Navidad en libertad, 14 y 14 bis

Feliz navidad.

Creo que todos buscamos lo mismo, dice Andrés, y una parte está en los artículos 14 (derechos negativos), 14 bis (derechos positivos) y 19 (acciones privadas) de la Constitución. Buena medida, esos tres artículos, para juzgar los logros de un gobierno. Podría decirse que el kirchnerismo ha mejorado un poco algunos de los rubros del 14 bis: el salario ha sido bastante móvil, lo mismo que las jubilaciones y pensiones (incluso en términos reales), los beneficios de la seguridad social se han extendido y “la protección integral de la familia” ha avanzado con la Asignación por Hijo. Pero faltan años, tantos más cuanto más siga el dolce far niente -o peor- en muchos rubros de política pública: ¿vivienda digna? ¿libertad sindical? ¿”transitar” por el territorio (con cierta puntualidad en los vuelos o cierto orden en el tráfico urbano)? Años, faltan.

Pero en el artículo 14 y en el 19 hay más retrocesos que avances. Sí: se votó el matrimonio igualitario, lo cual es consistente con que “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados”. Pero estamos también en un país que multó a personas por decir cosas (a la sazón: números de inflación verdaderos), que tiene libros parados en la Aduana, cuyo gobierno está discutiendo si los medios pueden cometer actos de terrorismo y que ha decidido poner en manos de una sola persona, la más poderosa del país, las decisiones sobre producción, importación y distribución del papel para diarios. Eso no pasa en otros países, y no debería pasar aquí.

Ahí va, entonces, el deseo de libertad by Lionel Messi & Andrés Calamaro. Siempre se me complicó el Do disminuido:

 

Santa Claus para Santa Cruz

Buen trabajo de CIPPEC sobre la situación del transporte en la Argentina, link al word aquí.

El documento es bastante polite, pero lo polite se convierte en político con este gráfico:

¿Hace falta alguna aclaración?

Evita dando cátedra en USA

Gran gestión de Agustín Américo Merlo:

Lecciones de historia para Europa

Colgué todo el powerpoint acá; se ve mejor si hacen “download original”.

Es muy curioso que no se pueda googlear una imagen como esta, y que haya que fabricarla:

Ese de ahí es Milton Friedman, el que decía que la Gran Depresión fue culpa de la política monetaria contractiva de la Reserva Federal. Es notable lo monetaria que es la recuperación de la Depresión. No estuvo Keynes ahí, para nada. Estaría bueno que lo vieran los europeos, junto con el gráfico del otro día donde mostraba que con alto desempleo no hay que temerle a la inflación; y que en todo caso un poco de inflación no estaría mal para prender la licuadora.

Ah, y otra perlita de la presentación. Contra los que creen que el problema de la convertibilidad fue esencialmente fiscal, es notable comprobar que incluso en 2001, cuando la recesión venía debilitando los ingresos públicos, la Argentina todavía estaba cumpliendo los criterios de deuda y déficit que se impusieron a sí mismos los europeos (y que jamás cumplieron; en la última cumbre decidieron prometer que prometerán cumplirlos):

Cristina: el leve peronismo del siglo XXI

Soberanía política, independencia económica y justicia social; armonía social de clases; comunidad organizada. Todos esas duplas de sustantivos adjetivados que conformaban –si se permite la exageración– la filosofía política durante la vida de Juan Perón, son consistentes con el canto de loor que Cristina elevó a su gestión y la de su marido en el discurso ante la Asamblea legislativa. Pero están, felizmente, de manera lavada, aggiornada a las circunstancias de un país periférico que que navega, con más o menos entusiasmo que el resto, las turbulentas aguas de la globalización en estos inicios del siglo XXI.

El autorelato kirchnerista, presente en el discurso, empieza –como el de Perón– con una liberación: la liberación respecto a malévolos intereses extranjeros con conexiones locales que nos tenían dominados, en los 30s y en los 90s. En los 30s eran los ingleses y la vacunocracia local; en los 90s, el sistema financiero internacional (con cabezas visibles en Wall Street y el Fondo Monetario) y los sectores privilegiados de los servicios favorecidos por regulaciones estatales, como los bancos y las privatizadas.

En ambos relatos, la liberación tiene un momento icónico, que curiosamente se consagra con un gesto de generosidad a esos mismos demonios: la compra de ferrocarriles en la época de Perón y en esta oportunidad “pagar la deuda con el FMI, de modo que ya nadie pudiera ser jefe de la economía argentina. El jefe de la economía argentina se sienta acá, y por decisión del pueblo“.

Rotas las cadenas de conexión con esas fuerzas neocoloniales puede desplegarse, en ambos peronismos, una economía local basada en el mercado interno y el empleo que favorece a empresarios y trabajadores. Es una armonía de clases con participación colegiada basada “en el trípode entre empresarios, trabajadores y Estado“, pero conducida desde arriba y con advertencias disciplinarias. Trabajadores: tenemos “el mejor salario mínimo, vital y móvil de toda la región“, pero hay “derecho a huelga: no de chantaje o de extorsión”. Empresarios, está bien que “se cansen de ganar dinero”, pero “no escupan al cielo”.

Las políticas concretas para ese modelo virtuoso basado en el mercado interno tienen un marco macroeconómico pero también un manejo micro. La anomalía histórica de un gobierno peronista con tipo de cambio devaluado ya acabó. La Presidenta ahora milita en las filas defensoras de la moneda nacional: “mejorar la competitividad no pasa por el club de los devaluadores” (club al que hasta hace poco pertenecía su presidenta del Banco Central, quien celebró recientemente la desvalorización de la moneda) y por lo tanto se requiere otro enfoque para fomentar la producción local. Las protecciones legendarias de la época peronista, con permisos previos para importar, créditos teledirigidos y aranceles muy desparejos resuenan en las palabras de la Presidenta: “No puede haber reglas generales para todas las empresas y todos los empresarios, vamos a ir empresa por empresa y actividad por actividad”.

Las resonancias peronistas de esta etapa del kirchnerismo también pueden hallarse en esbozos tan tímidos como los de Perón por reformas auténticamente nacionalizadoras, como la ley de Tierras. Pero, como ese Perón que quiso entregar buena parte de Santa Cruz a la Standard Oil, se trata de iniciativas deliberadamente irrelevantes, dominadas por el pragmatismo de la necesidad de capitales extranjeros, particularmente en los sectores de hidrocarburos.

En los modos de acercarse al ideal de “justicia social” reside una de las novedades del kichnerismo en relación con el peronismo. Mientras que el peronismo distribuía esencialmente afectando los precios y salarios de la economía, el kirchnerismo ha puesto más énfasis en una redistribución por la vía del derrame fiscal, gastando el dinero de la prosperidad en rubros como la Asignación por Hijo, la extensión previsional y la ampliación de los presupuestos educativos.

Aun con esas salvedades, el paralelismo histórico podría proyectarse hacia el futuro sin ser forzado: tanto el segundo Perón como la segunda Cristina arrancaron sus mandatos con una inflación alta y con un empeoramiento de la situación internacional. En aquella oportunidad, a comienzos de los 50, el “modelo” dio dos lecciones que haría bien en anotar la Presidenta: la inflación podía ser controlada, pero sólo tras un conflictivo esfuerzo de disciplinamiento de los sindicatos; y las circunstancias internacionales seguían siendo decisivas por más “mercadointernista” que fuera la orientación económica.

Europa va por la época del blindaje

Buena columna de Wolf mostrando que el problema europeo tiene todo que ver con los desequilibrios de cuenta corriente, y muy poco con la deuda pública. Basta con mirar este gráfico:

Todos los países con desequilibrios grandes de cuenta corriente (es decir, países que gastaban más que lo que producían, pero no necesariamente sus Estados sino la sociedad en su conjunto) han sido golpeadísimos durante la crisis: los PIIGS están todos ahí. De los que tuvieron superávits de cuenta corriente, sólo puede decirse de Bélgica, quizás, que está en el ojo de la tormenta.

Y sin embargo todo lo que nos ofrece Alemania es un plan de ajuste fiscal, sin apuntar a enfrentar los problemas de competitividad que sufre la Europa periférica. La única interpretación positiva que se me ocurre es que la aceptación del plan fiscal de Alemania sirva como luz verde para que el Banco Central Europeo intervenga de manera más decisiva emitiendo euros para comprar deuda pública. Sería una manera de llevar adelante la política monetaria expansiva que necesita Europa para intentar generar devaluación, inflación (en los países que menos están sufriendo el desempleo) y reactivación. No sé si funcionaría, pero valdría la pena intentarlo.

La sintonía fina y sus avivados

Se tomaron a pecho lo que dijo Cristina de la “sintonía fina” con esto de la quita de subsidios. Si entiendo bien, hay tres categorías: (1) zonas de quita directa de subsidios; (2) zonas de quita de subsidio salvo que se presente exitosamente una declaración jurada de necesidad; (3) zonas que, de momento, mantienen los subsidios.

Los mejores mapas están en un powerpoint del Cronista, aquí (link directo a archivo PPT). Obviamente es un sistema lleno de errores de “inclusión” (ricos que quedan afuera de la quita) y “exclusión” (no ricos que van adentro). Doy un caso cercano inapelable de la injusticia del sistema: mi persona. A la sazón me encuentro viviendo en zonas tipo (1), pero en enero me mudo a zona tipo (3), sin escalas. Y sin que medie un empeoramiento de mi situación económica, sino más bien al contrario. Obviamente no puede ser justo al mismo tiempo que me quiten el subsidio y que no me quiten el subsidio, y sin embargo ocurrirán ambas cosas.

Por eso en este blog estamos a favor de la eliminación de todos los subsidios al consumo guiados por motivaciones distributivas, y el uso alternativo de ese dinero en transferencias directas tipo Asignación por Hijo, que tienen dos ventajas: (i) los errores de inclusión y exclusión son mucho menores y (ii) no generan incentivos artificiales a consumir ciertos bienes y no otros: ¿por qué queremos subsidiar el consumo de electricidad y no el de espinaca, que es mucho más saludable?

Dicho todo esto, vamos a la sintonía fina de la sintonía fina. Mi zona tipo (1) resulta ser Retiro. Me encuentro, sin embargo, con la siguiente anomalía:

Pregunto: ¿por qué se deja a fuera a la calle Sargento Cabral, posiblemente la más “paqueta” de la zona? Miren por ejemplo, qué lindo edificio este:

 

Un departamento allí se vende a 435.000 dólares,  2600 dólares el metro cuadrado. Pregunto: ¿por qué no tiene quita directa? ¿Quién vive ahí?

Pico Mónaco, gran decisión

Dios mío, qué país iluso que es este. Oigo a los comentaristas decepcionados con la actuación de Pico Mónaco, como que “le tenían más fe”. Pico Mónaco contra Nadal en polvo de ladrillo, y de visitante! No, chicos.

Sinceramente no entiendo cómo Gonzalo Bonadeo dice las tonterías que dice, como “es que en la Davis podría pasar cualquier cosa, pero curiosamente hoy se está dando la lógica”.

¿Quieren ver la estadística de Nadal en polvo de ladrillo, desde sus dieciocho añitos en adelante? Ahí va, en orden por año:

50–2, 26–0, 31–1, 24–1, 24–2, 22–0, 26–2.

Resumen: ganó 203 partidos, perdió 8. Y le va a hacer fuerza Pico Mónaco. No, chicos.

Cuanto más dura sea la paliza de Nadal a Mónaco, más correcta parece la decisión de ponerlo: revela que ganarle a Nadal en polvo es más difícil que ganarle a los All Blacks en Nueva Zelanda. Que descanse Nalbandian. Lo único que se puede pelear son los otros tres puntos.

Bellezas de Lionel Messi

Podría ser una sección del blog de todos los viernes — como recompensa de una dura semana de trabajo poder ver cosas como esta:

Gastón Gaudio tiene razón

O, al menos, opino igual que él:

Tiene que jugar Pico (Juan Mónaco) de entrada y el doble, para mí, tiene que jugar Del Potro. Si se apunta a ganar la Davis, tiene que jugar Juan Martín, lamentablemente, los tres días. Argentina tampoco tiene un doble tan consolidado. En esta situación lo mejor que puede pasar es que juegue Juan Martín con David. Es más, hasta por ahí en el quinto día jugaría con Pico de nuevo. No sería una locura que juegue Pico los dos singles.

Coincido con todo menos con la última parte. En el escenario utópico de ir 2-1 arriba, el último día para mí es Del Potro-Nadal  (casi imposible) y Nalbandian-Ferrer, posible en un gran día de David. Probablemente ya sea tarde, pero no puede ser tan difícil para un jugador como Delpo practicar un poco de dobles.