Quien sigue este blog sabe que somos fans de las combis o charters. Por eso felicitamos al Gobierno de la Ciudad por construir una playa de combis debajo del Obelisco.
Pero necesitamos más, muchas más.
Con los chárters pasa algo increíble: son vistos como los “malos” que hay que regular, cuando el realidad son los buenos que hay que subsidiar. No hay mayor muestra de la utilidad social de las combis que el hecho de que existan *a pesar de estar compitiendo contra un sustituto recontrasubsidiado*. La situación es inverosímil: no sólo tendría que tener subsidio la combi/charter, sino que *su nivel de subsidio tendría que ser mayor que el del colectivo común*. ¿Por qué? Simple:
La economía más elemental afirma que tienen que ser subsidiados los bienes y servicios que generan efectos favorables sobre terceros, aka externalidades. La intuición es sencilla: cuando pago por transporte público, en lugar de tomar un auto o taxi, no sólo me beneficio yo sino que también hago algo por el resto de la sociedad, porque genero menos tráfico. Idealmente, sería bueno que yo hiciera ese viaje siempre que el “beneficio social total” (para mí y para el resto) fuera mayor que el costo verdadero de producir ese servicio. Una manera de que el comprador haga esa cuenta directamente, que compare beneficio social total con costo del viaje, es subsidiar el boleto, y subsidiarlo exactamente en el monto del beneficio que ese viaje le genera al resto de la sociedad. El boleto va a valer
Precio = Costo – Subsidio.
Yo voy a comprar el boleto si valoro el viaje más de lo que me cuesta comprar el boleto, es decir, si
Valoración Individual del Viaje (V) > P
o bien, combinando con la primera igualdad, si V > C – S
Esa condición de “cuándo me conviene comprarme el boleto” puede escribirse: V + S > C.
Si el subsidio está calculado como el beneficio para el resto de la sociedad de que yo haga el viaje, entonces V + S es el “Beneficio Social Total”: mi valoración más el beneficio que le genero al resto de la sociedad. Entonces: con el subsidio a ese nivel voy a hacer el viaje si el Beneficio Social Total > Costo. Una maravilla.
De modo que: ¿quién tiene más “externalidades positivas”: el colectivo común o el charter? Imaginemos una avenida con cinco paradas: Adrogué, Lomas, Lanús, Avellaneda, Obelisco. Y supongamos que todos los pasajeros bajan en Obelisco. ¿Quién hace ese recorrido de modo más eficiente:
(i) cuatro colectivos que salen de Adorgué y van frenando en cada parada o
(ii) cuatro colectivos, llamados chárters, cada uno de los cuales arranca de cada una de las paradas y hace sin frenar el trayecto hasta Obelisco?
Obviamente, los charters. Como no paran, generan menos tráfico. Los pasajeros están mejor porque llegan más rápido (OK, la frecuencia es un menor, pero eso se resuelve con horarios, que pueden ser previsibles porque no hay paradas). Y el resto de la avenida, agradecida, porque no hay colectivos frenando en cada parada.
Como mínimo, entonces, pedimos humildemente desde esta página que se subsidie *por igual* a charters y colectivos comunes. Habría una explosión de charters que nos dejarían mucho más claros sus enormes beneficios sociales.