Asunto masculino

huevos_tenga

¿Adivinan que son estos huevitos? ¿de chocolate? ¿los de Fabergé? ¿vienen con sorpresa, como los Kinder? La marca de juguetes para adultos Tenga, de origen japonés, saltó al mercado lúdico con una gama de productos masculinos de exquisita factura, y tan pero tan bien diseñados y confeccionados, que nadie podría imaginar exactamente para qué sirve cada cosa, por ejemplo, estos simpáticos huevos que además vienen acomodados en su correspondiente caja, como los del súper.

Es que la obviedad es una mala palabra en el mundo nipón. Navegando la Web de la empresa a uno le queda la duda de si venden desodorantes y máquinas de afeitar o qué. Los videos didácticos son mucho más sugestivos…. Tenga

Cuando un ex nunca se va

Hay parejas que terminan muy pero muy mal. Otras lo hacen civilizadamente. Unas, al contrario, no pueden despegarse del todo y transforman la relación: los ex ahora se vuelven hermanos, confidentes, socios, van al cine… son amantes potenciales. Mantienen algo que la psicología define como una “amistad amorosa.”

Salvo que uno sea un molusco sin sentimientos ni memoria, a cierta altura de la soireé todos hemos pasamos por alguna experiencia intensa que (sea solo sexo, o sexo y amor, da lo mismo pues lo que cuenta es su peso en el recuerdo) calificamos como la más importante en nuestro haber. Pero, bien, ¿porqué a veces no dejamos que ese ex parta definitivamente de nuestra vida?, ¿hasta qué punto las relaciones que establecemos después no son un simple “mientras tanto”?

oh ¡ella sigue aquí!via bigfun

Seguir leyendo

¿Porqué las mujeres quieren tener sexo?

¿Por qué las mujeres quieren tener sexo? Comprendiendo la motivación sexual, desde la aventura hasta la venganza (y todo lo que hay en medio)es el título de un libro recién salido del horno, y que ya está causando disgusto entre la población femenina de la Inglaterra pensante. ¿La razón? El contenido surge de un estudio realizado en 2007 en el Reino Unido por los psicólogos Cindy Meston y David Buss, quienes llegaron a una conclusión tan lapidaria como marketinera: para las mujeres el sexo no es un fin, sino un medio.

Tirar al género a las fieras suele ser un buen anzuelo para recaudar dinero en pala, y lo digo sin ánimo feminista. Aunque lamento admitir que yo misma me hice eco (tarde, este blog nació en abril de este año) y publiqué acá parte de esa investigación que, entre otras cosas, enumera las 237 razones por las cuales hombres y mujeres se van a la cama con alguien.

Lo que entonces me había resultado revelador y novedoso era que de esa encuesta se desprendía que eran los hombres los más propensos a admitir que se acuestan por interés, sea material o social, de modo que resulta sospechosamente oportunista la parcialidad de este nuevo enfoque de los autores.

Visto así ahora,  este tipo de generalidades hacen que siga siendo difícil despojarnos de ciertos mitos que atentan contra los vínculos saludables. Y generalidad porque encuestas como éstas suelen ser puras relativizaciones estadísticas. Por lo demás me parece bien que hombres y mujeres tengan sexo solo para alcanzar metas, porque después de todo….¡ése también es un fin en sí mismo! 

Seguir leyendo

La muñeca del Führer

Por estos días ha vuelto a circular una leyenda tan improbable como estrambótica, pero que quienes escriben sobre temas eróticos se ven en la obligación de mencionar, cosa de no parecer desinformados: dicen que Adolf Hitler mandó a fabricar una muñeca inflable para que los soldados del Tercer Reich pudieran liberar las tensiones sexuales sin pegarse virus ni ladillas ni esas cosas.

De acuerdo con las distintas versiones, el juguete hasta tenía nombre: Borghild, en honor a un personaje de la mitología nórdica. Las autoridades militares le habían pedido permiso a la actriz Käthe Von Nagy para copiar sus facciones, pero parece que la mujer se habría negado de plano a que los regimientos germanos se masturbaran con su imagen. Aseguran que se llegaron a elaborar tres prototipos, y que el proyecto quedó en la nada cuando los aliados bombardearon Dresde, destruyendo la fábrica donde planeaban moldearlas.

Verdad o mito puro, este videíto un tanto poético y perversón nos permite inferir hasta dónde puede llegar la industria del esparcimiento para adultos, que empezó a fabricar féminas artificiales en las primeras décadas del siglo XX, para compañía de muchos hombres que estaban en el frente de batalla o embarcados en altamar…. Seguir leyendo

Muchachos, ¡paren de sufrir!

Tuve que ir a un cumpleaños y pasar por un momento indeseable: un matrimonio mostró su crisis en público. Sin levantar la voz y educadamemte, se dijeron palabras fulminantes. Y de los dos, la viperina era ella. La conversación había empezado amena frente a la parrilla donde ardía una tapa de asado, hasta que el tema derivó en mi blog. Un nabo presente hizo el chiste de doble sentido, y el marido de la fulana lo remató. Pero ella le recogió el guante con una metáfora soez.

-¿y vos? ¿qué te hacés?…¡si apenas la usás para hablar!, dijo haciendo montoncito con los dedos.

Tragáme tierra, dije yo. Felizmente he cerrado en paz y sin rencores cada capítulo amoroso de mi vida, sabiendo que con esos seres fuera de serie (son pocos) contaré siempre en las buenas y en las malas. Pero la actitud de esa mujer que, en verdad, se lastimó a si misma, me dejó sorpendida.

Cuánta violencia embutida. Por eso insisto en que la “guerra de los sexos” no existe: lo que existe es la gente belicosa. Pero, hay congéneres que no quisiera de enemigo. A propósito del episodio busqué un artículo que leí en la revista Askmen, en la que el autor hace una lista con las crueldades de las que somos capaces las mujeres para con ellos. No comparto todo porque descreo de las generalidades…. pero brujas, que las hay, las hay:

Seguir leyendo

El mapa virtual del sexo

Todos los días salen a la luz prácticas, costumbres, usos, gustos o personajes que dan cuenta de lo desopilante y disparatado que ha sido siempre el ser humano.

Digo todo esto porque, si algo nos faltaba en este ultraerotizado siglo XXI, era un mapa virtual del sexo real. Resulta que un grupo de cerebritos ociosos (o muy geniales, según como se mire) encontró la forma de localizar en un mapa online a todas las personas del planeta que en este preciso instante están haciéndolo.

El sitio se llama “I just made love” (acabo de hacer el amor) y además de informarle a uno cuántos individuos están teniendo relaciones sexuales…..

Seguir leyendo

“¿Querés subir?” II (segunda parte)

A estas alturas, ya no sé si “subir” es o no una provocación para “tener sexo“, pero fueron tantas las hipótesis que despegaron del post del viernes pasado que decidí levantar el teléfono y preguntarle a mi amiga cómo había terminado el episodio del candidato que aquella noche arrugó redepente, despúes de haberle aceptado seguir la velada en su casa.

Efectivamente, del sujeto, ni noticias. Pero como María A. quiso cerrar el capítulo y pasarlo a mejor vida, llamó al celestino que los había presentado. El desaire le estaba quitando el sueño. ¿Qué pudo salir tan mal, si ese día ella había barrido, cambiado las sábanas… y hasta el gato olía a Woolite de tan limpio?.

¡Y yo que había ordenado todo!.   Satoshi Saikusa

-¿y tu amigo, que dijo?, pregunté con algo de morbo

– nada, que “quizá ese día el tipo no estaba preparado”

Seguir leyendo

Electrodomésticos eróticos II

La industria del esparcimiento para adultos está tomando vuelos inesperados. Hace poco supe de unas novedosas prendas interiores femeninas que traen incorporado un pequeño vibrador que funciona a control remoto, pero sin duda aquel juguete será un poroto al lado del reciente lanzamiento al mercado de este aparatito que acá les muestro. Aunque tiene la apariencia de un elegante camafeo, en su interior está compuesto por diez pequeñas lenguas de silicona que rotan a gran velocidad gracias a un dispositivo de pilas. No quiero abundar en las utilidades del electrodoméstico, así que además de una imagen que lo dice todo les dejo un videíto explicativo que lamentablemente está en inglés, pero seguro tendrá su versión en español (aunque queda echarle agua para que sea más claro).

Saluttt

Seguir leyendo

“¿Querés subir?”

A María A. le presentaron un chico que ya por teléfono le resultó un encanto. Salieron, y efectivamente el príncipe no destiñó en toda la noche, lo que no es poco a esta altura de la soirée, dar con alguien que de entrada te guste. Después de una velada muy animada en un restaurán de Palermo Viejo, entre riñoncitos al vino blanco y música estimulante, él la acercó en auto hasta su casa. Había señales de que el hechizo era mutuo.

A pocas cuadras de llegar, ella abrió la cartera para sacar las llaves…y él empezó a bostezar. Uff, no le gusté, fue lo primero que pensó. Pero, no.

La volvió a llamar.

Disculpá el desorden… ¿querés un cafecito?

A la segunda salida la reciprocidad era tan obvia que más tarde, ya en la puerta del edificio, como él seguía dándole charla y estaba fresco, la enlujuriada de mi amiga lo invitó a subir. Subieron. Arriba (controlando sus demonios) le mostró el departamento, encendió la cafetera, y mientras buscaba un cidí de Coltrane para poner el clima él se despachó con un “muy linda tu casa, pero disculpame, ya es tarde”.

-¿Para qué aceptó? se pregunta, desflorando todo tipo de teorías

Y, le digo yo, ¿desde cuándo “querés subir” es sinónimo de “vamos a tener sexo”?

Seguir leyendo

Todo por un sueño

La noticia me cae al dedo para apuntalar el post de la semana pasada, en el que les conté sobre un estudio que indica que los hombres son más propensos a tener sexo solo por interés material, y a admitirlo después. Esta vez el ejemplo viene del gran Al Pacino.

Que él, como el resto del género, haya vendido su cuerpo para alcanzar un sueño no me parece asunto condenable ni opinable, pero sí lo es que se arrepienta de ello… ¡y encima que lo ventile en los medios!. Digo, si la dama en cuestión está mirando la tele, por más que no revele su nombre, ¿cómo se sentirá luego de semejante confesión? Pero en la vida todo lo que va, vuelve. Se paga, valga la redundancia. Al Pacino ya no es aquel efebo soñador sino un señor septuagenario que en lugar de elegir la compañia de una mujer de su edad hoy frecuenta jovencitas…exactamente como lo hiciera aquella señora “mayor” que a cambio de un poco de amor le dio comida y colchón.

Christophe Kunter via www.sexinart.net

Seguir leyendo