Días 9 y 10: Messi y otras bellezas

Cae Troya

Dos días más de mundial. ¡Y qué días! Los goles no son todo, pero tenemos muchos. 2,82 por partido es la cifra más alta desde 1970: mis mundiales nunca tuvieron tantos goles. Ese alto promedio no es fruto de grandes goleadas de equipos buenos contra equipos malos, o el resultado del “modelo inclusivo” de Blatter hacia Asia y África. Las tres mayores fueron entre equipos europeos de nivel entre razonable y muy bueno: Holanda 5 España 1, Francia 5 Suiza 2, Alemania 4 Portugal 0.

Una manera más reveladora de medir el alto nivel de emoción del juego en Brasil es la cantidad de partidos que cambiaron de ganador parcial en algún momento. ¿Cuántas veces ocurrió que un equipo que fuera perdiendo lograra dar vuelta el marcador, más allá del resultado final? BRA v CRO, ESP v HOL, CRC v URU, CDM v JAP, SUI v ECU, BEL v ALG, AUS v HOL, HOL v AUS (se cuenta dos veces aquí), ECU v HON, ALE v GHA. Diez veces en 28 partidos. Es una bestialidad. No sé cuánto es lo habitual, imagino que no más de un 5% de los partidos, y un 0,1% que se dé vuelta dos veces. (Por lo pronto: 4 de los 5 marcadores más frecuentes en la historia de los mundiales son scores que implican que el partido nunca se dio vuelta: 0-0, 1-0, 1-1, 2-0). Acá estamos hablando de más de una vez cada tres partidos.

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Día 8: la Doctrina Monroe mundialista

Estuvimos en Inglaterra-Uruguay. En la fila los ingleses cantaban: “Argentina shitty, Argentina shitty”. Pensé que la rivalidad con los ingleses era unilateral. Veo que no. Un partido de los de antes, Inglaterra-Uruguay. Dos grandes con glorias más añejas, era una especie de Central-Racing, o Racing-Huracán.

También el fútbol se jugó a la antigua, con menos tiki-taka que otros partidos, un poco más con el corazón en la mano. El otro día decíamos que el promedio de pases en Sudáfrica había sido 700, pero que en los primeros partidos había subido a más de 800. (Ahora se estabilizó en 780). Inglaterra-Uruguay tuvo apenas 600 pases. De ellos, 415 fueron ingleses, y apenas 185 de Uruguay. De los equipos que ya jugaron dos partidos, España es el que más pases completó: 1145; Uruguay el que menos, 572 (Argentina lleva 532 en un partido). La posesión no garantiza el triunfo. Voy a citar al Cholo Simeone: “hay diferentes maneras de ganar”. Es parte de la belleza del fobal.

El segundo gol de Suárez es un pelotazo, con el error inverosímil del defensor. ¿Es posible que a ese nivel se marque tan mal? ¿Quiso jugar al offside Inglaterra? Read my lips: NUNCA HAY QUE JUGAR AL OFFSIDE. Si funciona 19 de cada 20 veces, es malísimo. La número 20 es gol. Un peligro.

Parece estar imponiéndose la versión mundialista de la Doctrina Monroe: América para los americanos. Los siete mundiales jugados en el nuevo mundo los ganaron equipos del continente: Uruguay en Uruguay, Uruguay en Brasil, Brasil en Chile, Brasil en México 70, Argentina en Argentina, Argentina en México 86, Brasil en USA.

Uruguay anotó una nueva victoria de equipos americanos sobre el Resto del Mundo. Hasta ahora hubo 12 de esos partidos (además jugaron Costa Rica-Uruguay y México-Brasil). De esos 12 partidos, 10 los ganaron los equipos americanos; las excepciones son el triunfo de Francia con Honduras y el de Suiza con Ecuador. [Una versión anterior de este post decía 9 a 2, pero ahora se sumó el inesperado triunfo costarricense contra Italia]. Tres de los cuatro equipos con puntaje perfecto tras dos fechas son americanos: Costa Rica, Chile y Colombia. El otro es Holanda.

Partimos de Sao Paulo (hermoso estadio, el Arena Corinthians, donde esperemos que la Argentina juegue dos partidos) para Belo Horizonte. Hubo una gran noticia el día de ayer. Escuchen a Javier Mascherano: “todos sabemos también que quizás en algún partido tengamos que jugar con 4-4-2“. [Agregamos, en la nueva versión de este post, las declaraciones de Sabella: “El esquema madre es el 4-3-3 y si tenemos que cambiar, lo haremos, equivocados, o no”]. Ojalá.

Día 7: empezó el drama

España out.

¿Merecidamente? En el fútbol, sí: le hicieron 7 goles, hizo sólo 1 y de penal. Pero indigna bastante que España tenga que jugar sus dos partidos iniciales contra Holanda y un buen Chile y no, por ejemplo, contra Suiza y Chile. No hay ningún motivo mínimamente razonable para que Suiza sea cabeza de serie y Holanda no.

Comentábamos el otro día de los posibles contraisistemas versus el tiki-taka, que al principio te duerme y luego te mata. Chile usó nítidamente el sistema de disputarle la posesión. Casillas no podía salir jugando casi nunca y tenía que rifarla. En un partido que fue perdiendo la mayoría del tiempo –cosa que normalmente implica más tenencia de pelota– España ganó apenas 56% a 44% en el juego de la posesión.

De alguna manera, los delanteros de Chile se las ingeniaban además para volver corriendo cuando la pelota los pasaba. He visto a Alexis Sánchez pelearla en la zona defensiva del córner, estilo Burrito Ortega en algún partido bajo la conducción de Bielsa. Es una buena lección para los argentinos: fantásticos, sí, pero bajen.

A España no le salió una, como sí le habían salido en las euro y el Mundial (por ejemplo: en los tres torneos dependió de penales errados por rivales para pasar). El juego de la paciencia es difícil con un contrasistema como el chileno, pero más todavía cuando el Mundial se escapa como agua entre las manos. Ausente Cesc –inexplicable– Silva e Iniesta tenían que crear desequilibrio. Esa responsabilidad obligaba a ambos a girar el Arriesgómetro en el sentido de las agujas del reloj, y creo que ahí se vio que la precisión estadística de este tipo de jugadores (“completó el 95% de los pases”) baja por un precipicio cuando sienten que tienen convertir una jugada en una situación de gol.

España nocaut después del uno-dos de Holanda y Chile. Primera sorpresa del Mundial. No me lo esperaba; sí deseaba una España segunda en la zona para enfrentar e intentar sacar a Brasil. Ahora quien tenga que enfrentar a Brasil quizás sea, salvo que le gane a Holanda, Chile. Un dato increíble: las únicas tres veces que Chile pasó primera ronda de un Mundial quedó eliminado por Brasil. No estaría mal una venganza…

Ya perdí mi mundial

Claramente soy un pesado que no tiene nuevas ideas. Y además un loser, porque todo contra lo que combato, gana:

La Ciencia Maldita, 2006: “En el fútbol moderno ya es bastante difícil de por sí jugar con sólo 3 volantes de marca… Si a eso le agregamos el invento asimétrico de Pekerman de que dos de esos tres jugadores sean números cinco de profesión (Mascherano y Cambiasso en el Mundial, Mascherano y Somoza durante el segundo tiempo de hoy), o que uno de los volantes por los costados no sepa marcar (Lucho González en el primer tiempo de hoy), vamos al muere sí o sí. En la variante asimétrica, le pedimos al marcador de punta de marras (Sorín en el Mundial por la izquierda, Zabaleta hoy por la derecha) que sea no ya polifuncional sino algo mucho más difícil: bilocacional. Como San Antonio de Padua, como San Ambrosio de Milán, como Swedenborg, tiene que estar en dos lugares al mismo tiempo.

La Ciencia Maldita, 2008: “El Checho terminó jugando con tres volantes centrales. Y arrancamos jugando con dos, pero en su variante “asimétrica” que ya probamos con Pekerman. Un volante por el costado (Di María hoy por izquierda, Maxi en el mundial por derecha), y dos volantes centrales. ¿Qué es eso? No aparece en ninguna de las 21 posibles alineaciones tácticas que lista la Wikipedia, y eso sin incluir a la así llamada Kamikaze, la formación 1-6-3 que usaron los japoneses en los juegos de Munich, con la que le ganaron a Rusia antes de perder 8 a 0 con los italianos”

La Ciencia Maldita, 2010: [Argentina había jugado con Jonás Gutíérrez de 4; Verón, Mascherano, Di María; Messi; Higuaín, Tévez]. El único problema es el que ya conocemos de memoria. No queda claro qué pasa ahí en la derecha, si Jonás es 4, es 8, es 48. En el minuto dos parecía que Tévez se iba a parar ahí, pero al final no. Entiendo que cualquier alternativa tiene sus problemas…Verón de 8, más corrido a la derecha, no nos gusta. Maxi en vez de Tévez soluciona el problema, pero quizás Messi jugaría peor en ese 4-4-2, al tener menos alternativas de pase o amague. Jonás más claramente como 8 en un 3-4-3 tampoco es ideal, por lo que implica para Di María. Por mi parte sigo votando por Tévez, pero en una posición más claramente defensiva que hoy.

Día 6: chau, primera fecha

Marcha rápido el mundial. Y escribo contrarreloj porque salimos para el Maracaná a ver si logramos ver España-Chile.

No hice PRODE, pero ofrecí el siguiente consejo a quien me preguntara. Agrupar así a los países:

Categoría A: Campeones + Holanda

Categoría B: Resto de Europa, sudamericanos, norteamericanos (incluye México).

Categoría C: Centroamérica, África, Asia, Oceanía.

Para partidos entre equipos de la misma categoría, poner lo que se te cante; todo puede pasar. Para partidos entre equipos de distinta categoría, poner a la categoría superior. Nunca poner empate. Hasta ahora tenemos, en los 16 partidos de la primera fecha:

Brasil 3 v Coracia 1: a favor

México 1 v Camerún 0: a favor

Holanda 5 v España 1: incierto

Chile 3 v Australia 1: a favor

Colombia 3 v Grecia 0: incierto

Uruguay 3 v Costa Rica 1: en contra (por mucho).

Inglaterra 1 v Italia 2: incierto

Costa de Marfil 2 v Japón 1: incierto

Suiza 2 v Ecuador 1: incierto

Francia 3 v Honduras 0: a favor

Argentina 2 v Bosnia 1: a favor

Alemania 4 v Portugal 0: a favor

Irán 0 v Nigeria 0: incierto

USA 2 v Ghana 1: a favor

Bélgica 2 v Argelia 1: a favor

Rusia 1 v Corea 1: en contra

8 pegadas, 2 errores, 6 no concluyentes. Con suerte promedio, pegabas 3 de los inciertos y errabas 3 eligiendo al equipo que más te gustara (ejemplo: yo ponía Holanda ganándole a España, por un tema de deseo), da 11 aciertos vs 5 errores. ¿Este sistema obvio, de sentido común, es mucho peor que los modelos basados en complicadas regresiones econométricas? Creo que no. Mensaje: usemos criterios sensatos para organizar el mundial. No podemos poner a Uruguay, Inglaterra e Italia en la misma zona. Cierto es que los cabeza de serie raros (Colombia, Suiza, Bélgica) ganaron sus tres partidos, aunque en dos de los casos con mucho susto, dando vuelta el resultado.

Terminada la primera fecha, Alemania y Holanda parecen los más temibes, pero un partido es sólo un partido. Tres grandes candidatos ya mostraron sus debilidades: Brasil, España, Argentina. Creo que lo de Brasil es más estructural: no tiene los enormes jugadores de otra época (hace diez años jugaban Dinho, Ronaldo y Rivaldo). España puede recuperarse si le gana a Chile.

Seguimos pensando en la Argentina. Coincido con la columna de Varsky de que los delanetros tienen que bajar más. Pero ese retroceso tiene que tener responsabilidades. En el fútbol, como en la vida, la responsabilidad difusa es peligrosa: si depende de todos, no depende de nadie. Alguien, un individuo concreto, tiene que pararse a la derecha de Gago. Es exactamente lo mismo que decíamos hace cuatro años sobre Tévez. JPV tiene razón en que cualquiera de los delanteros de la Argentina podría hacer ese trabajo, y por ende parar un 4-2-3-1. Si los dos se resisten, una alternativa es poner a Palacio de alero derecho, el Kun de 9 (no puede salir estando Messi) e Higuain en el banco.

Al Maracaná. La seguimos.

Día 4 (y 5): los experimentos del señor Sabella

Valon, levántate y anda

Tengo poco para decir del día 5, claramente el peor del mundial. Alemania-Porgual, Nigeria-Irán, Estados Unidos-Ghana. Mejor dicho, tengo un solo comentario: qué suerte que tenemos. Todo a nuestro favor. Alemania tiene todo para ganar su grupo. Y el empate Nigeria-Irán hace todavía más probable un Argentina ganador de su grupo, que evite la llave de los Alemania, España y Brasil (a priori los tres principales candidatos fuera de la Argentina, muy lejos del quinto). El fixture está de nuestro lado como nunca en la historia de mis mundiales.

Del día 4 tengo una cosa linda y una fea para decir: Seguir leyendo

Día 3: el partido de los mil pases

(Publicación tardía por problemas de conexión).

Good old times, Peter

Ya no puede ser casualidad. La gripe española (el fútbol de tenencia) es la noticia más importante de estos tres días de Copa del Mundo. Escribo desde el avión, mientras en la pantallita veo ao vivo un equipo blanco contra uno azul. Blancos y azules juegan a lo mismo: se la pasan unos a otros por el césped. ¿Es un Hungría-Francia de los cincuenta, los ballets de Ferenec Puscas y Just Fonatine? No: son Italia, la selección emblema del fútbol defensivo, e Inglaterra, la selección emblema del fútbol áereo.

De vez en cuando la jugada termina en algo que sería injusto llamar “centro”: más bien un pase a la cabeza, como fue el gol de Inglaterra o el primero de Holanda frente a los españoles. Pero la mayoría de las veces la pelota se mueve hasta que un jugador tiene un tiro franco, de más cerca o de más lejos. ¡Cuántos goles de jugada, por el piso! Hoy hubo dos similares: el primero de los colombianos, después de que ese loco lindo de Cuadrado amagara tres veces y un compañero dejara pasar el centro atrás; y esa belleza de Pirlo, que tuvo la gracia de *mirar para otro lado* para sumar a la maniobra de distracción.

Pasemos del impresionismo a la evidencia. Quiero comparar la cantidad de pases en estos partidos de Copa contra las de ediciones pasadas. Gran esfuerzo de producción porque las condiciones de conexión no son las mejores. El resultado, jugados los primeros ocho partidos, es éste: Seguir leyendo

Día 2: ¿Asoma un Mundialazo?

Ganan los buenos

El día 2 tuvo todo lo que soñábamos, y un poco más también. La manera más resultadista de decir que el mundial empezó muy bien es que se han marcado más goles en los primeros 4 partidos de este mundial que en cualquier mundial desde 1958 (me pasan el dato, habría que chequear).

Pero, más que eso, lo que decíamos ayer sobre que los equipos intentan jugar por el piso se siguió cumpliendo: sean australianos, cameruneses o chilenos, el instinto de los jugadores es primordialmente *pasársela al compañero mejor ubicado*. Quizás estoy demasiado castigado por el fútbol argentino, ese en el que el defensor recibe, mira hacia adelante, apunta de manera aproximada y tira un pelotazo. Debería hacer la tarea y comparar “pases completados” en este Mundial con las primeras jornadas de mundiales anteriores. Pero el vértigo mundialista no me da tiempo.

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Día 1: los simuladores en la Copa del Mundo

A dos manos

Grité un gol contra Brasil, ao vivo, en el debut del Scratch en su propio mundial. In their face. Estaba excitado, y vi que unos croatas lo gritaban. Después de levantar los brazos medio que me arrepentí y me acomodé la pelada, estilo Carlos Salvador Bilardo. Pensé: “ojalá no sea el último gol que grite con Brasil en cancha”.

Y no lo fue: quince minutos más tarde grité como loco el gol de Neymar. Paso a explicar. Los primeros minutos los vi en una escalerita. Después noté un asiento vacío y me senté. A mi lado estaban Manoel, Gilberto y Gabriel, tres amigos cerca de sus 60s. Me invitaron cervezas mientras puteaban al técnico por hacer jugar a Oscar tan lejos de la pelota. Me dijeron que hincharían por Argentina hasta una eventual final. Yo les dije que “Ejem, eu so Argentino, mais eu quero que ganhe Brasiu, para que no nos toque ate la finau” (fonéticamente sic). Cuando llegó el golazo de Ney, no me quedó otra que gritarlo.

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Día 0: devaluame un poco, Dilma

¿Qué hace Brasil con un Big Mac de más de 5 dólares siendo, como es, un país pobre? El offside de Brasil es, creo, el más importante del mundo entre los países cubiertos por el Economist. Brazil está bastante lejos de la línea que indica cuál es un nivel apropiado de precios en dólares dada la productividad del país.

Además de salirnos más caro el planazo este de ir al Mundial, no sé si es lo que le conviene a Brasil. Intuyo que esa escasa competitividad es uno de los motivos del lento crecimiento que viene mostrando Brasil hace ya bastante tiempo:

Teóricamente, si un país está demasiado caro, crece poco y además tiende a un déficit externo. ¿Cómo anda la cuenta corriente brasileña? Mal:

Brasil tendrá en 2014, según el Economist, un déficit de cuenta corriente de 3,6% del PBI, unos 80mil millones de dólares. Sólo Estados Unidos e Inglaterra tienen déficits de cuenta corriente superiores (aunque en el caso norteamericano se discute si está bien medido); y sólo Ucrania y -atención- Perú tienen déficits más altos en comparación con su tamaño. Si me dijeras que la brasileña es, como la peruana, una economía que está teniendo un déficit pero que puede argumentarse que le ayuda a crecer (lo cual mejora la solvencia de la economía), OK. Pero Brasil no es ningún tigre.

Para peor: no es que el desequilibrio externo de Brasil pueda explicarse por “mala suerte” en sus precios. Aunque menos que otros sudamericanos, también Brasil está teniendo estos años los mejores términos de intercambio de los que se tenga memoria. Una lógica elemental indicaría que en los años de vacas gordas debería ahorrarse un poco. Al contrario, Brasil gasta lo que no tiene.

Siendo que una devaluación mejoraría la competitividad, quizás el crecimiento y ayudaría a lidiar con su problema externo, ¿por qué no la hacen? Por el mismo motivo que tardamos tanto en devaluar en la Argentina: el temor a la inflación. Brasil tiene una meta de 4,5% de inflación, con un margen de tolerancia de 2%. De los últimos 6 años, en 5 estuieron en la parte de arriba del margen de tolerancia, siempre al borde de 6%. Es difícil devaluar y mantenerse dentro de la franja.

Pero ¿por qué a Brasil le cuesta más conseguir su meta de inflación que a otros países? Se me ocurre una respuesta muy basada en la experiencia del kirchnerismo. Quizás la inflación de 6% tiene un componente de artificialidad: es la inflación que se obtiene atrasando el tipo de cambio. (E incluso subiendo menos los precios regulados que los no regulados, como dice el último informe de inflación del Banco Central). Quizás la inflación de Brasil evitando atraso cambiario es un poco más alta. Quizás las políticas expansivas de Lula obligaban a una política de atraso cambiario para cumplir la meta de inflación.

En todo caso: el Mundial está carísimo. Pero claro, vale la pena.