La imagen de la playa desierta y soñada que todos tenemos como ícono en nuestras cabezas está entrando en la lista de cosas en extinción. Al menos cuando se acerca el verano, al menos en Río de Janeiro. Pero no todo está perdido, siempre existen los meses más amigables (entre marzo y octubre) o las playas más alejadas o escondidas, esas que le recomiendo a mis amigos. Difíciles de acceder, pero por eso mismo, encantadoras.
Bajar cuatro pisos y salir a la Av. Visconde de Pirajá, caminar dos cuadras por la Vinicius de Moraes y llegar a una Ipanema vacía, de lunes nublado, calzarse las ojotas en las manos y correr hasta Arpoador. Dos parejas de gringos juegan a la pelota; un señor medita, otro corre por la arena blanda y me pasa. Los surfistas esperan que el mar se ponga un poco más violento. Seguir leyendo
Ana Cláudia Lomelino tiene voz de ángel, de verdad; Bem Gil es el hijo de Gilberto Gil, guitarrista y el mentor de la banda; Rafael Rocha, baterista y vocalista, uno de esos genios multitalento, uno en diez millones; Bruno Di Lullo, bajista que toca en las ligas mayores, por ejemplo, con Gal Costa; y Eduardo Manso -guitarra-, productor de uno de los discos de Tono y el más nuevo integrante de la banda.
El tránsito está como el clima, infernal. La sensación térmica es de 49º, “Rio 40 graus
cidade maravilha, purgatório da beleza, e do caos” rapea la cantante y compositora Fernanda Abreu en su canción que es casi tan famosa como la película que hizo célebre la frase: Rio, 40 graus, del paulista Nelson Pereira dos Santos. El filme, de 1955, es considerado como el puntapié del Cinema Novo, movimiento estético y cultural que comenzó a mostrar la realidad brasileña.
Hay dos opciones para zafar del calor, encerrarse con aire acondicionado o ir a la playa, donde, aunque hagan 50 grados, siempre hay una brisa marina que apacigua la increíble temperatura a la que puede llegar el día; y está el Océnao Atlántico, y el Matte Leão, una bebida refrescante hecha a base de yerba mate, que acostumbra a tomarse helada y con limón, servida directamente de los barriles que cargan los vendedores ambulantes en las playas. Su compañero inseparable es el Biscoito Globo, un aro blanco y crocante con sabor inexplicable.
En vez de seguir intentando describir estos alimentos tradicionales de las playas cariocas, hice un video, justo para un día como hoy. Lo único malo de estas dos delicias es que el precio aumentó ¡imagina na Copa!.
Domingo de elecciones en Río de Janeiro. Hay una leve resolana pero al final ganan las nubes pesadas. Decido trabajar. A las cuatro y media de la tarde me vienen unas repentinas ganas de salir a correr, hace mucho que no salgo, desde que empecé a ir a la playa casi todos los días, no corro más. Me cambio de ropa y cuando estoy por cerrar la puerta de la terraza para salir, veo que se larga a llover. Sigo trabajando hasta que las gotas se evaporan, dejando el suelo seco y el calor acentuado. Seguir leyendo
Eran las tres de la tarde de un martes de Agosto cuando toqué el timbre de la casa de mi amigo en la transitada Avenida Barata Ribeiro, corazón de Copacabana. No estaba. Cuando me di vuelta lo vi parado del otro lado de la calle, desnudo, bueno desnudo no, en sunga -esa mallita microscópica y adherida al cuerpo- esperando que el semáforo cambiara. Me saludó como si nada, como si no estuviera desnudo en el medio de la ciudad. Creo que uno puede ir preso si se para, por ejemplo, en la Avenida Santa Fe, con ese ínfimo taparrabo de lycra. Ahí pensé que yo quería vivir en una ciudad así, en la que se pudiera circular sin ropa con total normalidad.
IPANEMANORÁMICO. Star Guitar. Chemical Brothers from Ana Schlimovich on Vimeo.
Una hora más de playa, eso es lo primero que pensamos cuando en lugar de ser las siete son las ocho y todavía hay luz. Es el día más feliz de la sociedad carioca, después del carnaval, el cambio de horario cambia la energía de la ciudad. Lo bueno es que todavía no llegó el calor insoportable de enero, ni la cantidad abrumadora de turistas; noviembre y diciembre son deliciosos, la playa aun semi vacía durante la semana, el precio del agua de coco todavía no subió y el ruido de los aires acondicionados no tapa el de las chicharras que a eso de las siete de la tarde forman el coro que anuncia que el verano está por llegar.
Hace tiempo tengo una conversación en la cabeza, entre Marta y Jorge, porteños, casados hace tal vez demasiados años, de vacaciones por primera vez en Río de Janeiro. Son las dos de la tarde y hacen 33 grados en la playa de Copacabana. Seguir leyendo
Para venirse de vacaciones, para vivir o para el Mundial, la búsqueda de departamentos en Río de Janeiro es un gran desafío.
En el siguiente video, Lorenzo Piovensan -un argentino que vive en Río desde hace ocho años, es guía de turismo oficial y trabaja con alquileres de departamentos desde hace cinco- aclara dudas frecuentes, habla sobre precios y aconseja cuál es la mejor época para visitar o mudarse a la Cidade cara, pero Maravilhosa.
Alquileres en Río de Janeiro from Ana Schlimovich on Vimeo.
Rio Apartment Service. www.rioapartmentservice.com. apartcarioca
Este año pensé: qué bueno sería conocer alguien que viva en París, ciudad que no conozco y tenga ganas de hacer un intercambio de casas. El trueque París-Río es una win-win situation, como le gusta decir a un amigo mío. Una situación en la que todos salen ganando, dos ciudades por demás atractivas.