El futbol es uno de los temas que más atraen a los fotógrafos aficionados. Los profesionales de prensa lo miran de otra manera. Para estos últimos, la acción y la jugada del gol es lo más importante. Y para lograrlo es necesaria una tecnología bastante sofisticada y cara.
Finalmente, y después de arduas averiguaciones dimos con el ganador del gran premio de honor del Salón Nacional de Fotografía 2013.
Está probado que la fotografía posibilita abstraerse casi totalmente de las formas reconocidas por todos, para crear una visión de las cosas en las que las referencias se hacen insoslayables, pero al mismo tiempo apenas reconocibles.
Esta es la versión 02 del post que el año pasado escribí con motivo de los premios del Salón Nacional de Fotografía. Por si no lo recuerdan, aquí se los pincho 🙂
El lunes pasado comenzamos con esta nueva sección. Por si no saben como funciona, les cuento otra vez: Cada domingo, seleccionamos con Dani Pessah (sub editor de fotografía) la foto/s de nuestros lectores que publicamos en la sección MURO DEL LECTOR, cada edición de la Revista de los domingos de La Nación.
Buenos días, buenos días. ¿Cómo están? Yo aquí muy contento porque comienzo una sección nueva en el blog: EL MURO DEL LECTOR. Como les comenté en mi post del viernes, en la revista de La Nación publicamos todos los domingos una foto de lector.
En septiembre del año pasado, la revista de La Nación lanzó su último rediseño. Se buscó una manera de modernizar nuestra presentación y al mismo tiempo lograr un contacto más cercano con nuestros lectores.
Dos de cada cinco aspirantes a fotoperiodistas que conozco, por lo menos dos declaran su deseo de ser corresponsales de guerra. Quieren estar en un escenario bélico, y no les importa cuál es esa guerra y de qué lado van a estar.
En el principio fue el tiempo. Los últimos 15 días del 2012 en fotografías. La única consigna para salir a fotografiar. En el curso de esos días armé un grupo privado en FB y empezaron a llegar las primeras fotos.
El sábado estaba conversando por teléfono con un gran fotógrafo. En un momento, le disparé: ¿Por qué siempre en blanco y negro?. Hubo un silencio del otro lado de la línea, que yo interpreté: “Otra vez con esta pregunta tontita!”. El autor en cuestión, tragó saliva y me dio una respuesta poética, pero concreta. Argumentó sus preferencias y me dejó mudo de asombro (y de admiración).