Datos, datos y más datos; esa es la materia prima de las visualizaciones. Sin datos, no podemos hacer nada. Pero bueno, el tema es que cuando se produce el “milagro” y aparecen los datos, nunca están presentados de una manera “digerible” para el usuario común. «¿A quién le puede servir un montón de planillas de Excel con múltiples columnas y miles de filas de números?», me pregunté varias veces. No cualquiera los entiende y, mucho menos, interpreta lo que esos datos quieren decir.
Cifras, fechas, lugares, personas, todos son datos; pero no todos son información relevante para aquello que queremos contar. «¿Y qué quiero contar?», se preguntarán. Bueno, en este punto es donde comienza para mí el proceso de visualización de datos. Un proceso que presenta múltiples aristas.
- Periodística
Hay que saber qué historia quiero contar y para ello es sumamente necesario comprometerse con la información. Entenderla de la “A” hasta la “Z”. Si no entiendo qué quiero contar, menos va a entender el lector que ve nuestras visualizaciones. - Visual
Tenemos que diseñar la manera en que se va a ver nuestra visualización. Niveles de lectura, colores, formas, tipografías, etc. - Infográfica
«¿Qué tomamos de este mundo?» La síntesis y su manera de graficar. Barras, tortas, fiebres, etc. - Interactiva
Este punto se focaliza en la manera que el usuario va a navegarlas. Todas las opciones que le demos al lector deben haber sido pensadas previamente por nosotros y deben verse en forma clara. Para confundirlos, ya existen las eternas planillas de Excel con miles de datos. O no?
Pero… ojo!!! No hace falta ser periodista, diseñador y programador al mismo tiempo, pero sí saber trabajar en equipo. Es más, diría que solo el trabajo en equipo te lleva a buen puerto.
Una visualización de datos puede ser entendida como una evidencia, algo que nos clarifica aquello que suponíamos o que nos revela algo que desconocíamos hasta ese momento. Una visualización de datos tiene vida propia, tiene autonomía y es capaz de viajar por la Web, mostrando algo que quizás muchos habían pasado por alto.
Pero bueno, vayamos a un ejemplo, en este caso graficado con un software de uso gratuito llamado Tableau Public; otro día les cuento cómo fue que nos conocimos (ja!)
En este caso, la arista periodística tiene más que ver con el servicio que se le brinda al lector con los precios de las propiedades; en lo visual, decidí tomar un color por cada zona y no por ejemplo por barrio, la forma de graficar elegida fueron las barras, porque a la hora de comparar precios es una de las maneras más claras.
Por último, la arista interactiva; el usuario puede filtrar la información de varias maneras diferentes. Por ejemplo, si quiere alquilar un departamento, puede seleccionar la opción de “Tipo de transacción”; si busca un barrio en especial, puede seleccionar las opción de “Barrio” y visualizar solo los barrios a los que se mudaría. Y si su principal variable es el precio que pagaría el m2, en el caso de comprar, o el precio de un alquiler mensual, deberá seleccionar la opción “Precio hasta” y el gráfico le mostrará los inmuebles que no superen ese valor.
El objetivo principal fue brindar un servicio al lector que lo guie a la hora de mudarse y para eso primero pensamos cuál sería su función y luego, en cómo se vería.
Les dejo la base de datos que usé para este gráfico. Ahora prueben ustedes!
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