Tema de sábado: Out of Time
La mejor película para…quedarte pensando
“Es evidente que tengo alterado el sistema nervioso, ya no soy dueña de mis reacciones: hace un instante, en el gabinete, me puse histérica y ahora en este lugar siniestro me siento calmada y bien, incluso me permito bromas y discursos morales. Ah, de nada sirve mentir: es su presencia la que ha operado este cambio”. No es que El año del diluvio de Eduardo Mendoza sea esencialmente una novela romántica. Sin embargo, su descripción del romanticismo se propulsa mediante dos palabras fundamentales que, a pesar de no pronunciarse seguido, igualmente están ahí, como aguardando el momento de dar el latigazo para trastocarlo todo. Las palabras son alteración y entrega. Una ligada a la otra. La alteración que sólo puede provocar alguien específico, alguien que, como esas mismas palabras, lo toman a uno desprevenido en una situación que parecía trivial. ¿Acaso no sucede? No esperar nada y súbitamente encontrarlo todo. ¿Qué remedio queda más que esa entrega? O esa entrega quizás sea lo único sobre lo que uno tiene poder de decisión. Es decir, si nos sentimos alterados por una presencia, está claro que nunca tuvimos control sobre el momento en el que su polo opuesto, la ausencia, se colmó con el ingreso en escena de una determinada persona. Uno ahí no puede elegir cómo reaccionar, es la primera reacción (o la concatenación de reacciones) lo que va a marcar el pulso de todo lo que se suscite después. Es como si el contexto pasara a ser completamente arbitrario. Como escribe Mendoza, cuando los cambios no vienen solos, cuando sin proponérselo alguien termina operando sobre nuestro sistema nervioso, se produce una suerte de bloqueo de los instantes previos y de los que nosotros imaginábamos que iban a sucederles. Por lo tanto, uno hoy está acá, pensando en algo, o no pensando en nada, solo, aburrido, acompañado, contento, entumecido, jovial, con la cabeza en el pasado, trazando planes, o con la cabeza en ningún lado. O uno simplemente puede estar. No sabiendo hasta qué punto el estar (infinitivo así, pelado, seco, sin ningún participio que indique acción, movimiento) implica una trampa. Nos podemos creer vivos hasta que la alteración se produce. Sí, creo que no hay dudas. Ahora uno puede estar acá y en un segundo estar allá, en ese lado que el otro propone y donde uno puede ir obedeciendo a la reacción primigenia o de donde uno puede escapar, no necesariamente traicionando esa reacción, sino simplemente eludiéndola. Eso es lo fascinante y eso es lo que da miedo: no saber cuándo alguien nos va a empujar hacia su lado. No saber cuándo alguien se va a adueñar de nosotros.
Breathe In es la película que filmó Drake Doremus después de Like Crazy. Más allá de que se trata de una historia más “adulta”, el realizador vuelve a escudriñar en lo mismo: hay hechos que se generan como consecuencia de un efecto dominó, que son irreversibles, y donde la culpa de los involucrados nunca es algo de interés. Mejor dicho: no hay culpas. La rareza en la interacción entre Jacob y Anna de aquella devastadora película es lógica en el marco de su reencuentro. No se puede borrar el pasado. Convivir con él no es fácil. El pasado puede modificar nuestra predisposición, no importa cuán duro nos empeñemos en llevarla hacia un lugar mejor. Breathe In es otra obra (particularmente bella, más gris que Like Crazy y sus atardeceres, con menos luz, menos calma, con más irrupciones y más lluvia) donde lo irreversible es primordial. Sophie (Felicity Jones, nueva musa de Doremus que contribuye a la dolorosa belleza del film) es una estudiante de intercambio que se dispone a pasar unos meses con una familia neoyorkina. En esa casa conoce a Keith (Guy Pearce), un profesor de música con deseos de formar parte de una orquesta, y quien no parece intranquilo dentro la rutina con su esposa y su hija adolescente. Doremus hace algo audaz: toma a su favor los prejuicios que la simpleza narrativa de su historia contiene (un hombre con crisis de mediana edad subyugado por los encantos de una brillante joven de dieciocho años) y los interpela tomando las vías más impensadas. Breathe In no es una película sobre sexo, no es una película sobre un hombre cansado de su vida que encuentra en esa joven las respuestas a todas sus carencias. Es una película sobre dos personas que se conocen y se alteran, con un denominador común: ambos están obsesionados con los conceptos de elección y de libertad (“I don’t wanna be living a life where I’m not choosing stuff”, dice ella; “a lot of people fucked themselves up” dice él) y no necesitan consumar la atracción (más intelectual que física) para que la complicidad se esclarezca. Con intensas miradas (a Jones no le cuesta la química instantánea con sus protagonistas) y una escena magistral en la que Sophie y Keith ingresan a la casa después de una tormenta, se desvisten en sus respectivos cuartos y se reencuentran en el living, Doremus alude a la alteración y alude a la entrega y revolotea en lo cíclico. Así es como Breathe In parece terminar como comienza. Parece. Porque en el medio se produjo todo un torbellino. En el medio se produjo un cambio. En el medio, Keith advirtió algo que lo liberó y condenó al mismo tiempo. Keith advirtió que, antes de Sophie, solo estaba. No vivía. No reaccionaba. Entonces, Doremus deja latente un dilema (¿cómo volver a la normalidad después de eso?) y yo me pregunto sobre su pregunta: ¿volver a la normalidad? ¿acaso eso se puede? ♦
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► [TRAILER] Les dejo un adelanto de Breathe In:
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► [RECUERDO] Algunos momentos de Like Crazy:
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¡Hola a todos! La consigna para este viernes: Mencionar las películas que no pudieron (o que incluso no pueden) sacarse de la cabeza, aquellas que los dejaron maquinando, ya sea porque les llegaron a nivel personal o porque dispararon muchos interrogantes; espero sus comentarios, y quienes hayan visto Breathe In también pueden explayarse sobre ella; ¡nos reencontramos en la canción de mañana! 😉
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La última vez hablamos sobre la mejor película para… UNA NOCHE DELIRANTE
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Concurso “Filmá tu propio videoclip”: Decimotercera y decimocuarta entrega
¡Buen jueves para todos! Como verán, hoy el concurso llega por partida doble. Como Pía ya había editado su video antes de mi anuncio del lunes pasado, su trabajo finalmente entró en la conovocatoria. Para que sigan en pie las mismas fechas, decidí presentarlo junto al de João. Dos conceptos totalmente diferentes en un mismo post. Gracias a ambos por participar y al resto les cuento que restan presentarse solo dos videos y después haremos una revisión para que gane el mejor. Ya estoy en condiciones de afirmar que los jueves de playlists se extrañarán mucho. Dicho esto, los dejo con João y con Pía…
Lo curioso es que he tardado en hacer un video. Muchas veces uno puede filmarlo, pero la tarea de compartirlo con todos cuesta y mucho. Hay que pensar qué tema debe tratar el video, la música que debe ser ejecutada y más allá, que el trabajo haga un casamiento entre la canción y las imágenes. Tenía ideas interesantes… una que vino a mi mente fue el del retratar al perrito de mi trabajo que siempre está ahí para hacerme reír cuando estaba un poco triste…pero los intentos no salieron como esperaba. Sin embargo, un tema provocó algo en mí, uno que suena al final de un juego llamado inFamous 2, llamado “Fade Away” e interpretado por The Black Heart Procession. El juego es una continuación de una saga de un hombre, Cole McGrath, que después de una explosión, gana poderes especiales. Con el juego él decide si va utilizar los poderes para bien o para mal. El segundo capítulo en sí habla de las decisiones difíciles y de los sacrificios que tomamos en el medio del camino. Muchas veces los temas tienen esa capacidad de ayudarnos a seguir nuevos destinos, provocando una ruptura de algo para un futuro que aún no tiene nada escrito. Las palabras en el piso que verán en el video son como un recuerdo que todas nuestras frases y actitudes siempre perduran, como un recuerdo que existe y que yace en todos los lugares a los que se va… un recuerdo desde el que hay que seguir o al que se le puede quedar mirando. ♦
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► [VIDEO 1] “Fade Away” x João Paulo Rodrigues da Silva:
Fade Away by Johnny Strangelove from João Paulo Rodrigues on Vimeo.
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Una fantástica melodía para introducirse en lo más lindo de la naturaleza. Los lindos espacios y aromas que extraño del lugar de donde soy. Según Deleuze, la dominación mental puede llenar la selva de todo lo que yo quiera, es por eso que aproveché este espacio para mostrarles de lo que no tienen que perderse. Un camino para incursionar en lo más simple y apreciar aquello imposible de comprar. Estoy hablando, sin ir más lejos, de Misiones. Estas imágenes reflejan un paseo de sencillez y placer hecho por una lugareña (yo) que hoy ya no vive allí. Forma parte de esto “Little Yellow Spider”, tema de Devendra Banhart, donde él ya decidió cantar a los animales, aquellos que revelan cosas que nadie más sabe y nadie las entiende. A mí me tocó la flora para completar la poesía que él manifiesta, y que creo que se acopla perfectamente con la melodía. He creado un viaje para mezclarse con aquello que el Sol y la Luna iluminan, para olvidarse del cuerpo, trasladarse y no saber dónde se encuentra de verdad. Federico Fellini dijo una vez: “estamos construidos en memoria, somos a la vez la infancia, la adolescencia, la vejez y la madurez”. Con el tiempo vacío anticipamos el recuerdo, aquellos que permanecen siempre. Sólo hay que ver, más que mirar. ♦
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► [VIDEO 2] “Ver más que mirar” x María Pía Gordo:
ver mas que mirar from Pía on Vimeo.
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► [LISTA DE REPRODUCCIÓN] 145 canciones hot (no me hago responsable por las consecuencias ocasionadas):
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Bienvenidos a otro jueves musical; dos consignas para el post de la fecha: 1. Los invito a comentar los trabajos de Joao y de Pía, a quienes agradezco su participación en el concurso 2. La consigna melómana de la fecha para el armado de otra playlist es mencionar las canciones más hot/sexys/sensuales que ha dado la música; de paso, me gustaría saber si consideran a la música un afrodisíaco o no necesariamente; espero sus comentarios así armo otra playlist, nada menos que la antepenúltima; ¡como siempre, que tengan todos un gran jueves!
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EN RELACIÓN A LA CONSIGNA DE HOY…

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No te soporto
Si hubo algo – entre muchas otras cosas – que definió a Cinescalas este año en particular, fue el crecimiento de su comunidad. Por ende, en varios posts Santi y muchos de ustedes sugirieron que retomáramos consignas planteadas cuando el blog recién comenzaba para que pudieran hacer sus aportes quienes por entonces no habían llegado hasta acá. Recuerdo que el tópico “personajes del cine que nos generan bronca” fue aludido tímidamente allá lejos y hace tiempo, y me pareció que era momento de revisitarlo y ampliarlo a personajes que, a falta de mejor término, nos resultan directamente exasperantes. Jamás dudé respecto al ejemplo a citar. ¿Cómo no focalizar en Briony? A fin de cuentas, ella representa aquello a lo que uno más puede temer: que un tercero ejerza control sobre nuestro propio destino, al extremo de modificarlo irremisiblemente. Sí, Atonement (novela y brillante adaptación) es una obra en la que el eje narrativo es el punto de vista y su maleabilidad, sumado a cómo la percepción, cuando está ligada a los deseos de uno, puede ramificarse en conductas de las que no nos creíamos capaces. Por el “I Saw Him” que dice con seguridad (o una seguridad autoinducida), Briony es la protagonista excluyente de este post, personaje que, a pesar del extraordinario desarrollo de la historia de la que forma parte, priva a dos personas (y nos priva a nosotros) de más encuentros, experiencias y, claro, del ansiado final feliz. ◄
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► [COMPILADO] Algunas razones por las cuales le tengo bronca a Briony Tallis en Atonement:
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► [GALERÍA]: Personajes del cine (y algunos de series) totalmente odiables; ¡miren y acumulen bronca!:
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Una consigna para este martes: Simplemente que hagamos catarsis mencionando a personajes del cine a los cuales les tenemos bronca y los cuales también nos resultan completamente insoportables; como suelo hacer, con sus aportes voy a armar una galería para poder verlos a todos juntos y acumular aún más bronca hacia ellos :P; una aclaración: mañana no va a haber post, se me juntaron unas notas que tengo que hacer y no llego si no me tomo el día, ¿me bancan? gracias como siempre; ¡que tengan un buen martes, muchachada! ¡Nos reencontramos el jueves!
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MEJOR NO ACORDARSE DE CIERTAS COSAS…

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