Tema de sábado: True Love

Concurso “Filmá tu propio videoclip”: Sexta entrega

Hay cosas que se generan sin planearlas. Por ejemplo, Gise me mandó este video mucho antes de que yo escribiera el post de ayer. Releyendo su texto descriptivo advertí que aborda exactamente el tópico de las decisiones sobre el que debatimos hace unas horas nada más. La simbiosis no queda ahí y la trasladé a la consigna de hoy, que espero los motive a comentar y a armar una de esas playlists de los jueves a las que ya estamos acostumbrados (¿será menos triste que la anterior? esperemos que sí, yo no me hago responsable 😛 ). Sin más preámbulos, los dejo con las palabras de Gise sobre su videoclip para el concurso…

Una vez leí por ahí (no recuerdo dónde) que “Moon River” es “la canción ideal de la película Breakfast at Tiffany’s y la película Breakfast at Tiffany’s es la ideal para la canción ‘Moon River’” y que “no podrían existir la una sin la otra” porque “son tal para cual…”.

La primera vez que escuché “Moon River” fue de la mano de Sinatra y siempre creí que era suya. Me hechizaba cada vez que ponía play. Un buen día miré Breakfast at Tiffany’s y aprendí que fue compuesta para ese film por Johnny Mercer (letra) y Henry Mancini (música). Al ver esa magistral escena en la que Holly toca la guitarra en la ventana cantándola entendí por qué siempre que la escuchaba me provocaba ese estado de paz y de reflexión. Todo en la escena es maravilloso, la mirada de Holly (Audrey Hepburn), la forma en la que canta cada verso como asintiendo y coincidiendo con su letra, la voz repleta de tristeza… sentí que “Moon River” pintaba el perfecto retrato de aquellos momentos en la vida en que nos cuestionamos mil cosas: si estamos haciendo lo correcto, si vivimos como alguna vez soñamos, si estamos con la persona que amamos y, más importante aún, si somos felices con la vida que elegimos todos los días o si quisiéramos cambiar algo. Esos momentos en los cuales reflexionamos por eventos pasados o intentamos tomar una decisión que nos cambia o no la vida. Por eso cuando veo una película en la que sus personajes se encuentran cuestionándose todos estos interrogantes, evoco “Moon River”: porque además celebro el encontrarse con lo que uno realmente siente y quiere. Creo que requiere valentía el mirar hacia adentro y responder todas esas preguntas.

Por esa razón hice el video de hoy con algunas escenas de películas en las que los personajes se encuentran en un estado de discusión con ellos mismos, sea ese estado más o menos trascendente en sus vidas. Por último, me despido con unas palabras de Sandor Marai alusivas a estos momentos en la vida, palabras que cada tanto releo porque siempre les encuentro algún significado: “Las preguntas son estas: ¿Qué has sido? ¿Quién eres? ¿Qué has querido de verdad? ¿Qué has sabido de verdad? ¿A qué has sido fiel o infiel? ¿Con qué o con quién te has comportado con valentía o cobardía? Estas son las preguntas, uno responde como puede, diciendo la verdad o mintiendo, eso no importa. Lo que sí importa es que uno al final responde con su vida entera”. 

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► [VIDEO] “Moon River” x Gisela Bender:

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Como todos los jueves, dos consignas: 1. Los invito a comentar el video  que realizó Gise para el concurso 2. Por otra parte, y tomando “Moon River” como base y una propuesta que había hecho Caro Torfano hace poco, la lista de reproducción de hoy va a consistir en: canciones que suenan en una película en un momento especial y que siempre vamos a ligar a una escena en particular (es decir, simbiosis entre tema y secuencia); yo, fiel a mi naturaleza monotemática, hago mi primer aporte, clarificado con un gif más abajo: “cuando suena ‘Como si fuera el fin’ de La foca en Excursiones”; ahora sí, espero todos sus aportes para armar otra de esas playlists que, al menos a mí, me cambian definitivamente el día; ¡saludos, muchachada!  

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► [LISTA DE REPRODUCCIÓN] Canciones + escenas: cuando unas nos remiten a las otras; les dejo nada menos que 80 ejemplos de esta simbiosis; ¡espero que la disfruten!:

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[OFF TOPIC]: Como saben, estamos cada vez más cerca de la presentación del libro y tengo unos días un poco agitados, así que les voy a dejar el atípico itinerario del blog para las próximas semanas: mañana no va a haber post de viernes, nos vemos el finde con canciones y fotos, el lunes con una nota de ustedes, el martes con un Open Post vinculado al Día L (¿Día Libro?), el miércoles 11 no habrá post, el jueves volveremos con otro videoclip y el viernes 13 (!) es el post de la presentación que ya empecé a armar porque tiene algunas sorpresas para ustedes; luego de esa semana especial, del 16 al 22 me voy a tomar vacaciones, mi notebook me lo pide; todo este choclo es para decir…¡nos reencontramos el lunes! ¡que tengan un excelente fin de semana! 😉

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♪ COMO, COMO SI FUERA EL FIN… ♪

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La mesa de pool como metáfora

“At the same time I wanna hug you, I wanna wrap my hands around your neck, you’re an asshole but I love you, and you make me so mad I ask myself
‘Why I’m still here, or where could I go?'”

“Ahora que miro este lugar vacío me doy cuenta de que una mesa de pool hubiese entrado perfecto, quizás si hubiésemos comprado unos sillones más chicos” le dice Brooke (Jennifer Aniston) a Gary (Vince Vaughn), mientras se queda contemplando el departamento donde pasaron años juntos. Me gusta esa secuencia de Viviendo con mi ex. Me gusta porque es verdadera. Porque a los pocos minutos ambos dejan ese departamento y sus caminos se bifurcan. Por lo tanto, el “si hubiésemos…” es real. Porque no es una manifestación que trae consigo el alivio o la sensación de que todo puede resolverse si una última charla, franca y brutal, se entabla para evitar lo inevitable. Por el contrario, esa manifestación es nostálgica, es la prueba de que decir “si yo o vos hubiésemos hecho diferente tal o cual cosa…” está englobando también la aceptación de que por algo no se hizo. En ese aspecto, la película de Peyton Reed tiene un final acorde. Brooke y Gary necesitaban tiempo. Necesitaban reencontrarse una vez que ella hubiera visto el mundo sola – y ya no operando como apéndice de él -, y una vez que él hubiera visto el mundo sin la comodidad de tenerla a ella como apéndice, realizando todo lo que él no podía. El planteo del film es el de conocerse como sujeto individual antes de emprender una vida en conjunto. “Sos un gran amigo, cuando salgo con vos me divierto” le dice Johnny (un hilarante Jon Fraveau) a Gary, para luego añadir su “sin embargo”, su consejo de amigo disfrazado de aseveración: “pero siempre hacés lo que vos querés”. De todos modos, Viviendo con mi ex no lo muestra a Gary como el culpable de la separación por su comportamiento infantil y egoísta, como tampoco la muestra a Brooke como la culpable por retroalimentar esa dependencia, por complacer sin pensar que quizás el otro esté necesitando que le saquen la venda. Nada de eso. Justamente se trata de una película donde la culpa no importa, pero donde la búsqueda de madurez no es compatible con la estabilidad emocional. Por esta razón, la metáfora de la mesa de pool siempre me llega. ¿Y qué si ella la hubiese comprado, contra sus propias ganas para que él se divierta? ¿Y qué si él la hubiese ayudado a lavar los platos? ¿Hubiese cambiado algo o son solo excusas, alarmas aguardando el momento de ser encendidas? Quizás un detalle no tenga peso o quizás un detalle precisamente sea lo que cambie todo porque, en esa suma de uno tras otro, día tras día, es donde reside la certeza de que estamos haciendo las cosas bien, como salvaguardando la felicidad de uno (y la del otro). 

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 ► [ESCENA] El final de The Break-Up:

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Dos consignas para este miércoles: 1. Si se tuvieran que poner en la piel de determinados personajes de película y cambiar el rumbo de la historia, tomando una decisión diferente a la que ellos tomaron, ¿por cuáles optarían y qué modificarían de esas historias? 2. Desde un enfoque personal,  ese que tantos hermosos comentarios trajo el viernes, me gustaría saber qué decisiones marcaron sus vidas hasta el momento y si creen en que hay “decisiones equivocadas” o, por el contrario, no son de arrepentirse por los caminos elegidos; ahora comparto mi experiencia en los comentarios; los leo muchachada; ¡que tengan un buen día! ¡Nos reencontramos mañana!

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Mala onda

Anoche terminé releyendo Mala Onda de un tirón. Recapitulo, mejor. A la tarde, cuando estaba terminando el post que iba a publicar hoy, se me rompió la computadora. No hay problema, la llevo a arreglar a ver qué tiene. No, hay que dejarla hasta hoy hasta vaya a saber uno qué hora. No hay problema, me voy a lo de una amiga a trabajar. No, porque no sé qué pasó con la fibra óptica de Areco y toda la ciudad se quedó sin Internet. Así que terminé releyendo Mala onda que siempre me pone de mejor onda, paradójicamente. Y además me topé con una frase que no recordaba: “Hay cosas, por ejemplo, que uno vive a solas pero que solo cobran vida cuando logra compartirlas con alguien que también está interesado, que engancha”. Yo quería hacer eso ayer u hoy, pero hasta no saber el estado de la computadora en cuestión, prefería no publicar el post original que iba a salir ya que, en definitiva, no iba a poder leerlos en todo el día o sumarme a la charla. ¿Me esperan hasta mañana? ¿Me bancan la mala onda de hoy? Sé que sí. Hasta mañana, muchachada. ¿Qué cosas los ponen mala onda a ustedes?