005), siendo esta última un intento de huir hacia la comedia, siguiendo el ejemplo de Stallone y Schwarzeneger. Mientras tanto, y pese a sus negativas a regresar, las franquicias que ayudó a crear tomaron vida propia. 2 Fast 2 Furious (2003), la primera secuela de The Fast and the Furious, traería de regreso a Paul Walker, con Tyrese Gibson reemplazando a Vin Diesel como su compañero de aventuras. Moritz repetiría el mismo enfoque con la secuela de xXx. En reemplazo de Vin Diesel, sería el rapero Ice Cube (quien ya había trabajado com Moritz en Torque) el elegido para protagonizar xXx – State of the Union (2005), bajo la dirección de Lee Tamahori, responsable de la cuarta película de Pierce Brosnan como James Bond, Die Another Day, y con William Dafoe como antagonista. Basta decir que la película no fue muy bien recibida por la audiencia y la crítica, continuando los excesos cometidos por Tamahori en su Bond.

Vin Diesel y Asia Argento en xXx

Como dato curioso, se lanzaría una edición especial en DVD de la primera xXx  (xXx – Uncensored Unrated Director’s Cut), reflejando uno de los extras incluidos el grado de deterioro de la relación entre el director Rob Cohen y Vin Diesel. Este extra, un corto denominado The Final Chapter – The Death of Xander Cage, pretende explicar el destino de dicho personaje, siendo interpretado por uno de los dobles de riesgos de Vin Diesel. El mismo tiene que ser visto para ser creído. Se evita de todas las formas posibles mostrar el rostro del protagonista, reutilizando líneas de la primera película para proceder a eliminar el personaje de una forma absurda y bizarra, con diálogos que apuntan a atacar la inteligencia de Vin Diesel.

Con el éxito de la segunda parte de The Fast and the Furious, se comenzaría a preparar la tercera entrega, The Fast and the Furious – Tokyo Drift (2006), siendo la primera de la saga que dirigiría Justin Lee y que no tendría a ningún actor de las dos anteriores… o eso se pensaba. Concluida la trama central de la película, un epilogo nos sorprende con el regreso de Vin Diesel a la saga, volviendo a encarnar a Dominic Toretto en un breve cameo. Parece ser que el actor reconsideró sus opciones, y decidió ver si todavía había posibilidades de resucitar su éxito anterior. El cameo funcionó, los fans lo querían de vuelta y los productores escucharon. Casi tres años después llegaría Fast & Furious (2009), reuniendo a gran parte del elenco de la primera película. Vin Diesel no solo se limitó a actuar en la película, sino que dirigió y protagonizó el corto Los Bandoleros, una precuela a esta cuarta parte, que está incluida en la edición de colección en bluray y DVD. El éxito fue tal que en 2011 llegaría Fast Five (2011), en la que no solo regresaría Vin Diesel sino también actores de las cuatro entregas de la saga, creando una suerte de The Avengers de Fast & Furious. Por último, mayo 2013 nos encuentra con Fast & Furious Six, con una séptima entrega ya anunciada para el 2014.

Vin Diesel y Judi Dench en The Chronicles of Riddick

Si Dominic Toretto le había dado el tan necesario oxigeno a la carrera de Vin Diesel, había que preguntarse si sus otros papeles “reconocidos” podrían hacerla crecer. Riddick volvería en un nuevo videojuego, Assault on Dark Athena (2009), preparando y testeando las aguas para una nueva película del mercenario de ojos brillosos. Riddick llegará en septiembre de este año y buscará volver a las raíces que hicieron de Pitch Black un gran éxito. Asimismo, xXx – The Return of Xander Cage está en la carpeta de proyectos en desarrollo de Paramount, también con el regreso de Rob Cohen. El director hizo sus paces con Vin, pero el status del proyecto es fluctuante, pues Paramount todavía no tiene tanta confianza en la atracción renacida de Diesel, y espera ver la recepción del nuevo film de Riddick antes de autorizar la producción de la película.

Con el regreso de Dominic Toretto y de Riddick, y un prospectivo retorno de Xander Cage, la carrera de Vin Diesel parecería estar volviendo. Sin embargo, será Riddick la verdadera prueba de fuego, para por fin determinar si el actor logrará superar al personaje de Toretto y volver a buscar nuevos y diversos roles, o si quedará confinado a interpretar al conductor de picadas para siempre.

Por Eduardo Blake

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► [¿SABÍAN DE ESTO?]: Les dejo la primera parte de Multi-Facial, el cortometraje escrito, protagonizado y dirigido por Vin Diesel estrenado en Sundance en 1995 y que fue elogiado hasta por el propio Steven Spielberg; ver para creer: 

  

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¡Buen comienzo de semana, muchachada! Para el post de hoy dejamos dos consignas; primero va la de Edu: 1. ¿Qué opinan de Vin Diesel? ¿Les gusta como actor o piensan que está interpretando siempre el mismo personaje? ¿Algún ser humano vio Babylon A.D.? 2. Por otro lado, yo pregunto: así como Edu siguió la carrera de Diesel, ¿ustedes de cuáles actores siguieron todos los pasos y han visto sus filmografías correspondientes? Como siempre, espero sus comentarios y aprovecho para felicitar a Ana Acosta por haber ganado el concurso del viernes con su nota sobre Liberal Arts; ¡nos reencontramos mañana! 😉

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—> La última vez escribió Lautaro Garcia Candela sobre… SPRING BREAKERS

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