Reuben Lucius Goldberg, técnicamente, era un “vueltero”. Sin embargo, la huella de este ingeniero, dibujante y escultor estadounidense ganador del Premio Pulitzer sobrevive en las superficies de la cultura popular, a casi 42 años de su muerte. Nacido en la ciudad de San Francisco el 4 de julio de 1883, Rube Goldberg se volvió inmortal gracias a sus inventos, máquinas insólitas que proponían realizar tareas simples de una manera indirecta y pomposamente elaborada.
El despertador que encabeza este posteo es apenas un ejemplo de estos artilugios que Rube dibujó pero que nunca llegó a fabricar, un buen resumen de su vida, que luego de transitar los caminos que le señalaba su título de ingeniero en la Universidad de Berkeley, viró hacia el fascinante mundo de las historietas, al que accedió luego de iniciarse como cadete de la sección deportiva de un diario de su ciudad natal. Seguir leyendo