Algunas de las imágenes que inspiraron a Marc Jacobs a lo largo de estos años
La nota publicada el domingo en la revista LNR sobre una expo en París, y más fotos, por si les interesa.
Lejos de ser sólo una época de desfiles, las semanas de la moda en esta ciudad concentran decenas de actividades culturales o comerciales relacionadas con este universo: cada Fashion Week parisina es la ocasión para una nueva presentación, un nuevo lanzamiento y una nueva exposición. Todo eso acompañado por un cóctel, una comida o una fiesta explosiva que siempre intenta superar a la anterior.
En ese marco, y con 1500 invitados, la inauguración de la exhibición Louis Vuitton-Marc Jacobs, en el Museo de las Artes Decorativas -sobre la calle Rivoli, a metros de donde 12 horas antes se había organizado el desfile de la marca- posiblemente haya sido la más concurrida de la semana en la que se mostró a los ojos del mundo lo que se usará de septiembre a marzo próximos.
La marca Louis Vuitton genera siempre ese extraño magnetismo en París, en parte alimentado por el choque de dos universos: en este matrimonio franco-estadounidense, las raíces francesas y más discretas -que retrotraen a esa época en donde el lujo era sólo para algunos- se actualizan con el estilo más excesivo e ilimitado que caracteriza al neoyorquino que dirige esta casa desde hace 15 años. Salvo reminiscencias específicamente buscadas, y con excepción por supuesto del monograma que se respeta, poco tiene que ver lo que hacía el mismísimo fundador de la marca, Louis Vuitton, y lo que hace el director artístico de esta casa desde 1997, Marc Jacobs. Sin embargo, ambos supieron imponerse en sus respectivas épocas e influenciar al mundo de la moda.
Ese es el punto de partida de esta exposición que puede verse hasta el 16 de septiembre. “Son dos hombres que se sitúan en lo más contemporáneo de sus respectivos momentos. Louis Vuitton, a fines del siglo XIX, en plena industrialización; y Marc Jacobs, durante la globalización de principios del siglo XXI”, explica a LNR la curadora de la exposición y conservadora general de Moda y Textil del Museo de las Artes Decorativas, Pamela Golbin.
Franco-chilena nacida en Perú, fue ella quien propuso a la casa y a su diseñador la idea de esta exhibición: “En el caso de Louis, y dado que la marca ya la conocemos, mi idea era descubrir quién era el hombre detrás de ella. Intenté ir lo más lejos posible en mis investigaciones. Encontré, por ejemplo, que desde muy temprano Louis había desarrollado un sistema de patentes para proteger sus creaciones frente a las falsificaciones. Sobre Marc, en cambio, se escribieron tantas cosas que mi objetivo fue reunir todas esas informaciones y mostrar cómo, en 15 años, creó una línea de ropa dentro de una marca de lujo y dio nacimiento a un estilo LV, a una actitud que va más allá de una simple silueta”.
Así, el primero de los dos pisos, dedicado a su fundador, propone un recorrido por los orígenes de Louis Vuitton -en 1835, y con sólo 14 años, decide dejar su aldea montañosa en el Jura, al este de Francia, y emprender un viaje a pie hasta París (ver recuadro)-, expone algunos de los atuendos de las mujeres de la época -que en ese entonces se cambiaban hasta cinco veces al día y viajaban con 25 o 30 maletas-, y permite descubrir la lona encerada que Louis inventa después de cuatro años de experimentos para impermeabilizar las maletas.
En el segundo piso, una pared llena de monitores refleja algunas de las inspiraciones de Marc Jacobs a lo largo de estos 15 años a la cabeza de la casa (un video amateur de Elizabeth Taylor de joven, Mick Jagger tirado en una cama y fumando o una foto de David Bowie, entre otras). Más lejos, pasando unos 40 modelos de carteras diseñadas por el neoyorquino, que cuelgan de distintos compartimentos en forma de caja de bombones, se pueden ver algunas de las colecciones prêt-à-porter (que nacieron con la llegada de MJ ya que nunca antes en su historia Louis Vuitton había hecho ropa) y descubrir cuán ligadas estuvieron sus creaciones al mundo del arte, con colaboraciones de Takashi Murakami, Stephen Sprouse o Richard Prince en algunos accesorios. Un recorrido que también revela las particularidades de la sociedad de consumo actual.
Las tradicionales maletas de Louis Vuitton, con las iniciales de sus dueños
En 1850 las mujeres se cambiaban hasta cinco veces al día. Necesitaban entre 25 y 30 maletas cuando viajaban.
Un ejemplo en miniatura de la cantidad de prendas que se ponía una mujer en 1850