Electrodomésticos eróticos II

La industria del esparcimiento para adultos está tomando vuelos inesperados. Hace poco supe de unas novedosas prendas interiores femeninas que traen incorporado un pequeño vibrador que funciona a control remoto, pero sin duda aquel juguete será un poroto al lado del reciente lanzamiento al mercado de este aparatito que acá les muestro. Aunque tiene la apariencia de un elegante camafeo, en su interior está compuesto por diez pequeñas lenguas de silicona que rotan a gran velocidad gracias a un dispositivo de pilas. No quiero abundar en las utilidades del electrodoméstico, así que además de una imagen que lo dice todo les dejo un videíto explicativo que lamentablemente está en inglés, pero seguro tendrá su versión en español (aunque queda echarle agua para que sea más claro).

Saluttt

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Arte, sexo y solidaridad: un combo raro, pero efectivo

¿Qué tienen en común la palidez de la dama retratada por Courbet (cuyas lolas en punta todos los cirujanos plásticos del mundo intentan imitar, con más o menos suerte) y la belleza hambreada de la modelo británica Kate Moss? Nada, y todo a la vez: ambas son parte de la constelación de mitos y personajes que de alguna maneran encarnan la visión del erotismo que tenemos todos los mortales, nos gusten o no dichas representaciones. Cuando pensamos en lo prohibido o en el pecado, por ejemplo, enseguida nos viene a la mente la figura de una Eva con la serpiente y su manzana, del mismo modo que si hablamos de perversión algunos visualizan el látigo y otros adminículos del sadomaso.

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“¿Querés subir?”

A María A. le presentaron un chico que ya por teléfono le resultó un encanto. Salieron, y efectivamente el príncipe no destiñó en toda la noche, lo que no es poco a esta altura de la soirée, dar con alguien que de entrada te guste. Después de una velada muy animada en un restaurán de Palermo Viejo, entre riñoncitos al vino blanco y música estimulante, él la acercó en auto hasta su casa. Había señales de que el hechizo era mutuo.

A pocas cuadras de llegar, ella abrió la cartera para sacar las llaves…y él empezó a bostezar. Uff, no le gusté, fue lo primero que pensó. Pero, no.

La volvió a llamar.

Disculpá el desorden… ¿querés un cafecito?

A la segunda salida la reciprocidad era tan obvia que más tarde, ya en la puerta del edificio, como él seguía dándole charla y estaba fresco, la enlujuriada de mi amiga lo invitó a subir. Subieron. Arriba (controlando sus demonios) le mostró el departamento, encendió la cafetera, y mientras buscaba un cidí de Coltrane para poner el clima él se despachó con un “muy linda tu casa, pero disculpame, ya es tarde”.

-¿Para qué aceptó? se pregunta, desflorando todo tipo de teorías

Y, le digo yo, ¿desde cuándo “querés subir” es sinónimo de “vamos a tener sexo”?

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Todo por un sueño

La noticia me cae al dedo para apuntalar el post de la semana pasada, en el que les conté sobre un estudio que indica que los hombres son más propensos a tener sexo solo por interés material, y a admitirlo después. Esta vez el ejemplo viene del gran Al Pacino.

Que él, como el resto del género, haya vendido su cuerpo para alcanzar un sueño no me parece asunto condenable ni opinable, pero sí lo es que se arrepienta de ello… ¡y encima que lo ventile en los medios!. Digo, si la dama en cuestión está mirando la tele, por más que no revele su nombre, ¿cómo se sentirá luego de semejante confesión? Pero en la vida todo lo que va, vuelve. Se paga, valga la redundancia. Al Pacino ya no es aquel efebo soñador sino un señor septuagenario que en lugar de elegir la compañia de una mujer de su edad hoy frecuenta jovencitas…exactamente como lo hiciera aquella señora “mayor” que a cambio de un poco de amor le dio comida y colchón.

Christophe Kunter via www.sexinart.net

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Cómo bailar en el caño sin romperte el cuello

Lo que la naturaleza no te da, en un curso se aprende. Quienes desconfíen de sus habilidades naturales para besar o desabrocharse la camiseta a lo Kim Bassinger en 9 semanas y media; para aquellos que van al albergue transitorio y encuentran que la habitación tiene un caño – pero apenas pueden treparse a un banquito y hacer la postura del ornitorrinco-, sepan que en Buenos Aires han florecido academias y escuelas donde imparten técnicas para despabilar u orientar ese “yo erótico” que todos llevamos dentro.

Mi amiga Marilú, por ejemplo, toma clases de estriptís. Ya sabe bailar en el caño. Hasta fue a Cabildo a comprarse un traje de Gatúbela de cuerina charolada, medio berreta (se le descosió) y hace poco consiguió en Páginas Amarillas una empresa que coloca el caño a domicilio, por lo que puso en venta la bicicleta fija. Todo en el dormitorio no entra.

Hay que ampliar el repertorio sexual, querida

K. flight via ponyxpress

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Tango para erotizarse bien (post con música)

Mis vecinos de blog me van a envidiar: efectivamente tengo una comunidad de lectores atentos y sumamente informados, lo que estimula un nutritivo ida y vuelta. Por un descuido infame olvidé mencionar a Milo Manara en el post del cómics erótico, pero felizmente ahí estaban Polaca80, y Raul P. , que además aportó una cuotilla de erotismo francés a la tertulia virtual con su “no, pas comme ça, tout doucement, tout doucement…” ¡ohlalalá!, Raúl!

Pero el comentario de La Fulana, recién estrenada en el foro, me puso piel de gallina, así que necesitada como estaba yo de abrazos milongueros el fin de semana corrí al reencuentro de mi pasión mayor: el tango. para los que no creen en el poder afrodisíacos del 2 x 4  les cuento que la Unesco declaró Patrimonio de la humanidad a la danza rioplatense y que al fin se ha demostrado científicamente la dimensión erótica de este baile.

Fotos Graciela Calabrese

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237 razones para tener sexo

Con suerte, el siglo XXI acabará por enterrar ciertos mitos que amenazan con fosilizarse en el imaginario colectivo. Muchos crecimos, por ejemplo, sospechando que fulana llegó a gerente general porque se acostó con menganito, o que sultanita se casó con fulanito para asegurarse la beca conyugal, y de paso figurar en las páginas de sociales. Del mismo modo pretendieron convencernos de que a la hora del sexo a todos los hombres les tira más la necesidad que el placer.

Hay de todo en el supermercado global. Pero a veces las cosas son al revés.

Vicent Bousserez via ponyxpress

Sin ir tan lejos, un amigo terminó con su novia de tres años y desde varios meses no tiene sexo más que consigo mismo. Dice que la abstinencia no es por falta de ofertas, sino de ánimo. Se pregunta cuándo volverá a gustarle una chica, porque que él no es de acostarse deportivamente. No encuentra razones para hacerlo, más que la necesidad y en su caso, el deseo por alguien. Pero hay más, muchos más motivos.

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Dogging en Palermo Viejo

Sin duda el costado salvaje del sexo es para quienes han superado pruritos y tiquismiquis varios. Otros, ni estando muy urgidos se animarían a desabrigarse en un espacio público sólo para tener un encuentro erótico. Menos aún si el escenario amatorio es un parque porteño salpicado por las deposiciones caninas (aunque la culpa no es de los perros).

A éso iba: ¿sabían que a la práctica del sexo en la via pública ahora le dicen Dogging?. Yo recién me entero. Semanas atrás aprovechando el veranito de Santa Rosa mi amiga María Inés sacó a pasear a Petra, un salchicha arrogante y mal humorado que está obsesionado con el Rosedal de Palermo. Iban caminando por Libertador, a la hora pico, cuando el can detecta un arbusto que se mueve. Corre furibundo hacia el yuyo, mi amiga lo sigue….y oh sorpresa: lo que agitaba la planta era una parejita enroscada, con los pantalones semibajos, concentradísimos en el objetivo.

Sandy Kim by lovebryan.com via Le chagrin

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El cómic erótico, o el arte de la obscenidad

Recuerdo que en las vacaciones de verano mis primos solían ratonearse al calor de la siesta leyendo revistas de cómics erótico que escondían bajo la cama. Yo prefería la Mafalda a las “chanchadas ésas”, hasta que hace unos años simpaticé con Clara, una prostituta algo naïve, dueña de unas curvas como autopistas de circunvalación, que sale a revolear la carterita por las calles oscuras de Buenos Aires. El personaje de Trillo me inspira ternura, y aunque es putísima, es una “nena de pecho” comparada con las heroínas de aquellas historietas.

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Con el calor aumenta el deseo sexual

Se ha intentado probar científicamente que el calor aumenta el apetito sexual de las personas. ¿Qué factores alientan dicha hipótesis? A causa de la elevada temperatura hombres y mujeres andamos ligeros de ropa, es decir, hay más estímulo visual, al revés del invierno, época en la que uno va tapado hasta las orejas. En verano, además, las noches son más largas y bajan las horas de sueño.

Tengo un amigo que cree fehacientemente en este fenómeno. Apenas salta el barómetro a él le empiezan a llover las propuestas de sus ex compañeras de cama, lo que impacta en la frecuencia de su actividad sexual estival. Lo tomé como una fanfarroneada, pero es creerle o reventar: ayer, 20 de septiembre, estando en la cola del cine empezó a sonarle el celular. Era una vieja “amiga” intentando reflotar el vínculo, tal vez para asegurarse un revolcón primaveral.

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