Media maratón de Buenos Aires: cortes de calles y recomendaciones

Serán más de 17.500 almas. El número posiciona a la Media Maratón de Buenos Aires como la prueba con mayor convocatoria de Sudamérica. Por eso, la multitudinaria carrera puede generar inconvenientes antes, durante y después.

Una distracción puede echar por tierra todo el entrenamiento que realizaste para llegar al día de la carrera de la mejor manera. No te olvides, la Media es una fiesta para todos. El respeto por uno y por los demás son vitales.

Además, el día de la carrera tené en cuenta los siguientes puntos:

  • Ubicate de acuerdo con tu tiempo estimado de carrera. No tiene sentido hacerlo más adelante ya que así vas a taponar la salida. Habrá carteles indicadores con el tiempo que estima llegará a la meta.
  • La prueba es larga, evitá un empujón o caída sin sentido.
  • No te salgas del circuito porque corrés riesgos de accidentes y, además, podés ser descalificado.
  • Disminuí progresivamente la velocidad de carrera al acercarte a un puesto de agua o de auxilio. No te apresures en agarrar hidratación en el primer puesto ya que hay varias meses con bebidas. Una vez que tomes agua o bebida isotónica dejá el envase a un costado y no en el medio de la calle.
  • Si decidís ir más despacio o caminar, arrimate a un costado de la calle. ¡No te detengas en la mitad de ella!
  • No te tomes de la mano con nadie a lo largo del recorrido. Está prohibido y es peligroso. Es muy usual actar así ante los fotógrafos y cámaras de televisión. Recordá que atrás tuyo habrá más corredores. 
  • Más información en maratondebuenosaires.org


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[Factor Running Radio] Compacto: Francisco Irarrazával, Mario Petrucci…

Otra emisión del clásico de todos los lunes. Factor Running, con Gustavo Montes a la cabeza, pasó por el éter AM 830 Radio del Pueblo (todos los lunes de 18 a 20)

Como siempre, en Runner Blog te damos un post con lo mejor de la última emisión. Hacele click a las notas y escuchalas…

  • Entrevista a Francisco Irarrazával, Subsectretario de Deportes del Gobierno de la Ciudad: “Los 21km de Bs As van a ser históricos, Buenos Aires se convirtió en la capital sudamericana del running”.

  • Entrevista a Mario Petrucci apoderado de Fundación Ñandu, entidad organizadora de los 21k de Buenos Aires: “Soñamos con una maratón de 30mil personas”.

  • Carlos Jiménez, creador de SoyMaratonista.com, nos habla sobre los “Principios de entrenamiento”: “El entrenamiento debe tener una carga progresiva, para evitar lesiones”.

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Haile Gebrselassie: “Mi padre creía que no tenía futuro en este deporte”

(*) A los 12 tuvo sus primeras zapatillas y llegó a ser rey de la larga distancia; “Correr es como comer”, afirma

“Correr es como comer: lo necesito. Para mí es sencillo. Tengo que correr porque si paro,  me muero”, repite con frecuencia el etíope Haile Gebrselassie. “La confianza para correr –explica en Informe Robinson, exquisito programa español que narra la vida de las figuras más trascendentes del deporte mundial– viene con los entrenamientos. Si querés mejorar, sobre todo un récord del mundo, en los entrenamientos tenés que ir más rápido”.

El hombre mira fijo y se ríe. El hombre siempre sonríe. El hombre, que en su país es Neftenga (El Emperador o el Jefe), no se destaca por el porte físico. Apenas mide 1,65 metros y pesa 56 kilos. Su cuerpo, fibroso, dista bastante de cualquier atleta convencional. Al menos eso pensaba su padre, que nunca quiso que el menor de sus diez hijos se dedicara al atletismo. Claro, las urgencias en las afueras de Asella, un pueblo agrícola situado a 2430 metros sobre el nivel del mar, pasaban por conseguir el alimento de cada día. Una infancia marcada por la pobreza que aún Haile recuerda con orgullo. Una infancia que forjó a fuego su futuro en las carreras de media y larga distancia porque para él “las carreras cortas –dice– (en referencia a las de 100 a 800 metros) duran muy poco” y prefiere “correr durante mucho tiempo”. Claro, de niño, Haile atravesaba todos los días 10 km de ida y otros 10 de regreso para ir a la escuela. Eso, cuando no llovía y debía cambiar el recorrido que podía aumentar la cuenta a 12 o más. Simples evidencias para concebir a un atleta precoz.

A su estilo devoró y aún devora kilómetros. En su hoja de ruta aparecen, rutinarios y metódicos, unos 220 a la semana repartidos en dos sesiones diarias. A excepción de los domingos, cuando trota por la mañana y se toma la tarde libre. “Hasta los 12 años vivía descalzo. Recién ahí tuve mi primer par de zapatillas”, rememora. Por eso, cree que “en este deporte, para mi padre, no tenía futuro”.

Sin apoyo familiar y a fuerza de resultados, Gebre logró torcer el mandato paterno para emular a Miruts Yifter (etíope ganador de la medalla de oro en los 10.000 metros de los boicoteados Juegos Olímpicos de Moscú 1980), el  ídolo al que seguía en secreto con la radio portátil de su padre. “Quiero ser Miruts Yifter”, puede leerse en ¿Por qué corremos? Las causas científicas del furor de las maratones, de Martín Ambrosio y Alfredo Ves Losada, de imprescindible lectura para todo atleta. Dieciséis años después, en Atlanta 1996, Gebrselassie asestaba su primer golpe olímpico al colgarse las medalla doradas en los 5 y 10 mil metros. En aquellas jornadas, su sonrisa tan característica dejó aflorar las lágrimas. “Mi mejor jornada fue la final de los 10.000 metros de Atlanta 96. Ese día le saqué a Paul Tergat (al igual que en Sydney 2000) una carrera que todos le daban por ganada a él. Fue mi día de mayor gloria, sin duda”, evoca en una entrevista de 2008, con La Nación, en Brasil.

Pasan los años y su estilo sigue intacto. Cinco años después, vuelve a brindarse a una entrevista. Cambia el escenario. Nueva York, con toda su seducción y esplendor, es el lugar de la cita. La presentación global de Energy Boost, la nueva tecnología de Adidas, la excusa perfecta para volver a estar cara a cara con el atleta, con el hombre, padre de cuatro hijos, que sueña con ser presidente de Etiopía.

En la convocatoria de más de doscientos periodistas, Haile es la principal atracción. Cerca de él, Yohan Blake, el velocista jamaicano, fiel a su estirpe, esquiva y trata de salir presuroso de la sala principal del Javits Center. En cambio, Gebrselassie, a cada paso, se detiene a firmar autógrafos, a sacarse fotos. Parece un rockstar. Las consultas no lo molestan. Cada flash es seguido por una sonrisa amable. “Está acostumbrado”, cuenta un asistente. Y agrega: “A cada lugar que va lo siguen sus fans. Sabe que lo suyo es un compromiso y nunca defrauda”.

Es cierto. Basta con ver alguno de los incontables videos que hay en Internet para comprender a este fenómeno. Por caso,  en la previa del maratón de Berlín 2008 mientras sus rivales están tensos, Haile juega con la hija de su manager. Se divierte. Se ríe. Nada lo perturba. Y un puñado de horas después, con 2h3m59s, bate su propio récord mundial (hoy en manos del keniata Patrick Makau con 2h3m38s). ”

A los 40 años, Haile ya no es imbatible. Al menos, los últimos resultados hicieron de esa máquina perfecta a un corredor más terrenal. Su última gran apuesta fue representar a Etiopía en los Juegos Olímpicos de Londres. 2012. Para ello regresó de un breve retiro, tras abandonar en el km 25 de la maratón de Nueva York de 2010. Aspiraba a marcharse del Olimpo con la medalla de oro en los emblemáticos 42.195 metros. Intentó. Luchó contra todo: la edad, los rivales más jóvenes y los dolores físicos. Pero no pudo. Debió ver del otro lado del televisor cómo el ugandés Stephen Kiprotich se imponía en su prueba preferida. “Hice lo que tenía que hacer y no pude estar en Londres. Ya no soy tan rápido como antes –explica, de nuevo con una sonrisa–.  El hombre está cada vez más cerca de bajar las dos horas en el maratón, pero ya no podré ser yo quien lo consiga”, enuncia con un dejo de angustia. Y de nuevo, ese pequeño hombre,  regala ese gesto cordial que lo identifica: una sonrisa. Una sonrisa enorme.

Pasan cinco horas y Haile hace el check out en el  Waldorf Astoria. De nuevo, un gentío lo acorrala. Otra vez, le solicitan fotografías, autógrafos y las preguntas se renuevan. Otra vez, Haile muestra lo más genuino de su embase: la cordialidad para dialogar. Y, por supuesto, una sonrisa que ya es eterna.ß

(*) Entrevista realizada a Haile Gebrselassie para el primer Número de La Nación Corre.

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Media Maratón de Buenos Aires: todos los detalles

Ya se superó la cantidad de inscriptos de los últimos años, llegando a ser, otra vez, récord sudamericano y argentino en participantes. Si en el 2012 hubo 14.589 inscriptos y en el 2011, 13.500, este año serán más de 17.000 almas en los Arnet 21K de Buenos Aires. Los organizadores estiman que rondarán los 18.000 inscriptos.

Los Keniatas Kiplimo Kimutai, Nicholas Manza Kamakya, Alice Chelangat y Angelina Mutuku serán parte de los atletas de elite que participarán de la carrera.

La expo-maratón, donde todos los inscriptos podrán retirar su kit de competencia, se llevará a cabo los días viernes 6 y sábado 7 de septiembre, de 11 a 21 horas y de 9 a 19 horas respectivamente.

¿El lugar? El pabellón 8 del Predio Ferial de La Rural, con ingreso por la calle Av. Sarmiento 2704. La entrada será libre y gratuita.

Durante la muestra se realizarán distintas charlas en el sector de livings, donde Gatorade tratará el tema “Preparación energética, metabólica y recovery en carreras de calle” y Ciencia del Movimiento sobre “Prevención de Lesiones Deportivas”. Las mismas se realizaran el sábado 7 a las 11.30 y a las 17 horas respectivamente.

En el stand de Ciencia del Movimiento se podrán realizar análisis un análisis de estabilidad gratuito. El mismo consiste es un análisis biomecanico, postural, funcional y técnico; e indicando correcciones a través de especialistas en Biomecánica y anatomía funcional y con diferentes recursos tecnológicos como fotografía y cámaras de alta velocidad. La coordinación estará a cargo de los Licenciado Gabriel Willig y Fernando Bassino.

Para informes de la Maratón Arnet 21K Buenos Aires, consultá en este link: www.21kmbuenosaires.org.

También se pueden realizar consultas por teléfono al número (11) 2072-9190 de lunes a viernes en el horario de 12 a 18 horas; o hacerlo personalmente acercándose a la sede que la Asociación posee en la calle Mitre 383, en la localidad bonaerense de Florida, en el partido de Vicente López.

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[Factor Running] Compacto: Karina Córdoba, las viandas y más…

Otra emisión del clásico de todos los lunes. Factor Running, con Gustavo Montes a la cabeza, pasó por el éter AM 830 Radio del Pueblo (todos los lunes de 18 a 20)Como siempre, en Runner Blog te damos un post con lo mejor de la última emisión. Hacele click a las notas y disfrutalas. En esta oportunidad, con demora lo sabemos, subimos las mejores notas de los dos últimos programas:

  • La Lic Karen Cámera habló sobre las viandas y su importancia a la hora de dividir el día en comidas: “La vianda debe combinar hidratos con proteínas. Los sándwiches deben ser de carnes magras, lomo o pavita” Lo importante: preparar el almuerzo, no saltear comidas”.

  • Nos visitó en los estudios Diego Zarba, director de Patagonia Eventos (Empresa encargada de la organización el K42 por ejemplo), y dejó frases como esta: “Argentina tiene un desarrollo muy grande de carreras de aventura y con muy buen nivel de participación y organización”.

  • Carlos Jiménez creador de SoyMaratonista.com y su tema: sobre los primeros pasos para comenzar a correr: “Entrar en el mundo del running, debe ser paulatino y hay que pasar cada etapa sin saltearla!”.

  • La representante Argentina en el Mundial de Moscú 2013, Karina Córdoba, nos cuenta su experiencia en el maratón: “Pude mantener el ritmo de 4 minutos el kilómetro, empecé a pasar gente y tenía que llegar, por mi país…”.

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El Tetra de Chapelco en la mirada de una entrenadora

Por Gaby Castillo (*)

Esta vez el Tetratlón de Chapelco lo viví desde afuera como entrenadora y ex corredora. Nada menos que treinta y ocho alumnos fueron a correrlo.

Debo reconocer que fue una mezcla de sentimientos. Por un lado, tenía muchos nervios y ansiedad por la responsabilidad por mis alumnos. La adrenalina de que llegaran de la mejor forma física para terminar una edición que, por cierto, sabíamos tenía un cambio en el orden de las disciplinas que, por mi experiencia, liquidaría a más de uno con la novedad de los 22km de cross trail en bajada. Desde el lunes previo sabíamos que el clima iba a estar durísimo. Otro tema para el que te vas preparando psicológicamente. Y, aunque no lo corras, seguir un Tetra con mal clima es como hacer una competencia paralela…

Por otro lado, viajar a disfrutarlol Tetra con un grupo de amigos y la familia desde afuera para aprovechar las bondades de un lugar como Chapelco. Esta vez, como no participaba, aproveché cada día de esquí al 100%.

Un contexto con el más puro folclore que se gesta en la previa de una carrera que ya es emblemática.

La cena de carbohidratos con mi grupo es un clásico infaltable. Volver a encontrarse con los corredores de todos los años anteriores, ver a los nuevos encendidos de nervios practicando en el cerro, en la acreditación, y en la charla previa… estar ahí y saber que no corría me dio mucha alegría. Una alegría distina.

El  día del Tetra, ¡era tal cual todos los pronósticos de mal tiempo! Nevada en el cerro para el esquí y poca visibilidad, lluvia para el cross trail + lluvia y viento en el kayak y más nieve en la bici para los últimos en llegar…. Y así como imaginábamos, el resultado del nuevo recorrido hizo sus estragos en los cuerpos de algunos corredores, especialmente para aquellos que no hicieron una buena preparación excéntrica de la musculatura de miembros inferiores. Es otro deporte correr en bajada, a diferencia de alternar entre subir y bajar o correr en llano sin desnivel. Los menos entrenados llegaron al agua bastante desanimados y al finalizar la etapa del kayak ya decidieron no seguir. Estimo que era más una cuestión de frío que de falta de preparación física. Y la mayoría de los que sí terminaron, comentaron lo duro que fue convivir con la crudeza del clima durante las varias horas de competencia.

Todos mis alumnos hoy a unos días de haber finaliziado el Tetrtalón Chapelco ya están pensando en el 2014, en los meses que quedan por delante de entrenamiento, preparando un calendario de carreras para llegar aún mejor que este año. Recordando cada etapa, la previa y el combo que es un complemento perfecto para la vida misma.

Somos un grupo de gente común, que entrenamos como atletas, con el mismo compromiso y responsabilidad, pero sin perder de vista el buen gusto por la vida al aire libre, el disfrute de movernos y compartirlo con amigos. Encontramos en el entrenamiento un especio, un momento del día para uno mismo, antes o después de ir a estudiar, a dar clases a la universidad, al consultorio, al local, o  volver a casa para atender a la familia.

Esto es ser un tetra atleta para nosotros! Superar nuestros propios límites y sostener fácilmente un estilo de vida del que disfrutamos mucho.

Saludos y felicito a todos los que se animaron a participar. Sobre todo a mis alumnos que consiguieron su objetivo en la prueba más importantes que tiene la Argentina en la especialidad.

Imágenes: gentileza de la Organización, tomadas por Fotos de Aventura.

♦ En este link, resultados y fotos de Tetra 2013.

 (*) Gaby Castillo es corredora de elite, entrenadora de The North Face Running Club y ganadora en seis oportunidades del Tetra de Chapelco.

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Un día en el laboratorio de Nike

Por Daniel Arcucci

PORTLAND, EE.UU.-“Si tenés un cuerpo, sos un atleta”.

Al mejor estilo Steve Jobs, el presidente de Nike, Mark Parker, se planta en el centro del aséptico escenario y lanza la frase que resultará la esencia de su presentación. Luego, se moverá apenas de un lado al otro, seguido por un haz de luz y por las miradas atentas de casi un centenar de comunicadores. Vale el genérico, es necesario. Hay allí periodistas de medios tradicionales, pero son (somos) los menos. Hay más blogueros, tuiteros y cronistas digitales, la mayoría de ellos unidos bajo un concepto, “influencers”, que duplican lo que ven con sus teléfonos o tabletas: le apuntan al orador, lo graban y lo disparan casi simultáneamente al mundo virtual.

Parker, que tiene 57 años pero aparenta muchos menos, está vestido completamente de negro, con saco, remera con cuello, jeans y zapatillas. Nike.

Detrás de él, sobre una pantalla, se proyecta historia, presente y, sobre todo, futuro de la marca.

La excusa perfecta es la presentación de nuevos productos, zapatillas y ropa para running, pero la experiencia sirve también para conocer un lugar en el que se mezcla el entretenimiento, la innovación tecnológica y el deporte con la comunicación.

Estamos en uno de los salones principales del cuartel general de Nike en Beaverton, a poco menos de 20 minutos de Portland, en el estado de Oregon, Estados Unidos. Es el corazón del edificio que lleva el nombre de Tiger Woods.

En el campus, una verdadera ciudad en la que trabajan más de 4000 empleados, hay otras 14 construcciones bautizadas con nombres de notables deportistas, que suelen caminar por allí. Algunos de ellos están permanentemente, en realidad, inmortalizados e inmovilizados en estatuas gigantes, cerca de los sectores que mejor los representan. Por ejemplo, Ronaldo (O Fenómeno, no CR7), junto a una de las tres canchas de fútbol de césped perfecto. La de Michael Johnson, en cambio, se ubica junto al andarivel externo de una perfecta pista de atletismo que parece haber sido insertada como un anillo en medio de un frondoso bosque.

El atletismo, el correr, aparenta ser la esencia de todo por aquí, más allá de Woods, de Jordan, de Sampras y de todos los deportistas cuyos espíritus deambulan. Es que está en el origen de la marca, desde que el entrenador de atletismo Hill Bowerman y Philip Knight la pusieron en marcha. No casualmente en el hall de entrada está la estatua de Steve Prefontaine, el atleta que tuvo una corta vida, pero que se extiende en su mitología: rompió todos los récords nacionales de los 2000 a los 10.000 metros, participó en los Juegos Olímpicos de Munich 72 y se mató en un accidente cuando se preparaba para Montreal 76.

Las zapatillas que se exhiben en el minimuseo que rodea el lugar que le corresponde parecen eso, valiosas piezas de museo, comparadas con las que se están presentando ahora. Las Hyperfeel y las Free Flyknit, igual que la indumentaria denominada Aeroflot, todo bajo el eslogan Nature Amplified, son resultado de un concepto –“Usar el cuerpo humano para explorar sus características y sus habilidades”, tal como dijo Trevor Edwards, CEO de la compañía- y del trabajo en el sector más novedoso del Campus: el NikeLab. Entrar allí es entrar al futuro.

De hecho, en una de sus salas principales, una atleta corre sobre una cinta, conectada a decenas de cables y a un respirador: está en Beaverton, EE.UU., pero las condiciones climatológicas de esa sala, en ese momento, son las de Río de Janeiro en 2016. Sí, lugar y fecha de los próximos Juegos Olímpicos. En la siguiente, apenas a unos metros, una silueta se mueve incansablemente, plantada sobre una máquina elíptica. Imposible que se canse: es un robot, llamado Hal, capaz de emitir calor y transpirar, lo que permite estudiar cómo una prenda absorbe la humedad y cómo permite ingresar el oxígeno.

A un costado de ambas salas, una pista indoor de atletismo, con sus andariveles, invita a correr 50 metros que terminan abruptamente en una pared acolchada. Quien lo hace es una atleta profesional, salpicada de sensores que transmiten cada uno de sus movimientos a una pantalla gigante apostada a un lado. Los músculos y los huesos quedan al descubierto en dos pasadas.

Lo nuevo, que ya está a disposición en los Estados Unidos y que llegará por aquí a principios del año próximo, se ajusta a eso, a la forma del cuerpo. Todo parece llevar al minimalismo. Las zapatillas Free Flyknit combinan los dos últimos hallazgos en suela y capellada; las Hyperfeel reducen a casi nada la distancia del pie al suelo; ambas funcionan casi como un zoquete al calzarlas.

Los “influencers” las apuntan con sus teléfonos y con sus tabletas. Las prueban. Las calzan. El entretenimiento, la innovación y la comunicación se funden de pronto, a la velocidad de una carrera.

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[Factor Running] Compacto: literatura runner, el veganismo y más

Otra emisión del clásico de todos los lunes. Factor Running, con Gustavo Montes a la cabeza, pasó por el éter AM 830 Radio del Pueblo (todos los lunes de 18 a 20). Como siempre, en Runner Blog te damos un post con lo mejor de la última emisión. Hacele click a las notas y disfrutalas.

  • El prestigioso crítico de cine, cineasta y runner, Santiago García, nos habla sobre su libro “Correr para vivir, vivir para correr”, donde desarrolla su pasión por el Running, el deporte que lo llevó a la felicidad. “Soy un enloquecido total por el running, me mudé cerca del Rosedal para correr más”, dice.

  • La Licenciada en Nutrición Karen Cámera desarrolla qué es el veganismo: “Consumir más frutas y verduras beneficia el consumo de proteínas y calcio”.

  • El récordman argentino en 100 y 200 metros, semifinalista mundial en Atenas 1997 y medallista Iberoamericano, Carlos Gats despunta el espinoso andar del atletismo. Crudo y genuinio, Gats expresa: “En el país hay muy pocas pistas sintéticas y no hay un programa deportivo definido”.

  • Carlos Jiménez, creador del sitio Soy Maratonista, uno de los portales más importantes de Latinoamérica y el mundo donde instruye a miles de runners. En esta oportunidad, nos habla sobre el método de entrenamiento de tres días a la semana denominado FIRTS“El método FIRST propone correr tres días a la semana intervalando con crosstraining…”.

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¿En qué idioma corremos?

Por Conrado Solari Yrigoyen (*)

En la Argentina ya está muy instalada la palabra “running” para referirse al deporte de correr a pie. Se usa “el running” como sustantivo. Lejos quedó de nuestra memoria la palabra “aerobismo” que se había empezado a usar varios años atrás.

Leo en el suplemento LNCorre del diario La Nación del 19 de julio último, frases de este estilo: “Los motivos que llevan a un runner a practicar este deporte están asociadas al estado físico”.  Y me pregunto, ¿por qué se prefiere el uso de runner al de corredor?

Se dice en estas tierras que la gente que se reúne a correr en un grupo organizado, guiada por instructores, forma parte de un “running team”, mientras la acepción “club de corredores” ha quedado para el uso de una empresa privada, que lo que hace es organizar carreras.

Más me sorprenden las coloridas publicidades que figuran en el ejemplar de LNCorre. Se lee en ellas: “FILA: Moving forward”; “MERRELL: Let’s get outside”; “MIZUNO: Never Settle”, “LE COQ SPORTIF: Passioné de sport” (en este caso en francés); “PUMA: The Nature of Performance”, “ICBC: Exclusive Banking”; UNDER ARMOUR: I will”, y también bajo la misma marca “Backbone required” (¿mucha gente entenderá esta frase? ¿Importa entenderla?); “ADIDAS: Boost your run”; “GATORADE: Ganá desde adentro”, que viene con su inmediata traducción (¿necesaria?) “WIN FROM WITHIN”; y finalmente ENERGIZER nos anuncia su “Night race”, además de alentarnos con un elocuente “esto sí es positiveenergy” (escrito todo junto).

Observo, sin embargo, que en el terreno del entrenamiento de esta actividad deportiva todavía hay palabras que nos quedan del puro mundo del atletismo. Así se habla de “pasadas”, ignorándose los anglicismos “intervals” y “repetitions”. Se dice  “fondo largo” y no “long run” (“long run” se cuela, a pesar de todo, en la boca de algunos corredores y artículos). También sobreviven bastante bien “trote”, “elongación”, “cuestas” y otras palabras del diccionario de nuestra lengua.

Todavía pelea por su supervivencia “entrenador”, pero “trainer” le sopla en la nuca; y “aceleración” le saca apenas una cabeza a “sprint”.

Por último, constato que en la Argentina a una carrera de cualquier distancia se la llama comúnmente “maratón”, y no se reserva esa palabra, como lo hace el diccionario de la RAE, y en el idioma inglés (con “marathon”), a la distancia olímpica de 42,195 kilómetros.

¿Por qué hablamos así? ¿Lo hacen por igual otros países latinoamericanos, o todos los hispanoparlantes?”; ¿Somos tilingos y despreocupados por nuestro idioma?; ¿encontramos en cada una de esas palabras, particularmente en las anglosajonas, definiciones más precisas o escuetas que en sus equivalentes en castellano? , ¿O simplemente usando el inglés viajamos o soñamos más fácilmente? Para la reflexión.

(*) Muchos fueron los mails y mensajes vía twitter que recibimos por el primer número de La Nación Corre. Entres ellos llegó el del Conrado Solari Yrigoyen, quien nos expresaba: “Estimado Damián, me parece una excelente idea lo de LNCORRE y el blog. Apruebo totalmente la iniciativa y me convertiré en un seguidor. No obstante, de la lectura de LNCORRE que me fue muy grata e instructiva me surgió la idea de escribir algo sobre un tema colateral que es el uso del idioma en la disciplina de correr. Se puede ver como una carta de lectores o un artículo. Tiene un tinte crítico pero sobre todo pretende ser un texto para la reflexión y de diálogo con otros corredores. Pongo a tu consideración la posibilidad de darlo a conocer. Te comento que soy amateur, tengo 53 años y me estoy preparando para correr mi undécima 21K y mi primer 42K, esta vez en Buenos Aires, en septiembre y octubre próximo. Muchas gracias”.

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Amanece la Comechingona

Por Julieta Bilik (*)

Para mí, Amanecer Comechingón 2013 empezó justo un año atrás, durante su primera edición. En julio de 2012 viajé a El Durazno para acompañar a mi papá que entonces iba a correr 28km. Como se decidió tarde, ya no quedaban lugares en las cabañas que su grupo había reservado y buscaba acompañante para el viaje. Yo no tenía mucho que hacer ese fin de semana de invierno así que en una noche muy fría de jueves armé un bolsito y emprendimos el largo viaje en coche. Para llegar al sur de Córdoba recorrimos la llanura pampeana, pasamos por Rosario, por la parte plana de la provincia cordobesa, atravesamos el Dique del Embalse Río Tercero y después de más de 800km finalmente nos topamos con las sierras cordobesas y llegamos al paradisíaco pueblo de El Durazno.

Sin instalación eléctrica, calles asfaltadas, Internet ni señal de celular aquel gélido 9 de julio el paraje de montaña recibió a 500 corredores de aventura para la primera edición de Amanecer Comechingón. Yo, que hasta entonces no sabía nada de carreras me divertí sacando fotos y disfrutando del paisaje. Asistí a la charla técnica, a la clásica fideada pre carrera y a la entrega de premios. Como una corredora más, el grupo de mi papá me recibió con alegría y muy buena predisposición. Sin correrla ni beberla, me sentí una más entre los corredores y no sé bien cuándo ni cómo pero presiento que fue en esos días en que me picó el bichito invisible y poderoso que trae consigo las ganas de correr.

Y empecé nomás. Todavía sin las zapatillas necesarias arranqué con los entrenamientos. Primero caminando y de a poco empezando a correr. Al principio no más de 100 metros pero con el paso de los días las distancias se alargaron y los tiempos se acortaron. No pasaron más de dos meses y me largué con los primeros 10km de calle.  Así, corriendo aquí y allá seguí entrenando hasta que se anunció vía Facebook la edición 2013 de Amanecer Comechingón.

No lo dudé ni un segundo. Quería volver a El Durazno, pero esta vez estaba decidida a correr.  Sentía que todavía no estaba preparada para los 28km así que “vamos por lo seguro”, me dijo mi entrenadora. Me anoté en los 15km con grandes expectativas y muchas ganas de disfrutar cada paso en la montaña. Entonces, en mi entrenamiento se fijó el objetivo. Corría como siempre, pero los tiempos bajaban. Corría como siempre, pero nunca faltaba a entrenar. Corría motivada pensando en el Amanecer Comechingón que esta vez disfrutaría como protagonista de mi propia aventura de montaña.

Mientras entrenaba mis compañeros me iban aconsejando. Que no lleves el reloj, que durante la carrera comas algo salado, que la mochila no sea muy pesada, que mezcles mitad bebida hidratante con mitad de agua, que lleves un solo bastón, que cambies las pisadas para evitar lesiones, que bajes rápido, que subas como puedas, que no olvides la linterna y que disfrutes la carrera. Total, es tu primera carrera de montaña y los tiempos se miden en la calle.

Atenta a todo lo que escuchaba intenté aprehender la mayor cantidad de consejos y entrenar. Por momentos sentía cosquillas en la panza y un poco de miedo, pero seguía corriendo convencida de que era lo único que podía ayudar a sentirme más segura.  Así, pasaron los días hasta que una semana antes de la carrera recibí un mail de los organizadores con “INFO IMPORTANTE” y el siguiente contenido:

“Atención, atención, atención…

Así quedaron las distancias en su recorrido real:

15k (reales 18.5km)”.

De verdad había llegado el momento de sentir nervios: ¡El recorrido de mi carrera se había incrementado en un 30%! Pero “Ommmmmmmmmmmmmmmmm”, control mental y a seguir entrenando. Las dos últimas semanas le metí más pata que nunca. Iba a todos los entrenamientos, corría hasta cansarme, elongaba, calentaba, me enfriaba y hasta comía carne tres veces por semana. Ni siquiera tomaba alcohol y procuraba acostarme temprano. En fin, hacía mi mejor esfuerzo para superar el pánico que me provocaban esos 3.5km extras.

Entreno va, entreno viene… hasta que por fin llegó el último pre carrera. Como todos estaban en sus casas armando los bolsos, me tocó hacer las pasadas con Tin, uno de los más rápidos y furiosos de nuestro grupo. “Mamadera”, pensé. Pero como quien no quiere la cosa, Tin me llevó en las  6 de mil a un poquito menos de 5 minutos. “Uauuuuuuu, fueron los mejores tiempos que hice desde que empecé a correr”. Me sentí más confiada. Atenta, recibí toda la data para la montaña: que los pasos sean cortos en la subida, que hay que guardar reservas hasta la mitad de carrera, que hay que llegar muy descansada y comiendo bien, que me apure en las bajadas sin tenerle miedo a caerme y básicamente que estaba bien entrenada, que la carrera era hermosa y que había que disfrutarla.

Ya en el Durazno nos acreditamos y fuimos a la charla técnica. Cayó la noche y después de la fideada pre carrera llegó el momento culmine. Toda la cabaña tirada arriba de la mesa buscando el mejor orden para acomodarse en la pequeñísima y sofisticada mochila de montaña. Fue un tiempo para la prueba y el error. Entre nervios y ansiedades nos dedicamos a meter, sacar, doblar, desechar, comprimir, priorizar, sopesar, volver a meter, arreglar, acomodar y estrujar  hasta al fin quedar conformes (o agotados) con la forma y el peso de nuestras mochilas. Entonces, acostarse, descansar un poco y soñar con la montaña.

La mañana de la carrera empezó de madrugada. Sonó el despertador a las 5am y hacía un frío de pelos. Me despabilé rápido. Me puse en capas toda la ropa que tenía planeado usar y preparé el desayuno para toda la cabaña. Me sentía muy energizada. ¡Qué ganas de correr que tengo!, pensé. Fui muy afortunada: no se me cayó la taza de té caliente, ni me resbalé caminando en medias por el parquet como el año anterior. Además, el frío era mucho menos crudo que un año atrás y por suerte no me olvidé nada; y nadie se olvidó de mí. ¡Estaba lista y muy dispuesta!

Estacionamos el auto lo más cerca de la largada posible y despedimos a mi papá y a Claudia que corrían los 42km. Entonces con Susi, “la reina” como la apodamos los del team, nos quedamos esperando un ratito en el auto porque faltaba todavía como media hora para nuestro horario de largada. Por una cosa y por la otra, el ratito se alargó y finalmente salimos corriendo en la oscuridad cinco minutos antes del horario estipulado sin saber cuán lejos estaba la largada. Cada vez más rápido, cada vez más cerca, llegamos justo cuando empezó la cuenta regresiva “7, 6, 5…” Sin darnos cuenta ya habíamos hecho el precalentamiento. En la oscuridad de la madrugada, vi de pronto a los corredores competidores y me emocioné: “Somos todos muy freaks”, pensé.

Largamos por fin y empezó lo más hermoso. Correr en la oscuridad de la noche. Sentir los pies en la tierra, la fuerza del cuerpo el movimiento, el aire helado que sólo está en contacto con la nariz (la única parte del cuerpo que no hemos abrigado), la respiración de los corredores que nos rodean, los gritos de aliento entre compañeros, el éxtasis, la emoción, la aventura para la que nos habíamos preparado durante meses.

Todo muy lindo hasta que apareció el primer vado. En la charla técnica nos habían anticipado el tema, y a mi que no me gusta para nada el agua no me resultó nada divertido. Aventura toda la quieras pero, ¿hace falta empaparnos los pies en mitad de carrera? Si o si tenía que cruzarlo así que tomé coraje, cerré lo ojos y seguí corriendo. Me mojé, pero el agua no estaba tan fría como había fantaseado. Y como mis zapatillas tienen tecnología anfibia o algo así, se me secaron bastante rápido. ¡¡El primer gran obstáculo estaba superado!!

Empezó a clarear y la magia invadió la montaña. No en vano el título de la carrera. Con el Amanecer Comechingón los corredores nos deleitamos como nunca. Aparecieron en el cielo colores imposibles. Porque en el amanecer y en la montaña se ven cosas en el cielo que no se vuelven a encontrar en ningún otro horario, en ningún otro lugar. Así que fue para nosotros un privilegio único, inolvidable, hermoso, la primera gran recompensa de la carrera.

Seguí corriendo, sonriendo, disfrutando del paisaje, de las bajadas rapidísimas, de las subidas, de andar en zig zag, de cruzarme con corredores y darnos aliento, de la montaña, del solcito que ya salió y de la adrenalina que voy exhalando. Llegué al puesto de hidratación y me comí dos gajitos de naranja. La naranja es la cosa en el mundo que más me quita la sed. Es mi hidratante favorito y tuve la suerte de degustarlo en la montaña. Segunda gran recompensa.

Después del puesto de hidratación, sabía que promediaba la mitad de la carrera así que evalué mi estado físico-psíquico. Resultado: ¡¡¡me sentía como nueva!!! Entonces, aceleré un poquito y me dispuse a disfrutar el último tramo….casi como en un suspiro estaba entrando al pueblo y se acababa la aventura. Así, tan de repente habían pasado los 18.5km de montaña y me esperaban un año de largos recorridos para volver a ver el próximo Amanecer Comechingón.

(*) Julieta Bilik, de 27 años, es miembro desde julio de 2012 de Clara Serino – Pasión por Correr Running Team.

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