Como en toda ciudad, en Río pasan cosas diferentes al mismo tiempo. Como si fueran los layers -canales- del photoshop, realidades singulares que no se tocan. Supongamos que es domingo, la gente camina por la orla de Ipanema, los surfistas montan olas en Prainha, muchos están comiendo tapioca en la Feira da Glória, y aunque sean las 9 de la mañana unos cuantos siguen bailando forró en la Feira de São Cristovão, el reducto Nordestino de Río de Janeiro.
Este lugar es un enorme universo donde uno avanza y se da de cara con infinitas realidades, una cadena de acontecimientos nunca vistos antes, todo nuevo, la música, la gente, la comida, las cosas que venden, los personajes, puros personajes en una gran feria de diversión maratónica.
Nunca había ido, estaba esperando una buena ocasión, y llegó. Un sábado de noche, bien acompañada, fui a ver de qué se trataba este lugar que abre a las 8 de la noche del viernes y cierra los domingos a las 9 de la noche. Non stop. Un pequeño mundo de fantasía concentrado en un predio grande como un estadio de fútbol, pero ovalado. Sin dudas, el sitio más bizarro que visité en mi vida. Las palabras no llegan ni cerca, mejor los llevo de paseo con un video.
Feira de São Cristovão: Universo Paralelo from Ana Schlimovich on Vimeo.
Feira de São Cristovão
Horario: Martes a jueves de 10 a 18hs. (entrada gratis) excepto feriados. Fines de semana: desde las 10hs del viernes a las 21hs del domingo (entrada R$3). T: 21 2580.5335
Lo que tenía era vista. A la playa de Botafogo, a los veleros anclados en el Iate Clube, al agua quieta y oscura de la Bahía de Guanabara, a la playa siempre despoblada salvo por los futbolistas y los vagabundos, y a toda la redondez del Aterro, un pedazo de tierra ganado al mar, que funciona como autopista doble mano y como corredor para deportistas.
