Washington libertino
¿No tendría sentido legalizar el dólar ahora llamado “paralelo”? No es sólo una cuestión de comodidad. También creo que podría ser una manera de combatir la incipiente recesión.
¿Por qué creemos, en general, que un dólar más alto es un estímulo para la economía? Lo que dicen los manuales: se hace más barato, en dólares, producir en el país. Esa mayor rentabilidad genera empleo. Acá no quisimos hacer una devaluación tradicional por un temor (fundado) sobre el impacto que tendría en una tasa de inflación ya de por sí bastante alta. Supongamos que, dentro de esa filosofía, no queremos tocar el dólar comercial.
Hay, sin embargo, otro argumento a favor de la devaluación que siempre consideramos bastante importante para un país como el nuestro, y que se aplicaría a una legalización del dólar paralelo aun cuando no se tocara el dólar que se usa para importaciones y exportaciones. En algún momento Eduardo Levy Yeyati enfatizaba este argumento en su blog: este es un país con riqueza financiera guardada, en su mayoría, en dólares. Una devaluación de la moneda reduce el valor en dólares de los precios de bienes y servicios que no tienen cotización internacional (en la jerga, “no transables”). Cuanto más alto el dólar, menos dólares de tus ahorros te tenés que gastar para comprar bienes nacionales. Hoy, usar los dólares para comprar bienes nacionales puede hacerse (1) de manera legal, al tipo de cambio oficial o (2) de manera ilegal, al tipo de cambio paralelo.
Si se legalizara el paralelo, y pasara a llamarse “libre” o incluso “flotante” el dólar para operaciones financieras, sin tocar el dólar comercial, ¿no habría un efecto expansivo, induciendo a los tenedores de dólares a gastarlos en el país, sin las incomodidades que hoy supone pasar por el paralelo? Hoy por 3 mil dólares de tu colchón te hacés una vacación en Miami, que se compara favorablemente con una vacación local a precio similar. (Además, como las funcionarias K, aprovechás para “arrasar en el shopping”). Con un dólar financiero a $5, por decir algo, se estimularía, para los tenedores de dólares, el consumo de bienes locales, una consideración importante en una economía que se ralentiza. (En términos técnicos: una devaluación del dólar financiero afectaría el ratio transables/no transables desde el punto de vista de los tenedores de dólares, induciéndolos a comprar más bienes locales, aunque no afectara -porque se mantiene el dólar del comercio- el ratio precio/costo de los productos transables). Nótese que, a diferencia de una devaluación tradicional, no habría un efecto negativo sobre el poder de compra de los salarios.
No digo que sea relevante para todo el mundo, pero sí lo es para la gente que tiene riqueza en dólares; y, de nuevo, la riqueza en dólares es una proporción altísima de la riqueza financiera nacional.
Además: cuánto más simple sería todo en este país con K de Kafka.