Foto de Marcelo Mangone
El director Ariel Rotter estrenará el 1ro de septiembre su película “La Luz Incidente”, con una señal distintiva: la música elegida para este film protagonizado por Erica Rivas es el jazz, de la mano del gran trompetista argentino Mariano Loiácono.
Según recordó Luciana Morelli, quien lleva adelante el espectáculo “Jazz at the Movies”, en las películas “Extraños en la noche” y “Mi primera boda”, el cine argentino ya eligió al jazz como género.
Este fue el diálogo de Jazz & Cash con Rotter primero y luego Loiácono:
-¿Cómo comenzó tu relación con el jazz?
R: En mi casa, desde que era un niño, siempre se escuchaba música: brasileña (Elis, Jobim, Paulinho da Viola), tango (Sosa, Gardel, Goyeneche) folklore (Yupanqui, Sosa,) y entre otras cosas algo de jazz: clásicos, standards, básicamente y bastante de los cantantes. Especialmente, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Frank Sinatra, Louis Amstrong. Después, ya de adolescente me empecé a copar mucho con Miles Davis, Keith Jarret, Bill Evans, Chet Baker; después me puse más dark y ahora, que ya estoy más grande, me volví a conectar con el jazz de un modo más casual. Escucho FM de jazz, me acompañan en mi trabajo, pero estoy lejos de ser un entendido.
-¿Por qué elegiste a Mariano Loiácono para la película?
R: Hubo bastante de azaroso en el encuentro con Loiácono. Yo estaba buscando donde filmar una escena que transcurriría en un bar de jazz, aunque no tenia definido si lo recrearía o si lo haríamos en un lugar donde se suele escuchar jazz. Thelonius fue uno de los lugares que visitamos. Y ahí consulte por quienes tocaban habitualmente. Entre ellos, estaba Loiácono. Esa noche me puse a buscar en la web para escuchar que hacía y me encantó. Me gusta especialmente que aunque él sea un virtuoso, su música no lo evidencia. Hay algo tranquilo y paciente en su planteo musical que me resulto muy atractivo.
-¿Cuál es el punto de enlace temático entre la película y el jazz?
R: El personaje de “el candidato” (Marcelo Subiotto) si bien es un personaje ficticio, está un poco construido con elementos de su personalidad que pertenecían a mi viejo. Y para mi – inconcientemente- el jazz esta vinculado a él. Especialmente un tipo de jazz, americano, de dandy, Sinatra, Glenn Miller, Cole Porter, más de bandas.
Yo había escrito una escena donde el candidato invitaba a “Luisa” (Erica Rivas) a escuchar jazz, que era un poco como una suerte de espiar en su mundo, un “welcome to my world”.
-¿Cómo se eligieron cada uno de los temas de la banda?
R: Salvo en mi primera película, que tuvo música original de Gustavo Cerati, deje de sentir la necesidad de tener música incidental en mis películas. Me encanta la música en el cine, pero cuando proviene de la escena misma. En este caso, además del bar de jazz, tenía dos grupos de escenas que sucedían en casamientos y le propuse a Loiácono que pensemos juntos como sonaban esas fiestas. Yo no tenía más que una intuición. Sabia “como “debían sonar, pero no exactamente “qué”. Eso surgió a partir del contacto con Loiácono. Y me fue proponiendo algunos temas, a partir de lo que le comentaba que sucedía en la escena. Por momentos, la música debía estar más presente y ser más envolvente, por momentos dejarle espacio al relato y Mariano lo entendió rápidamente. Armó una formación alucinante, con Jerónimo Carmona (contrabajo) Pablo Raposo (piano) Eloy Michelini en batería, a quienes se sumó la mágica voz de Julia Moscardini, para hacer una versión de “Trav´lin´Light”, que era una canción que yo adoraba en la versión de Anita O´Day. Y la grabamos junto con 6 o 7 temas en un estudio, antes del rodaje.
-¿Tomaste como modelo alguna película con banda de jazz?
R: No. Ninguna en particular. Ni siquiera indague demasiado en ese aspecto. “La Luz Incidente” es una película de época, ambientada en los primeros años de la década del 60. Y era todo un desafío, hermoso por cierto, encontrar el sonido de esa época. No solo en términos musicales, sino también sonoros. La película de hecho suena casi como si fuera “mono” en una era dominada por 5.1 digital surround, etc , trabajamos mucho en la mezcla final para que el sonido sea fiel a la imagen recreada y que a la vez suene muy bien, pero no moderna. El director de sonido, Martin Litmanovich, es músico y su trabajo tiene una delicadeza especial. El fue el primero en decir “maten al surround, todo el sonido debe venir de la pantalla.” Y eso, hoy en día, es todo una declaración de principios.
-¿Qué vas a ver cuando ves jazz?
R: Veo poco. Entre que tengo una hija pequeña y que estoy medio tapado con las cosas y viajes de festivales de la película, tengo poca oportunidad de ir a escuchar jazz. Pero ahora que Mariano se digno a incluirme en su mailing, al menos me entero de todo lo que me estoy perdiendo. Cuando sea grande , volveré al ruedo.
-¿Tocás algún instrumento?
R: A los 15 tocaba la bata en una banda llamada La Hoguera. Hacíamos algo que llamábamos opera dark, pero yo no era muy malo. Perdía el ritmo, esas cosas. Me fui dignamente, antes de que me lo pidan. Vendí la bata a los 18 y con esa plata me fui a Europa de mochilero. Volví interesado en hacer cine, pero con un saxo alto en la mano. Tome clases con Marcelo Barragán, pero ni el logró que sea medianamente aplicado. Ahora le toco la guitarra a mi hija y por el momento ella piensa que soy Jimmy Hendrix, claro… ella tiene 3 años, y yo solo 3 acordes, pero le pongo mucho huevo.
-¿Cuál es tu próximo proyecto?
R: Tengo un proyecto extraño, una comedia oscura. Es un tipo al que le avisan que se está por morir y ante este acontecimiento, tiene una revelación: que siempre quiso ser cantante. La película empieza a derrapar en una especie de carrera musical contra reloj. Un delirio, pero que me va a hacer explorar y poner al desafío de encontrar, una vez más, las canciones que la componen.
Loiácono:
-¿Cómo elegiste los temas del film?
L: Los escribí para la película, excepto dos que tenía pero nunca había grabado. Ariel me pidió cosas puntuales y yo intenté complacer su pedido sin dejar de lado que la música sea mía.
-¿Tenías en mente alguna otra película al hacer este trabajo?
L: Definitivamente no. No miro películas. Soy un ignorante en materia cinematográfica. Intenté imaginar la historia que Ariel me contaba y así encajar la música en ésta.