Argentina y Venezuela, las Suizas de Sudamérica

Me refiero al índice Big Mac, que ahora tiene un sitio mejorado, interactivo, con mapa y todos los chiches. Una pena que no se aclare que en la Argentina el Big Mac es la Hamburguesa Manipulada. Su precio es 21 pesos; el precio del combo de Big Mac es 54; una obsecenidad de 33 pesos por agregar Coca Cola y fritas. En cambio el precio del Cuarto de Libra, que en todos los países del mundo es muy similar al Big Mac, es $36, y el combo igual que el combo Big Mac.

De modo que me tomé el trabajo de reemplazar el precio trucho por el precio del Cuarto de Libra. Me encontré con el siguiente ranking de “precio en dólares del Big Mac, o en caso de manipulación Cuarto de Libra”:

¡Somos, junto a Venezuela, la Suiza de Sudamérica! ¡Somos caros! Somos como Noruega o Suecia. “¡Tomá, Uruguay! Suizos ustedes las pelotas”, diría el canciller de Lanata.

Por supuesto, esto es un problema grave. Así como en los inicios de este blog argumentábamos que el hecho de que la Argentina tuviera niveles de precios en dólares mucho más bajos que los que correspondían a su productividad podía ser inflacionario si no se apreciaba la moneda, también es peligroso ser caro cuando no sos rico. Esto es, cuando no sos tan productivo. Efectivamente, la Argentina perdió nuevamente la línea, y hoy es junto a Venezuela el país cuyo nivel de precios en dólares es más alto respecto a lo que debería ser teniendo en cuenta la productividad.

En criollo: estamos en offside.

¿Hace falta que expliquemos por qué esto es un lío o ya lo sabemos de memoria?

¿China contra la muralla?

Gran estupor causa en las redes el artículo de Krugman diciendo que China se está chocando contra una muralla. Siempre hay que tener en cuenta que debajo de los titulares sobre “desaceleración china” aparecen cifras que en el peor de los casos son tipo 6,5% de crecimiento.

Toda la discusión es alrededor del “expenditure switching” — hace mucho se dice que para poder seguir creciendo China debería aumentar el porcentaje de consumo en el PBI y bajar el de inversión y, quizás, el de exportaciones. La idea de bajar el porcentaje de inversión es para evitar el riesgo de “sobrecapacidad”, y este es el punto que enfatiza Krugman: invertir para producir más en el futuro, para que esa producción futura sea dedicada a bienes de inversión que se usarán en invertir para producir más en el futuro para que esa producción futura sea dedicada a bienes de inversión… sí, un “Ponzi Game”: alguna vez tenés que consumir. Y si no hay perspectivas de que eso ocurra, en un punto se derrumba la inversión y por lo tanto se derrumba todo.

La idea de bajar el porcentaje de exportaciones, en tanto, era sobre todo un consejo interesado de los países ricos durante la Gran Recesión, que buscaba limitar el daño de la “penetración china” a industrias de países desarrollados. El consejo incluía apreciar el yuan y reemplazar la pérdida de exportaciones netas con medidas de estímulo al consumo.

Quiero decir que no entiendo.

Y no entiendo porque me parece bastante sencillo aumentar el nivel de consumo, si ese fuera el problema. ¿China tiene Asignación por Hijo? No. Adelante. Y cosas por el estilo. Un poco de populismo. Más crédito al consumidor, que es fácilmente redirigible en un sistema financiero tan regulado. Siendo tan fácil resolver ese problema, no entiendo que sea un problema.

Pero sí creo que China tiene un gran problema, que no enfrentaron otros países de alto crecimiento del Sudeste Asiático. Al ser China un participante importante en el mercado mundial, su camino hacia una potencia industrial exportadora es un terremoto en los mercados mundiales. A medida que sus trabajadores pasan del sector-agrícola-atrasado del famoso modelo de Lewis hacia el sector moderno, industrial exportador, el aluvión de productos chinos sólo puede ser absorbido en el resto del mundo a precios declinantes. Fíjense los términos de intercambio de China en los últimos treinta años:

Obviamente, el empeoramiento de los términos de intercambio chinos (el cociente entre sus precios de exportación y de importación) es la contracara de la mejora en *nuestros* términos de intercambio.

¿Puede China persistir en su export-led growth? Evidentemente la demanda mundial le impone un límite. ¿Puede, entonces, cambiar hacia un crecimiento de otros sectores productivos? Sí. Pero el problema es que esos otros sectores productivos no tienen la misma capacidad de mejora en la productividad. Supongamos que China sí pudiera, en efecto, aumentar su consumo, a expensas de su inversión o sus exportaciones. Ahora bien: los sectores productivos que alimentan el consumo no son primordialmente estos sectores “industrial exportadores”. Una economía más basada en el consumo sería una economía donde, por ejemplo, los servicios pesan cada vez más. Y la capacidad de aumento de productividad en los sectores de servicios no es ni por asomo la que hay produciendo IPADs o auotmóviles.

En resumen: la dificultad de China no es tanto que sea difícil cambiar la configuración de su demanda, sino que esos cambios en la configuración de la demanda llevarían a una estructura económica que no puede crecer a, ehm, tasas chinas.

La extraña jugada de Daniel Scioli

Qué apropiada es la caricatura de Scioli que hacen en el programa de Lanata. El hombre la paciencia infinita. La década dudada. Pero en un momento clave tomó una decisión: se acomodó hacia las presidenciales del 2015 como el único candidato con aspiraciones de triunfo y al mismo potable para buena parte del kirchnerismo (en particular, para su jefa).

Es una apuesta que, como todas, puede salir bien o mal. Quizás el resultado más favorable para Scioli en provincia sea un triunfo de Massa pero no descollante. Ni un aluvión massista que coloque al Jefe de Gabinete Legitimador de la Manipulación de Estadísticas Sergio Massa como front-runner; ni un triunfo kirchnerista que permita soñar con una reforma constitucional. En ese escenario de mediocridad, de algo parecido a un empate, al kirchnerismo le quedarían como opciones para 2015 mandar al muere a un candidato del riñón (Alicia, Abal) o apoyar a Scioli. Otros gobernadores no dan ni la fidelidad ni las chances de ganar.

No son claras las ventajas para el kirchnerismo de apoyar a Scioli en la presidencial (sabemos desde Maquiavelo que lo primero que tiene que hacer el príncipe es asesinar a su antecesor) pero algunas hay. Por ejemplo: cambiar apoyo presidencial por una buena participación de diputados fieles –si existe tal cosa– que de alguna manera condicionen su mandato. Respecto a pactos judiciales oscuros, me cuesta más creer que se pueden firmar esas cosas.

En todo caso: a mí me sorprendió verlo cerrar filas. Veremos cómo le sale.

Aguanten las combis

Quien sigue este blog sabe que somos fans de las combis o charters. Por eso felicitamos al Gobierno de la Ciudad por construir una playa de combis debajo del Obelisco.

Pero necesitamos más, muchas más.

Con los chárters pasa algo increíble: son vistos como los “malos” que hay que regular, cuando el realidad son los buenos que hay que subsidiar. No hay mayor muestra de la utilidad social de las combis que el hecho de que existan *a pesar de estar compitiendo contra un sustituto recontrasubsidiado*. La situación es inverosímil: no sólo tendría que tener subsidio la combi/charter, sino que *su nivel de subsidio tendría que ser mayor que el del colectivo común*. ¿Por qué? Simple:

La economía más elemental afirma que tienen que ser subsidiados los bienes y servicios que generan efectos favorables sobre terceros, aka externalidades. La intuición es sencilla: cuando pago por transporte público, en lugar de tomar un auto o taxi, no sólo me beneficio yo sino que también hago algo por el resto de la sociedad, porque genero menos tráfico. Idealmente, sería bueno que yo hiciera ese viaje siempre que el “beneficio social total” (para mí y para el resto) fuera mayor que el costo verdadero de producir ese servicio. Una manera de que el comprador haga esa cuenta directamente, que compare beneficio social total con costo del viaje, es subsidiar el boleto, y subsidiarlo exactamente en el monto del beneficio que ese viaje le genera al resto de la sociedad. El boleto va a valer

Precio = Costo – Subsidio.

Yo voy a comprar el boleto si valoro el viaje más de lo que me cuesta comprar el boleto, es decir, si

Valoración Individual del Viaje (V) > P

o bien, combinando con la primera igualdad, si V > C – S

Esa condición de “cuándo me conviene comprarme el boleto” puede escribirse: V + S > C.

Si el subsidio está calculado como el beneficio para el resto de la sociedad de que yo haga el viaje, entonces V + S es el “Beneficio Social Total”: mi valoración más el beneficio que le genero al resto de la sociedad. Entonces: con el subsidio a ese nivel voy a hacer el viaje si el Beneficio Social Total > Costo. Una maravilla.

De modo que: ¿quién tiene más “externalidades positivas”: el colectivo común o el charter? Imaginemos una avenida con cinco paradas: Adrogué, Lomas, Lanús, Avellaneda, Obelisco. Y supongamos que todos los pasajeros bajan en Obelisco. ¿Quién hace ese recorrido de modo más eficiente:

(i) cuatro colectivos que salen de Adorgué y van frenando en cada parada o

(ii) cuatro colectivos, llamados chárters, cada uno de los cuales arranca de cada una de las paradas y hace sin frenar el trayecto hasta Obelisco?

Obviamente, los charters. Como no paran, generan menos tráfico. Los pasajeros están mejor porque llegan más rápido (OK, la frecuencia es un menor, pero eso se resuelve con horarios, que pueden ser previsibles porque no hay paradas). Y el resto de la avenida, agradecida, porque no hay colectivos frenando en cada parada.

Como mínimo, entonces, pedimos humildemente desde esta página que se subsidie *por igual* a charters y colectivos comunes. Habría una explosión de charters que nos dejarían mucho más claros sus enormes beneficios sociales.

Las fábulas de Cristina (detalle)

Es apasionante leer el detalle de la denuncia penal de Prat Gay y otros a la Presidenta, Moreno y compañía por falsificación de cifras. El informe se concentra no tanto en los precios como en el Estimador Mensual Industrial, y el impacto que su falsificación tiene sobre las cifras de crecimiento y, por lo tanto, sobre el pago del cupón PBI. La línea argumental es: sobreestimamos el crecimiento, por lo tanto tenemos que pagar más cupón, por lo tanto acá hay una asociación ilícita que está haciéndole pagar dinero al pueblo argentino [Frankly: es mucho más lo que el país se ahorró por no pagar bien los bonos indexados al IPC que lo que gastó de más en los bonos atados al crecimiento].

PDF completo acá. Muchas perlitas. Van algunas:

Una de las expresiones más relevantes es la del Dr Axel Kicillof… En el Inofrme Laboral #11, en cuyo equipo de redacción se econtraba Kicillof, se expresaba que… “sin necesidad de recurrir a estas estadísticas de dudosa confiabilidad tras la intervención del INDEC...el crecimiento de los salarios reales entró en una fase de estancamiento a partir de 2007, a pesar de que las manipulaciones estadísticas del INDEC hayan intentado ocultarlo” [negrita en el original].

 Otra:

Cristina… en ocasión de la apertura de sesiones del año 2012… sostuvo: “Ni qué hablar de la dinámica del sector automotriz: 324 por ciento de crecimiento…” Es especialmente interesante el hecho de que en este período (4to trimestre de 2011 y 2003 comparados) en que el bloque automotriz del EMI oficial varió en un 324%, las cantidades producidas de los vehículos que componen las tres categorías con que se calcula el EMI crecieron 315% (autos), 309% (utilitarios) y 170% (camiones). ¿Cómo es posible que el promedio ponderado de estos tres rubros dé 324%, como dice la presidente y el INDEC, cuando según la cámara empresaria que agrupa a los fabricantes indica que el rubro con mayor crecimiento aumentó sólo 315%? ¿Qué ponderadores hacen falta para que el promedio de 315%, 309% y 170% resulte en 324%? [negrita en el original]

Y acompaño con un cuadrito del mismo trabajo que compara la data de INDEC con la data de las cámaras empresariales, antes y después de la intervención:

Luego de esta valerosa denuncia, Alfonso Prat Gay debería hacer otra, enfocándose en los sectores de servicios. Según Juan Llach, las mentiras en los sectores de servicios están llevando a distorsiones obscenas: un crecimiento publicado de 3% en realidad es un crecimiento de -0.5%.

La fuerza política más competitiva del país

Competitiva en el sentido de “compite mucho”, no necesariamente “compite bien”.

¿Es UNEN, ese panradicalismo capitalino que presenta cuatro listas internas, tres de ellas con mucho condimento de la UCR, partido que decidió coquetear con entregarle la candidatura a senador a Pino Solanas?

No. La fuerza política más competitiva es “Compromiso Federal“, de los sheriffs más rápidos del Oeste, los hermanos Rodríguez Saá. En la Capital Federal, las PASO de Compromiso Federal presentarán 6 (seis) listas diferentes. El panorama es así de bello:

En la Ciudad de Buenos Aires las listas serán las que encabezan Carlos Maslatón, Delfina Frers y Yamil Santoro por UPAU; Miguel Lacour por la Democracia Cristiana; Marcelo Puella por el Acuerdo Patriótico; José María Vernet por Es Posible; Teresa Calleri De Gennaro por Unidos es Mejor; y Moisés Ikonicoff.

Ikonicoff! Vernet! La Democracia Cristiana! La UPAU! Es nostalgia de todas las décadas! Luego tenemos, en provincia de Buenos Aires, la única oferta política con cuatro variantes para las primarias:

En el distrito bonaerense, las cuatro listas inscriptas serán lideradas por José Tagliafico (Es Posible Buenos Aires); el actual diputado nacional Eduardo Amadeo y Groezinger (Es Posible); la actriz Zulma Faiad y Manuel Moreno (UNIR), y la de Raúl Castells y Nina Peloso (MIJD).

Quiero dejar sentado aquí que en agosto no pienso participar de la “encuesta nacional” sino de una elección. Si votara en Capital lo haría probablemente por algún candidato del UNEN. Como voto en la provincia (mantengo domicilio legal allí, en lo de mis padres, porque es más sencillo sacar registro de conducir en Vicente López que en Capital) tendré que votar a Compromiso Federal.

¿Cuánto pesa el aparato de los intendentes?

Es una de esas verdades que no se pueden discutir: sólo de formularlas quedás como un ignorante, un neófito, un “noo, pibe”, como si dijeras “ficha” o “reina” en ajedrez o “posición adelantada” en fútbol. Pero aquí somos valientes, por eso pregunto:

¿Cuánto pesa el aparato electoral de los intendentes?

Hay que distinguir, claro, entre “popularidad de un intendente” y “peso del aparato electoral del intendente”. Por supuesto que si Sabbatella se presenta de candidato a diputado, saca muchos más votos en Morón que en otros lados, como ocurrió en 2009 [se verá luego en un cuadro más abajo]. Y claro que la lista de Massa va a sacar más votos en Tigre y en Almirante Brown (cuyo intendente Giustozzi es el número 2 de la sábana) que si ellos no se presentaran. Pero eso no necesariamente es aparato: puede ser popularidad pura y simple.

La pregunta es otra. La pregunta es, por ejemplo: “¿saca más votos en el municipio Z el candidato a diputado X apoyado por el intendente Y que los que sacaría el mismo candidato X, en el mismo municipio Z, en las mismas circunstancias socioeconómicas, si no tuviera el apoyo del intendente Y?”. Como sabemos, en las ciencias sociales no son posibles los contrafácticos. Sí, si mi abuela tuviera pelotas sería mi abuelo. Pero no.

Podemos, sin embargo, hacer aproximaciones. Lo que sigue es un intento. En las elecciones para diputados de 2009, aparentemente hubo dos intendentes del conurbano bastante neutrales respecto a la disputa Kirchner-De Narváez: Cariglino (Malvinas) y Curto (Tres de Febrero). [Es cierto que otros intendentes también hicieron un juego ambiguo, pero si es así, si la verdad es “todos juegan ambiguo, según el resultado electoral nacional”, entonces por otro camino los aparatos de los intendentes también son bastante irrelevantes].

¿Cómo le fue al kirchnerismo en Malvinas Argentinas y Tres de Febrero en 2009? Como en todos lados, peor que en 2007 (ver cuadro). Si el aparato de los intendentes realmente pesa, entonces les tendría que haber ido especialmente mal en Malvinas y 3DF. Pero no. Kirchner sacó en GBA en 2009 el 72,4% de los votos que sacó Cristina en 2007; en este par de partidos coloradistas obtuvo 71,5% de lo que obtuvo CFK en 2007 — esencialmente lo mismo. ¿Ese 0,9% es el peso del famoso aparato impenetrable de los barones del conurbano? No confundamos “el GBA es muy peronista, porque es bastante pobre” con “los intendentes eligen a quién vota el pueblo”.

Dos notas a pie: (1) la mala performance en los partidos del Oeste tiene que ver con la candidatura de Sabbatella; (2) el “aparato de los intendentes” puede medirse sólo en elecciones intermedias que no coincidan con elecciones a intendentes, ya que en esos casos no se puede aislar el efecto “aparato del intendente” con el efecto “popularidad del intendente”.

Estas próximas elecciones, una nueva entrega de la saga Internas en el Peronismo, nos proveerán más data. Nuevamente, lo que hay que mirar es cómo evoluciona el kirchnerismo –respecto a 2011, por ejemplo– en municipios en los que el intendente apoya a Iturralde versus cómo evoluciona en municipios que se han hecho massistas.

¿Cuál es el sector estrella del Modelo?

Maravilloso gráfico de la consultora Econométrica. Sí, mientras la contribución del sector industrial al PBI está un par de puntos por debajo de su nivel de los años 90, el sector financiero duplica en este momento su participación respecto a aquella época.

En gran parte, esto es, como la teología para Borges, una rama de la literatura fantástica. Decíamos el otro día que la sobreestimación del producto bruto se daba sobre todo en los sectores cuyo crecimiento se mide como la diferencia entre el aumento nominal y la inflación estimada, y el sector financiero es uno de ellos. El mismo informe de Econométrica señala que el sector financiero explica un tercio del aumento del producto entre el primer trimestre del 2012 y el primero de 2013; una obsecenidad tratándose de un sector que representa unos pocos puntos del PBI.

Pero quizás ahora el éxito del sector financiero se vuelve real con el boom del CEDIN. Hoy parece que entraron 40.000 dólares via Banco Credicoop.

Moreno, dolarizá el CEDIN

El hecho de que el CEDIN sólo cotice en pesos, y no se pueda comprar con dólares en el mercado secundario, es una gran tontería del gobierno. En realidad es curioso: en algunos sitios como Cedinhoy.com la cotización se expresa en “tantos centavos de dólar”.

La posibilidad de comprar y vender CEDIN con dólares en el mercado secundario daría, creo, mucha más liquidez al instrumento. Desde el punto de vista del blanqueador, porque sólo tendrá que hacer dos operaciones para conseguir lo que quiere: entar dólares negros y llevarse dólares blancos. Dólar negro x CEDIN, CEDIN x dólar blanco. Hoy en cambio tiene que hacer: dólar negro x CEDIN; CEDIN x pesos; pesos x dólares en el “contado con liqui”. Lo mismo para un potencial comprador de propiedad que tenga dólares: dólares x CEDIN, CEDIN x propiedad, sin pasar por los pesos.

Claro que si se permiten transacciones de CEDIN por dólares se estaría formalizando aun más el desdoblamiento del mercado de cambios: para comprar dólares, por ejemplo, pesos x CEDIN en el mercado secundario, CEDIN x dólares en el mercado secundario. Pero en realidad ese desdoblamiento ya casi está ahí si empiezan a aparecer los CEDIN “aplicados”: pesos x CEDIN aplicado, CEDIN aplicado x dólares en el BCRA.

La legalización del intercambio de CEDIN por dólares en el mercado secundario no implicaría, entonces, una derrota simbólica del gobierno mayor de la que ya sufrió; pero creo que serviría para darle bastante más liquidez a esta cosa que está tratando de arrancar.

No es que los precios suben

Bajan las cantidades que te podés comprar con la moneda. Ah, es lo mismo: