Moreno, hermano, aflojemos la mano

La secretaría de Moreno le inició un sumario a la ONG Consumidores Libres por difundir un índice de inflación de 17,53% entre enero y principios de agosto. Podemos ir a la data de inflacionverdadera.com a ver qué nos dice. 03-Ene: 232,4 (base 2007=100). 14-Ago: 272,97. Inflación acumulada entre principios de enero y mediados de agosto = 17,45%. Recordemos que inflacionverdadera se ha movido de una manera casi idéntica a la inflación de las (cada vez menos) provincias no alineadas con el INDEC, y que la inflación de esas provincias era igual a la del INDEC hasta el momento de la intervención. Felizmente inflacionverdadera no está hecho en la Argentina ni por personas que residan en la Argentina.

Recordemos también que esas mismas personas y con el mismo método estiman la inflación norteamericana, y que esas cifras son utilizadas, entre otros, por Paul Krugman. En suma: sancionamos a Consumidores Libres por dar a conocer datos de inflación que triplican al INDEC pero que coinciden con los datos obtenidos con la misma metodología y por las mismas personas que construyen los datos que usa el Premio Nobel más famoso del mundo.

Así estamos.

¿Se aproxima el licuado europeo?

Hace mucho proponemos que el Banco Central Europeo ponga límites a las rentabilidades de los bonos periféricos, comprometiéndose a sostener ciertos precios más que comprando a tontas y a locas y sin un criterio claro cuando se aproxima el borde del abismo. (Por ejemplo, acá). La propuesta de La Ciencia Maldita, parece, se coló en la discusión europea. De momento sólo tenemos una desmentida:

FRANKFURT — The European Central Bank sought Monday to discourage speculation that it might act far more aggressively to contain borrowing costs for countries like Spain, while issuing a rare rebuke to government officials who have encouraged such speculation.

“It is absolutely misleading to report on decisions which have not yet been taken,” the central bank said in a statement. The report referenced, by the German magazine Der Spiegel, led to a temporary sell-off of United States Treasury securities while briefly lifting European stocks Monday

The magazine reported Sunday that the central bank was considering setting upper limits on borrowing costs for some euro zone countries. To enforce such limits, the bank would have to promise to buy bonds in whatever quantity was necessary, a risky commitment.

Creo que aquí la palabra clave es “yet”. Lo curioso del caso es que la movida supuestamente “riesgosa”, si es tomada de manera creíble, probablemente tendría como resultado que el BCE tendría que *dejar* de comprar bonos. Si yo sé que el bono tiene un precio mínimo garantizado de (digamos) 80 euros, porque así lo limita el BCE, ¿me conviene venderlo a 80? El bono sólo podrá valer en el futuro 80 o más de 80, de modo que lo natural es que su precio no llegaría a tocar nunca el piso establecido.

 

¿Pequeña revolución en el fútbol?

Me escribe uno de los fundadores del movimiento Transparencia en el Fútbol:

En el partido San Lorenzo-Estudiantes, por primera, vez que yo sepa, Fútbol para Todos calculó el tiempo neto: 52 minutos. Estoy seguro de que está inflado. Pero supongamos que es cierto. En ese caso hay que preguntarse qué significa eso. ¿Habría que haber jugado 38 minutos más?. Y, si lo que queremos es que se jueguen 60 netos, ¿por qué Lunati no agregó 8? ¿Y por qué no decimos cuánto se quiere jugar?

La mafia abrió la Caja de Pandora.

Qué gloria sería el tiempo neto. Qué gloria sería el Ojo del Halcón, con derecho para cada técnico a pedir revisión unas tres o cuatro veces por partido. Eso sí sería, de una vez por todas, que la pelota no se manche.

Atraso cambiario: lo hicimos de nuevo

Si hay una obsesión de este blog desde que nació es el problema de la inflación en dólares. En 2005-2006 decíamos que si no había apreciación nominal iba a haber una alta inflación, porque el país no iba a tener salarios chinos para siempre. De allí en adelante simplemente observamos el encarecimiento gradual del país de la peor manera: inflación sin control, política cambiaria apenas compensatoria, que garantizaba la continuidad de la expectativa inflacionaria y al mismo tiempo la continuidad del encarecimiento en dólares del país.

Hoy nos enteramos que Aldo Ferrer se suma a los preocupados por el problema de la competitividad: “Tenemos una serie de problemas en el equilibrio fiscal y en las cuentas internacionales, problemas de apreciación cambiaria y eventual pérdida de competitividad. Estos son desafíos que hay que atender respecto del futuro”.

¿Cómo estamos parados hoy en términos de salarios en dólares? Todos datos del INDEC, salvo el supuesto (que viene de mi memoria) que un salario no calificado en la Argentina de 2001 rondaba los 500 dólares. De allí en adelante, la serie salarial sigue a un promedio de los salarios formales e informales de INDEC, siempre del sector privado. El dólar es el oficial:

Por supuesto, esta incesante inflación salarial en dólares es el resultado de una inflación de salarios (en pesos) superior a la tasa de devaluación. Es, quizás, uno de los rasgos más permanentes del modelo, con la breve excepción del año 2009 (el cuadro se completa con los índices de inflación, que combinan el INDEC hasta 2007, las inflaciones provinciales en 2007 y el índice de www.inflacionverdadera.com a partir de entonces):

¿Tiene alguna idea el gobierno de este problema? ¿Tiene alguna estrategia para enfrentarlo? ¿Será que el plan es aumentar la tasa de devaluación (línea verde) acercándola a la línea azul? Si así fuera, ¿no influirá sobre la trayectoria de la línea azul? ¿Qué hay del tan mentado “Pacto Social”, un acuerdo con los sindicatos para intentar bajar la línea azul con el supuesto razonable de que con ella bajaría también la línea roja (la inflación) que parece moverse entre medio de la tasa de devaluación y la de aumentos salariales? ¿Sigue en pie la idea de hacerlo? ¿O será que la idea es dejar que las cosas “fluyan” y en todo caso ir enfrentando los problemas de competitividad con más y más obstáculos a las importaciones? Pero, en ese caso: ¿qué pasará con las exportaciones, que se estarían volviendo cada vez menos competitivas?

Lo sé, son demasiadas preguntas para hacerle al destino.

Ladri Stiglitz, señal que la cagamos

Voy a dejar este título hasta que me lo bochen por decir malas palabras, pero quizás si no lo ponen en la homepage no pasa nada.

Pero es que este muñeco es un genio. Stiglitz, sí, Joseph. El Premio Nobel. Fijémonos lo que decía en un reportaje en 1998:

–¿Por qué Brasil y Argentina sufren una crisis de credibilidad de parte de los inversores?
–Cualquiera que mire a los países de Latinoamérica, incluidos Argentina y Brasil, encontrará muy buenas políticas económicas. Tome por ejemplo el caso de Brasil. Unos meses atrás inversores pagaron 19 mil millones de dólares para comprar Telebrás. Los fundamentos de las economías están bien. Obviamente el contexto externo está jugando demasiado en contra.
–Pero así y todo los inversores piensan que algo grave puede suceder, como ocurrió en Rusia.
–No hay ningún motivo racional para relacionar lo que está pasando hoy en Brasil y Argentina con lo que sucedió en Rusia. No hay incluso ningún efecto comercial muy negativo como el que ocurrió en el sudeste asiático, y luego golpeó a Rusia. Hay un efecto de contagio que hasta ahora ningún economista puede llegar a explicar de manera relativamente coherente.
–¿Qué puede hacer el gobierno argentino para reducir la vulnerabilidad de la Convertibilidad?
–Mi impresión es que el Gobierno está haciendo todo lo apropiado para enfrentar los peligros.
–¿Argentina es el mejor alumno de la región?
–Todos los países de la región son muy buenos estudiantes. Pero, como les digo a mis alumnos, siempre pueden esforzarse un poco más (se ríe).
–¿En qué sentido?
–Los mayores cambios en relación con los 80, cuando había grandes déficit fiscales y políticas de emisión monetaria con altos niveles de inflación, ya se hicieron. Ahora se debe cuidar para consolidar la situación fiscal.
–¿Usted es un profesor tan duro como el FMI?
–(Se ríe)… No se crea.

Estaba todo bien en 1998, decía Stiglitz. Estábamos haciendo todo lo apropiado para enfrentar los peligros del mundo. Nuestros fundamentos estaban bien. Teníamos muy buenas políticas económicas. Como ahora, bah.

(Nótese que el mismo día Guillermo Calvo decía cosas bastante diferentes, y pronosticaba una suba fuerte del desempleo si el mundo no nos ayudaba).

Se acabaron las mentiras con la inflación

Como el Economist, desde ahora cuando hable de inflación en la Argentina sólo hablaré de la www.inflacionverdadera.com, un sitio a salvo de tejes y manejes de gobiernos nacionales o provinciales. Hasta ahora muchos usábamos estadísticas de las provincias. Pero claro: ¿qué provincias? ¿Cómo sabemos cuándo empiezan a mentir y cuándo dejan de mentir? El gráfico resume tres medidas de inflación que hemos usado en los últimos años: el INDEC, las inflaciones provinciales recogidas en el blog Cosas Que Pasan (y tiradas hacia atrás hacia 2005, con datos compilados por un servidor) y, a partir de fines de 2007, los datos del sitio www.inflacionverdadera.com:

La parte inicial del gráfico, durante el año 2006, muestra que efectivamente las provincias eran una buena aproximación de la inflación medida por el INDEC. A partir de 2007 los caminos divergen, y todos le creemos a la inflación de las provincias. A fines de 2007 empiezan las mediciones de inflacionverdadera.com. Dan muy parecido a la inflación de las provincias (es un grupo de provincias seleccionado a dedo, pero es una selección muy obvia de las que siguen publicando estadísticas y se apartan del INDEC; no hay ningún caso dudoso). Recientemente, hay un leve apartamiento, que no podemos saber si se debe a que las provincias empezaron a maquillar un poquito o a la construcción diferente de los índices.

En el balance de costos y beneficios, creo que uno puede confiar más en www.inflacionverdadera.com, que no depende de las decisiones de tal o cual burocracia provincial y que además tiene la ventaja de que se actualiza *a diario*, con datos de una fecha apenas diez días previa al momento de publicación. Me disculparán pero yo ahora digo: la inflación en la Argentina, con el dato más confiable que tenemos, es de 25%.

Además, esa cifra es más consistente con los incrementos salariales que estamos teniendo, que en los últimos meses estuvieron (data del INDEC) más cerca del 30% que del 20%. Postearemos pronto sobre el tema de la evolución de los salarios, y en particular de los salarios en dólares, pero el argumento ya puede esbozarse aquí: si la inflación es 25% (dato que los creyentes en el INDEC podrán cuestionar) o si la inflación salarial es 26/27% (dato del INDEC) el aumento reciente de la tasa de devaluación de la cotización oficial del peso no resuelve, ni por asomo, el problema del creciente atraso cambiario.

Seguimos siendo un país que cada año se encarece, en dólares oficiales, algo parecido a 10%. No suena muy razonable, no conozco ningún economista que pueda defender un régimen permanente de encarecimiento en dólares, y no queda claro qué piensa hacer el gobierno al respecto, o en realidad si es que piensa algo al respecto.

¿Cuánto PBI cuesta una medalla dorada?

Podés googlear ‘”GDP” “medals”‘, pero no vas a encontrar un gráfico tan bueno como el que se hizo en La Ciencia Maldita relacionando el nivel de producto total con las medallas. Va primero el gráfico, después la explicación:

Eje vertical: PBI en miles de millones de dólares (a paridad del poder de compra, esto es, sabiendo que un dólar en China hay que contarlo como más que un dólar en USA, porque China es más barato). Eje horizontal: puntos olímpicos. Están calculados como una suma combinada de medallas de disinto color: 3 puntos por medalla de oro, 2 por medalla de plata y 1 por medalla de bronce. En ambos ejes, la escala es logarítmica; esto tiene el único objetivo de poder ver bien países que de otro modos se confundirían.

La relación parece bastante clara, y la –llamémosla así– “econometría” sugiere que un 70% de las diferencias en el resultado obtenido en los Juegos puede explicarse por las diferencias de PBI total. (Recordemos que PBI total es una combinación de población y producto per cápita). En realidad la regresión está escrita al revés: por cada “punto olímpico” adicional, se espera que un país tenga un PBI mayor en unos 52 mil millones de dólares. En otras palabras: una medalla de bronce “cuesta” 50 mil palos verdes de PBI.

Los países que están a la izquierda de la línea tuvieron peor desempeño olímpico que lo que les correspondería por su PBI; allí, desde luego, nos encontramos, aunque no tan lejos gracias a Crismanich. Los países a la derecha, en cambio, tienen mejor performance en los Juegos que lo que les correspondería por PBI. Sobre todo están allí los ex-comunistas y los “países ricos y alegres con gente buena onda” (Australia, Nueva Zelanda, Holanda, Dinamarca), además de Inglaterra (que no se ve bien porque está encimado por Rusia). Los latinoamericanos están en general a la izquierda de la línea, salvo Colombia gracias al BMX.

No veo, la verdad, mucha influencia de la “política deportiva”, salvo que incluyamos en ello: “Hagamos sufrir y droguemos a tres generaciones de niñas así tenemos una tradición en gimnasia artística / halterofilia / nado sincronizado, como hicieron los países comunistas, y ganamos unas medallitas más”. No thanks.

Transparencia Internacional en el fútbol

¿Alguien me explica por qué el fútbol está tan estancado, en comparación con otros deportes, en el uso de la tecnología?

Hay, por lo pronto, una tecnología básica que el fútbol podría usar: el cronómetro con Start/Stop. ¿Por qué no se juega “tiempo neto”? ¿Por qué esa cosa horrible de hacer tiempo, jugadores tirados en el piso, etcétera, si sería tan fácil evitarlo? Y, respecto a otras faltas: ¿no estaría bueno poder llamar, unas dos o tres veces por cada tiempo, al “Ojo del Halcón”? Seguramente mucha gente del tenis se oponía al Ojo del Halcón (o del Águila) en su momento; ¿se queja alguien ahora? Podría haber una terna de jueces (para darle trabajo a los Elizondos de este mundo) que decidiera en caso de duda. Lo que se gastaría de tiempo en esas deliberaciones sería mucho menos que lo que se ahorraría por jugar con tiempo neto.

Figúrense qué linda imagen la del Cabezón Bilardo pidiendo Ojo del Halcón en el penal de Sensini a Voeller. OK, también lo habría pedido Inglaterra en el gol con la mano de Diegote, pero ¿no sería un deporte más lindo? [Para completar el embellecimiento, yo agregaría el reemplazo de la definición habitual por penales por el penal colectivo, pero eso no tiene nada que ver con la transparencia].

Tenemos que iniciar una campaña mundial, una pequeña revolución, a favor de la Justicia en el Fútbol. Quizás la manera de iniciarlo es en el fútbol femenino. Por las vejaciones a las que han sido sometidas durante toda la historia, las mujeres tienen un mayor sentido de la justicia, de la importancia de que las normas defiendan a los perjudicados, que los varones.

Sólo sé de un deporte más enemigo de la tecnología que el fútbol: el más ridículo de todos, la marcha atlética. Tan enemigo de la tecnología que es el único deporte irrelevante cuyos practicantes odian los juegos olímpicos, porque muestran al mundo que son unos tramposos.

INDEC: lo mataron antes de que muriera

Señoras y señores, reformas en www.inflacionverdadera.com, y para bien. Ahora recoge una canasta más amplia de bienes y servicios, tomada siempre de precios online.

¿Sirve? Claro que sí. Comparen su comportamiento con el de las inflaciones provinciales del blog Cosas Que Pasan. Inflacionverdadera (marrón los datos propios, azul los del INDEC):

 

Promedio de provincias creíbles en Cosas Que Pasan:

Inflación similar (un par de puntos arriba los de inflacionverdadera, pero una trayectoria parecida). Ventajas de inflacionverdadera: se actualiza todos los días, con datos que tienen apenas 10 días de retraso. Además, no padece el peligro que ahora tienen las inflaciones provinciales: cada vez son menos las provincias que las publican.

Un pequeño paso para una página web, un gran paso para la libertad.

Presión sobre el guaraní blue

No te la puedo creer: ahora sí te dan moneda extranjera, pero “del país de destino“. La ignorancia va superando sus propios records.

La idea del almacenero: “Ya sé, con esto la gente podrá comprar menos dólares, entonces no sube tanto el dólar, en todo caso suben otras monedas, tipo el real o el peso uruguayo”. La mecánica es así: si pedías dólares para ir a Brasil o Paraguay, llevabas tu autorización al banco y entonces el banco después tenía que conseguir esos dólares. Esa demanda adicional de dólares presionaba sobre el mercado del dólar: las reservas del Central o el precio del blue, dos variables que queremos cuidar. Ahora, en cambio, el banco va a tener que darte guaraníes o reales, por lo tanto no va a presionar sobre el mercado de dólares, sino sobre el mercado de guaraníes o de reales. Ahora no subirá tanto el “dólar blue” sino el “guaraní blue”.

Es una idea fantástica: creemos que nuestras regulaciones aumentarán el “real blue” pero no el “dólar blue”; en otras palabras: los argentinos somos capaces de creer que nuestras regulaciones influirán sobre el tipo de cambio de mercado entre el real y el dólar.

¿Hace falta repetir una vez más que el problema no es la valorización del dólar, sino la desvalorización del peso frente a todo lo demás; y que no hay un “dólar blue”, “real blue”, “guaraní blue” sino un “peso blue” desvalorizado respecto a su paridad oficial frente a todas las otras monedas ? No, dejá, no lo intentes.