Como el Economist, desde ahora cuando hable de inflación en la Argentina sólo hablaré de la www.inflacionverdadera.com, un sitio a salvo de tejes y manejes de gobiernos nacionales o provinciales. Hasta ahora muchos usábamos estadísticas de las provincias. Pero claro: ¿qué provincias? ¿Cómo sabemos cuándo empiezan a mentir y cuándo dejan de mentir? El gráfico resume tres medidas de inflación que hemos usado en los últimos años: el INDEC, las inflaciones provinciales recogidas en el blog Cosas Que Pasan (y tiradas hacia atrás hacia 2005, con datos compilados por un servidor) y, a partir de fines de 2007, los datos del sitio www.inflacionverdadera.com:
La parte inicial del gráfico, durante el año 2006, muestra que efectivamente las provincias eran una buena aproximación de la inflación medida por el INDEC. A partir de 2007 los caminos divergen, y todos le creemos a la inflación de las provincias. A fines de 2007 empiezan las mediciones de inflacionverdadera.com. Dan muy parecido a la inflación de las provincias (es un grupo de provincias seleccionado a dedo, pero es una selección muy obvia de las que siguen publicando estadísticas y se apartan del INDEC; no hay ningún caso dudoso). Recientemente, hay un leve apartamiento, que no podemos saber si se debe a que las provincias empezaron a maquillar un poquito o a la construcción diferente de los índices.
En el balance de costos y beneficios, creo que uno puede confiar más en www.inflacionverdadera.com, que no depende de las decisiones de tal o cual burocracia provincial y que además tiene la ventaja de que se actualiza *a diario*, con datos de una fecha apenas diez días previa al momento de publicación. Me disculparán pero yo ahora digo: la inflación en la Argentina, con el dato más confiable que tenemos, es de 25%.
Además, esa cifra es más consistente con los incrementos salariales que estamos teniendo, que en los últimos meses estuvieron (data del INDEC) más cerca del 30% que del 20%. Postearemos pronto sobre el tema de la evolución de los salarios, y en particular de los salarios en dólares, pero el argumento ya puede esbozarse aquí: si la inflación es 25% (dato que los creyentes en el INDEC podrán cuestionar) o si la inflación salarial es 26/27% (dato del INDEC) el aumento reciente de la tasa de devaluación de la cotización oficial del peso no resuelve, ni por asomo, el problema del creciente atraso cambiario.
Seguimos siendo un país que cada año se encarece, en dólares oficiales, algo parecido a 10%. No suena muy razonable, no conozco ningún economista que pueda defender un régimen permanente de encarecimiento en dólares, y no queda claro qué piensa hacer el gobierno al respecto, o en realidad si es que piensa algo al respecto.