Descargo de responsabilidad
Las direcciones de los programas publicadas en Freeware se sugieren a efectos meramente informativos, sin garantías de ninguna clase, incluso la de que aquellos sitios Web continúen en línea y/o sigan ofreciendo el software sin cargo cuando el lector los visite. Los programas referidos son ofrecidos exclusivamente por el titular de los mismos, siendo S.A. La Nación y el autor de este blog absolutamente ajenos a su producción, realización y distribución, no asumiendo S.A. La Nación ni el autor de este blog responsabilidad alguna derivada de cualquier daño y/o perjuicio en personas y/o dispositivos de cualquier naturaleza que pudiera ocasionarse por el uso de los programas mencionados por parte de los usuarios, ni por, virus y/o espías que pudieran afectar los dispositivos de los usuarios por la instalación y utilización de los programas mencionados.
Freeware – el blog del software gratis de lanacion.com
Los programas que aparecen en Freeware tienen una característica única: los uso a diario, no tengo dudas acerca de su utilidad, robustez y seguridad. Cuando alguien me consulta en un pasillo por una aplicación para esto o lo otro, siempre (bueno, casi siempre) tengo la dirección de un software gratis para pasar. La oferta es enorme y excepcional.
Pero hay algo que he aprendido en veinte años de usar, con honrosas excepciones, casi exclusivamente freeware: los programas gratis tienen algo en común con el software comercial más costoso: el Disclaimer. Este descargo de responsabilidad existe porque las computadoras y el código informático son de una complejidad inimaginable y son operados por la más inimaginablemente compleja criatura de todas, el ser humano.
La combinación casi siempre da resultados extraordinarios, pero puede también colgar una máquina o causar pérdidas de datos. Las personas epilépticas deben evitar los juegos de video pero también los salvapantallas más psicodélicos. En manos de un niño el más simple de los chats o el más innovador de los navegadores Web puede conducir a resultados indeseables. Hay programas creados para destruir datos, con el fin de garantizar nuestra privacidad, y basta un error para dejarnos sin computadora. Otros pueden inadvertidamente poseer un error que los hace funcionar de una forma no esperada de forma azarosa. Y la lista sigue.
El software es mucho más que un producto. De hecho, es mucho más flexible, y en ese sentido más imprevisible, que el hardware sobre el que funciona, que no podría siquiera arrancar si no tuviera embebidas unas cuantas líneas de código.
Un destructivo virus es software tanto como lo es la aplicación que el médico emplea en el tomógrafo. No debe olvidarse esta insólita dualidad que el código informático comparte con el escalpelo o la energía nuclear.
Por eso es menester aclarar de antemano que todo software, y en particular el que ha sido creado por individuos y organizaciones con pocos o nulos recursos para enfrentar demandas judiciales, se ofrece como es, sin garantías de ninguna especie. Es tómalo o déjalo, quien asume los riesgos sos vos, en todos los sentidos y en todas las circunstancias. De otra forma, le resultaría imposible a los programadores ofrecer sus creaciones, gratis o no. Pero sobre todo las gratis.
Lo mismo cuenta para este blog, que, consecuente con la tradición del software gratis, tiene su propio Disclaimer.