NVMERVS REIPVBLICAE FVNDAMENTVM (ensayo fotográfico)

Nuestro corresponsal en el Viejo Mundo, el Doctor Pangloss, nos envía estas fotos. En este edificio italiano:

está la siguiente leyenda:

Contado con liqui para todos y todas

Decíamos el otro día que si el CEDIN tiene un mercado secundario en el que puede intercambiarse (“infinitas veces”, dijo el viceministro) por pesos o por dólares, en la práctica se estaría desdoblando el mercado cambiario. Le estábamos permitiendo a Doña Rosa convertir sus pesos en dólares de manera legal al precio del mercado hoy llamado blue. Voy a argumentar que aunque se permita solamente las transacciones de CEDIN en pesos pero no en dólares es muy sencilla la operatoria para cambiar pesos por dólares de manera legal al precio del paralelo.

Para entrenarnos mentalmente haremos primero el ejercicio original, cuando es legal intercambiar CEDIN por pesos y dólares. En ambos ejercicios supondremos que el CEDIN cotiza a 90 centavos de dólar (aunque posiblemente cotice más cerca de 1) y que el dólar paralelo está a 10 pesos, esto último para que las cuentas sean más sencillas.

1. Desdoblamiento cambiario con transacciones autorizadas de CEDIN por pesos y dólares: Doña Rosa va al banco (o al cambista) con 9 pesos. Compra un CEDIN (que vale 90 centavos de dólar, o sea 9 pesos). Luego le vende el CEDIN al banco a 90 centavos de dólar. Conclusión: con 9 pesos compró, de manera legal, 90 centavos de dólar: compró dólares a 10 pesos. Para la operación inversa convocamos a Don Isidoro Cañones que quiere reventar los dólares del Coronel para irse de juerga. Isidoro va con 90 centavos de dólar al banco. Compra un CEDIN. Inmediatamente le vende el CEDIN al banco, que le da a cambio 9 pesos. Isidoro vendió, de manera legal, dólares a 10 pesos.

Vamos ahora al ejercicio más interesante, con compraventas de CEDIN en dólares prohibidas, pero permitidas en pesos.

2. Desdoblamiento cambiario con transacciones de CEDIN por pesos autorizadas, pero transacciones prohibidas de CEDIN por dólares. Doña Rosa se presenta ante un banco o cambista con 9 pesos. (1) El cambista le presta 90 centavos de dólar. Ahora Doña Rosa tiene 90 centavos de dólar y 9 pesos, pero debe 90 centavos de dólar. (2) Doña Rosa le compra al cambista, con 9 pesos, 90 centavos de CEDIN. ¿Por qué el cambista le vende el CEDIN a 10 pesos, cuando el CEDIN vale 0,90*10=9 pesos? Por lo siguiente: (3) Aprovechando que el CEDIN es “un medio idóneo para la cancelación de obligaciones de dar sumas de dinero en dólares estadounidenses“, Doña Rosa devuelve su deuda de 90 centavos de dólar con los 90 centavos de CEDIN que acaba de comprar. Conclusión: Doña Rosa llegó con 9 pesos, se llevó 90 centavos de dólar. Compró dólares a 10 pesos.

Dejo al lector el caso “Isidoro Cañones vende dólares de manera legal al precio del paralelo”.

Se dirá: “¡pero qué complicado!”. No, no es tan complicado. Es darle un papelito a Doña Rosa y decirle: “firme aquí, firme allá, esto es todo legal, deme sus pesos, aquí tiene sus dólares”.

¿El que depositó dólares recibirá CEDIN?

Uno de los aspectos más inquietantes del proyecto de ley de blanqueo, ausentes mayores aclaraciones, está en el artículo 2, donde se lee lo siguiente:

Autorízase al BCRA a emitir el CEDIN en dólares estadounidenses, el que será nominativo y endosable, constituyendo por sí mismo un medio idóneo para la cancelación de obligaciones de dar sumas de dinero en dólares estadounidenses y cuyas condiciones financieras serán establecidas por normativas del BCRA.

Quería rogarle a los legisladores que acompañan el proyecto del Poder Ejecutivo –al cabo, mis representantes– que aclaren qué quiere decir exactamente la parte resaltada en negrita. Habitualmente “poder cancelatorio” significa que el deudor tiene derecho a cancelar una deuda en esa especie, le guste o no al acreedor.

Debo confesar que por motivos ideológicos soy un depositante en caja de ahorro en dólares en una institución nacional. Es decir, el Banco de Galicia y Buenos Aires tiene una obligación de darme sumas de dinero en dólares estadounidenses. Mi motivo ideológico para mantener ahorros en el banco es análogo al que señalaba John Maynard Keynes sobre el oro: “una reliquia bárbara”. En el siglo XXI el dinero en efectivo, al menos como vehículo de ahorro, se me hace una reliquia de otros tiempos. A pesar de la formidable caída de 20mil a 7mil millones de dólares en los depósitos en cajas de ahorro, decidí mantener los míos en el banco como signo de civilización, para evitar la bajeza primitiva del dinero en efectivo.

Pero quiero dejar consignado que si el proyecto de blanqueo pasa el test del Senado sin observaciones sobre este punto, sugiriendo que la interpretación del texto en negrita será resuelta por la reglamentación del BCRA, deberé convertirme, con gran dolor en el alma, en un bárbaro más.

CEDIN, el sexto inútil

Mucha discusión “en las redes sociales” (aka Twitter) sobre el CEDIN.

Escribo rápido, a lo macho. Borges go home. Mucha gente podrá cambiar CEDIN por dólares en el BCRA: todo el sector de la construcción, todos los que vendan una casa. Estamos hablando de decenas de miles de millones de dólares anuales. La construcción es el 6% de un PBI de 400 y pico mil millones, pero a eso hay que sumarle todos los cambios de manos de propiedades.

No sé cuánto es, no importa. Hay que compararlo con la cantidad de CEDIN que se emitan. En el último blanqueo *entraron al país* unos 500 millones, me dicen por cucaracha (se blanqueó mucho más, pero no todo lo que se blanqueó *entró* al país: mucha gente dijo: “Tengo X plata afuera”). OK, supongamos que esto equipara a aquellos 500 millones.

Recordemos: ***hay un mercado secundario de CEDIN***.

Si soy un constructor, o el vendedor de un inmueble, me conviene tomar CEDIN a USD0,99. Te vendo una casa a 100.000 dólares. El día antes del pago te digo: “podés pagarme, si querés, 101.000 CEDIN”. Nos encontramos en el banco. Me das 101.000 CEDIN. Los cambio en el Banco Central (via mi banco). Consigo 101.000 dólares. Gano. (Supongamos que la operatoria es suficientemente flexible como para que esté permitido todo esto bastante rápido).

Algunas conclusiones:

(1) Si son suficientemente liberales en la concesión de permisos de convertibilidad de CEDIN a constructores y vendedores de inmuebles, el CEDIN va a valer cerca de 1. Insisto: todo esto depende de la facilidad que se permita para las transacciones; cuanto más engorroso todo, más riesgo de ser el que se quedó parado en el juego de la silla con el CEDIN en la mano.

(2) Pero si está cerca de uno, ¿no se blanquearán muchos capitales, que sólo pierden la diferencia entre USD1 y el precio del CEDIN? Y, es atractivo, pero no es una oferta imposible de rechazar. ¿No duerme más tranquilo el evasor con dinero para sus nietos en una cuenta en Suiza que con toda esta vaina de los CEDIN, que además implica que la AFIP podría hacer (hoy, o algún día) preguntas incómodas? Pero convengamos que algún dinero vendría. Pregunto: ¿eso es gracias a los CEDIN? ¿Cuál es la contribución específica del CEDIN en comparación con un blanqueo liso y llano: “trae tus dólares, ponelos en el banco, avisale a la AFIP y nadie te pregunta nada”?

(3) El CEDIN *no sirve* para reactivar el mercado inmobiliario. Si quiero entrar en el blanqueo, y puedo vender el CEDIN a buen precio, ¿por qué me tengo que construir una casa? No: va el Cartonero Báez al BCRA, pone los 100.000 dólares, le dan 100.000 CEDIN, y se los vende al comprador de una casa, que va a estar dispuesto a pagar cerca de un dólar. La clave es: son muchos más los que tienen derecho a cambiar CEDINes por dólares en el BCRA que los CEDIN que se van a producir. Esa casa ya iba a ser comprada: pero el comprador y el vendedor se benefician un poquitito por hacer la transacción en CEDIN.

[EX-POST: agrega un comentarista que el CEDIN puede servir para que una persona con pesos blancos compre una propiedad a una persona que quiere dólares. Dos comentarios (3.1) Me pregunto cuántas personas tienen ahorrados pesos blancos como para comprar propiedades; el que ahorró en pesos al estilo Victor Hugo ya no le debe alcanzar para mucha propiedad; más importante: (3.2) Si compra el CEDIN con pesos, el blanqueador estaría haciendo el camino dólar-CEDIN-pesos; poco probable].

(4) El ciclo vital del pobre CEDIN es breve como el de una mosca: BCRA-blanqueador-comprador-vendedor-BCRA. Insisto: esa circulación no quiere decir que está aumentando la producción de nada o reactivándose nada. Es como si el Banco Central emitiera Ticket Restaurants (TR) convertibles a dólar. Sí, los TR valdrían cerca de un dólar en el mercado, pero la gente no iría más seguido a comer afuera. Capaz pagaría sus gastos de restaurants en TR porque los puede conseguir con algún descuento. Nada más.

(5) Como decíamos ayer, hay un potencial uso del CEDIN, relevante y significativo, si se permite su cotización en dólares y pesos en el mercado secundario. Sería un vehículo para mantener la ficción de que “acá estamos pesificados, nadie compra dólares con pesos”, pero podrías hacer la siguiente pasadita: pesos-CEDIN-dólares con tu propio banco y de manera legal (O, si tenés dólares guardados que querés gastar aprovechando su alto valor: dólares-CEDIN-pesos). Es decir, sería un desdoblamiento cambiario. Eso no conspiraría contra el relato pesificador: nadie está comprando dólares con pesos. Sí se están comprando y vendiendo CEDIN con dólares, pero eso es porque se trata de “un instrumento dolarizado que refleja la cultura de dolarización resultante de la matriz impuesta durante varias décadas de neoliberalismo”, o algo por el estilo. Y se estarían comprando y vendiendo CEDIN con pesos, pero eso sería para “darle liquidez a un instrumento que viene a configurar una oportunidad de inversión que, si bien refleja los desafíos y tensiones inherentes a los actores productivos al interior de las clases propietarias, puede resultar un vehículo atractivo para articular políticas anticíclicas en una fase declinante del capitalismo”, o algo por el estilo.

 

Ese misterio llamado CEDIN

Blanqueo versión Tom Sawyer

Fue para nosotros una revelación lo que dijo Kicillof: el CEDIN (el papel que te entrega el Banco Central, si querés, a cambio de dólares blanqueados o ya blancos) tendrá un mercado secundario.

Es decir que el ciclo de vida del CEDIN es el siguiente:

1. Nacimiento: alguien con dólares le pide CEDIN al Banco Central, via un banco común. Nadie pregunta de dónde vino la plata. El BCRA guarda el 100% de esos dólares.

2. Circulación: el CEDIN puede comprarse y venderse ilimitada y libremente en el mercado. Hasta que llega el momento de…

3. Muerte: alguien le puede dar el CEDIN al BCRA a cambio de dólares (de nuevo, vía los bancos) a una tasa de uno a uno. No queda claro qué tiene que mostrar el tenedor de un CEDIN para que le den los dólares. Dice el proyecto que el tenedor tiene que acreditar “compraventa de terrenos, galpones, locales, oficinas, cocheras, lotes, parcelas y viviendas ya construidas y/o la construcción de nuevas unidades habitacionales y/o refacción de inmuebles”.

La reglamentación determinará, entonces, si hay muchas o pocas chances de redimir el CEDIN por dólares. Supongamos que hay muchas, que parece ser el caso. Aunque vos no puedas cambiar el CEDIN por dólares en el Central, es muy probable que el CEDIN cotice cerca de la paridad, porque habrá alguien (un constructor, que hizo una casa para alguien que nada que ver) dispuesto a pagarte casi un dólar por ese CEDIN, ya que él sí puede comprarle un dólar al Central. En ese sentido el CEDIN es parecido al CUC cubano: un certificado del Banco Central convertible, bajo ciertas condiciones, en el Banco Central, y respaldado 100% por reservas.

Si hasta acá vamos bien, tres comentarios:

(a) Obviamente a los blanqueadores, los Walter White de este mundo, les convendrá blanquear via CEDIN (porque el CEDIN valdría cerca de 1 dólar) que vía el EBADE, que es un título en dólares que paga 4% de interés anual. Mejor convertir dólares a CEDINes, luego CEDINes a dólares, luego en todo caso comprarte un bono argentino que rinde el triple.

(b) Es realmente una oferta generosa para el blanqueo, si efectivamente el CEDIN cotiza cerca de la paridad. No digo que, por lo tanto, el blanqueo sea exitoso. Sigue habiendo una incertidumbre general sobre Argentina y el análisis de costo-beneficio para los evasores es dudoso aun con estas ventajas.

(c) ¿Para qué tener un CEDIN en tus manos? Apenas blanqueaste, te convendría cambiarlo por dólares al Banco Central, o dárselo a un constructor o alguien para que los cambie por dólares. Tal cual: podrá haber demanda por hacerse de CEDINes (los blanqueadores) pero no habrá mucha demanda para mantener esos CEDINes. Más vale dólar en mano que CEDIN flotando.

Vamos ahora un paso adelante, al punto (2) más arriba, el mercado secundario de CEDINes, aunque nos acabamos de preguntar si ese mercado tendrá un stock importante. Según Axel Kicillof, habrá un mercado secundario, y el CEDIN podrá comprarse en pesos en ese mercado. No queda claro si además, en ese mercado secundario, pueden comprarse y venderse CEDIN con dólares.

Si fuera cierto que pueden cambiarse CEDIN por pesos y dólares en el mercado secundario, en la práctica habría un mercado legal para comprar dólares con pesos y viceversa — es decir, se instauraría el tan largamente demandado desdoblamiento cambiario. Veamos: el señor Batman va al banco con 100 pesos, le venden 10 CEDIN (esto es, CEDIN por valor de 10 dólares); el señor Robin va al banco con 10 dólares, le venden 10 CEDIN. Luego Batman devuelve 10 CEDIN al banco, pero esta vez a cambio de diez dólares, y Robin vende los 10 CEDIN al banco, a cambio de 100 pesos. En la práctica, Batman le compró con 100 pesos 10 dólares a Robin.

Nótese que no hace falta que el CEDIN cotice uno a uno para que exista esta legalización del “dólar CEDIN”. Aunque cotizara a 90 centavos de dólar será cierto que ese instrumento cambiable por dólares o pesos tendrá implícito un tipo de cambio, del mismo modo que lo tienen los bonos que se compran aquí con pesos para venderse en New York por dólares; el famoso “contado con liqui”. En la práctica, y si estamos bien rumbeados, estamos haciendo una especie de “contado con liqui para todos y todas”, porque el CEDIN podrá ser comprado y vendido libremente y de manera instantánea en los bancos.

Pasando en limpio, dos conclusiones condicionales:

(1) Si el gobierno es amplio de criterio para redimir CEDIN con dólares, lo más probable es que el CEDIN valga cerca de un dólar. En ese caso, el incentivo a blanquear es importante, aunque siga siendo discutible moralmente: 100 dólares son 100 CEDINes, que son casi 100 dólares. Por otro lado, esa liberalidad implicaría que no necesariamente los fondos repatriados implicarán más construcción. Siempre hay una cierta cantidad de construcción y de venta inmobiliaria. Basta con que el volumen de esas operaciones sea mayor que la voluntad de evasores de hacerse de CEDIN nuevos para que a los constructores les convenga comprarle CEDIN con un mínimo descuento a los blanqueadores, por operaciones de construcción o inmobiliarias que ya se estaban haciendo de todos modos.

(2) Cualquiera sea la amplitud de criterio del punto anterior –y por lo tanto, cualquiera sea la relación de precio CEDIN/dólar– si el gobierno permite comprar y vender CEDIN en cualquier moneda en el mercado secundario, tendremos un tipo de cambio implícito de manera muy obvia, que pasará a ser el tipo de cambio de mercado legal. No es una reforma menor. La claridad de un dólar legal puede ayudar a, por ejemplo, acomodar los precios del mercado inmobiliario, hoy confundidos por las discusiones cambiarias. Un mercado paralelo legal incentivaría el gasto legal, por parte de tenedores de dólares, en productos o activos que hoy están muy baratos medidos en dólar blue. Quizás es por esta vía que el gobierno está apostando a un potencial efecto reactivador, pero sin decir en voz alta que está desdoblando, en los hechos, el mercado de cambios.

Ampliaremos.

Peso cubano, nuestra nueva moneda

Peso convertible cubano

Escuchen a Axel Kicillof, minutos 19, 20 y 21. Ahora sin tiempo, después explico. Pero quería que conocieran a nuestro CUC.

Se arruinó mi casamiento

La historia de mi vida: querer hacerme el vivo hasta que la realidad me dice: “No pasarás”. ¿Recuerdan el casamiento que con tantas ilusiones estuve organizando? ¿O era mi cumpleaños? Quería que me hicieran regalos en dólares, y nadie me hizo, salvo yo mismo. Pero como me los hice yo mismo, me descubrieron. A mi agencia de regalos no le gustó, así que no lo intenten:

Your request to withdraw money from your account at OurWishingWell.com has been declined. The reason given by the OurWishingWell.com system administrator was:

Our system has indicated that your transactions appear fraudulent so we are refunding the payments. Please do not use our system again or we will report you to the authorities.

Me devuelven el dinero, sí, pero a la Argentina. En pesos. Pucha. Yo que me quería comprar unos CEDINES.

Blanqueo: una oferta posible de rechazar

Walter Blanco Lava

Fue todo bastante complicado. Axel Kicillof mostró unas flechitas que indicaban los resultados de planes económicos de hace 70 años. De alguna manera que no pude precisar, eso se relacionaba con el presente. Mercedes Marcó Del Pont aclaró, y luego repitió, que el que deposite dólares recibirá dólares. Luego dijo que luego iba a explicar los detalles. Hernán Lorenzino dijo el dato certero, sin un par de décimas de inseguridad, sobre la inflación en el primer trimestre del año. Guillermo Moreno no habló en la exposición, sólo contestó unas preguntas. A un periodista que le preguntó si no podían generarse incentivos para deshacerse de pesos y comprar dólares en el mercado negro  (ya que los dólares black son el vehículo para el blanqueo impositivo) le repreguntó si eso era para compartir el IVA. No, yo tampoco entendí.

Ricardo Echegaray fue el que habló con más seguridad y sobre cosas más concretas. Incluso tuvo el honor de terminar la exposición del equipo económico. Miró a cámara y dirigiéndose a los grandes evasores de este país les dijo algo como: “Les estamos dando muchas ventajas. Es una gran oportunidad. Aprovechen”.

Pasemos en limpio:

Noticia 1: ayer el dólar llegó a los diez pesos. Histórico. Sí, Borges, tenemos una extraña devoción por el sistema decimal.

Noticia 2: conocimos al Equipo Económico Colegiado (EEC).

Noticia 3: el EEC no presentó ninguna medida que tuviera nada que ver con la noticia número 1. Para tratar de bajar el blue, reducir la brecha y atraer dólares que se conviertan a pesos había que absorber pesos, no dólares.

Noticia 4: se anunció un nuevo blanqueo de capitales. Guarda, no es gratis. Para traer dólares al país sin que nadie pregunte nada tenés que optar entre

(1) comprar un bono que rinde no-sé-si-4%-anual-o-semestral (llamado BADE o, como lo bautizara @gsandleris, EBADE) que en todo caso es menos que lo que rinde hoy un bono argentino en New York y

(2) comprarle al banco central unos papelitos que no queda claro si son redimibles o no en el Banco Central al mismo valor luego de haber hecho una operación inmobiliaria. Si son redimibles, habrá un arbitraje: el CEDIN en manos de una inmobiliaria o constructora valdrá un dólar porque se lo puede vender al Central a un dólar; y por lo tanto el CEDIN valdrá un dólar para todo el mundo. Pero, por lo que entendí, el CEDIN no será redimible. Es una “convertibilidad en un solo sentido”: si traés dólares te damos un CEDIN, pero si traés CEDIN no te damos un dólar. Si así fuera, el CEDIN tendrá una cotización y la tasa impositiva del blanqueo será t=100-cotización.

Noticia 5: ¿Qué le hace esto a la macroeconomía? Poco, o nada. Algunos dólares se blanquearán, pero no tantos: es un blanqueo que implica darle plata al Estado, con los riesgos que tiene. ¿Vale la pena? Lo sabrán los evasores. Mi impresión: difícil que consigan más plata que en el blanqueo anterior. En aquella oportunidad pagabas un fee fijo. Ahora el blanqueador paga una tasa que depende de la credibilidad del gobierno, en un momento de baja credibilidad. Si el riesgo país es alto, comprar un bono de 4% es pésimo negocio: la tasa implícita al evasor es muy alta. Y comprar el CEDIN, si no es redimible a la par, será peor negocio aún.

Pero estaremos atentos, que todo es muy fluido.

La ley más malentendida de la economía

El 99% de los economistas conoce el punchline de la ley de Gresham: “el dinero malo desplaza al dinero bueno“. Sin embargo, no sé si todos entienden lo que quiere decir. ¿Quiere decir, por ejemplo, que el peso va a circular, pero no el dólar, porque el dólar es una moneda mejor?

No.

La ley de Gresham no es una comparación entre el valor de dos signos monetarios (por ejemplo, la plata y el oro; el peso y el dólar, etc.). Es una comparación entre (a) el valor de intercambio legal que hay entre esos dos signos monetarios y (b) el valor “de mercado” que existe entre esas dos monedas.

Por supuesto, muy frecuentemente el valor de intercambio legal es igual al valor de mercado. Pero no siempre. Por ejemplo: cuando había oro y plata, quizás a una moneda de 15 gramos de plata la acuñaban con la leyenda “1 peso” y a la de 1 gramo de oro le ponían la misma leyenda. Pero si el valor intrínseco de los metales no tenía relación de 15 a 1 sino, por ejemplo, de 13 a 1, entonces la “moneda buena”, en el sentido de Gresham, es la plata. Es “buena” en el sentido de que su valor real, en el mercado de los metales, es mayor que el valor artificial que le pone el Estado: con 13 gramos de plata te dan en el mercado uno de oro; pero el Estado te exige 15 gramos para acuñar una moneda que valga como 1 gramo de oro.

¿Qué te conviene hacer si te llega una moneda de plata? Cambiarla por oro en el mercado de metales, conseguir algo más que un gramo de oro (15/13) y llevar ese gramo y pico de oro a ser acuñado. Como todos hacen lo mismo, la plata no es acuñada sino al contrario, acumulada o fundida como metal para ser convertida a otros usos. Circulará la de oro, que es en este caso la moneda “mala” a pesar de tener un mayor valor por gramo. La moneda mala, la de oro, desplaza a la buena, la plata.

¿A qué viene todo esto? Si es verdad la Ley de Gresham, deberíamos ver desaparecer la moneda de 25 centavos, especialmente la plateada. Su valor legal es 25 centavos: necesitás cuatro para comprarte un peso. Pero su valor metálico es más del doble: 58 centavos según nuestro cálculo. Entonces la moneda plateada de 25 es “la moneda buena” y debería desaparecer de circulación. Debería haber un mercado (debe existir ya mismo, imagino) en que la moneda de 25 plateada se compra a un valor más cercano a su valor intrínseco.