El voto imaginario

Después de 7 años y medio viviendo en Brasil, sería más lógico poder votar acá que tener que hacerlo en Argentina. Me une con mi país la familia, los amigos, los alfajores, las medialunas, la melancolía, el buen teatro y el cine, pero de política, nada. Cuanto más tiempo pasa, menos conozco a los políticos y sus partidos.

Como tampoco puedo votar en Brasil, el país de las siglas, PT, PSD, PSOL, PSL, PSTU, PMDB, me dedico a esquivar los carteles de propaganda. Si votara, probablemente haría lo mismo que la mujer de este video.

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De película

Ta bom, ta bom, yo voy. Esta vez me toca. Cuántos favores ya me hicieron. Cuántas veces me trajeron paquetes pesados de afuera, tecnología que en Brasil cuesta cinco veces más. Ta bom, voy yo a retirar las credenciales a la sede del Festival de Cine do Rio, en el armazém 6 del Pier Mauá, esa tierra de nadie y llena de escombros que, aunque recién empezó la primavera, hierve. Ta bom, por una vez, qué me va a pasar. Es grato recompensar. Total, me levanto temprano, arreglo la casa, me visto para la entrevista de trabajo que tengo a las 11.15 y me tomo el Metrô hasta Uruguaiana. Aprovecho y compro unos auriculares nuevos en los puestitos de la Avenida Presidente Vargas y camino hasta el Pier Mauá. Caminar es lo mejor. Andar en auto un viernes en el centro es una de las torturas más modernas que hay. Seguir leyendo

Noches Tropicales

Beco es una de esas palabras fantásticas que sintetizan cosas. Beco: callejón sin salida. Así como arrepiar es causar escalofríos, que se te ponga la piel de gallina. Exactamente lo que sucede al escuchar a Letuce interpretar la canción O Amor em Paz, de Vinicius de Moraes y Tom Jobim en el Beco das Garrafas.

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El psicólogo

Ultimamente algunos amigos me preguntaron si tengo el contacto de algún psicólogo en Río. Les paso dos, el de una terapeuta argentina a la que fui durante varios meses en el 2009, y el de un psicoanalista también argentino que no conozco pero al que va un amigo, y desde que va, lo veo mucho mejor.

Psicología y Rio de Janeiro son como el chocolate con sal, pareciera que no combinan, pero resulta la más fina conjunción.

No voy a ningún psicólogo en este momento, para pagarles tendría que cambiar de trabajo. Estos que nombré arriba cobran R$ 380 la hora, se puede negociar algo, pero igual son caros, 1.369 pesos argentinos según el convertidor de moneda. Después de leer este dato, muchos psicólogos se van a querer mudar a Río, para desanimarlos les digo que primero aprendan muy bien el portugués, porque son pocos los latinos que viven en Río y tienen plata.

El texto que sigue lo escribí en el 2008. Todavía existía el obelisco que separaba Ataúlfo de Paiva y Visconde de Pirajá, la misma avenida con diferente nombre. El final de Leblon y el inicio de Ipanema. Todavía no dominaba bien el portugués ni las relaciones tóxicas.  Todavía vivía en Santa Teresa y circulaba el bondinho, ese tranvía amarillo que costaba 60 centavos y que cuando vuelva, dicen los moradores del barrio, costará R$25.

Es largo, como la terapia.

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Arte por todas partes

En ArtRio pasa esto, uno no sabe si mirar las obras, la gente o el paisaje, todo es atractivo. Hoy es el primer día de la cuarta edición de la feria de arte más importante de la ciudad, y que cada vez ocupa más almacenes en el puerto, el Pier Mauá. Este año son 5 y en el último está IDA, la feria de diseño de Rio, que se realiza por primera vez e incluye piezas -sobre todo mobiliario- de Sergio Rodrigues, Joaquim Tenreiro, Zanine Caldas y los hermanos Campana. Seguir leyendo

Dos orquestas en un circo

Aquí é o Rio de Janeiro, las orquestas van con una r en el medio, son para bailar, y los circos, también. El sábado a la noche el Circo Voador tuvo doble dosis de orquesta, una voladora y la otra jamaicana. No es la primera vez que tocan juntas en el Circo y cada vez que lo hacen la platea se transforma en una pista de baile. Seguir leyendo

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Declaración jurada

Ni por trabajo, ni por amor. Por paisajes como éste me vine a vivir a Río de Janeiro. Para poder verlo diariamente. Para estar en él diariamente. Y por paisajes como éste me hice adepta a correr, descalza, sobre la arena -que hoy estaba impoluta-. Y por correr descalza desapareció un juanete porteño que me había salido por usar un par de botas lindas por demasiado tiempo. Lo juro. El médico que vi en su momento me dijo que el hueso empezaría a salirse cada vez más, que si dolía habría que operar. Y una le cree porque es el médico. Y si una lo cree, sucede, porque así funciona la mente. Pero el juanete no creció, se fue. Sumiu. it’s gone. Sí, yo creo que venir a Río fue una buena decisión.

El periplo

El 2 de abril, día de los caídos en Malvinas, me subí a un micro y me fui a la Argentina. Volar en avión cada vez me gusta menos, en cambio la tierra no me cansa, aunque hayan sido 41 horas. Suena a tortura pero la verdad que fue un Spa, asiento individual, coche cama, pero cama de verdad, 180º, películas, el paisaje que pasa y lava la mente, la imposibilidad de hacer absolutamente nada, más que dejarse llevar, y escribir. La crónica del viaje se puede leer acá.

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Moqueca

La Moqueca no es de Río, pero no importa, hace rato que este blog tampoco. Puede ser Baiana, da Bahia, o Capixaba, de Espírito Santo, el Estado que está al norte de Río de Janeiro. Puede ser de peixe o camarão. Se cocina en una olla de barro y la que más recuerdo es una que comí en Oficina do Sabor, un restaurante de Olinda, Pernambuco, donde si pedís el plato de día te regalan un plato de cerámica de la Boa Lembrança. Hay coleccionistas que van comiendo platos del día por los todos restaurantes asociados. Mi plato, dónde habrá quedado. Seguir leyendo

La Academia

Drogaria es farmacia, borracharia es gomería y gimnasio es academia. Esta semana me anoté en la academia, donde no se estudia, se malha, se hacen músculos. Así le dicen a hacer aparatos, en Argentina aparatos de gimnasia, en Brasil aparatos de musculação. Seguir leyendo