Existe un bar en Nueva York que me gusta especialmente, y se llama Serendipity. La palabra no tiene traducción exacta al español pero el diccionario dice que serendipia es “un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. Se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente”. Esto viene a cuento para sostener mi teoría acerca de que sexo casual no es “casual”, pues si sucede es porque estamos predispuestos, es decir, de alguna manera lo buscábamos. Casual sería que lo pasáramos maravillosamente bien.
Algunas investigaciones apuntan a que las mujeres no servimos para encuentros fugaces. Por ejemplo, durante un experimento con 1743 hombres y mujeres que mantuvieron relaciones con alguien una sola vez la psicóloga Anne Campbell, de la Universidad de Durham, comprobó que a las mujeres consultadas lo vivieron con culpa. Cuando se les preguntó si la habían pasado bien el 80% de los hombres respondió afirmativamente y solo el 54% de las mujeres valoró la experiencia de forma positiva, y la mayoría expresó su deseo de que la relación tuviera una segunda chance. Otros estudios indican que estamos más que predispuestas pero en fechas claves del ciclo hormonal, es decir, por razones evolutivas. Volviendo a lo de la culpa, personalmente no conozco chica de este siglo que ande rezando avemarias tras un encuentro “espontáneo.” Al contrario. Un ensayo publicado en la revista Social Psychology and Personality Science donde se comparó la sensación de bienestar entre dos grupos de estudiantes, uno que tenía con frecuencia sexo casual con amigos y otro que no tenía ninguna actividad sexual, demostraron que las personas más abiertas toleraban mejor la experiencia que aquellos con ideas conservadoras. El estudio también analizó la frecuencia con la que las mujeres llegaban al orgasmo dentro de una relación sin compromiso sentimental, y los resultados confirman que alcanzar o uno un orgasmo no depende de un vinculo estable.
definamos la palabra “casual”…wastedguns via The marvelous
Los autores del trabajo consideran que el impacto sobre el ánimo de la persona depende en gran medida de lo habituado que esté a la práctica. Es decir, si es tu manera de relacionarte, adelante; pero si la experiencia te deja la autoestima por el piso y pendiente de un llamado de teléfono, mejor resistir la presión social (“hay que tener sexo”) y esperar que sucedan serendipias.