“He wasn’t like anybody else .He wasn’t like anybody I’d ever met. It was the specificity of him and his sort of humanity and his curiosity about people, his compassion” – Meryl Streep sobre John Cazale
“Death ends a life, not a relationship” le dice Morrie(Jack Lemmon)a Mitch (Hank Azaria) en Tuesdays with Morrie.Esa escena pone a dos hombres distanciados por las circunstancias (uno a punto de morir, el otro anhelando empezar una vida diferente) y enfrentados por sus pensamientos (uno se apoya en la sabiduría para combatir el miedo, el otro siente pánico ante la posibilidad de dejar ir) tan cerca como lo pueden estar quienes, en el fondo, comparten un deseo en común: saber cuándo disfrutar y saber cuándo despedirse. Quería abrir este post con una alusión a esa secuencia por tres razones. En primera medida, porque extraño (y cuánto extraño) a Jack Lemmon. En segundo lugar, porque lo que dice Morrie es irrebatible. La verdadera muerte llega con el olvido. Un vínculo genuino la traspasa, la excede, la sortea. En tercer lugar, porque esos dos individuos se encontraron, se modificaron, se salvaron mutuamente. Mitch, quien se consideraba poco especial, quien aseguraba que cualquier lección, cualquier aprendizaje le pasaría por el costado sin él saber cómo aprehenderlo, es reivindicado por su viejo profesor sobre el final, cuando escucha de su boca las palabras “¿qué hubiese pasado conmigo si vos nunca me hubieses visitado? es así como nos despedimos: yo te quiero y sé que vos también, sé que vos también me querrás para siempre”. Morrie habla de la perdurabilidad del afecto como antídoto ante la desaparición física y habla sobre cómo, gracias a la labor de los pequeños detalles y de los gestos que a veces se producen de manera imperceptible, todos dejamos una huella diaria en la vida de otro. Todos somos únicos para alguien. Como bien expresa Meryl Streep en la cita superior recordando al extraordinario John Cazale, es la especificidad de ciertas personas, sus peculiaridades (todas esas peculiaridades que rescatamos ayerde la figura de Robin Williams) lo que provoca que nuestra relación con ellas prosiga. Para eso estamos en el post de hoy, para abocarnos a esas idiosincrasias (como cuando en The Godfather Cazale grita “I can handle things!”, tan vehemente y taciturno al mismo tiempo) de todas esas personas a las que acercamos con el recuerdo, evadiendo aquello que tanto temía Alejandra Pizarnik: “Esto es lo que me angustia. El olvido. el tiempo. Que cada esfuerzo actual sea un recuerdo futuro tratado arbitrariamente”. Apostemos, pues, a hacer exactamente lo contrario. ♦
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► [DE REGALO] “I Knew It Was You”, el breve pero imperdible documental sobre John Cazale, con grandes testimonios:
► [ESCENA] “I can handle things, I’m smart! I’m smart and I want respect”, John Cazale, increíble en la secuela de The Godfather:
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► [GALERÍA] Más de 130 hermosas imágenes de todos esos artistas cuyas muertes sentimos profundamente:
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¡BUEN MIÉRCOLES PARA TODOS! En este día, me gustaría que armemos una galería con todos esos actores/actrices/directores que extrañamos y que querríamos traer de vuelta sin dudarlo;¿cuáles fueron las muertes de grandes artistas que más les impactaron a nivel personal?¿recuerdan cómo se enteraron, qué sintieron?; espero sus menciones así armo dicha galería como una forma de recordarlos a todos y, de paso, los invito a dejar la foto de ese actor/actriz que extrañan que crean que debe ser parte de la galería o que mejor los representa (no hay problemas si subimos más de una imagen de cada persona); que tengan un excelente miércoles y fin de semana largo; ¡nos vemos el martes en el cumpleaños del blog! ¡los leo como siempre!
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“I could be another fool or an exception to the rule, you tell me the morning after” – Elliott Smith (“Say Yes”)
Robin Williams (1951-2014)
En lo que sería una suerte de semana temática, y en relación a la idea que tuvo Natalia Bello para el post de hoy, pensé en el debate-dentro-del-debate que se generó en el de ayer.Independientemente de los argumentos que dimos acerca de si sentimos empatía con Tom o con Summer, también intercambiamos apreciaciones respecto a la histeria, la valentía y el tiempo, conceptos que observamos desde distintos ejes y que conseguimos entrelazar. Eso me trajo al final de Good Will Hunting, especialmente porque éste pone de manifiesto cómo el exponerse ante el conocimiento del otro puede ser complejo pero no imposible. La llegada de Skylar a la vida de Will no sólo lo obliga a indagar aún más en sus limitaciones emocionales sino a descubrir qué es lo que verdaderamente quiere.Así, la frase profética de su psicólogo (“you don’t know about real loss because that only occurs when you love something more than you love yourself”) es contrarrestada por Will cuando, al advertir la pérdida de aquello que ama, decide que es hora de conquistar el tiempo perdido, subirse a un auto para ver qué le pasa con esa chica, erradicar su mirada teórica, dejar de “citar sonetos” para realmente amar desde lo concreto, abandonando las imposiciones. “It’s always been wait and see” canta Elliott Smithen “Say Yes”, englobando esa cruzada a la que nos enfrentamos muchos cuando somos conscientes de nuestras búsquedas pero también carentes del coraje para dar el primer paso, ese atemorizante salto al vacío, ese “esperar para ver qué pasa”. En su libro Tejiendo sueños,Patti Smith escribe sobre el deseo y lo liga, justamente, al conocimiento (“un deseo de cierta cosa o el simple deseo de saber”) y a la apertura hacia lo diferente (“lo único seguro es el cambio”). Porque a contramano de lo que él creía, el preciso instante en el que Will se vuelve más fuerte es cuando acepta que es vulnerable, cuando se pone en movimiento, cuando maneja hacia lo incierto y cuando deposita su corazón, por primera vez, en manos de alguien. ◄
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► [ESCENA] El enorme final de Good Will Hunting:
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HOLA A TODOSLa consigna para este día iba a ser que mencionemos películas asociándolas con sus citas más representativas; la idea era dejarles una galería de fotos vinculando imágenes con frases, de acuerdo a los aportes que hicieran; sin embargo, la muerte de Robin Williamsalteró los planes; LOS INVITO A RECORDAR A ROBIN EN ESTE POST CON FOTOS/VIDEOS/GIFS Y A SUMAR SUS PAPELES FAVORITOS DEL ACTOR (simplemente no puedo creer que justo al publicar este post me entero de esta triste noticia); un saludo para todos…
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— No lo sé. ¿Qué más da? Soy muy feliz, ¿tú no eres feliz?
ADVERTENCIA: SPOILERS DE PRINCIPIO A FIN
Un día cualquiera (no de verano), conversando de cine con mi amiga Laura y estando el “tópico “(500 days of Summer)”de por medio, como era de esperar en un momento llegamos a la tan polémica y difundida cuestión que el propio film plantea, o que por momentos parece plantear: ¿Es Summer una perra? Doy por entendido que ya todos conocen apróximadamente el significado y distintas variantes de tal calificativo, así que directamente pasaré a desarrollar algunas de las conclusiones con respecto al tema que Laura y yo empezamos a esbozar desde aquel día.
Para comenzar, habría que mencionar que desde un principio es la película misma la que insinúa esa posibilidad, ya desde los títulos de presentación, en los que se puede observar el siguiente texto: “Basado en hechos reales. Cualquier parecido con algún personaje vivo o muerto es mera coincidencia. Especialmente tú Jenny Beckman. Perra”. Hermosa y genial venganza por parte de Scott Neustadter – uno de los guionistas del film -, dirigida a uno de sus intensos y trágicos amoríos de juventud. Pero ése es solo un detalle, un gesto irónico y cómico que sirve para conectar la ficción con el mundo real en el que las cosas no siempre resultan como esperamos. Sin embargo, he notado que eso no siempre se entiende así, o más bien casi nunca, lo noto cada vez que en las redes sociales se postea una imagen de esta película, en la que de inmediato surgen comentarios vapuleando a la pobre chica, y consecuentemente da lugar al surgimiento de los defensores acérrimos de Summer que no tardan en responder a los insultos con más insultos, llamando “idiota” o “imbécil” a Tom, o incluso un inmaduro ingenuo que no supo prestar atención a las advertencias iniciales de Summer: “No busco novio, pareja ni nada serio”. La cuestión central de tal debate termina por convertirse en un Boca-River o Real Madrid-Barcelona, en el que hay que tomar partido por uno o por otro.
Con respecto a las palabras de Summer, pienso que en realidad Tom sí entendió a qué se estaba refiriendo ella, pero bajo sus propios códigos también entendía de antemano que el amor no es sólo un juego de palabras, sino también de hechos y sensaciones, que en forma conjunta terminaron por marcar su conducta, partiendo de los sentimientos que despertó Summer y que creía compartir con ella, razón por la cual terminó por subestimarlo todo. Asimismo, Summer no es alguien que deba subestimarse. Dueña de un apacible pero sólido carácter, lleva su escepticismo a cuestas desde muy temprana edad, desde la separación de sus padres cuando era todavía una niña, un hecho expresamente marcado en la escena en la que se muestra su desarraigo emocional al desprenderse de su extensa cabellera. Seguramente fue el principal de los motivos que terminaron por definirla como una superviviente a salvo de decepciones amorosas. Sea como sea, en forma consciente o no, presenciamos una vez más cómo la atracción de los opuestos se comprueba y se concreta. Summer es hermosa, equilibrada, independiente y carismática. Tom es idealista, arrojado, predecible y dependiente del apoyo de amigos y su hermana menor, que cumple la función de esa voz de la conciencia que tarde o temprano se hace oír. Ambos se atraen y se rigen por distintas reglas de un mismo juego que no termina de definirse, hasta que con el paso del tiempo Summer comprueba que no estaba jugando con la persona correcta. En ese mismo juego Tom apostó de más y perdió, o no… tal vez lo que necesitaba era perder para después poder ganar. Es a Tom a quien vemos sufrir, pero considerar a Summer como la villana de la película es una exageración, aunque entiendo perfectamente que esa clase de apreciación tan contundente mucho tiene que ver con las experiencias personales de cada uno, la influencia de la mirada subjetiva de la que nadie está a salvo. Pero la realidad es que Tom es, más que nada, una víctima de sí mismo, el constructor solitario de su propia tragedia, de un castillo de naipes que termina derrumbándose sobre su persona.
Quizás resulte engañoso que la película esté narrada desde el punto de vista de Tom, pero ciertamente Summer también es víctima de su negación y visión limitada del amor, aunque parezca no sufrir tanto como él. Por eso también deberíamos compadecernos por ella, porque la carencia de amor implica además la carencia de dolor, y el dolor es evolución. ¿O acaso no sentimos que Tom creció como persona sobre el final del film? ¿No hubiera sido peor para él si por miedo al dolor se hubiera negado la experiencia de acercarse a Summer? Probablemente ni siquiera el propio Scott Neustadter hubiera encontrado la inspiración necesaria para escribir esta magnifica historia si nunca hubiera conocido a la defenestrada Jenny Beckman.
Como todos los grandes films, este poseerá muchas sublecturas que se alejen del tema principal, pero esencialmente (500) Days of Summer no es una película que hable de lo perra que puede ser Summer o de lo idiota o ingenuo que puede ser Tom, ni tampoco considero que hable del desgaste que produce el amor. En realidad habla, a mi criterio y el de Laura, de dos formas diferentes de comportarse frente a ese sentimiento. El protagonista arranca enamorándose de Summer hasta por detalles como, por ejemplo, que a ambos les gusten los Smiths. No racionaliza: la ama. Summer espera que su pareja cumpla con determinados requisitos, se muestra muy liberal, muy independiente y parece no corresponder al ideal romántico. Juntos hacen un periplo de 500 días y cuando esos días terminan y el protagonista sufrió todo lo que tenía que sufrir, Summer se casa con otro. ¿Por qué se casa? Porque conoció a alguien de golpe y sintió la iluminación a la que se negaba. Nuestro muchacho se deprime pero se recupera y encara un futuro laboral nuevo e invita a una chica a salir sin sentir que la tierra se mueve bajo sus pies. Sólo por ver y porque le gusta.
En definitiva: la terrestre viró a idealista y el idealista mutó a pragmático. Ambos logran superar sus arraigadas y opuestas convicciones. Para finalizar, podría agregar que cuando en un principio una voz en off nos señala que esta “no es una película de amor”, se debe a que la historia veraz del amor va mas allá de lo que significa el amor en sí mismo, y esa veracidad está ligada al dolor y frustración que devienen de la mayoría de las experiencias amorosas, aunque en la ficción prefiramos que nos cuenten el lado amable del asunto. Aún así, por mi parte, y porque a pesar de todo también me siguen gustando los finales felices, prefiero imaginar que Tom, después de comenzar su período “otoñal”, retomó el contacto frecuente con Summer, y que ya en paz con sus corazones llegaron a disfrutar de esa socialmente considerada forma de amor cordial e inofensiva llamada amistad. Imagino que pudieron charlar, compartir proyectos, confidencias, ser felices, reír; e imagino que, con cada encuentro, íntimamente se volverá a escuchar a los Smiths como soundtrack de fondo.
Por J.D(aniel) Villalba
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► [ESCENA] La secuencia que contrapone la expectativa con la realidad:
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► [GALERÍA] Algunas citas de canciones despechadas:
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► [LISTA DE REPRODUCCIÓN / FUCK YOU VERY VERY MUCH] 70 canciones “de despecho” mencionadas hoy:
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¡BUEN LUNES, MUCHACHADA!Arrancamos esta nueva semana del blog con cuatro consignas: 1.Explayarse sobre (500) Days of Summer2.El interrogante obligado de la fecha: ¿comprenden a Summer, empatizan con Tom o sienten debilidad por ambos personajes? 3.Me gustaría que nos pusiéramos más personales y saber si les sucedió eso de malinterpretar las señales (quien tenga ganas puede compartir su historia, quizás yo lo haga);4.¡Armemos una playlist de canciones despechadas, yo sumo estade Pulp! felicito a Daniel por la nota y a todos les deseo un excelente comienzo de semana; ¡leo sus comentarios como siempre y nos reencontramos mañana!
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El crédito de este post va para la persona que lo propuso: Lore. Su idea fue que, con el inminente Día del Niño como excusa, hablemos de a) – las películas que nos remontan a nuestra infancia b) – las películas que hablan sobre la infancia y que queremos rescatar hoy c) – las canciones que marcaron nuestra infancia. En cuanto a esto último, si me dejan links y mañana tengo un rato libre, le agrego una playlist a este post. ¿Mi respuesta a la consigna general? Problem Child. Sobre todo esta escena.
Un juego. Una fiesta. Una noche. Una generación. 2 Gin-Tonics. Una persecución. Un rechazo. Una mirada. Una mirada. Una mirada. Una mirada. Violencia. Un portal. Una despedida. Un secuestro. Unas llaves. Un profeta. Un beso. Sangre. Historia. Una historia. Una historia de amor. Un impulso. Un cigarro. Unas sábanas. Un amigo. Un reflejo.
Recuerdo que la primera vez que vi el trailer de Stockholm – luego de haber visto la película completa – pensé que presentar la historia mediante una sucesión de palabras (las enumeradas aquí arriba) no solo era una buena manera de exponer la cantidad de hechos que se producen en un corto lapso de tiempo en el film sino también una forma de aprovechar el beneficio del trailer como vehículo para el engaño. Pero el adelanto de Stockholm no engaña con malicia, pereza o torpeza – como muchos otros trailers con los que nos encontramos diariamente -, sino que nos posiciona ante ese pantallazo de palabras haciéndonos creer que éstas tienen un significado unívoco. Un juego puede aludir a un coqueteo nocturno. Un profeta puede ser alguien que le saca la venda de los ojos a alguno de los protagonistas y unas sábanas pueden ser solo eso: unas sábanas que se lavan después del sexo. Pero el trailer de Stockholm justamente funciona cuando se lo observa en detalle luego del film, instante en el que todas esas palabras se vuelven mucho más oscuras, densas, casi letales. Es decir: el trailer resignifica. Recientemente, al hallar el avance de The One I Love, comedia negra que espero por una suma de factores (protagónico de Mark Duplass,dirección de Charlie McDowell), volví a tener una sensación similar a la que me produjo el trailer de la película de Rodrigo Sorogoyen.La música, algunas palabras precisas aquí y allá y las imágenes que se nos ponen delante con la velocidad de un parpadeo fueron razones suficientes como para querer comprobar hasta qué punto estoy conociendo algo de la narrativa y hasta qué punto todo cambiará de piel cuando pueda acceder a esa misma narrativa sin rupturas, cortes o fragmentaciones.◄
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► [TRAILER NÚMERO 1] Las prometedoras imágenes de The One I Love de Charlie McDowell:
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► [TRAILER NÚMERO 2]: El adelanto de la secuela de Kick-Ass que te cuenta toda la película:
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► [TRAILER NÚMERO 3]: El Honest Trailer de Forrest Gump que tiene un remate simplemente épico:
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¡BUEN MIÉRCOLES PARA TODOS! La consigna para este día es que hablemos de (y dejemos en el mismo post) distintas clases de trailers: los que nos incentivaron a ver una película, los que cuentan demasiado en pocos minutos, los que nos hacen huir hacia una dirección contraria, los bizarros, los paródicos, los que prometen una cosa totalmente diferente a la realidad, los que quieran;asimismo, me gustaría saber si son de estar pendientes de los adelantos de las películas o si les resulta indistinto la salida de sus respectivos trailers; ¡espero sus comentarios a ver qué tienen para mostrar y también espero que tengan un gran día! ¡nos reencontramos el lunes!
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