
Hoy en Cinescalas escribe: Milagros Barcala
Primera escena. Un plano medio de una ventana abierta cubierta por unas cortinas largas que se mueven por el viento en un cuarto completamente vacío. Un recorrido general por lo que parece ser la nueva casa de Laurence. Y digo nueva porque ya tuvo una, una que se animó a dejar atrás. Laurence es una mujer encerrada en el cuerpo de un hombre y Laurence Anyways, la película de Xavier Dolan, es una sobre una persona transgénero, alguien que siente que nació en el cuerpo equivocado. Si, a la ligera es eso, o por lo menos eso dicen las reseñas de la película. Pero no, no es solo eso. Laurence Anyways es, sobre todo, una historia de amor. Está bien, no suena nada sencillo, pero si todos tuvimos la oportunidad de estar enamorados alguna vez sabemos que no hay espacio para la sencillez en el amor. Y menos si las dos personas se aman, menos si la necesidad de separarse no pasa por haber dejado de querer al otro sino por no poder dejar de ser fiel a uno mismo y a esa búsqueda personal. Entonces, Laurence Anyways también es eso: una historia de amor y aceptación.
“When things break, it’s not the actual breaking that prevents them from getting back together again. it’s because a little piece gets lost — the two remaining ends couldn’t fit together even if they wanted to. the whole shape has changed.”
Laurence Emmanuel James Alia (interpretado a la perfección por Melvil Poupaud) es un escritor premiado que se gana la vida dando clases de literatura en una escuela secundaria de Canadá. Con sus treinta y pico de años vive en un pequeño departamento con Fred Belair (una maravillosa Suzanne Clément que crece un poco más en cada escena), su novia desde hace dos. Enamorados, ellos se pasan los días haciendo listas sobre aquellos pequeños detalles de la vida cotidiana que minimizan los placeres o sobre qué colores deberían desaparecer de la faz de la tierra. Se aman. Tienen, como toda pareja, códigos establecidos, lugares de encuentro, un mundo propio creado a partir de la unión de dos mundos. Fred es el amor de su vida (“I call her AZ, because it all begins and ends with her”). Pero Laurence tiene un secreto que ya no puede seguir callando, Laurence está a punto de morir y renacer, necesita finalmente hacerse cargo de todo aquello que sintió desde chico pero no supo manejar y así empezar a vivir (“my life isn’t real, im on hold”). Y finalmente, primero con un desgarrador grito de auxilio y después con una charla más íntima pero igual de dolorosa, Laurence cuenta su verdad. Lo dice en voz alta por primera vez, se explica y trata de que Fred entienda: “I love you but I gotta love you the way I am”. Desde aquí en adelante, se muestra todo ese proceso que debe vivir Laurence para ser quien quiere ser y, en paralelo, todo lo que deberá enfrenta junto a Fred para que esta historia de amor tenga el final que merece…o no.

Muchas veces conté que tengo en mi haber un par de historias de amor truncas, historias que quedaron por la mitad y otras que no llegaron a ser. Soy una especialista en fracasos amorosos. No reniego de ellos, porque en todos fui feliz en algún momento, aunque a veces me pesen por todo aquello que no pudo ser. Sin embargo, creo que de no haberlos vivido no hubiese llegado a ser quien soy hoy. Todas mis relaciones me han enseñado algo, todas me han dejado una infinidad de momentos que llevaré conmigo siempre. Y este es el punto en el que coincido con esta película y sus personajes. Si bien el conflicto no es el mismo, siempre hay alguno que detona un quiebre y la posibilidad de replantearnos miles de dudas. “Our love wasn’t safe, but it wasn’t dumb” le dice Laurence a Fred en una escena en el café y yo lo escucho y recuerdo las veces que viví ese café y esos momentos en donde quise salir corriendo pero que no pude porque algo me retenía, algo me decía que tenía que quedarme. Ahí es cuando escucho a Fred, y la veo sentada en la cama repitiéndose “I need to wake up next to him” como una necesidad vital, como si no hubiera otra opción.
Somos cambio continuo, somos búsqueda eterna y toda relación es de a dos. Necesitamos aceptarnos el uno al otro para poder seguir adelante y crear un mundo compartido. Porque no podemos amar sin antes sentir que somos nosotros, sin antes amarnos a nosotros mismos. Y eso es lo que Laurence trata de hacer y Fred también lo intenta, porque no puede dejar de amarlo. Y se propone acompañarlo desde el momento en que Laurence cuenta su verdad. Decide ser su apoyo y su compañera en esta nueva vida, en este camino que tantas veces soñó con recorrer, en esta reconstrucción. Pero muchas veces las ganas de seguir adelante no alcanzan para hacerlo, muchas veces el amor y las ganas necesitan de otras cosas para poder sobrevivir. Y miro la película y me surgen millones de preguntas que creo haberme hecho miles de veces: ¿Puede el amor soportar tales cambios? ¿Hasta dónde somos capaces de aguantar cuando estamos resignando nuestros deseos o nuestros sueños por la persona que amamos? ¿Podemos cambiar por el otro cuando el cambio no nace desde nosotros, cuando no hay una necesidad propia de ir tras un cambio? Y de no poder hacerlo, ¿podemos dejar de amar al otro cuando el amor sigue siendo correspondido? Porque es fácil (algunas veces más que otras) terminar con una relación cuando el amor se fue perdiendo, ¿pero cuando todavía está ahí, cuando sigue siendo el mismo que el primer día? ¿Puede el tiempo ayudarnos a olvidar? ¿Podemos resignar ser quienes somos por amor? Porque Laurence cambia por una necesidad propia, porque no puede hacer otra cosa que cambiar, pero… ¿Fred puede modificar todo aquello que siempre sintió y pensó para poder aceptar a esta nueva persona?

A Fred y a Laurence les cuesta diez años encontrar las respuestas a todas estas preguntas, juntos y separados. Y nosotros somos testigos de todos los cambios, desde esa primera vez que Laurence se viste de mujer hasta los miles de intentos por tratar de salvar esa relación. Pero hay algo que siempre vuelve a unirlos y eso hace que esta historia sea tan hermosa. Ser conscientes de esa necesidad del otro es lo que hace que el amor siga doliendo a través de los años pero al mismo tiempo es lo que nos lleva a seguir buscándolo, a luchar por él. Suelo pensar que el tiempo trae consigo las respuestas y las soluciones a todo, y somos nosotros los que tenemos que tomar esas respuestas y hacer con ellas lo que creemos mejor. Por eso el hecho de que Dolan cuente esta historia tomando como punto de partida un calendario, un año o una estación (hace del otoño y el invierno los escenarios perfectos) como recurso constante en la película me hace quererla todavía un poco más. Creo que las historias lineales siempre me parecieron menos atractivas que aquellas que van moviéndose de momentos a otros, sin importar el principio y el fin de estas y creo que es porque siempre sentí que el amor tiene un poco de eso.
Sí, me enamoré de Laurence como hace rato no me enamoraba de una película. No puedo dejar de mirarla, de hablar de ella, no puedo para de recordar escenas o frases, momentos que me cautivaron y me emocionaron hasta las lágrimas. Y así como Fred lo supo (“the moment I met you, I knew I was in for something extraordinary”), yo también lo supe, sentí esa necesidad de quedarme con él. Ahora sé que en mi lista de cosas que maximizan mis placeres, Laurence Anyways tiene un lugar asegurado.
Por Milagros Barcala
………………………………………………………………………………………….
► [TRAILER]: Les dejo unas imágenes de Laurence Anyways:
Laurence Anyways from Post-Moderne on Vimeo.
………………………………………………………………………………………….
► [ESCENA]: Uno de los grandes momentos de la película de Dolan, mencionado por Mili en su nota:
…………………………………………………………………………………………………
¡Buen comienzo de semana para toda la muchachada! Este lunes les dejo tres consignas: 1. ¿Vieron Laurence Anyways? ¿Qué opinión tienen sobre ella? 2. Por otro lado, quisiera saber qué películas los impactaron por su belleza visual 3. Pasando a un plano personal, y así como Laurence y Fred hacen su lista de cosas que minimizan sus placeres, los invito a hacer lo opuesto: ¿qué pequeños hechos cotidianos les generan placer a ustedes? Como siempre, espero sus comentarios, ¡que tengan un gran comienzo de semana y nos reencontramos mañana!
…………………………………………………………………………………………………….
—> La última vez escribió un guión Verónica Stewart sobre… CATCHING FIRE
…………………………………………………………………………………………………………

……………………………………………………………………………………………………….
[OFF TOPIC] Muchachada, les quería comentar dos cosas: por un lado, que la semana que viene me tomo mis vacaciones de verano, así que desde el lunes 13 al domingo 19 les dejaré un Open Post ya que el blog no se actualizará; por el otro, les quería reiterar mi agradecimiento a todos los que por distintas vías apoyaron el proyecto del documental de Cinescalas, y les cuento que en un par de días voy a presentarles el micrositio de la película y dejarles el link para comenzar con la recaudación en Idea.me; el rodaje lo daré por iniciado el mes próximo y, desde ya, los mantendré al tanto de cada una de las novedades; de nuevo: muchas gracias por todo, nunca dejan de sorprenderme 😉
…………………………………………………………………………………………………….
EL FESTEJO DEL DÍA LE CORRESPONDE A…

…………………………………………………………………………………………………….

……………………………………………………………………………………………………….
* RECUERDEN QUE SI QUIEREN SEGUIR LAS NOVEDADES DE CINESCALAS POR FACEBOOK, ENTREN AQUÍ Y CLICKEEN EN EL BOTÓN DE “ME GUSTA” Y POR TWITTER, DENLE “FOLLOW” AL BLOG ACÁ; ¡GRACIAS!