Argentina en la estanflación

Salió el Índice de Confianza al consumidor de la Universidad Torcuato Di Tella, link a PDF aquí. La foto es la que sigue:

La caída en abril es la más fuerte desde la de 2008-2009 (crisis del campo, crisis financiera internacional). Y el nivel sólo supera, en la era K, a esos años en los que golpeó la Gran Recesión.

Recordemos que

Y = C + I + G + X – M

esto es, el producto es la suma del consumo, la inversión, el gasto del gobierno y la balanza comercial.

Me pregunto sobre la evolución de la “I” en este momento, golpeadísima como está por varios lados: (1) el control de cambios hace que invertir un dólar en el país automáticamente implique una pérdida de 10% por la brecha cambiaria (te toman el dólar a un 85-90% de lo que en realidad vale; (2) los obstáculos a las importaciones le pegan a las compras de bienes de capital, sean extranjeros (de difícil acceso) o nacionales (que, como consecuencia del difícil acceso de los importados, suben de precio); (3) la percepción de riesgo de nuestro país, que ya venía golpeada pero con Uai Pi Ef le dimos un golpecito más; (4) el famoso “acelerador”, que puede jugar en contra: si la economía va mal, la inversión baja aunque todos los factores recién mencionados (tasas de interés, precio de los bienes de capital) estén constantes.

Efectivamente, los datos que hay hasta ahora de inversión son pésimos. La serie de Orlando Ferreres pasó a terreno negativo:

Y ayer salieron los datos de comercio de marzo. Obsérvese lo que ocurre con las compras de bienes de capital. En marzo de 2012 se importó un 29% menos que en marzo de 2011. Para el primer trimestre la caída es menor, pero sigue siendo bestial: 12%.

Entonces tenemos: consumo con desconfianza, inversión que se está desmoronando y exportaciones con sequía; quedan como posibles componentes de expansión de demanda la sustitución de importaciones (M bajo) y el gasto público. El problema de la limitación de M es que, si bien en principio es más demanda, también es menos capacidad de oferta. De modo que lo único que puede empujar hacia arriba es el gasto público.

Bienvenidos a YPF y al cambio en la Carta Orgánica del Central. YPF da en el corto plazo algo de caja (pateamos la expropiación a la justicia, recogemos algunas utilidades rascando las gotas de los pozos existentes), aunque creo yo que se subestiman los aumentos de costos que ocurren en la propiedad pública en un país donde lo público es gubernamental y lo gubernamental tiende a ser corrupto. Queda como fuente la modificación a la Carta Orgánica: en el año del escándalo de los billetes, de esos billetes dependerá el impulso expansivo para una economía alicaída, casi diríamos recesiva. Por supuesto, financiar un aumento del gasto público con una aceleración de la emisión tendrá como resultado un aumento de la “brecha cambiaria”; lo cual acentuará el problema de la inversión. Además, creo que es inflacionario, pero lo voy a discutir en otro post.

¿Quiere el Banco Central Europeo destruir el euro?

Se van acortando los tiempos: riesgo español en máximos desde el euro, superando los máximos del año pasado. Con un par de diferencias: la economía está peor que entonces, el desempleo es más alto y, sobre todo, la Unión Europea parece haber agotado sus ganas de intentar respuestas nuevas. Declaración del Bundesbank de hoy: “Resolver los problemas de España no corresponde al BCE“. Declaración de la number one del Fondo Monetario anteayer: España tiene que acelerar el ritmo de reformas.

En otras palabras: hay un problema macroeconómico (una crisis de balanza de pagos de un país que había quedado caro) y se responde con “Se portaron mal, ahora pórtense bien”, no con una combinación de políticas públicas que tenga alguna estrategia para reactivar las economías en problemas. Salvo que pase algo raro (por ejemplo, que la economía norteamericana empiece a crecer muy rápido y arrastre a Europa), creo que quedan dos opciones, que son las que señala Krugman hoy:

OPCIÓN 1: el BCE hace políticas más expansivas, con el cuádruple objetivo de (i) reactivar (ii) generar inflación para licuar deudas (iii) comprar con la emisión más deuda periférica (iv) generar inflación más alta en el centro europeo que en la periferia (cosa que ocurriría naturalmente porque en economías con desempleo la inflación tarda en subir) que devuelve competitividad a los periféricos.

OPCIÓN 2: continuidad del ajuste, espiral deflacionario en España, rescate a cambio de más ajuste, etcétera, hasta el punto en el que más rescates ya no son tolerables por los votantes del centro, y por lo tanto Europa abandona a España y por lo tanto la gente se va de los bancos españoles y por lo tanto el que depositó euros no recibe euros sino otra cosa, la nueva moneda española.

LTA, Venezuela

Los mercados financieros nos están castigando. Les dolió y nos castigan. Superamos a Venezuela como líderes de riesgo país en la región:

 

¿YPF: Yrigoyen-Perón-Fernández?

Not really.

Me llega este texto a partir de los escritos de Perón. Lo que está entrecomillado son palabras de Perón, lo demás del comentarista, el Sr @ergasto:

Luego de hacer una brevísima historia de la política petrolera en Argentina desde que se descubrió en Comodoro Rivadavia, Perón dice: “El resultado de esa política está a la vista: en 40 años, YPF ha alcanzado a producir sólo el 40% de las necesidades nacionales de petroleo. … En números redondos, la necesidad actual por año es de 9.000.000 de m3, de los cuales YPF produce 4 e importa 5.”

No sin algo de sorna dice: “Que el Sr. Lonardi quiera sacar petróleo nos parece bien, ahora que pueda ya mas difícil”

“De acuerdo con el ritmo de crecimiento de la necesidad argentina de hidrocarburos, debe considerarse que su volumen se duplica cada 5 años. Es decir, que actualmente se consumen 9 millones de m3, en 1960 se consumirían 18 y en 1965, 36 millones de m3. YPF en 40 años sólo ha alcanzado a producir 4 millones de m3 por año ¿podrá en 10 años alcanzar a producir 36 millones de m3 por año? Este es el interrogante a contestar antes de hacer cálculos alegres.”

“Yo creo que YPF (estatal) no tiene la capacidad organizativa, ni técnica ni financiera para un esfuerzo de esa naturaleza” y después “… Los costos de producción de YPF son absolutamente antieconómicos. Hacer de esto una cuestión de amor propio es peligroso y es estúpido”

“Venezuela explota su petróleo con compañías norteamericanas al 50% similar a lo que nosotros proponíamos realizar con la Standard Oil de California. Los resultados son excelentes y la consecuencia, la riqueza y el florecimiento de este país hermano, rico y potente. Los dictadores de mi país, ignorantes e inexpertos, creen que resolverán la financiación de YPF mediante empréstitos…Venezuela, con menos esfuerzo, tiene divisas en abundancia proveniente de su petróleo.”

YPF: la discusión ideológica

A muchos argentinos les molesta la estatización de YPF sólo porque la hace un Kirchner y al estilo Kirchner: a cara de perro, con violencia verbal, creándose enemigos innecesarios. Somos menos los que lamentamos, sencillamente, que exista una empresa estatal de petróleo. Sí, en muchos países existe: de la lista de 41 empresas nacionales de petróleo, sólo 3 están en países ricos y democráticos. La práctica internacional no parece unánime, y en esa variedad de experiencias me quedo con la intuición de los incentivos. Las empresas públicas son como las monarquías: con un rey bueno puede haber un gran gobierno; con uno malo, puede haber uno pésimo. Una empresa pública bien administrada puede andar bien, a pesar de que no hay nadie que tenga ningún incentivo material a la productividad. A la empresa privada, en cambio, siempre le conviene ser más productiva.

Por supuesto, eso no quiere decir que la empresa privada maximice beneficios sociales. En muchos casos tiene que estar regulada. Si hay algún tipo de monopolio natural (telefónicas, por ejemplo) es obvio que tiene que estarlo. En el caso petrolero, el argumento –el que repitió ayer Kicillof– es que no tenemos por qué pagar precios internacionales por el petróleo. Pero eso puede conseguirse también con la empresa privada: podemos regular su precio, que es lo que hizo la Argentina todos estos años. Por supuesto, vender localmente el petróleo a precios menores que los internacionales implicará un subsidio: YPF tendrá menos ingresos que vendiendo a precio internacional para que podamos tener naftas más baratas. No me queda claro que subsidiar la nafta sea el uso más progresista posible de los recursos públicos. Preferiría que la YPF estatal nos vendiera el petróleo caro y con sus enormes ganancias triplicáramos la Asignación por Hijo o aumentáramos la inversión en educación.

La empresa privada con regulación de precios me parece superior que empresa pública porque se consigue el objetivo político buscado (precios bajos) pero manteniendo los incentivos a la productividad, que no existen en el Estado. Las empresas públicas son de todos y por lo tanto no son de nadie; a nadie le duele en su propio bolsillo la dilapidación, y por lo tanto no hay ningún interés en controlar los costos. En industrias capital-intensivas, además, la tendencia del Estado a gastar más en hombres que en máquinas (porque somos más sensibles a las demandas de los hombres que de las máquinas) puede ser fatal. Dudo mucho que con YPF estatal sobrevenga un boom de inversiones petroleras. Al final el juicio lo hará la historia, pero el del siglo XX no es muy favorable a la estatización: las dos épocas en las que la Argentina consiguió el autoabastecimiento petrolero (los 60s, los 90s) fue precisamente cuando aumentó la participación privada en la producción.

Las previsiones de Michel Houellebecq

Parte-cita de El mapa y el territorio:

Ni siquiera le importunaba seriamente su banquero. Desde la última crisis financiera, mucho peor que la de 2008, que había acarreado la quiebre del Crédit Suisse y de la Royal Bank of Scotland, por no hablar de otras entidades de menor importancia, los banqueros no se hacían notar, era lo menos que cabía decir. Por descontado, guardaban en reserva la palabrería que su formación les había condicionado a utilizar; pero cuando alguien les comunicaba que no estaba interesado por ningún producto financiero renunciaban de inmediato, emitían un suspiro resignado, retiraban apaciblemente el pequeño expediente que habían preparado y casi se disculpaban; sólo un postrero residuo de orgullo proofesional les impedía proponer una cuenta de ahorro remunerada al 0,45% de interés. De un modo más general, era un período ideológicamente extraño, en el que todo el mundo en Europa occidental parecía convencido de que el capitalismo estaba condenado, e incluso condenado a corto plazo, de que vivía sus ultimísimos años, sin que por ello los partidos de ultrazquierda consiguieran seducir a alguien más que a su clientela habitual de masoquistas huraños. Un velo de cenizas parecía haber envuelto los ánimos.

Linda excusa para mirar la evolución de la bolsa española: sólo una semana en los últimos 8 años tuvo un valor más bajo que ahora:

Creo que no terminó la crisis. En cuyo caso no sé si empezó.


Sin comentarios

Mario el perezoso

¿Tiene que llegar el riesgo español a casi 500 para que el Banco Central Europeo amenace con empezar a comprar bonos? Insistimos una vez más, señor Mario Draghi: si hay una voluntad europea de evitar los defaults soberanos, lo que el BCE debe hacer es poner un máximo explícito a los riesgos, a partir del cual compra bonos ilimitadamente. Si el anuncio es creíble, no será necesario comprar ningún bono. Si no es creíble, habrá que comprarlos, pero eso en seguida despertaría la credibilidad, y el riesgo país automáticamente estaría por debajo (el precio de los bonos estaría por arriba) del nivel de intervención.

Explico: supongamos que el bono es anual y paga 3 euros de interés. A un precio de 100, la tasa es 3%. Supongamos que el BCE dice: compro todos los bonos que me entreguen a un precio de 100. El precio no podrá ser menor a 100; es más, en la expectativa futura, el precio podrá ser 100 (si el BCE está interveniendo) o más (si no). De modo que el precio hoy tiene que ser alguna combinación de esos dos escenarios: el precio hoy es más de 100 y no hay intervención. Desde luego, para que sea creíble esa expectativa tiene que ser creíble que el BCE no le tiene miedo a la inflación. Pero sería una tontería que le tuviera. En primer lugar: si lo que el público quiere es menos bonos y más euros, la emisión no es inflacionaria, porque es un aumento de la demanda de dinero. Pero si no lo fuera, si lo que estuviera ocurriendo es que el público quiere menos activos en euros (bonos o liquidez) y más activos extranjeros, y por lo tanto el euro se devaluara, mejor aún. Al menos para Europa.

Es fácil, es gratis, es claro.

Peronismo y apreciación cambiaria

Fíjense el dólar de exportación. Y nótese que allí no está el efecto del IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio) que, por supuesto, lo que menos hacía era Promover el Intercambio, porque desestimulaba la producción exportable pagando precios menores a los internacionales.

Al final de los 50s las líneas se unen: es la unificación del mercado cambiario de Frondizi en el 59. ¿Su lógica? Para que hubiera inversión (ese era, después de todo, el objetivo del impulso desarrollista) no se le podía dar a los potenciales inversores una cantidad de pesos ínfima (la del dólar oficial) para que después recogieran los frutos de su inversión en pesos que sólo podrían convertir al dólar paralelo. ¿Les suena?

Claro que la unificación cambiaria, si hay una brecha grande entre el oficial al paralelo, suele ser con el comercial subiendo, no con el paralelo bajando. ¿Resultado?  Adivinaste: una aceleración inflacionaria. Rodrigazo no, Frondizazo: la primera vez en la historia que la Argentina tuvo una inflación de tres dígitos anuales.

 

Cantata de avisos amarillos

Hoy la página web de este diario está rodeada de amarillo. Por supuesto, me parece absolutamente legítimo e inteligente que una empresa de comunicación acepte todo tipo de avisos que no sean ofensivos a la comunidad. Pero me parece mal el uso del dinero que está haciendo el gobierno de la ciudad. La influencia del comunicador ecuatoriano Durán Barba ha llegado demasiado lejos.

“Todos  hacemos hoy la política de los globos”, dijo alguna vez Jorge Macri. Me resisto a esa burla.¿Cuánto cuesta la campaña: “En todo, estás vos — Buenos Aires”? Me parece una tomada de pelo a los ciudadanos que pagamos nuestros impuestos. En primer lugar, por ser mentira. En segundo lugar, porque una fuerza política que ataca al gobierno nacional, entre otros motivos, por un mal uso del dinero para publicidad, hace exactamente lo mismo o algo bastante parecido, usando los colores de un partido como colores de una ciudad. Incluso si hubiera un presupuesto de publicidad que forzosamente hubiera que gastar, creo que son imaginables ochenta mil usos posibles mucho más útiles para los contribuyentes.

A todo esto: ¿qué opina el Jefe de Gobierno del proteccionismo de Moreno? Me gustaría escucharlo alguna vez hablar de su posición respecto al cierre de la economía para favorecer intereses particulares.

Considerando lo inconcebible

Nos cuenta el Economist que en Europa hay gente pensando cómo sería una salida del euro. De hecho, hubo un concurso del que llamativamente no participó Remes Lenicov. La verdad que una salida del euro tiene los problemas que tuvo la devaluación en la Argentina y algunos más. Como en la Argentina, hay que hacer la Triple D: devaluar, default (porque la deuda en moneda dura no se puede pagar) y desdolarizar (en el caso del euro, des-eurizar) los contratos financieros de manera retroactiva — nuestra pesificación. El caso europeo tiene dos complicaciones adicionales, al menos:

(1) es difícil si no imposible darle a los depositantes ese plus de 40% de poder de compra que se les dio aquí al pesificarse a 1,40 más inflación (por supuesto que, aun con el plus, era una medida poco defendible legalmente, porque el que depositó dólares recibió, en el momento original, mucho menos que dólares). La diferencia es el tamaño del sistema financiero: la Argentina pudo darse el lujo de esos cuarenta centavitos adicionales (que tuvo que darle el Estado a los bancos, porque los bancos por sus préstamos cobraron con pesificación 1 a 1) porque el tamaño del sistema financiero era mucho más pequeño. Con sistemas financieros de tamaño europeo, y deudas públicas mucho más altas que la Argentina, ni siquiera un default completo y por tiempo indeterminado alcanzaría para darle esa compensación a los depositantes.

(2) en Europa no hay monedas devaluables: hay que crearlas de cero. Técnicamente no es muy difícil, pero lo que sí es diferente es cómo se apropia el Estado en cada caso de la ganancia que representa la devaluación. En la Argentina, la devaluación implicó que las reservas en dólares pasaban a “defender” una mayor cantidad de pesos; puesto del lado de los tenedores de billetes, perdieron en dólares en la magnitud de la devaluación. Eso jugó un papel importante para que el peso pudiera estabilizarse a un valor cercano a $3 a pesar de la emisión durante 2002. (Desde luego, la devaluación tuvo además un efecto en los precios relativos favorable al gobierno: salarios públicos fijos pero ingresos en pesos que subían con la inflación; no me concentro en este punto porque también ocurriría en Europa). Sería diferente el efecto sobre las reservas de una salida del euro, porque sencillamente no hay reservas. El Estado ganaría al introducir los “euros españoles” para pagar gastos o financiar la salida de depósitos sin mayor costo que su impresión, pero no tendría de partida muchas reservas internacionales. Alternativamente, podría utilizar esa emisión para comprar euros, pero como debut de una moneda parece problemático: “Fabriqué estos papelitos, ¿no me los cambiás por euros?”. Not really.

¿Tiene sentido discutir todo esto cuando la economía internacional está dando signos de mejora? Sí: el riesgo español está en niveles casi de máximo desde el inicio de la crisis.