De cara al Inronman de Florianópolis

Hoy en Runner Blog escribe: Guillermo Mezzadri (*)

Director de 70/30 Training Team

Se acerca el Ironman de Florianópolis donde participaré con el Nº 1745. La carga en los entrenamientos sigue siendo muy importante; cada estímulo no solo es sumamente extenso sino que realizo dos y tres actividades cada día.

Prácticamente no descanso ninguna jornada, o lo hago de forma activa, o sea, hago actividad pero de tal forma que ayudo a estabilizar a mi organismo.

Hace mucho que no lo hacía, pero hace unos días tuve un descanso completo ya que esta semana hice dos días de transición larga: una el jueves (nade y rodamos) y este sábado, que pedaleé 120 km y, después, corrí 2 horas.

Ya hace un tiempito que estoy luchando con mi cabeza, se hace duro cada vez que leo la planificación de entreno y me anuncia qué tengo que hacer. Automáticamente sé la horas que estaré entrenado, no menos de 5; durísimo arrancar… la mitad del trabajo, pero no queda otra, es lo único que me llevará al éxito.

Días pasados hice musculación, después pileta y quedaba pedalear, pero no podía arrancar con la parte de bicicleta. Hablé con Jorge Castillo, mi entrenador, y me dijo: “Ganale a tu cabeza”. Y fue clave, bajo ningún concepto podía no pedalear. Salí a hacer las 2 horas y me fue muy bien. Así la vamos llevando cada día.

Estoy en una instancia crucial, la carga de entreno es importante, el cansancio no cesa, pero la carrera está encima y hacer las cosas bien es lo único que me dará tranquilidad de poder enfrentar una excelente carrera.

Los entrenos están saliendo bien y eso ayuda mucho a mi cabeza, no hay nervios aún, pero sé que ya van a aparecer y quiero estar preparado. Me siento cansado pero fuerte, eso también es bueno. Jorge me sigue muy de cerca, la Dra. Vivian Sanz también…  Después del Half de MDQ, ambos me sorprendieron con unos estudios de laboratorio, al otro día de la competencia, para saber cuánto había sufrido mi organismo, si era necesario reforzar algo, y una nueva antropometría para evaluar si gané masa muscular y perdí tejido adiposo. Por suerte, todo salió bien y eso, a su vez, se traduce automáticamente en tranquilidad y ánimo para continuar.

La semana próxima va a faltar menos de un mes. Siempre que fui a Floripa estuve tranquilo. ¡Claro, era espectador!, pero ahora estaré adentro. Toda la movida de los días previos, retiro de kit, almuerzo de carbohidratos, check in de la bicicleta el día anterior, el paso por la Expo… Todo genera expectativas, adrenalina, dudas, incertidumbre, nervios. Y todo pasará cuando en la playa de Jurere Internacional el 27 de Mayo siendo las 7, se escuche el cornetazo indicando que se puso en marcha una nueva edición del Ironman Brasil.

¡¡¡Buenos entrenos!!!

(*) Con siete años de trayectoria, 70/30 es un grupo de entrenamiento deportivo para corredores de todos los niveles guiado por un equipo de profesionales experimentados. Concurren al team personas con una amplia variedad de intereses y necesidades, en busca de planes para correr carreras de calle, de aventura, combinadas o simplemente con fines recreativos o para mejorar su calidad de vida y dejar el sedentarismo. 70/30 cuenta con un staff interdisciplinario y en constante perfeccionamiento y actualización, con el objetivo de optimizar el servicio y el rendimiento deportivo y generar hábitos saludables en sus miembros. ¡El 70 % lo ponemos nosotros, el 30 % depende de vos!

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Video: “El más difícil, pero el mejor oficio del mundo”

Faltan apenas noventa días para la gran cita olímpica. Los Juegos de Londres 2012 están ahí, al alcance de la mano. Hoy te mostramos un emotivo video, un comercial de la multinacional Procter & Gamble. Un homenaje al trabajo silencioso de la madres (también podría ser de los padres, claro), quienes nos acompañan desde chicos en ese arduo pero maravilloso mundo que es el deporte. Espacio formativo si los hay.

¿Qué te pareció el video? ¿Sentiste identificación?

Columbia Raid de los Andes: la experiencia de María Julia López

Hoy en Runner Blog escribe: María Julia López

Licenciada en Turismo y runner

Mi nombre es María Julia López, tengo 27 años, soy Licenciada en Turismo y desde hace unos meses descubrí mi pasión por correr.

Hoy, hacía diez días, estábamos regresando de Salta,  habiendo finalizando el Columbia Raid de los Andes. Una experiencia única e inolvidable.

El Raid fue mi primera gran carrera de aventura y una de las experiencias más emocionantes que viví desde que comencé a correr este tipo de carreras, hace tan solo 6 meses.

Esta carrera significó mucho más que un gran desafío para mí. Además de ser una gran carrera de aventura en el norte argentino, conocer aquellos lugares era una de mis mayores motivaciones, así como también en lo personal tenía un gran valor lograr este desafío ya que sentía era un homenaje a mi papá, quien siempre tuvo una gran pasión por la cultura del norte argentino.   

Fue una gran carrera de aventura por los circuitos que recorrimos: atravesamos senderos agrestes, hermosos paisajes y conocimos pueblos y comunidades locales. Nos permitió además admirar impactantes paisajes en cada etapa y correr a la vez disfrutando de atractivos turísticos como el Tren de las Nubes, el pueblo de Purmamarca con el Cerro de los siete colores y las Salinas Grandes.

Desde el día previo a la carrera, en la acreditación y charla técnica con mis compañeros de la Barra Energética (Team de Running de La Plata) y junto a todos los corredores se vivía una gran emoción y ansiedad por saber cómo sería el recorrido, cómo sería la largada, cuáles serían los horarios, todos estábamos atentos a las recomendaciones.

1º Etapa: desde Chorrillos a Campo Quijano:

Llegamos en combis y micros a la Estación Chorrillos, lugar de la Largada, con un poco de frío. Allí, todos los corredores comenzamos a elongar, cargar los camel con agua y Gatorade, saltamos y trotamos para entrar en calor, y también sacamos fotos para llevarnos las postales de ese día tan esperado que nos acompañó con un cielo celeste impresionante. Llegó el tren de las nubes, anunciaron las largadas por categorías y la adrenalina aumentaba.

Cuatro energéticos de La Plata (Ezequiel Portillo, Sabastián Magri, Gustavo Colombo y quien escribe esta crónica) estábamos por comenzar una gran carrera, todos inscriptos en categorías individuales pero todos con un mismo objetivo. ¡Ah! Y no quiero olvidarme de Guillermo Glattstein, “Alquimista”, a quien ya sentimos un “Energético” más por correr nosotros y como uno de los nuestros.

 

Fue en ese momento que anunciaron que las damas largábamos últimas, por lo que no podría correr con mis compañeros, y ¡sentí más nervios! Ahora me enfrentaba también al desafío de correr sola. “Buscate a alguna chica que corra a tu ritmo”, “Salí tranquila, no te vuelvas loca que tenemos 3 días de carrera”, me dijeron. La emoción crecía con la música mientras comenzaron a largar los caballeros y ¡por fin llegó la largada de las damas!  Afortunadamente, luego de correr los primeros metros, sentí cada vez más confianza y pude disfrutar cada kilómetro, trotando, acelerando, cruzando túneles y puentes, acompañada por momentos por corredoras que iban al mismo ritmo  y también por la gente que ocasionalmente nos cruzamos en el recorrido, hasta chicos de una escuelita nos saludaban felices de vernos correr por ahí. La mejor sensación sin duda la viví cruzando el Viaducto El Toro, mucha emoción y adrenalina sentí; estábamos en la mitad de la etapa y la segunda parte se hizo más pesada,  el cansancio comenzaba a sentirse y el sol pegaba fuerte. Sin embargo, cada vez faltaba menos y el aliento de algunos corredores sumado a las ganas de llegar ayudó a que mi trote continúe hasta Campo Quijano.

El campamento estuvo divertido y la organización fue espectacular. Comimos, descansamos, tomamos mate y a la noche disfrutamos de los músicos del lugar y fuegos artificiales que hicieron que vivamos uno de los momentos más lindos de la noche. Lleno de magia y alegría.

2º Etapa: desde Tumbaya  a Purmamarca:

La segunda etapa fue las más larga y dura. Sin embargo para mí fue una de las mejores por el tiempo que logré y ritmo que llevé, gracias a mi compañero Gustavo que unos minutos antes de largar me hizo la cabeza para que logre quedar dentro de las diez en mi categoría.

Al comenzar esta etapa pensé que jamás terminaría, el trote se sentía pesado y fue así hasta la primera escalada que me cruzo con Damián y logro afianzar el paso ya utilizando los bastones que me acompañaron el resto del recorrido hasta llegar a Purmamarca. Si bien tuvimos un gran tramo de trekking y escalada, el cansancio y la altura se sintieron, el camino y la montaña parecían no terminar nunca, en esos momentos no podía creer estar tan alto, creo que alguien me dio las fuerzas para llegar a lo alto de esa montaña y precisamente al llegar a la cima y encontrarme con esa bandera argentina sentí que gracias a él estaba ahí y por eso tenía que terminar la carrera. Mucha emoción y satisfacción sentí por estar ahí arriba que me llenó el cuerpo de energía, la cual me hizo bajar corriendo los 4 km que faltaban hasta llegar a Purmamarca, donde la gente del lugar nos esperaba aplaudiéndonos y fue luego de cruzar la Llegada que no podía parar de sonreír y solo quería abrazar a mis compañeros, y llamar a mi familia para contarles que lo estaba logrando.

3º Etapa: Salinas Grandes:

La última etapa fue muy especial. Casi con el mismo nerviosismo que el primer día, llegamos a las Salinas después de transitar por un camino impresionante y estar más altos que las nubes. Nos encontrábamos en el gran desierto de sal, con frío y agua. Sacamos fotos tipo postales en ese lugar increíble e hicimos flamear la bandera de La Barra Energética que nos acompañó en esta gran aventura.

Faltaba poco para largar mientras tanto los corredores elongábamos, algunos trataban de entrar en calor con un trote suave cuando nos avisan que, por el agua, había el recorrido: sería de 9 km en vez de 13km.

Muchos nervios se palpitaron en la previa del comienzo. Aunque, por cierto, fue alucinante, porque salimos todos juntos. Todos hicimos la cuenta regresiva y ¡¡a correr!! El sol y el agua a los tobillos nos acompañaron en toda la etapa. Al comienzo el agua refrescó, luego te enfriaba los dedos, y hacía cada vez más pesados los pies. A la vez, el correr a 3410 msnm, nos hizo sentir la falta de aire; una tos constante me acompañó toda la prueba, mientras debía concentrarme para respirar profundo “nariz, boca”, me decían. Llenos de sal y agua veíamos cada vez más cerca el arco de llegada y fue en los últimos metros que todos los dolores desaparecieron y llegué picando a la meta, donde las lágrimas de felicidad y satisfacción por el desafío alcanzado cubrieron mi cara y luego sí, con la medalla al pecho, sentimos pura felicidad.

El Raid de los Andes, sin dudas, fue una experiencia única, y emocionante.

Alguien me dijo que este tipo de carreras no solo se las homenajeamos a esas personas tan importantes que ya no están, sino que son ellas las que nos dan la fuerza para poder hacer tremenda aventura, y siento en mi caso que fue realmente así.

Creo que el Raid es un premio para cada corredor y hay que destacar la participación de un corredor ciego, un ejemplo de superación increíble.

Quiero agradecer en especial a mi familia por ayudarme a alcanzar este gran desafío. Amigos que me dieron su aliento,  a La Barra Energética que nos dio toda su fuerza y a Guillermo Morea, el profe, a quien volví loco con mi incertidumbre desde diciembre que me inscribí en este desafío.

Agradezco muy profundamente a la persona que me impulsó a correr el Raid de los Andes, y a mis compañeros de ruta, quienes fueron un apoyo incondicional y me dieron la seguridad para correr semejante carrera y a la vez disfrutar y llegar a la meta corriendo!!!

¡Emoción y Felicidad es todo lo que siento!

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Patagonia Run, los 63km de Pedro Ferreira

Hoy en Runner Blog escribe: Pedro Ferreira

Abogado y runner

Aún no sé cómo llegué a correr 63k y completar mi primera ultramaratón. Tengo 34 años, soy abogado y todo se inició allá hace un par de años cuando, en el gimnasio, comencé a correr más y más en la cinta. De a poco me animé a correr afuera y descubrí esa fantástica sensación de estar pensando en nada. Porque eso es precisamente lo que hago mientras corro. Pienso en nada.

Si hace no mucho tiempo alguien me hubiese dicho que iba a correr 63k hubiera soltado una carcajada. Yo sólo corría para hacer algo, para que los años no se vinieran encima tan de golpe. Nada más.

Sin embargo, en 2010 me enteré que en San Martín de los Andes se correría The North Face Endurance Challenge (NdA: carrera que está stand by para 2012) y decidí anotarme en el recorrido de 21k. Para ser sincero, poco fue mi entrenamiento y por eso mismo, me costó bastante completarla. Pero llegué y le agarré el gustito. Y decidí ir por más.

Así, en 2011 me inscribí para la misma carrera –con nuevo nombre, Patagonia Run – pero para el recorrido de 42k. Por supuesto, esto ya era más serio y consideré que debía tomármelo con más responsabilidad. Por ello decidí unirme en Comodoro Rivadavia (ciudad donde vivo) al Team Treno, bajo la dirección de Mario Rodríguez, experimentado corredor y entrenador. Arranqué, entonces, con un plan de entrenamiento de doce semanas que seguí al pie de la letra y en el mes de abril llegó Patagonia Run y participé con un más que digno desempeño (05h03m). Ese año también corrí la carrera Salomon k42 Villa La Angostura, la cual fue muy dura pero también pude alcanzar el objetivo.

Llegamos entonces a 2012 y debido a la excelente organización de Patagonia Run decidí ir por tercera vez, pero esta vez quería hacer una ultramaratón. 84k me parecían demasiado y preferí optar por los 63k. Una vez más, seguí obedientemente las indicaciones de Mario Rodríguez y, luego de 78 entrenamientos de madrugada, tarde o noche y casi 950 km entrenando, el 14 de abril llegó el gran día.

Los nervios y la ansiedad previos fueron considerables puesto que no podía imaginarme estar 8, 9 o 10 horas corriendo o, mejor dicho, en competencia, ya que no todo es correr en trail running. La largada fue a las 8.30 hs. junto con quienes corrían 42k y, afortunadamente, el clima acompañó. Si bien estaba frío al momento de largar, pude entrar en calor bastante rápido.

Una vez más la competencia se destacó por el nivel de organización. Senderos perfectamente marcados, puestos de asistencia en cantidad y calidad, y personal muy cordial. Ninguna queja.

Pude revivir la sensación de estar corriendo por bosques, arroyos, praderas, senderos, todo en la cordillera de los Andes. Indescriptible. Se está en contacto con la naturaleza a cada paso y uno tiene la oportunidad de disfrutar desde el comienzo hasta el final.

El tramo más duro fue el ascenso al cerro Quilanalhue, que comenzó en el km 28 aproximadamente. Es realmente muy fuerte y vertical, con pendientes que jamás pensé que tendría que subir. Es impensable (y creo que imposible) correr, incluso caminar ya es bastante difícil. Por momentos siento que contar con bastones sería de mucha ayuda y, a falta de ellos, agarro un par de palos que encuentro en el camino. Estos palos terminan cumpliendo su objetivo. La cuesta es muy larga, 3.5 km y me toma más de 1 hora. Luego de escalar la última parte comienza un descenso terrible, 4 km de bajada rápida y matadora de piernas. Pero no sólo eso, es tanta la tierra suelta que tengo que parar dos veces a vaciarme las zapatillas para poder seguir moviéndome.

Al llegar al PAS Quilanalhue nos dicen que el resto de la carrera es más fácil puesto que ya no quedan pendientes y es todo bajada hasta San Martín de los Andes. ¡Mentira! Si bien no hay cuestas muy fuertes, lo cierto es que nos esperan un par de subidas más y teniendo 40 km encima, cualquier pendiente se hace dura e interminable.

Al pasar el kilómetro 50 uno se ilusiona con la meta pero todavía queda un tramo largo y el cansancio se nota y mucho. Pero hay que seguir y sigo; trotando a un ritmo lento voy recorriendo los últimos senderos de montaña hasta finalmente entrar al pueblo y hacer las pocas cuadras que conducen a la meta. Pisar el asfalto luego de 62 km es inhumano pero resta un kilómetro nada más.

La emoción que se siente al transitar las pocas cuadras de la avenida principal y en la cual se ve la meta al final es indefinible e inenarrable. A cada paso hay gente aplaudiendo y expresando su apoyo y felicitación. Veo a mis familiares y amigos que seguramente llegaron hace horas y todavía esperan.

Cuando estoy llegando, me doy cuenta que aprendí algo: que no puede compararse esta carrera con las anteriores de 42k que corrí. En una ultramaratón de montaña la primera mitad se corre con las piernas, hay que ir lento, con freno de mano, cuidando el cuerpo. La segunda parte es con la cabeza, se necesita corazón, coraje, entrega.

Cruzo la meta después de poco más de 10 horas de carrera. Son las 18:30 hs y ya está oscureciendo. La carrera terminó. Misión cumplida. No puedo sacarme la sonrisa de la cara. Estoy feliz.

¿Estuviste en San Martín de los Andes? Contanos tu experiencia.

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Video: técnica para carrera de fondo

Hoy te mostramos un video muy práctico y didáctico para mejorar tu técnica en carreras de fondo. Luego de la presentación, a partir del minuto y veinte segundos, los consejos en cámara lenta o  slow motion para que puedas memorizar y utilizar en cada entrenamiento. Posición de la cabeza y los hombros, acción de los brazos, miembros inferiores son los aspectos que, con puntillosa dedicación, te permitirán perfeccionar tu técnica.

Todo a cargo de Yudisleidys Fuentes, atleta cubana, Alexander de los Santos, atleta uruguayo  actualmente suspendido por un caso de dóping en el que también quedó fuera de las pistas la argentina Raquel Maraviglia, y el cubano Aguelmis Rojas, reciente ganador del maratón de La Pampa.

¿Le dedicás tiempo a mejorar tu técnica de carrera?

Columbia Raid de los Andes: etapa 3

Desde Salta

El cordobés Pablo Ureta y Mercogliano Turismo resultaron los ganadores del Columbia Raid de los Andes 2012 en las categorías individual y por equipos, respectivamente.

En la tercer etapa de competencia, el sol acompañó todo el circuito, al igual que el agua en las Salinas Grandes. En un duro trayecto a 3410 metros sobre el nivel del mar los corredores vivieron una experiencia única, tal vez, irrepetible. Un condimento más para este gran desafío sin precedentes.

El último día del Raid de los Andes, ese inmenso mar blanco de sal logró cautivar a todos. Si bien fue la etapa más rápida, también fue la que se desarrolló a mayor altura con los cuidado que ello implica.

Un plato fuerte que, seguramente, dejó sus secuelas en los corredores, aunque la satisfacción del deber cumplido irá minimizando, con el correr de los días, el cansancio y la fatiga a la que sometieron sus cuerpos.

Resultados: Individual / Equipos.

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Columbia Raid de los Andes: etapa 2

Desde Salta

La segunda etapa del Columbia Raid de los Andes, la carrera de montaña declarada de Interés Turístico Nacional y Provincial, se caracterizó por ser una de las más duras y largas, pero también la que reveló un sinfín de coloridos paisajes, pertenecientes a la Quebrada de Humahuaca, Patrimonio de la Humanidad.

 

“Las competencias que combinan partes técnicas, con maravillosos paisajes y muchos senderos de montaña, son mis favoritas. El Columbia Raid de los Andes fusiona todos esos detalles y por eso, además de llegar en primer lugar, me divierte disfrutar de su formato”, comentó el corredor Pablo Ureta, tras haber cruzado el arco de llegada, en primer lugar, por segundo día consecutivo.

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Columbia Raid de los Andes: etapa 1

Desde Salta

Con gran éxito comenzó el Columbia Raid de los Andes, la carrera de montaña que – en su primera etapa – recorrió una de las geografías más imponentes del planeta: la ruta del Tren a las Nubes; desde la estación Chorrillos hasta el pueblo de Campo Quijano, en la provincia de Salta.

Declarada de Interés Turístico Nacional y Provincial, la competencia puso a prueba a casi 500 corredores que, en esta primera edición, se animaron a experimentar la sensación de llegar más alto que las nubes. Seguir leyendo

Todos unidos por una misma pasión: adidas We all run

La campaña adidas is all in continúa en 2012 con un nuevo capítulo. Bajo el slogan go all in, la marca deportiva  invita al mundo a ser partícipe activo.

A través de sus embajadores, los distintos spots muestran la pasión que los une, sin importar el contexto, o los motivos por los que se practica deporte.  Lionel Messi, David Beckham, el líder de la NBA Derrick Rose y el ícono pop Katy Perry, la campaña elimina los límites de la fama, dinero, edad, género y geografía, para mostrar la pasión que los une. Porque cada uno, a su manera, en su momento y lugar, vive y expresa su all in y así todo el mundo está conectado a través de la pasión que dejamos en lo que hacemos.

El spot de sesenta segundos llamado “Todos corremos”, el primero de dos comerciales que se lanzarán en 2012, cuenta con la canción Part of me (Thin White Duke Remix) de Katy Perry,  y muestra que a pesar de tener diferentes razones, están todos unidos por la pasión de correr.

¿Te gustó la nueva publi de adidas? Seguinos  en el twitter @DamianCaceres

 

 

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Jesse Owens, el atleta que venció a Hitler

El mundo estaba por estallar en mil pedazos. La Segunda Guerra Mundial se aproximaba, mientras Hitler y su fascismo infame azotaban Alemania. En ese contexto se desarrollaron los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 donde el Fürher quería demostrar que la raza aria, su raza, era superior. Hecho que evidencia que los grandes eventos deportivos mundiales siempre fueron aprovechados y utilizados por los políticos de turno. Claro, en su favor.

Casi un año antes de la cita olímpica, Owens produjo su mejor y más conocida performance. Ocurrió el 25 de mayo de 1935, hace ya 76 años. Ese fue el día en el que Jesse Owens dejaba de ser un joven y desconocido atleta negro que trabajaba en una gasolinera para convertirse en una verdadera estrella mundial del atletismo.

En tan sólo 45 minutos batía cuatro records mundiales durante una competición estatal celebrada en Michigan. Y lo hacía descansando sólo entre nueve y 15 minutos entre prueba y prueba: 100 metros llanos (9,4 segundos), salto de longitud (8,13 metros), 220 yardas (20,3 segundos) y 220 yardas vallas (22,6 segundos), convirtiéndose en la primera persona que bajaba de los 23 segundos en esta última prueba.

Este acontecimiento, considerado por muchos como una de las más grandes proezas del atletismo de todos los tiempos, fue el paso previo que sirvió a Owens para lanzarse a la conquista de los Juegos Olímpicos de Berlín, donde, a base de medallas, desacreditaría las teorías de un Hitler que pretendía demostrar en aquella cita la supremacía aria.

Owens, que en 1935 tenía 22 años, llegó a su primera carrera en Michigan con un fuerte dolor de espalda que venía arrastrando desde hacía tres semanas. Pero estaba acostumbrado a sufrir.

Al borde de la muerte:

Desde pequeño lucía un cuerpo raquítico y era propenso a la enfermedad. “Nadie hubiera dicho entonces que aquel muchachito enclenque y enfermizo, que a los siete años estuvo al borde de la muerte por una neumonía, se convertiría andando los años en uno de los mejores atletas de todos los tiempos”, contó ABC con motivo de su muerte, el 31 de marzo de 1980.

Hasta que sus padres no se trasladaron a Ohio, el pequeño Jesse no había dejado de trabajar en el campo recolectando algodón.

Una vez en Ohio, Owens pudo cambiar el campo por la escuela y mejorar su alimentación, pero aún conservaba su cuerpo enclenque. A raíz de eso, sus compañeros de clase lo aparataban de los juegos y él, para no aburrirse, se dedicaba a dar vueltas y más vueltas al campo de beisbol.

El deporte, una vía de escape:

Cuando su profesor de gimnasia, Charles Ripley, le vio correr, le dijo: “Dentro de unos años serás el mejor atleta del mundo”. Y no se equivocó. Jesse había encontrado en el deporte una válvula de escape a su condición de negro, que tantos problemas conllevaba en Estados Unidos por aquel entonces.

Por eso, cuando llegó a Ann Arbor, aquel dolor de espalda no mermó sus ganas infinitas de competición y de olvidarse de los trabajos que tenía que realizar por aquellos años para llevar dinero a una familia pobre de ocho hermanos.

La memorable actuación de aquell jornada le valió a Jesse el sobrenombre de “El antílope de ébano” y una plaza en los Juegos Olímpicos de Berlín. Hitler, que sabía que el mundo lo observaba, quiso demostrar que los arios eran una raza genéticamente mejor preparada que cualquier otra. Los primeros días, el Führer se mostraba exultante de felicidad ante los triunfos alemanes, que aplaudía con estusiasmo.

Pero llegó el turno de aquel atleta negro y pobre que había sorprendido a todos un años antes. Una a una mientras aumentaba la indignación del líder nazi, Owens consiguió cuatro medallas de oro, batiendo otros cuatro records mundiales.

El Führer no aplaudía las medallas de Owens y sí las de los atletas blancos. Cuando un miembro del comité le advirtió de que sería conveniente de que aplaudiera a todos por igual o a ningún atleta, Hitler optó por no aplaudir a nadie.

Jesse Owens se convertía en el primer estadounidense en ganar cuatro medallas de oro en las mismas olimpiadas: 100 metros lisos, carrera de relevos de 4×100 metros, 200 metros lisosy salto de longitud, como reseñaba en un pequeño apéndice ABC en 1936. Un record que no volvió a ocurrir hasta la llegada de Carl Lewis en la década del `80.

Un Hitler enfurecido:

El la entrega de la cuarta medalla de oro a Owens, Hitler, atónito y enfurecido, se limitó a abandonar el estadio, según cuentan, para no verse obligado a estrechar la mano del atleta negro. Owens siempre le quitó importancia  a esta anécdota histórica de la que dice que no se enteró.

“Cuando volví a mi país natal, después de todas las historias sobre Hitler, no pude viajar en la parte delantera del autobús. Volví a la puerta de atrás. No podía vivir donde quería. No fui invitado a estrechar la mano de Hitler, pero tampoco fui invitado a la Casa Blanca a dar la mano al Presidente”, aseguró, sin embargo, Jesse Owens años después.

Un Owens que, después de los Juegos, tuvo además que volver a su trabajo de botones en el hotel Waldorf-Astoria, organizar espectáculos en los que corría contra caballos o lanzarse a montar una lavandería con un socio que terminó estafándolo. Todo para seguir sacando a su familia adelante.

Fumador empedernido durante 35 años, Owens murió el 31 de marzo de 1980 con 66 años de edad debido a un cáncer de pulmón, en Tucson, Arizona. Fue enterrado en el cementerio Oak Woods de Chicago. Cuatro años antes, en 1976, el presidente de los Estados Unidos Gerald Ford le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, y a título póstumo, en 1990, George W. Bush, la Medalla de Oro del Congreso de los Estados Unidos. En 1984, una calle de Berlín fue renombrada con su nombre, al igual que una escuela secundaria en el distrito Lichtenberg. Y a lo largo de este año en el centenario de la IAAF, Owens, integra el salón de la fama de la entidad madre del atletismo mundial.

A 32 años de su fallecimiento, evidencias de su vigencia. A 32 años, nuestro homenaje.

Fuentes: ABC, de España, y EFE Deportes.

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