La fascinación es un estado difícil de explicar. Pero si vieron La Rodilla de Clara, de Eric Rohmer, y recuerdan la escena en la que Jérome se detiene a contemplar la rodilla (y las piernas) de Clara cuando en lo alto de una larga escalera recolecta cerezas, sabrán que la fascinación es un pinchazo leve y persistente y es primo hermano de la obsesión. Muy difícil de olvidar por cierto.
Mover la piedra
Para mi, “que te muevan la piedra” significa algo que te conmociona. Por el contrario, hay quien piensa que esta expresión signifca aquello que te despierta ira, “que te saca” (no sé, habrÃa que preguntarle a Alicia, o a The Negative Man tal vez?). Maria Moliner dice: “Conmover” significa estremecer, sacudir, hacer temblar una cosa apoyada pesadamente en su sitio (gracias Moni!) Asi que yo digo “me mueve la piedra” cuando veo algo que me gusta de una manera comprobable. Y mi comprobacion viene de la mano de la memoria. Si me acuerdo claramente de eso que me gustó, es por que fue una experiencia conmovedora. Hay otras cosas también, otros ingredientes indispensables, si! Pero no me los acuerdo ahora. :p
La cuestión es que en poco tiempo vi dos pelÃculas formidables, un libro de fotos buenisimo y otro libro de fotos que no es de fotos, porque es de arte con fotos (Cata me amenzó seriamente para que lo lea), y también leà un texto (hace unos minutitos) que me terminó de “mover la piedra” Y llegado a este punto mejor me detengo y hago una lista . No solo pienso pavadas, también las escribo…! Ahi va:
El trabajo de no hacer nada
Estaba “ojeando” el último número de OjodePez que está dedicado al tema de la felicidad. Ocho autores exponen sus portfolios con asuntos tan disímiles como los viajes de mochileros, las futuras mamás, los swingers, autos tuneados, campesinos satisfechos, niños malcriados también! Pero como ustedes saben mi capacidad de concentración es escasa. Me detuve solamente en el trabajo “Igual pero diferente” de Jörg Brüggemann.
Un día libre
Estaba mirando mis pedorras fotos del 1 de enero. Si, ustedes dirán por qué les doy tanta importancia, si son tan malas!. Pasa que a mi siempre me gustó fotografiar gente en la calle (creo que ya les conté esta historieta en algún otro post), y el fatídico 1 de enero, después de escribir mi lista, salí con la cámara un poco por inercia, sin rumbo fijo, y con escasa voluntad de investigar qué “no” estaba sucediendo a esas horas de la mañana.
Bipolar
El 1 de enero cargué mi Rollei con Fujichrome 100. Le monté un flash Vivitar 285 y salí a la calle. Pensé: “Aprovecho que no hay ni un Cristo y hago fotos modernas de calles vacías, fachadas torturadas. Medio formato y flash, ideal! No tengo que preocuparme por la luz, no hay que pedir permiso a nadie ni exponerse a que te griten o te persigan. Ya estoy pensando en el tamaño de las copias que voy a imprimir, enormes!!!”
Ilusiones perdidas y encontradas
Lo que perdi es el comentario entero que habia empezado el viernes pasado. Estaba aqui en el diario y por no salvar “cada dos minutos” en esta maldita paginadora, apareció la temida ventanita que dice simplemente “ERROR”. El comentario era sobre Gary Winogrand y su libro WINOGRAND 1964. Lo había estado hojeando de nuevo y me sorprendió darme cuenta de lo bruto que soy. Sucede que los fotógrafos nos dejamos llevar por las fotos, pero en su superficie, y muchas veces no llegamos a desprender la capa subterránea y esencial que hay en las imágenes de los grandes fotógrafos.
Siempre había pensado que la declaración de Winogrand para su aplicación a la beca Gugghenheim de 1963, tan pesimista y melancólica había sido una maniobra para hacerse con el dinero y emprender el viaje a través de los Estados Unidos que venía planeando desde que vió por primera vez American Photographs, de Walker Evans. Pero sobre todo después del impacto extraordinario de Los Americanos, de Robert Frank.
Mapas privados
¿En qué estaba? Ahh! si, en aprender de los maestros. Falta media hora para el brindis de Noche Buena aqui en la fábrica de noticias. Tengo un rato para rejuntar las cosas que estaba pensando hasta hace un ratito nomás y soltarles algún texto inútil, algunas buenas fotos, un par de links, una cita.
Sueño con listas de sueños
Voy a comenzar una lista de la lavandería. Dos calzones, cuatro pares de medias, sábanas, fundas….. No!. Una lista de la lavandería para mi es un sumario sin orden de jerarquias de las cosas que quiero hacer, o que hice, o que no hice. Las ilusiones, los fracasos, los errores. Sobre todo éstos últimos. Me encanta torturarme con mis errores.
El pelo y el huevo
En sus inicios, la fotografia imitaba a la pintura, pero con una limitación insalvable que la convertÃa en una raquÃtica parodia de su hermana mayor: la falta de color. Asi que la pintura respiraba tranquila y se despatarraba en su trono mientras los ignorantes fotógrafos intentaban vanamente ser reconocidos como artistas. Encima las fotos no eran un objeto, eran lisas como una muchacha poco dotada. Mientras que las pinturas contenÃan la gestualidad del autor, la textura de los materiales, hasta olor tenÃan!
Para mostrarle a la abuela
Alicia estaba sentada sobre una roca y no comprendía qué clase de animal le estaba presentando El Grifo. Dio vuelta la cabeza y desvió la mirada. Pensó por un instante en el mundo que había dejado atrás (o arriba, para ser más exactos). No pudo contener una lágrima de nostalgia. Mientras tanto, la Falsa Tortuga se agitaba extrañamente y comenzó, entre sollozos, a contar su historia.