Consultorio runner: la pisada del corredor

Correr es un deporte de impacto neto. Ni más ni menos. Cada vez que damos una zancada todo el cuerpo sufre un impacto. Los pies, las rodillas, las piernas, la columna,  etc. De esta forma, la manera en que el pie del corredor entra en contacto con el suelo no es igual para todos los runners. Al correr, todo el cuerpo humano sufre un impacto que se transmite principalmente a través del sistema óseo, de tal modo el reparto de toda esa fuerza sobre la planta del pie es vital para una buena salud del deportista. Si no se hace correctamente, lo usual es que se produzcan lesiones o dolores frecuentes; algo que puede evitarse realizando un estudio previo de la pisada. Corregirlo con zapatillas o plantillas especiales puede evitar lesiones. Básicamente las desviaciones en la pisada responden a una mala alineación de la pierna cuando se entra en contacto con el piso. Al correr el apoyo natural es el exterior del talón.

A grandes rasgos, hay tres pisadas:

  • Pronador (o Hiper-pronador)
  • Supinador
  • Neutro

 

Pronador:La característica del pie pronador consiste en un derrumbamiento del pie hacia la zona interna del mismo. Cuando corrés tus tobillos tienden a girar hacia dentro. Es bastante común, de hecho es una amortiguación natural con la que se defiende el cuerpo. La pronación es un efecto fisiológico y necesario con el que el pie disipa parte de la carga que recibe en cada paso para adaptarse a las irregularidades del terreno, si no fuera por ese movimiento pronatorio nuestros pies sufrirían lesiones.

Se dice que un corredor es pronador cuando imprime fuerza exagerada hacia el interior durante la pisada, fácilmente comprobable por un desgaste de la suela en la cara interna, aunque no siempre se detecta así ya que es más evidente cuanto más peso tenga el corredor. En este caso, el tobillo sufre con un giro más pronunciado de lo normal para adaptarse al terreno o a la velocidad de la carrera. Cuando esa pronación está aumentada por encima de los parámetros fisiológicos, en ese caso hablamos de corredor pronador.

Con el uso frecuente y con la cantidad de kilómetros las zapatillas se van deformando hacia sus lados internos, especialmente cuando el calzado deportivo carece del diseño y de los aditamentos específicos para corregir o paliar dicha alteración. Como el movimiento de giro o rotación interna del tobillo se da en exceso, además de colapsar de más la bóveda plantar, la pierna también es torcida excesivamente, promoviendo a que la rodilla se salga de su alineación normal con respecto a la pierna, hacia abajo, y con respecto al muslo, hacia arriba.

Por lo tanto, esta alteración es la generadora de una gran cantidad de lesiones en los corredores. Es decir, esta alteración se considera como tal cuando el eje del talón (la línea sobre el calzado) pierde su perpendicularidad con respecto al suelo, describiendo un ángulo menor a 90°. Aproximadamente entre un 50%-60% del total de la población de corredores padece algún grado de sobrepronación.

Supinador: En este caso el pie gira según su eje longitudinal, hacia su exterior. El borde interno del pie tiene tendencia a elevarse mientras que el externo se aplasta baja el peso del cuerpo. El despliegue empieza sobre la parte externa del talón, pero enseguida en vez de evolucionar hacia el interior, se prolonga por el borde externo del pie para finalmente volver hacia el interior en la fase final.

Los tobillos no tienen la fuerza requerida para ejecutar el movimiento de pronación, provocando entonces que los pies continúen supinando en las siguientes pases de apoyo sobre el suelo. Al no pronar, los pies no pueden amortiguar de manera natural el impacto, y esto a su vez repercute nuevamente en las rodillas y otras partes de su cuerpo. Esta alteración recibe también el nombre de débil pronación, ya que designa a aquellos tobillos que no tiene la fuerza suficiente para realizar el movimiento de pronación. Por lo tanto, la débil pronación queda definida cuando el eje del talón (la línea sobre el calzado) también pierde su perpendicularidad con respecto al suelo, pero ahora describe un ángulo mayor a 90°.

Esta alteración es poco frecuente, aproximadamente el 10% del total de corredores son supinadores, y a menudo se confunde con el desgaste excesivo de la zona externa del talón. Los supinadores comprimen y desgastan sus zapatillas a todo lo largo de los bordes externos y no sólo en la zona del talón.

Neutro (apoyo del pie universal): Significa que los tobillos no tienden a girar ni hacia el interior del pie, ni hacia el exterior cuando uno corre. En este caso, el eje imaginario que se describe al correr desde el tobillo hasta la planta del pie describe una línea recta respecto a la horizontal. Esta pisada responde a un movimiento natural que comienza con un apoyo con la parte externa del tobillo para pasar después a una ligera pronación (hacia dentro) ejercida por el mediopié y el posterior empuje o despegue que realizan el primero y segundo metatarsiano. Cerca del 40% de los corredores tiene pie neutro , no necesitan corrección.

Fuentes: atletas.info y Atletismo de fondo.

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Patagonia Run 2013, en primera persona

HOY EN RUNNER BLOG ESCRIBE: Rodrigo Lizama

Runner y estudiante de derecho

La edición 2013 de Patagonia Run va a ser algo que voy a recordar toda mi vida. Si bien cada carrera es especial por diferentes motivos; ésta no era una carrera más, no era una carrera para mejorar mis tiempos, era LA carrera. Era mi primer ultramaratón. Algo que allá por el año 2009 en mis comienzos como corredor jamás hubiese imaginado poder hacer. Esta idea de correr un ultra viene desde 2011, pero recién me animé este año después de probar con algunas carreras de 42 km como para ganar la experiencia que necesitaba para afrontar este reto.

La previa fue algo muy divertido. Muchos corredores, tal vez los más experimentados, suelen decir que la carrera es una excusa para reencontrarte con esos amigos que te deja la montaña. Compartí tres días con unos amigos de Chile y otros argentinos en el hostel. Cuando uno va a correr, las charlas, los recuerdos ganan la escena.

Con el transcurso de las horas, los nervios y la incertidumbre se hicieron presentes. Sensaciones raras. La charla técnica sirvió para despejar dudas: nieve en la cima del Cerro Quilanlahue y frío, mucho frío, en la madrugada. Con esos datos empecé a planear la carrera durante la tarde.

A la largada iba a ir acompañado por Keno, uno de los corredores chilenos y por Hernán (Peto), a quien había conocido en la edición 2012 de Patagonia Run. Mis viejos se hicieron un tiempo y viajaron a San Martín para darme el apoyo logístico y, sorbe todo, emocional. Un envión anímico importantísimo que hoy agradezco.

A la 1 de la madrugada fuimos a la largada con tiempo suficiente como para preparar las mochilas y hacer la entrada en calor. Se veían rostros de incertidumbre, miedo y otras relajadas. Éramos 170 locos que nos habíamos anImado a recorrer84 kilómetrosen la montaña. La distancia principal del evento, los 100k ya habían comenzado 2 horas antes con unos 300 participantes.

Después de la elongación y la entrada en calor, junto a Peto, cuenta regresiva, saludos de buena suerte y a correr. La aventura recién comenzaba. Tenía decidido olvidarme del tiempo y tratar de no mirar el reloj. Para ello, los guantes ayudaron bastante. Me tapaban las manos y así no tenía a la vista el tiempo. Además,  combinado con el mundo que se te reduce a los dos o tres metros que alumbra la linterna frontal… el tiempo se iba a pasar muy rápido. Corriendo de noche con la única compañía de la linterna perdés la noción del espacio y eso te ayuda a no pensar en cuánto falta para llegar a un punto x del circuito.

Metros más metros menos, con Hernán, nos mantuvimos siempre cerca. El plan era ir juntos el mayor tiempo posible para hacer más amena la ravesía…

En el segundo puesto de asistencia (PAS), llamado Colorado en el km 20, miro el reloj. Tres y el chico que estaba ahí me dice que llevaba un buen ritmo. Eran las 5 y nos quedaba hacer cumbre en el Quilanlahue y bajar al 3º puesto de asistencia. Mi meta más importante era hacer cumbre y bajar antes del amanecer porque no quería que la helada me agarre caminando a la cima.

El plan funcionó. Demoré 1h15m en ascender al cerro y 30 minutos en bajar por una pendiente bastante peligrosa. Hacerla de noche complicaba la ejecución del plan. Pronto el Cerro quedó atrás. Se iniciaba otra carrera.

Mientras me abastecía en el puesto del km30 (PAS Quilanlahue) salió el sol y como dije recién, comenzó otra carrera. Junto con Hernán corriendo a la par teníamos la extraña sensación de que la competencia, durante la noche, había pasado en otro momento y que no estábamos corriendo la misma carrera que habíamos iniciado casi seis horas antes. El amanecer y los rayos del sol trajeron los paisajes de la cordillera y, por supuesto, nuevas energías para afrontar los siguientes 10km, momento para llegar a la mitad de la carrera. Con Peto nos despegamos de un par de corredores de los 84k y nos encontramos más con dos que estaban corriendo los 100 y que debían hacer el mismo recorrido que nosotros hasta llegar a la meta, distante unos 55kms.

Parada en el siguiente PAS, cambiamos ropa y otras cosas que habíamos enviado. Para recuperar la temperatura interna, un té caliente como desayuno, unas facturas y un poco de elongación mientras.

Corrimos por la orilla del lago Lacar durante unos minutos y nos volvimos a adentrar en la montaña en dirección al PAS Quilanlahue nuevamente pero ya en el km 58. Ese tramo fue interminable. Muchas subidas y bajadas constantes con ramas, raíces y hasta troncos que obligaban a gastar un poco más de energía.

De pronto se armó un trío con un corredor brasilero de los 100k y tiramos juntos todo el tramo hasta llegar al km 58. En esos 10k perdí la noción del tiempo. Por eso, aún me cuesta calcular cuánto demoramos. Estimo unas 2 horas o 2 horas y media. Supongo. Algo que en lo personal no hacía la diferencia. Después de todo, mi único objetivo era terminar la carrera, nada más.

Al arribar al PAS Quilanlahue comenzó una tercera carrera. La primera era la nocturna, la segunda la que se daba después del amanecer y esta era la mental. Jamás había corrido escuchando música pero, por momentos, creo que fue una buena elección. Saliendo del PAS me puse los auriculares y a terminar lo que había empezado a las 2.

Por momentos, o en casi todo este tramo, se me empezó a hacer muy dura. Las piernas estaban cansadas y el ritmo no era el mismo. Si bien de cabeza no me caí, el tener que bajar el ritmo no es algo que me haya alegrado. Sumando metro a metro llego al PAS Colorado 2. Dejé la mochila que me estaba matando la espalda. La cambio por el cinturón de hidratación. Veo a Peto y me dice que si sigue parado se va a enfriar, sabiendo que él estaba muchísimo más entero que yo lo despido y lo dejo seguir deseándole suerte. No podía y no quería ser una traba en su carrera.

Faltaban 16km y el nudo en la garganta se hacía sentir. En ese momento sabía que la meta estaba al alcance de la mano y que el sacrifico había valido la pena.

Los 8kms que separaban el PAS Colorado 2 del último PAS (Bayos) fueron interminables. Ahí, en algunos tramos, la cabeza se quebró. Pero ya no quedaba mucho y había que seguir despacio pero constante. Cuando llegué al Bayos paré unos minutos para hidratarme con gaseosa, comer una factura con membrillo.

Cuado encontré la bajada final tiré mis bastones que me acompañaron más de30 kmy me solté como pude para bajar sin cargar los cuadriceps. Descensos por calles de tierra muy compacta que no me favorecen. Otro poco de asfalto y el llano final que me separaba de la meta que estaba a poco más de1 km. Entrando en la ciudad me encuentro con Guille, un amigo con el que comencé a correr en 2009 cuando estaba de vacaciones. Paré para abrazarlo a él, a su padre y a su novia. Un plus de energía para correr el último tramo como si recién hubiese empezado la carrera.

Los últimos metros corrí encontrando caras conocidas de amigos que te deja el trail running. Choqué de manos, aplausos, sonrisas y gritos de aliento que me acompañaron y empujaron hasta la meta.

Creo que nunca sentí tanta felicidad al terminar una carrera. No se me cayó ni una lágrima y eso me sorprendió. No me desbordé. Creo que mi alegría por haber completado el recorrido era más grande y fuerte que la emoción. Miré el reloj: 15h10m de una pequeña batalla contra la montaña que por momentos era un gran. Finalicé 7º en mi categoría y dentro de los primeros 80 en completar el recorrido.

Ver a mis viejos en la llegada es lo mejor de cada carrera. El apoyo que me brindan ellos y mi familia es algo impagable, indescriptible. Importante, vital. Gracias a ellos y a todos los que de alguna u otra manera me apoyaron desde un principio.

Con el transcurso de los días empecé a comprender lo que había logrado. Todavía, cada tanto, se me hace un nudito en la garganta mirando fotos. Ya casi recuperado llega el momento de pensar en el próximo desafío. ¿Por qué no pensar en los 100k del año que viene? Todo puede ser.

Aquí, todos los resultados de Patagonia Run 2013.

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[Fotos y Resultados] Media Maratón Mizuno 2013

Debut auspicioso tuvo la media maratón Mizuno. Los 21k, con un atractivo circuito que unió Vicente López y Capital Federal, convocó cerca de 8000 atletas entre la carrera mayor y la promocional de 8k.

Resultó ganador Ulises Sanguinetti con un registro de 1h9m26s. En segundo lugar llegó a sólo 16 segundos, Marcos Billén. El podio lo completó el Nicolás Ternavasio (1h11m48s). Entre las damas, María Gabriela Almada se impuso en 1h25m32s. La escoltaron Rosana Lusetti (1h27m01s) y Verónica Ramírez de Ternavasio (1h29m36s).

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Conceptos básicos sobre la alimentación del deportista

HOY EN RUNNER BLOG ESCRIBE: KAREN CÁMERA (*)

LICENCIADA EN NUTRICIÓN (UBA)

La nutrición es el combustible para la actividad física, y el material para la constitución y reparación del organismo. Está claro que la adecuada elección de los alimentos en cantidades óptimas en el momento correcto no compensará al atleta por su falta de habilidad, falta de motivación para el entrenamiento, ni tampoco por la ausencia de conocimientos tácticos. No necesitamos saber demasiado de nutrición para entender que es igualmente cierto que una mala alimentación impedirá al atleta alcanzar su máximo potencial.  Las necesidades de energía y macronutrientes, especialmente hidratos de carbono (CHO) y proteínas, deben ser cubiertas durante los períodos de entrenamientos de alta intensidad y/o de larga duración, con el objetivo de mantener el peso y composición corporal, disponer de niveles adecuados de reservas de glucógeno, y proveer cantidades adecuadas de proteínas para reparar y construir tejidos. Ingestas inadecuadas de energía pueden producir pérdida de masa muscular, alteraciones menstruales, disminución de densidad ósea, incremento de riesgo de sufrir fatiga, lesiones y enfermedades, alteración de los procesos de recuperación, además de un pobre desempeño tanto en el entrenamiento como en la competencia.

Por esto, todos los atletas no sólo los que compiten a nivel elite, sino también los recreacionales deben tener en cuenta este aspecto en relación a su entrenamiento. El rango de recomendación de CHO para atletas es de 6-10 g/kg de peso/día. Si bien en el pasado, se sugería la utilización de la recomendación de los macronutrientes en función de un porcentaje del valor calórico total (ej. alimentación con más de un 60% de la energía proveniente de los CHO se considera alta en ese nutriente), actualmente se sugiere partir de una indicación basada en gramos de nutriente por kilo de peso corporal por día. Por ejemplo, para una alimentación de 4000 kcal, con el 50% cubierta por los CHO, se proveen 500 gramos de este nutriente; para un deportista de 70 kg de peso se estaría aportando un promedio de 7 g CHO/kg/día, estando dentro del rango sugerido. También puede suceder que en valores calóricos más bajos, por ejemplo 2000 kcal, una alimentación que aporte un 60% de la energía proveniente de los CHO podría ser insuficiente para un atleta que pesa 70 kg (4,2 g CHO/kg/día). Por estos motivos, se recomienda partir de la indicación de CHO y proteínas a partir de los gramos recomendados en función del peso.

El metabolismo proteico es afectado durante y después del ejercicio.  Está influenciado por sexo, edad, características del ejercicio, ingesta de energía, y fundamentalmente por la disponibilidad de CHO.  La recomendación de proteínas para deportistas es de 1,2-1,7 g/kg de peso/día, valor que se cubre adecuadamente con la alimentación diaria sin la necesidad de utilizar suplementos.  La ingesta diaria de energía debe ser suficiente para optimizar la función plástica de las proteínas.

El rango de ingesta de grasas debería estar entre un 20 y un 35% del total de la energía ingerida al día. Ingestas insuficientes de grasas no favorecen el rendimiento deportivo y ponen en riesgo de carencias nutricionales.  Es importante seleccionar las de buena calidad.

Los nutrientes para el organismo del deportista deben ser suministrados en, al menos, cuatro ingestas diarias, deben estar balanceados para optimizar el funcionamiento, y en cantidades adecuadas a la composición corporal y al gasto generado por el entrenamiento y/o la competencia.  También es muy importante el momento de la ingesta, para asegurar el combustible y la recuperación.  Ante una ingesta inadecuada de nutrientes, el organismo utilizará sus reservas energéticas (grasa) y proteicas (músculo). La disminución de la masa muscular conduce a pérdidas de potencia, fuerza, velocidad, resistencia, y aumenta el riesgo de lesiones.  Aunque, muy pocas veces se relaciona la incidencia de lesiones con fallas en la alimentación.

Cuatro horas antes del ejercicio el atleta debería beber aproximadamente 5 a 7 ml/kg de agua o bebida deportiva. Este periodo es suficiente para optimizar el estado de hidratación y para excretar el exceso de líquido a través de la orina.  Se ha estudiado que una pérdida del 2% del peso corporal como consecuencia de la deshidratación perjudica notoriamente el rendimiento físico y mental.  En deportes que duran más de 30 minutos, y más aún en los de duración prolongada, es importante la ingesta de fluidos y hasta alimentos durante el evento, y la elección de la ingesta tiene el potencial para influenciar el resultado del mismo. Durante el ejercicio, dependiendo del deporte y de las condiciones ambientales, la tasa de sudor puede variar en un rango de 0,3 a 2,4 litros por hora. Bebidas que contienen entre 6 a 8% de CHO son recomendadas para ejercicios que duren más de una hora. Para la recuperación rápida y completa,  se recomienda la ingesta de 450 a 675 ml por cada 0.5 kg de peso perdido durante el ejercicio.

El esfuerzo físico intenso está asociado a un aumento de la temperatura corporal, una disminución de la cantidad de agua corporal debido a la perdida en el sudor, una disminución de las reservas corporales de carbohidratos en el hígado y en los músculos, y tal vez, una caída en la concentración de glucosa sanguínea. Todos estos factores pueden perjudicar el rendimiento reduciendo la capacidad para realizar el ejercicio y en algunas circunstancias hasta pueden traer aparejadas dificultades en los movimientos y en la toma de decisiones.

Por todo esto, es fundamental el diseño e implementación de estrategias educacionales de alimentación, hidratación e rehidratación, para que la comprensión de su importancia ayude a generar hábitos acordes a la actividad realizada, además de potenciar el rendimiento.

(*) Karen Cámera es licenciada en nutrición (UBA), docente de la materia “Nutrición Deportiva” en la Licenciatura en Nutrición de Universidad de Buenos Aires y Universidad Abierta Interamericana. Además, es docente asociada en los cursos de Nutrición Deportiva, a cargo de Francis Holway (Club Atlético Atlético River Plate). Más info en www.nutriciondeportiva-gnd.blogspot.com o en @gnutridep

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Dormir: el descanso, clave para rendir más y mejor

Muchos corredores, de elite y aficionados, se entrenan muy duro, mantienen una alimentación sana y estricta, pero el rendimiento no se ve reflejado en las carreras. Con un mal rendimiento aparece la frustración y un sinfín de interrogantes. Puede suceder que de deje de lado un factor clave: el descanso. Sin él todo el esfuerzo se torna improductivo.

Los pilares fundamentales para todo corredor son: entrenamiento, nutrición y descanso. Estas tres patas  son la base para correr con buenos resultados sin desproteger la salud.

El sueño es un factor que muchas veces pasa desapercibido cuando se analiza el comportamiento y el rendimiento físico de un atleta de alto nivel. Dormir es un acto reparador durante el cual las funciones orgánicas se regeneran y estabilizan, los tejidos se reparan, el sistema nervioso se desarrolla y los procesos mentales se ordenan.

Un estudio realizado en atletas de alto rendimiento en Madrid, España (2002), corroboró mediante la polisomnografía la existencia de trastornos del dormir en atletas. Además, presentaron alteraciones en el desarrollo del sueño y desajustes en los mecanismos de generación y mantenimiento del sueño y del control de sus fases.

Según los expertos, al hacer ejercicios, los músculos del corredor se desgastan debido al esfuerzo y, consecuentemente, se someten a cambios fisiológicos. Para recuperarse, no sólo necesita buena comida sino también una buena noche de sueño, período en el que el cuerpo libera las hormonas como el GH (Growth Hormone o la hormona de crecimiento), responsable de la regeneración de los músculos, por lo que una noche de insomnio puede echar todo a perder.

“Si una persona no duerme bien, no hay una recuperación adecuada. La incidencia del problema por un largo periodo de tiempo podría provocar una alteración en el rendimiento, una mayor predisposición a lesiones e incluso a un exceso de entrenamiento”, advirtió Hanna Karen Antunes, doctora en psicobiología y ejercicio dela Universidad Federalde Sao Paulo (Unifesp). Según Antunes, es imposible definir, de manera exacta, cuántas horas de sueño son necesarias ya que el tiempo de descanso es distinto para cada persona. “Algunas necesitan dormir entre 8 y 10 horas por noche para sentirse bien. Otras consiguen recuperarse bien con menos de 6”, explicó la experta. “Los entrenamientos de gran volumen e intensidad requieren más horas de sueño para recuperarse, entonces lo mejor es que la persona planifique esos entrenamientos para los días en los que pueda dormir más horas”, aconsejó Antunes.

Para eso, lo ideal es que la última comida del día se realice dos horas antes de dormir y que no sea una cena abundante, tratando de evitar grasas y proteínas animales para facilitar la digestión. Es fundamental llegar relajado a la cama, por lo que se debe suspender el ejercicio físico y las actividades mentales de alta exigencia, al menos dos horas antes de acostarse. Por eso, hay que evitar realizar tareas que distraigan a la hora de dormir. No es un buen hábito escuchar la radio, leer, chatear en el celular o ver la televisión en la cama. También es clave fijar un horario de sueño. Algo así como un plan que indique hora aproximada de irse a dormir y hora de levantarse. Tampoco es bueno acostarse con hambre o sed ni tampoco después de haber comido o bebido demasiado. Todo sea a los fines de evitar interrupciones a lo largo de la noche.

Algunos tips para ayudar a mejorar el rendimiento: 

  • Convertí el sueño en una parte de tu entrenamiento.
  • Ampliá el sueño cada noche durante varias semanas para reducir la falta de sueño antes de la competición.
  • Evitá las llamadas deuda de sueño o descanso. Para ello, lo mínimo recomendable son unas 8 horas por día.
  •  Mantené un horario regular de sueño. Pautar horas para acostarse y levantarse.
  • Tomá siestas breves para obtener sueño adicional durante el día, especialmente si notás somnolencia o estás en una planificación para correr un maratón.
  • Las personas que duermen menos de siete horas por noche son más propensas a tener sobrepeso u obesidad. Si estás siguiendo una dieta o un entrenamiento específico para bajar de peso tené en cuenta tus horas de descanso. En muchos casos sucede que las personas que no duermen de noche aumentan sus niveles de ansiedad y se vuelven “comedores nocturnos”. Evitá este hábito lo más que puedas porque también va desordenar tu dieta y los horarios de tus comidas.

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La importancia de las proteínas en la alimentación

Hoy en Runner Blog escribe: Karen Cámera (*)

Licenciada en Nutrición (UBA)

Las proteínas son los ladrillos del cuerpo. Forman parte de la estructura de todas las células y tejidos. Representan un 20% del peso corporal total y cumplen diferentes funciones tales como transporte de sustancias a través de la sangre, formación de hormonas y anticuerpos, regulación del pH y de la coagulación de la sangre, contracción muscular, entre otras. También cumplen, secundariamente, una función energética que explicaremos más adelante: aportan 4 kcal por gramo.

¿Cómo están formadas las proteínas?

Sus componentes son los aminoácidos. Por ejemplo, si una proteína fuera una palabra cada una de las letras sería un aminoácido.

Nueve de ellos no pueden ser fabricados por el organismo y deben ser obtenidos a través de la ingesta: se denominan aminoácidos esenciales. Los que pueden ser producidos por el cuerpo se llaman aminoácidos no esenciales. Los aminoácidos necesarios para la formación de proteínas en el organismo son 20 y deben estar presentes simultáneamente (es decir, haber consumido alimentos que provean todos ellos) para poder mantener el crecimiento, el recambio celular y las funciones de nuestro cuerpo. Si solo un aminoácido esencial se encuentra en cantidad inferior, no se pueden formar proteínas y se desaprovechan los demás.

Las proteínas que contienen una adecuada cantidad de todos los aminoácidos esenciales se conocen como proteínas completas o proteínas de alto valor biológico y se encuentran en los alimentos de origen animal, mientras que las que carecen de uno o más aminoácidos esenciales  se conocen como proteínas incompletas o de bajo valor biológico (con ellas solas, no podemos formar todas las proteínas de nuestro cuerpo). Estas últimas las hallamos en los alimentos de origen vegetal aunque hay excepciones como la soja, quinoa y amaranto que aportan proteínas de similar calidad a las de origen animal.

Las proteínas corporales están en constante recambio y su balance está determinado por la relación entre la  ingesta y la excreción. Si la ingesta es mayor que la degradación se habla de balance positivo (anabolismo) y si se produce lo opuesto, balance negativo (catabolismo). En condiciones naturales, la ingesta iguala las pérdidas. Si bien el catabolismo proteico puede producirse durante el ejercicio, la formación de proteínas predomina durante el período de recuperación.

El destino más importante de los aminoácidos es la formación de proteínas específicas (estructurales como las de los músculos y resto de tejidos, y funcionales como las enzimas). Las células del organismo sólo emplean la cantidad de aminoácidos justa para satisfacer sus necesidades proteicas, de hecho no pueden almacenar un exceso de aminoácidos. Por eso, es sumamente importante cubrir sus requerimientos a diario y a lo largo del día. Muchos deportistas consumen cantidades muy elevadas de proteínas que superan el requerimiento pero el exceso del consumo es oxidado para obtener energía, eliminado por los riñones a través de la orina o utilizado para formar grasa (debido a un balance positivo de energía), con lo cual no tiene  fundamento ingerir de más para mejorar el rendimiento o aumentar la masa muscular. Por otro lado, la ingesta exagerada de alimentos fuente de proteínas genera mucha saciedad lo cual, por defecto, suele impedir que se alcance la ingesta óptima de carbohidratos, cuyo rol energético sí determina la performance y recuperación inmediata.

Si consumimos menos carbohidratos o menos energía de la que necesitamos, o bien cuando estamos en actividad y las reservas de glucógeno ya fueron agotadas y no hay suministro de glucosa exógena (a través de bebidas, geles o gomitas energéticas), aumenta la degradación proteica y en el hígado se produce un proceso metabólico llamado gluconeogénesis en el cual los aminoácidos provenientes de las proteínas musculares se transforman en glucosa para utilizarla como fuente energética, como adelantamos al principio del post. Así, las proteínas pueden ser empleadas durante el ejercicio para proporcionar energía directamente en el músculo a través de la glucosa producida en el hígado. Una inadecuada ingesta de carbohidratos sacrifica proteínas estructurales para obtener energía, al tiempo que la grasa corporal no puede ser aprovechada como combustible energético.

¿Cuántas proteínas necesitamos?

Las necesidades proteicas del deportista son bastante superiores a las de la población sedentaria. De todas maneras, la mayoría de quienes comen raciones moderadas de alimentos ricos en proteínas ingieren diariamente más proteínas de las que necesitan. Los requerimientos dependen del tamaño de la persona y del deporte que realice.

Los sedentarios necesitan diariamente 1 g/kg peso y los deportistas entre 1.2 y 1.8 g/kg, ya que se requieren proteínas adicionales para compensar el aumento de la degradación proteica durante y después del ejercicio así como para facilitar la reparación y el crecimiento. Por ejemplo, un deportista de 65 kg necesitaría entre 78 y 117 g/día.

¿En qué alimentos encontramos proteínas?

Las de alto valor biológico se encuentran en los alimentos de origen animal: lácteos (leche, yogur, quesos), huevo y carnes de todo tipo. Es importante que estas fuentes las elijas bajas en grasa (carnes magras y lácteos descremados). En los alimentos de origen vegetal también encontramos proteínas pero, como explicamos al principio, la mayoría no son de tan buena calidad como las anteriores: legumbres, cereales, frutas secas, semillas, etc.

La deficiencia en la cantidad o calidad de las proteínas que consumimos, tiene repercusión en el mantenimiento y renovación de todas nuestras células, incluidas las musculares. Como ya mencionamos, si consumís abundantes proteínas te darán mucha saciedad y no podrás comer los carbohidratos que necesitás, con la consecuente disminución de los depósitos energéticos. Al disminuir las porciones de proteínas y compensar con fuentes de hidratos de carbono y vegetales, notarás que te sentís con más energía.

¿Cuándo debo consumirlas?

El timing de ingesta de las proteínas puede ser más importante que la cantidad total ingerida en el día. Al no haber depósitos lo ideal es consumir pequeñas cantidades en cada una de las comidas y que nunca falten en la comida previa y posterior a cualquier entrenamiento o carrera.

El consumo de proteínas inmediato en los 45 minutos posteriores de finalizado el ejercicio es necesarios para reparar el daño muscular que se produce durante el entrenamiento. No olvidar que estas proteínas deben ser un complemento de los carbohidratos que son irremplazables a la hora de recuperar el glucógeno. La relación debe ser de 4-5 partes de carbohidratos por cada parte de proteínas para optimizar el almacenamiento de glucógeno y la reparación muscular. Existen productos diseñados para tal fin, aunque con alimentos también podemos lograr esa relación, por ejemplo: 2 rebanadas de pan (30 g carbohidratos) + 2-3 fetas de jamón cocido natural (7-10 g de proteínas). Pedile a tu nutricionista que te sugiera los snacks post-entrenamiento adecuados a tus necesidades.

(*) Karen Cámera es licenciada en nutrición (UBA), docente de la materia “Nutrición Deportiva” en la Licenciatura en Nutrición de Universidad de Buenos Aires y Universidad Abierta Interamericana. Además, es docente asociada en los cursos de Nutrición Deportiva, a cargo de Francis Holway (Club Atlético Atlético River Plate). Más info en www.nutriciondeportiva-gnd.blogspot.com o en @gnutridep

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Raid de los Andes, esa mágica hermosura del Norte

Por María Eugenia Candal

Periodista de Somos Voley y Runner

Después de estar lejos de la aventura y del running por un par de años, casi sin querer me encontré preparándome para el Columbia Raid de los Andes. Con más preguntas que certezas, pero ahí estábamos. Fueron semanas y semanas de largas sesiones de entrenamientos usando como parámetro lo que había sido la preparación del Cruce de los Andes 2008 y 2009.

Y finalmente llegó el día de viajar, sobre todo luego de sufrir por el paro de micros que puso en duda la participación. Fueron más de 25 horas arriba del Flecha Bus y 1 hora y media más en el Panamericano para arribar, al fin, a Purmamarca cerca de las 19 horas del jueves 9.

Ya el sólo hecho de estar ingresando al “Pueblo de la tierra virgen” y ver una camioneta del Club de Corredores potenció la ansiedad. Llegó la hora. Y encima, en el marco de un lugar imponente que ya conocía pero que igualmente no deja de sorprender cada vez que uno transita cada rincón de Purmamarca: casitas bajas y antiguas, calles de tierra y cortitas y que dejan ver en todas ellas un cerro de fondo, incluido el impactante Cerro de Siete Colores.

En el Club Santa Rosa, lugar de la acreditación, me encontré con mi gran amiga y compañera de equipo Mercedes Dumont, que llegaba desde Santa Fe. Nos conocimos gracias al vóley es por eso que denominamos al equipo 528 como “Voleibolísticamente atletas”. Con ella hicimos el Cruce de los Andes 2009 y nos lanzamos a esta nueva aventura.
Hicimos los trámites pertinentes, nos dieron el kit, nos sacamos la foto para la organización y fuimos a la plaza para la charla técnica. Una charla en la que los lugareños nos asistieron con ricas empanadas locales, al mismo tiempo que nos mostraron el video del Raid 2012. Y si ya tenía ansiedad, ahora no veía la hora de largar.

ETAPA 1: TUMBAYA-PURMAMARCA
Costó dormir esa noche. Siendo de Buenos Aires y acostumbrada al llano, no sabía cómo iba a responder mi cuerpo a la altura. Madrugamos y fuimos a tomar el micro para ir a Tumbaya. Pocos minutos antes de la largada, una de las máximas autoridades de esta pequeña localidad jujeña dirigió unas palabras en las que nos decretó “Visitantes ilustres”, pero también lanzó una frase que caló hondo. “Que Dios y la Pachamama los ayude a llegar sanos y salvos”.

“Mucho altibajo, poca llanura”. Aunque la frase de Las Pastillas del Abuelo está dirigida en otro sentido, bien podrían aplicarse al trayecto de esta etapa. Empezamos por senderos de montaña con bastante piedra aunque fáciles de recorrer, pero hacia el km9 arrancamos una subida fulminante hasta los 2820msnm que se extendió durante 8 kilómetros y, además, en una primera etapa con mucho viento, a veces a favor y otras en contra.

Pero era el primer día y sobraban las ganas de seguir y correr. Además, cerca del km17 nos cruzamos a Sebastián Tagle, organizador de la carrera, quien dijo palabras que fueron mágicas: “Quedan sólo 500mts de subida y después poco más de 4km, todo en bajada”. Y uno de los momentos más especiales de toda la carrera fue cuando a pocos metros de la llegada, chicos de no más de 7 u 8 años nos esperaban aplaudiendo y formando una fila. Ellos miraban maravillados, con su guardapolvo blanco, y nos ponían la manito para que les choquemos su palma mientras pasábamos corriendo. Muy emotivo. Arribamos a la plaza principal de Purmamarca y cruzamos la meta después de un duro día inicial. Primera etapa, adentro.

Después de un almuerzo y siesta reparadora, paseamos por ese mágico mundo que es Purmamarca, invadida por corredores, y compartimos una buena tarde de mates con amigos santafesinos, grandes personajes que conocí ahí. Otra cena de pastas, y a dormir.

ETAPA 2: SALINAS GRANDES
Mañana fría la del sábado 10 en Purmamarca y en esas condiciones viajamos por más de una hora hacia Salinas Grandes. El paisaje era “normal” hasta que asomaron esos grandes espacios blancos, similares a la nieve. Muy imponentes. Sin palabras para describir y sólo una frase que se repitió los tres días: “Cómo puede naturalmente existir algo así”.
Y la otra pregunta era cómo afectarían los cerca de 3400msnm de altura. De nuevo en el arquito, cuenta regresiva y a correr. Enseguida de la largada nos acompañaba un carrito con un médico y un equipo de oxígeno que iba y venía y eso reconozco que asustó un poco.

Personalmente fue la etapa que más disfruté. La sensación de correr a esa altura que parece que vas en cámara lenta, en medio de esa inmensidad blanca, pisando por momentos ese suelo que se descascaraba con cada uno de tus pasos, saltando esos pequeños pozos de agua helada… todo era increíble.

Bien físicamente y con mucha alegría cruzamos el arquito por segunda vez. Otra etapa superada y de gran manera. Ahora, a Atacama. La carrera incluía un almuerzo en Susques, otra localidad jujeña a casi 300km de San Pedro de Atacama. Con un sol que rajaba la tierra y otra vez ingiriendo pastas, comimos y partimos para un largo viaje rumbo a Atacama. Los micros llevaban siempre la misma gente por lo que, ya en confianza, esa travesía se asemejó más a un viaje de egresados, incluso con Ezequiel, algo así como el RRPP de la empresa de traslados, contando sus anécdotas con el té de Muña Muña. El único momento difícil fue cuando cerca del Paso de Jama un corredor se descompuso cuando estábamos a casi 4886msnm, pero no pasó a mayores. Pasamos sendas aduanas y, finalmente, cerca de las 21:30 llegamos a Atacama en un viaje que se hizo demasiado duro teniendo en cuenta que al otro día había que correr 27km en el desierto.

Mientras los turistas y lugareños de Atacama (con esa tonada chilena inconfundible y que hablan tan rápido que poco se entiende) se preparaban para salir ese sábado a la noche, nosotras llegamos al hostel pensando solamente en una ducha, comer y dormir bien.

ETAPA 3: SAN PEDRO DE ATACAMA
La largada era desde la plaza principal de San Pedro: era el último día y el más largo. Los paisajes nos desbordaron desde el principio. Imposible no parar a sacar fotos ante semejantes paisajes. Mirando a los cuatro lados todo era imponente, y uno sigue viendo las fotos ahora y no puede creer haber corrido por esas maravillas: montañas, arena, salares, valles… todo inmenso.

El recorrido, muy duro. Muchas subidas de arena, altura, pero tanta magia de paisajes y las ganas de llegar lo hicieron más llevadero. Pasamos el Valle de la Luna, el Valle de la Muerte y hasta un recorrido de unos 200mts por un túnel en donde protagonicé mi blooper de la carrera con un tropezón que no fue caída.

Después, a seguir los últimos kilómetros en bajada en pleno desierto, cruzamos arroyos y casi entrada la ciudad nos dimos cuenta que estábamos a metros de la llegada. Y sí, finalmente vimos el arquito que cada vez estaba más cerca y vencía cualquier síntoma de cansancio. Lo cruzamos. Lo hicimos. Mientras un hombre de la organización nos sacaba el chip (ya no quedaban casi fuerzas ni para agacharse salvo que fuera 100% necesario), nos colgaron la medalla de finisher, un medallón… ¡Misión cumplida!
No importó el cansancio, la altura ni todo el esfuerzo, el objetivo estaba cumplido. Corrimos, nos divertimos, disfrutamos y llegamos. Se ve quela Pachamama y la fuerza interior ayudaron. Y ya estamos con ganas de volver a la montaña a patear senderos.

Aquí, la clasificación completa…

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Miles de atletas completan la última milla del maratón de Boston

En un sentido homenaje, más de 2000 atetas completaron la última milla de la emblemática maratón de Boston. Tras el atentado del 15 de abril pasado en el que murieron tres personas y 264 resultaron heridas, el sábado pasado corredores y familiares de víctimas del ataque cruzaron la línea de meta en un acto que se celebró bajo una tenue lluvia.

“Esta es la oportunidad de acabar la maratón que los corredores no tuvieron, la oportunidad de experimentar la última de milla que les habían quitado“, explicó a los medios una portavoz de la organización. “Ahora siento como si hubiera ganado mi medalla”, dijo una corredora visiblemente emocionada al terminar simbólicamente la prueba.

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Fiestas Mayas, un clásico desde 1971

Consolidada como una tradición de la ciudad de Buenos Aires para celebrar la fiesta patria del 25 de mayo se corrió una nueva edición de las Fiestas Mayas 10K que contó con más de 6000 participantes. Una linda jornada otoñal que empezó a teñirse de azul desde las 07.30 cuando llegaron los primeros competidores. A las 8:50, competidores y acompañantes entonaron el Himno Nacional Argentino, interpretado por la banda de Gendarmería. Luego vino el plato fuerte: una competencia con una rica historia ya que se corre desde 1971; época en que se corría de Capital Federal a Lomas de Zamora.

Los ganadores fueron:
Categoría general caballeros:

  1. Miguel Ángel Barzola (30m16s)
  2. Jorge Merida (30m43s)
  3. Luis Ariel Molina (30m44s)

Categoría general damas:

  1. Viviana Chávez (34m51s)
  2. Andrea Latapie (36m05s)
  3. Mariela Ortiz (36m39s)

Categoría otras capacidades diferentes caballeros:

  1. Nahuel Varak (38m49s)
  2. Julio César Cepeda (39m32s)
  3. Jorge Daniel Pelozo (39m37s)

Categoría otras capacidades diferentes damas:

  1. Claudia Leticia Jacquet (50m29s)
  2. Antonia Zalazar (52m16s)
  3. Solange Aimone (54m02s)

Categoría no videntes caballeros:

  1. José Luis Santero (35m43s)
  2. Alejandro Zaibac (35m47s)
  3. Ramiro Cristy (39m55s)

Categoría no videntes damas:

  1. María José Macharelli (57m05s)
  2. Margarita Raquel Alcaraz (01h01m19s)

Categoría sillas de ruedas caballeros:

  1. Esteban Daniel Roldán (27m54s)
  2. Fernando Castro (27m55s)
  3. Roberto Murillo (30m22s)

Categoría sillas de ruedas damas:

  1. Claudia Isabel González (36m33s)
  2. Norma Miriam Ramos (44m31s)
  3. María Isabel Copa (01h02m:51s)

Mirá la clasificación completa…

Fotos: Juan Manuel Izzi.

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Simbrón y Gordiola se imponen en el K21 San Nicolás

La copa Optitech 2013 aterrizó en San Nicolas. Entre cañaverales y el río Paraná, se llevó a cabo la quinta fecha en la localidad del norte de la provincia de Buenos Aires, con más de 500 atletas. Un circuito mucho más complicado que el del año anterior, recorriendo los senderos y caminos linderos al río, los cañaverales propios de la zona, y en un intenso serpenteo a las barrancas Nicoleñas. Un desafío especial esperaba a unos 50 metros de la largada. Algo atípico en este tipo de pruebas: cruzar una laguna con agua a la altura de las rodillas cambiaba las cosas desde el principio. Desde el principio, Daniel Simbrón y Victor Caballero tomaron las riendas del asunto. Junto a ellos, Fernando Sanchez Sañudo, y unos metros detrás el pelotón de Juan Cena, y los locales Victor Kessel y Mario Raschetti. Más conservadores asomaban Ezequiel Pauluzak junto Walter Rafael Gimenez. Simbrón ratificó su gran momento y se quedó con el triunfo, escoltado por Caballero quién repitió podio al igual que en la primer fecha en Rosario. Detrás, luego de un enorme trabajo de menos a más, Ezequiel Pauluzak continúa con su racha de podios y se colocó en tercer lugar.

Entre las chicas, dos grandes sorpresas. Andrea Doblas y Roxana del Cid eran las grandes candidatas. Pero Laura Gordiola, de Buenos Aires, se quedó con el primer lugar con un margen de tres minutos sobre su escolta Nelsa María Valenzuela (también de Buenos Aires). En tercer lugar se ubicó Andrea Doblas, volviendo a encontrar su ritmo y siempre animando el circuito K21.

Así, Daniel Simbrón y Laura Gordiola son los nuevos clasificados a la Final Argentina del Salomon K42 Adventure Marathon que se desarrollará en Villa la Angostura.

Mirá la clasificación completa:

La póxima fecha será el 9 de junio en Tafí del Valle, Tucumán…

Fotos: Juan Manuel Izzi.

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