“I do some stupid things, but my heart’s in the right place. And this I know” escribió Mark Oliver Everett. Hoy, por una sucesión de hechos, me dieron ganas de agradecerles porque gran parte de los logros profesionales y personales que tuve en estos años se los debo a ustedes. Eso significa que el corazón, mi corazón, está en el lugar correcto. Gracias por hacer de mi mundo uno, como dice Jerry más arriba, bastante menos cínico.
Por favor, rebobinar: Las películas de los 60
“En un futuro sólo seremos los muertos antiguos de los otros” – Clarice Lispector
Hay momentos en los que uno decide hacer con los recuerdos una suerte de calculada limpieza, enarbolando algo parecido a una arquitectura de la memoria. No queremos que una experiencia X ocupe un lugar ídem, por lo cual voluntariamente lo corremos de ese espacio para situarlo en otro, prolija y sutilmente. Luego, nos detenemos a ver la escena desde afuera. Sí, ahí está bien. Ni un centímetro más cerca ni un centímetro más lejos. Que el recuerdo quede donde nosotros lo necesitemos porque, al moverlo, el propio orden se convierte en tumulto y quedamos relegados a empezar de cero, reubicando esas piezas, dictándonos patrones de conducta y operando con estricto rigor bajo su demanda. Suena todo muy frío, muy artificioso, muy expeditivo, muy irreal. Porque…¿quién puede, en efecto, hacer geometría de los recuerdos? Con L’année dernière à Marienbad (El año pasado en Marienbad, película circunscripta dentro de la denominada “Trilogía de la memoria”), Alain Resnais propone un juego con la interpretación del espectador. Como cuenta una famosa anécdota de T.S. Eliot al ser inquirido sobre el significado de uno de sus cuentos, la respuesta llega en la forma más depurada: “quería decir lo que he dicho; si hubiera podido decirlo de otra manera, lo habría hecho”. Con la obra de Resnais se podría aplicar la misma lógica, ya que se presenta como un enigma desde el instante en que sus dos protagonistas (o tres, si incluimos al que sería el esposo del personaje femenino) están despojados de identidad. Él es X y ella es A. Él la persigue incesantemente por un hotel tratando de convencerla de que ya estuvieron juntos, el año pasado, amándose allí mismo en Marienbad. Ese espacio, notoriamente barroco, es tanto uno contaminado visualmente (todo pesado, como el pasado; todo cargado, como ese peso de lo que fue) como uno que se vacía cuando se cree conveniente, tal como ese proceder matemático de querer manejar los recuerdos para que la ecuación derive en alivio. Marienbad podría ser reemplazado por otro lugar y el significado sería el mismo. Marienbad simboliza el punto al que el Hombre quiere volver. Ese sitio de la mente donde se domina el escenario y lo que allí sucede. Ese sitio donde los encuentros y desencuentros los controla uno (“you never seem to be waiting for me, but we kept meeting at every turn of the paths, behind every bush, at the foot of each statue, near every pond; it is as if it had been only you and I in all that garden”). El film parece hablar solo del pasado (como su título lo evidencia) pero lo cierto es que el guión de Alain Robbe-Grillet oscila entre varios tiempos verbales. Ese hombre X puede estar hablando de un instante pretérito para hacerlo presente, o para concebir esperanzas de un futuro. Para mantener el deseo vivo. Sin embargo, todo lo que asegura haber compartido con A bien podría ser también una mentira, una ilusión autoimpuesta, una fantasía igual de tramposa y laberíntica que la puesta en escena de Resnais (para la cual Robbe-Grillet también colaboró). L’année dernière à Marienbad es una película indescifrable que cimentaría las obsesiones del Kubrick de los 80 (especialmente con The Shining), subyugado ante esa estilización llevada al límite. Es una película que parece moverse en un loop constante donde la pregunta es una sola (“¿te acordás cuando…”?) y donde la respuesta desnuda el mecanismo en el que todos entramos, aquel que anhela preservar la llama encendida (“I must have you alive, alive as you have already been every evening, for weeks, for months”). L’année dernière à Marienbad es la foto que se saca del cajón y se mira (y se mira y se mira) para que los recuerdos permanezcan tan inmóviles como esas estatuas, tan impermeables a los achaques, a las miradas, al paso del tiempo…al fin. ♦
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► [TRAILER] Algunas imágenes del film de Alain Resnais:
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► [HOMENAJE] “To The End”, el video de Blur que rinde tributo a la película de Resnais:
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► [GALERÍA] Las mejores películas de los 60:
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¡BUEN MIÉRCOLES PARA TODA LA MUCHACHADA! Hoy retomamos otra sección (POR FAVOR, REBOBINAR) con la consigna: ¿cuáles son las mejores películas que nos dio la década del 60? Espero sus comentarios así armo una nueva galería con sus aportes; ¡gracias como siempre y nos reencontramos mañana en un nuevo Deathmatch! ¡que tengan un lindo día!
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La última vez hablamos sobre… LAS MEJORES PELÍCULAS DEL 2000
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Malik Bendjelloul (1977-2014)
Podcast Cinescalero Volumen V: Sobre Orphan Black y la increíble Tatiana Maslany
Con Milagros Barcala intentamos reclutarlos al Clone Club. Por lo tanto, no hay spoilers en la primera parte del podcast, ya que les contamos de qué va la serie creada por Graeme Manson y John Fawcett. Luego sí, nos explayamos tranquilas sobre la segunda temporada de Orphan Black y su extraordinario cuarto episodio, “Governed as It Were by Chance”. Gracias por escuchar.
Send Her to Belize
Para “Yousaf”, el décimo capítulo de la segunda temporada de The Americans, Pete Townshend compuso “It Must Be Done” y no podría haber elegido mejor título. No sólo porque la canción comienza cuando se producen dos asesinatos en paralelo (inevitables para quienes los ejecutan) sino también porque sintetiza la columna vertebral de la creación de Joseph Weisberg. The Americans, ambientada en Estados Unidos en los 80, frecuentemente utiliza a un determinado personaje como espejo de otro, no tanto para que uno oficie de contrapunto, sino más bien para mostrar hasta dónde el modus operandi de ambos es unívoco: pelear por una causa sacrificando la identidad en todas sus formas. Asimismo, esa secuencia de “Yousaf” aborda el acto sexual como una manera de controlar al otro, de persuadirlo, de conducirlo hasta el ahogo más literal. En este aspecto, Elizabeth Jennings (una descomunal Keri Russell), decide poner en marcha su rol de espía rusa encubierta hasta usarse a ella misma como anzuelo. Por lo tanto, el vínculo que tiene con su marido Philip (el hombre que su país le impone como pareja para terminar de configurar la imagen de una familia de Washington modelo) también tiene al sexo como protagonista indiscutido. ¿Pero es el sexo el método con el cual se unen o es el sexo una herramienta que emplean para no lidiar con emociones más complejas de sobrellevar? Esto me hace derivar irremisiblemente en Nina (Annet Mahendru), el personaje que la serie presenta como reflejo de Elizabeth. Nina también usa, traiciona y se pierde a sí misma en su rol de doble agente, y puede enamorarse de un integrante del FBI (o pretender enamorarse, es difícil saberlo a ciencia cierta) o de uno de los líderes de la KGB. Sin embargo, Mahendru carece de la expresividad de Russell para, paradójicamente, revelar una implosión cuando la fachada debe estar por encima del verdadero centro emocional. Nina es una espía y no se supone que podamos inferir qué es lo que piensa, lo que anhela, lo que padece. A pesar de esto, a pesar de explotar la sensualidad con el mismo propósito que Elizabeth, Nina es un personaje que altera la cadencia de la serie cada vez que entra en escena, reemplazando el vértigo por un tedioso letargo. Como le aconsejaba Saul Goodman a Walter White: es hora de mandarla de vacaciones a Belice. Por tiempo indeterminado. ◄
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► [COMPILADO] Algunos momentos de Nina en The Americans:
The Americans Nina Moments from ………………………………………………………………………………………..
► [GALERÍA] Los personajes de series que, si sufriesen algún percance, no nos molestaría demasiado:
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¡BUEN MARTES PARA TODOS! Retomamos la sección SERIES con la siguiente consigna: ¿cuáles son los personajes televisivos que les resultan irritantes y a los que no les molestaría sacrificar del programa del que forman parte? Pueden aludir a series ya concluidas como a series actuales y agregar un Spoiler Alert cuando así lo crean pertinente; con sus aportes armaré una galería para que todos esos personajes vuelen por los aires :P; ¡como siempre, los leo! ¡hagan catarsis, muchachada, nos reencontramos mañana! PD. Los invito a escuchar un nuevo podcast; en este caso, uno sobre Orphan Black que grabamos con Mili Barcala; fanáticos de la serie, pueden hacer click por acá y dejar sus comentarios sobre la serie, o bien escucharlo en este mismo post más abajo 😉
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PERDÓN, NINA, PERO NO TE BANCO…

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DE YAPA: PODCAST DE ORPHAN BLACK:
Podcast Cinescalero: Volumen V by Cinescalas on Mixcloud
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