Todo empezó con una charla con mi viejo sobre El Padrino. “En esa película está todo; si quiero buscar determinadas respuestas se que, de algún modo u otro, las voy a encontrar ahí”, me dijo. Eso me recordó a una frase muy similar que dice Tom Hanks en Tienes un E-mail, en la que califica a la saga de Coppola como “el súmmum de toda sabiduría”. Subsiguientemente el personaje empieza a elaborar un ejercicio en el que se autopregunta cosas para luego autoresponderlas con distintas frases de la película (entre ellas, “Go to the matresses”, usada por Sonny como sinónimo de empezar una guerra). Es una gran escena, una escena que en pocos minutos define todo aquello que representa El padrino para los cinéfilos y los críticos. La conclusión de mi viejo, tan convicente como irrefutable, me hizo elaborar mi propia lista de películas donde, a mi entender, residen todas las respuestas a interrogantes que me he formulado a lo largo de los años. Las primeras que aparecieron fueron Antes del atardecer (todo lo que yo pienso o me cuestiono sobre el amor está en esa secuela) y Red Social(porque me permite hacer el mismo ejercicio que el personaje de Hanks, es citable por su universalidad). El punto es que muy pocos directores y/o guionistas pueden conseguir que en una obra se expongan planteos de diversa índole y que esos planteos, a su vez, se interconecten para resignificarse. A veces, las respuestas llegan de los lugares menos esperados. El cine, con su sabiduría fluctuante, es uno de ellos.
¿Coinciden con el personaje de Tom Hanks respecto a El Padrino? ¿Cuál es su vínculo con la saga? ¿En qué película ustedes encuentran las respuestas a todas las preguntas? ¡Comenten y nos vemos el lunes!
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[OFF-TOPIC]: BUENAS NOTICIAS: Quería compartir con ustedes queCinescalas ganó el premio a Mejor Blog de lanacion.com / Aprovecho para agradecer a los que me votaron (frase hecha), ya era un honor estar nominada (frase hecha, la secuela). Ahora sí, desde bien adentro (?): YEAH! Gracias Cinescaleros por estar siempre ahí, y por la comunidad que fue, creo yo, la gran razón por la cual el blog se llevó la estatuilla no-dorada (y yo el iPod, jaja); ahora sí, me voy a festejar de la siguiente manera:
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Por mucho tiempo, Lisa Hannigan fue solo la chica que cantaba ese “Did I say that I love you, did I say that I want to leave it all behind?” en el archireproducido tema de Damien Rice “The Blower’s Daughter”. Por mucho tiempo, también, Lisa fue pareja de Rice, y esa voz que apoyaba algunas de las mejores composiciones del irlandés, como la feroz “I Remember”. Esa canción resume un poco el vínculo que formaban. Ella representa la parte más luminosa de la letra, ese comienzo dulce, confesional y sereno, mientras que Damien, sobre el final, ingresa a su canción para aportar la brutalidad, la catarsis más explícita. Hasta que llegó el día en el que Lisa se emancipó de Rice (en todo sentido) y grabó, en su Dublin natal, Sea Sew, su primer disco. Y todo lo que podíamos imaginar sobre ella era cierto. Su voz traspasaba el acompañamiento vocal. Su voz merecía llenar todos los temas, sus manos merecían tocar su propia guitarra. Lisa merecía estar adelante del público, ya no a un costado. Pero, por sobre todo, Lisa necesitaba escribir sola y obtener un protagonismo que, sin embargo, ella logra redefinir. Porque Hannigan, por más que tenga todo para estar al frente, parece seguir sintiéndose cómoda en una timidez que, irónicamente, no la perjudica a la hora de interpretar. Esa fue una de las primeras impresiones que tuve cuando la vi cantar en el Shepherd’s Bush Empire. Brilla sola, realmente sola, sencilla, suave, porque su voz hace el resto. Una voz que te lleva desde momentos humorísticos hasta interpretaciones que te dejan absorto, como si alrededor no existiera nada más que vos y ella. Vos/voz, ella y su verdad.
“Siempre supe que dentro mío había una solista”, me dijo antes de salir a tocar y con la figura de Rice como tópico ineludible de esa parte de la conversación, “pero no sabía todo lo que realmente implicaba serlo”. Para poder pintar una imagen de esta mujer irlandesa de 30 años hay que pensar en su crecimiento en Kilcloon, en una infancia en la cual, al contrario de lo que se pueda llegar a creer, no había demasiados instrumentos que forjaran su camino. “En mi casa no había instrumentos, al menos no muchos, por eso mi primer contacto con la música fue en la escuela, después decidí hacer unas grabaciones amateurs, hasta que finalmente me incliné por la guitarra”, cuenta Lisa. Pero antes de esa guitarra, estaba la voz. “Si hubo algo que siempre supe era que tenía que cantar”. Lo que vino en consecuencia fue ese binomio con Rice que se mantuvo por años, pero también la fidelidad de Lisa a esa suerte de tradición irlandesa puesta en marcha por los trovadores que se juntan para colaborar, para cantar juntos donde sea esas canciones que no resisten otro adjetivo más que el de bellas. En medio de una comida o sentados en la barra de un pub (sí, de esos pubs que se imaginan), hay un disfrute del compartir la música con simpleza, que seguramente muchos recuerden por ciertos momentos de Once. “Realmenteme gusta cantar con amigos, me gusta trabajar con otra gente, porque en ningún lugar se aprende tanto. Eso siempre es positivo, nada malo puede resultar de esas uniones”, me explica y le menciono a Mick Flannery, a su hermoso dueto navideño con él y a esa ingenuidad que se percibe a la hora de ponerse lado a lado para interpretar.
De esa ingenuidad se hace eco Lisa cuando menciona la grabación de Sea Sew en contraposición a la de su segundo disco, el flamante y extraordinario Passenger: “Con el primer álbum todo era nuevo, fue una experiencia de aprendizaje sumamente fuerte. Tuve que estar atenta a aspectos importantes como reservar el estudio, prestarle atención a los arreglos de las canciones, que la banda pudiera unirse. Ahora hace tres años que estamos juntos y todo es más sencillo”, me cuenta y pienso que si hay alguien que puede hacer que el cantar parezca igual de sencillo, ésa es Lisa Hannigan. No hay nada forzado en su interpretación sino una naturalidad, una candidez reminiscente a, por ejemplo, el proyecto solista de Phil Selway.“Al comienzo, cuando recién empezaba a cantar completamente sola, estaba muy nerviosa, pero con la grabación de Passengeren Gales ya me sentía más cómoda, todo lo anterior me preparó para este momento, un momento de mayor fluidez”. Cuando el concierto en Londres terminó, cuando Lisa, ya lista para emprender un tour irlandés, se fue del escenario, no fue difícil imaginar qué iba a hacer luego. Ni producciones de fotos ni glamour ni nada de eso. “A veces, al terminar de cantar, no veo la hora de subir al colectivo y agarrar mis vinilos, de llegar a mi casa y poner Feist”, me cuenta, no sin antes confesarme sus deseos de conocer Argentina. En su caso, no hay lugar para la demagogia. Cuando habla, al igual que cuando canta, hay algo genuino en ella, tan encantador como inolvidable.Safe Travels xx
—–> Fotos del show: Germán Nieva / Fotos de la entrevista: Vera Kramerova
—–> Un agradecimiento especial a Roman Da Costa
* BONUS TRACK: tres videos para conocer a Lisa:
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* 1. LISA Y DAMIEN RICE HACEN “9 CRIMES”:
* 2. LISA INTERPRETA “I DON’T KNOW”:
* 3. LISA CANTA “LITTLE BIRD”:
¿Cuáles son sus cantantes femeninas favoritas? Los invito a dejar un tema de ellas para musicalizar el día, así los recopilo y armo una playlist para que escuchen más tarde; ¡comenten, vamos!
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DE YAPA: La playlist que armaron todos ustedes en el post de hoy; ¡que la disfruten!:
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Empiezo diciendo que tengo un encandilamiento hacia muchas estrellas que me lleva a mirar películas que podría haber pasado de largo si no fuera por el atractivo de contar con ellos en el elenco. Habiendo visto el trailer y el casting, comencé a buscar In Time y, luego de varios intentos fallidos, me dispuse a mirarla sin saber bien con qué me iba a encontrar. Lo que hallé es una película que podría calificar como la más entretenida de principio a fin de todas las que vi este año. Es solo eso, un entretenimiento sin pretenciones, sin grandes historias ni efectos especiales grandilocuentes, que me entretuvo durante aproximadamente una hora y media y me tuvo en vilo hasta el final, que a medida que iba promediando la película, tengo que confesar que no sabía en qué iba a culminar. Dirigida por Andrew Niccol, el director de Gattaca, este film tiene un elenco de jóvenes artistas porque así lo requiere su argumento, salidos de la TV y el cine, incluyendo a la pareja protagónica, Amanda Seyfried y Justin Timberlake, seguidos por Olivia Wilde, Cillian Murphy, Alex Pettyfer, Matt Bomer y Johnny Galecki.
La historia arranca en un mundo en el que todos los habitantes están genéticamente diseñados para vivir hasta los 25 años, pero a partir de ese momento solo les queda un año de vida, que llevan marcado en su brazo como un luminoso e ineludible cronómetro, que una vez que se activa solo se detiene y se apaga al momento de la muerte. A partir de ahí vemos que la vida eterna puede ser adquirida o robada prolongándose por un año, un mes o un millón de años, el dinero fue eliminado del sistema y todo se adquiere pagando con minutos de vida, meses u horas, desde un café, un viaje en colectivo, un juego de póker o un auto; los bancos dan préstamos con intereses a los que acuden desesperados cuando les quedan meses de vida y los ladrones roban horas o décadas, porque en este mundo no cuenta el dinero, sino la utilización del tiempo que a cada uno le queda por vivir.
El rico no es el que tiene cien millones de dólares, sino el que posee cien años de vida. Los “malos” son los que pugnan por poseer de cualquier manera el preciado tiempo, en pulseadas en las que roban del brazo del contrincante la vida o encuentran la muerte, quedándose con el tiempo que cada uno ha adquirido de forma legal o ilegal. Los policías, liderados por Cillian Murphy, el cronometrador, son los encargados de poner orden y perseguir a los sospechosos de robos del tiempo, porque solo los pobres viven realmente hasta los 26 años. A partir de un regalo de cien años de vida que el protagonista recibe de un suicida que ya no encuentra el sentido de la inmortalidad, comienza un thriller con persecusiones, romance, robos a lo Robin Hood, una pareja al estilo Bonnie and Clyde, suspenso, y por qué no, una cierta reflexión acerca del aprovechamiento del tiempo que hace cada uno, en un mundo en el que todos tienen la misma edad y ya no se puede saber quien es el padre, hijo, nieto, marido o mujer y el mayor botín es un millon de años sin muertes ni enfermedades que se encuentra encerrado en una bóveda a la manera de un cuadro de Picasso. Sin extenderme más en la trama, para no tirar más spoilers, los invito a ver esta pelícua que vi el dia que anunciaron el nacimiento del habitante siete mil millones en nuestro planeta. Solo una cosas me irritó: ¡la peluca al estilo Dora la exploradora de Amanda Seyfried!
Por Silvia Lenzi
¿Vieron In Time? ¿Qué les pareció? ¿Cuáles otras parejas de criminales del cine podrían sumar al post? ¡Dejen sus comentarios!; si quieren escribir en Cinescalas manden sus notas a milyyorke@gmail.com
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En los años que vengo escribiendo sobre cine, uno de los actores sobre los que más me he explayado, por distintas razones y bajo distintas circunstancias, es Robert Downey Jr. Lo más atractivo, sin dudas, era bucear en una personalidad que nos hacía cuestionar en qué consiste verdaderamente el éxito y hasta qué punto Hollywood puede darte la espalda o abrirte los brazos según cómo te vayas moviendo. Porque antes de todas sus caídas, de su mirada a la oscuridad, Downey Jr. ya era grande, en el brat pack o como Chaplin. Ya en el medio de esa tormenta, aparecía en Ally McBealy estaba claro que el carisma es una cualidad de la que pocos pueden jactarse. Hay mucho, demasiado para escribir sobre él. Podría decir que me conmueve verlo bailar con “Mr. Bojangles” en El solista o el modo en el que escupe los pensamientos en Zodíaco. Podría centrarme en Fur y esa caminata hacia la liberación. Podría, sí. De todos modos, me limito a rescatar a Kirk Lazarus por una sencilla razón: pocos actores pueden mirar su pasado y reírse de él,totalmente sometido auna películaque se burla de Hollywood en la cara. Pero claro, cuando años atrás empezaba a sonar un piano y él se daba vuelta para autodefinirse a través de palabras ajenas,era evidente que la fortaleza para levantarse luego de la caída más áspera le fue siempre inherente.
¿Cuál les parece la mejor interpretación de Robert Downey Jr.? ¡Dejen sus comentarios! ¡Buen Finde!
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Suele compararse a esta película de Marc Foster con las apuestas de Charlie Kaufman. El argumento parece ser uno solo: la invitación a la suspensión de la lógica. Pero ahí se acaba cualquier de tipo de paralelismo. Mientras que Kaufman lleva las historias a un extremo (ver Synecdoche, New York para el caso), aquí Foster (con guión de Zach Helm) se mantiene en una zona de comodidad que, sin embargo, a la película le funciona. ¿Por qué? Porque, a pesar de que el disparador sea el diálogo/conflicto/intercambio entre una escritora y su personaje real (“Todo lo que vive, por el solo hecho de vivir, tiene forma, y por lo mismo debe morir: menos la obra de arte que, precisamente, vive para siempre por ser forma”, había escrito Pirandello), al depurar su contenido, Más extraño que la ficción termina siendo más (o menos) que un mero regodeo en lo metalingüístico. Con su naturaleza descabellada trasladada hasta un cierto límite, es una película acerca de un hombre metódico (Will Ferrell, un grande como siempre) que lidia con lo desesperante que puede ser que te corran de un lugar donde ejercés control. Por eso, independientemente de las escenas brillantes entre Ferrell y Emma Thompson y entre Ferrell y Dustin Hoffman, me quedo con esta, en la cual su actuación resulta más notoriamente excepcional que nunca. Lo vemos en sus gestos, gestos de incomodidad, gestos de un hombre que, impulsado ahora por factores internos y ya no por una pulsión externa, patea la puerta para abrirla, patea la rutina para romperla, y sale a vivir.
Mirá esta escena de la película:
¿Qué opinan de Stranger than Fiction? Aprovechemos también para explayarnos sobre Will Ferrell; y, de yapa, propongan una escena que quieran ver el jueves próximo; ¡Gracias a todos!
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