Todo por un sueño

 

La noticia me cae al dedo para apuntalar el post de la semana pasada, en el que les conté sobre un estudio que indica que los hombres son más propensos a tener sexo solo por interés material, y a admitirlo después. Esta vez el ejemplo viene del gran Al Pacino.

Que él, como el resto del género, haya vendido su cuerpo para alcanzar un sueño no me parece asunto condenable ni opinable, pero sí lo es que se arrepienta de ello… ¡y encima que lo ventile en los medios!. Digo, si la dama en cuestión está mirando la tele, por más que no revele su nombre, ¿cómo se sentirá luego de semejante confesión? Pero en la vida todo lo que va, vuelve. Se paga, valga la redundancia. Al Pacino ya no es aquel efebo soñador sino un señor septuagenario que en lugar de elegir la compañia de una mujer de su edad hoy frecuenta jovencitas…exactamente como lo hiciera aquella señora “mayor” que a cambio de un poco de amor le dio comida y colchón.

Christophe Kunter via www.sexinart.net

Al Pacino, que ha entrado en una encantadora decadencia – porque a él todo le queda bien, incluso el pelo teñido de caoba y esas prendas estilo bolsa de papas con la que suele pasearse por las calles de Tribeca – le confesó al periódico estadounidense New York Post que cuando era joven no tenía dinero para sobrevivir, y por eso se prostituyó. A los 20 años había abandonado su Sicilia natal con la ilusión de convertirse en actor, pero para conseguirlo “vivía vendiendo lo único que tenía: mi cuerpo. Una señora mayor me daba comida y alojamiento a cambio de sexo. Por las mañanas me despertaba odiándome un poco”, cuenta.

¿Qué opinará su joven novia argentina?….