Acá despachamos a los travestis a la oscuridad de los Bosques de Palermo, sin baño químico y ni un solo quiosco para que se compren puchos si la noche no funca, lo que al día siguiente redunda en un espacio verde deteriorado y poco amable para hacer el aeróbic matutino. A cambio, en Suiza, prácticos y prolijos como son, hartos del dogging y la prostitución callejera, acaban de inaugurar cabinas públicas para que el ciudadano común pueda practicar sexo casual, seguro y sin que nadie lo vea. ¿Qué tul?
…se ruega discreción via thisisnthappiness
Los flamantes cubículos son de madera (seguro, de madera reciclada) muy limpitos y del tamaño de una cochera, y están alejados del centro de Zurich, ciudad donde se instalaron los primeros. La iniciativa de las autoridades surgió por sugerencia de la policía, y tiene la intención de regular la prostitución callejera y mejorar las condiciones de los trabajadores sexuales, dice un artículo de Times. Este sistema novedoso encuentra antecedentes en las ciudades alemanas de Colonia y Essen. “La gran diferencia es que hasta ahora la prostitución estaba reservada al espacio público”, explicó Michael Herzig, responsable del departamento de Bienestar Social de Zurich. “Ahora vamos a cambiar esto y definir nuevas reglas”.
Foto Gza diepresse.com
La apertura de estas cuchas coincide con una reforma profunda de las leyes que regulan la profesión en los cantones de todo el país. Pero, en principio, el uso de los espacios no será gratuito. Quienes los utilicen tendrán antes que contratar un seguro médico y conseguir una licencia para ejercer el oficio, además de colocar 4,5 euros en una máquina expendedora. Ya me parecía…no hay puntada sin nudo…