Desde tiempos remotos el ser humano ha intentado evitar las consecuencias directas del contacto sexual, por eso vale decir que el condón o preservativo, profiláctico y todas las demás definiciones que le caben a esa famosa funda de goma, es sin duda uno de esos grandes inventos de la humanidad, casi tan vital como la luz.
En los últimos años hemos tenido noticias de hallazgos que demuestran que ya en las cavernas los hombres se habían inventado una bolsita hecha de tripa de animal como método de protección, pues las pinturas rupestres del sur de Francia que datan de 15 mil años, dan cuenta de ello. Lo mismo usaban en el antiguo Egipto y en Roma, según los testimonio de la pinturas murales. Sin embargo, el término se le debe al Dr o coronel Condom que, según el diccionario de la Real Academia, en el siglo XVIII por encargo del Rey Carlos II de Inglaterra (1630 – 1685) había diseñado un capuchón especial para proteger de la sífilis a las huestes que peleaban contra Francia, de donde entonces decían que venia la enfermedad. Pienso en todo esto recordando las imágenes de algunos ejemplares que vi en algunos museos dedicados al sexo, y también porque este lunes 13 de febrero se celebra el Día Internacional del Condón.
Quizás de las fechas más trascendente del calendario sentimental sea ésta. Fue establecida por la AIDS ( Fundación para la Prevención del Sida) en 2012, y hoy se celebra en más de 31 países, especialmente en Africa. No es casual que se haya elegido festejarlo cerca del día del patrono del amor, de San Valentin, pues se supone que los encuentros se multiplican en estas épocas. Repaso un poquito y encuentro en mi enciclopedia que el finado Luis XIV se había mandado a hacer uno en terciopelo, y que en el Renacimiento un médico italiano inventó un adminiculo de lino, materiales muy finos ambos pero altamente inadecuados, qué digo, un horror.
Según algunas portales de ciencia, con la vulcanización del caucho lograda por las empresas Goodyear y Hancock se empezó a perfeccionr la fabricación hasta que finalmente en 1930 llegaron los de látex. Desde entonces el negocio crecio y no paró. Hoy el menú de modelos es amplísimo: hasta vienen con gusto a pizza o caipiriña, con tachas y en estampados insólitos, y traen vibrador incluido.
Lamentablemente hay cifras e investigaciones actuales que demuestran que los grandes avances de la medicina en la lucha contra enfermedades infecciosas fueron un bumerán, pues hoy la gente usa menos condones en sus relaciones sexuales. En Europa, al menos, se cree que la gente de entre 35 y 44 años es mucho menos propensa que los adolescentes a usar preservativo en la primera relación sexual con una nueva pareja, un dato no menor.
En fin. Cada quien vive como quiere, o puede.