Un fotógrafo en el corazón de las tinieblas

Dennis Hopper en Apocalipsis Now (The New York Times)

“El hombre –Kurtz– tiene la mente clara, pero su alma está loca”, esas son palabras del reportero gráfico más extravagante del cine. Entre el capitán Willard –Martin Sheen–, el coronel Kurtz –Marlon Brando– y el coronel Kilgore –Robert Duvall– emergió el personaje de un film, interpretado por Dennis Hopper, que acaparó la atención y que en el reparto figura como fotógrafo free lance –no se conoce su nombre­–. El espacio en el que aparece este carácter secundario, pero no menos destacado, es Apocalipisis Now, de Francis Ford Coppola, una película de 1979 que se convirtió en una de las más importantes de la historia –basada en el libro El corazón de las tinieblas–.

Ayer se cumplió un año de la muerte de Dennis Hopper que, además de actor y coleccionista de arte, fue un fotógrafo que buscaba explicar la realidad de manera íntima por medio de sus imágenes. Hopper fue el más indicado para desempeñar el papel del corresponsal de guerra alocado, apegado a las drogas, dispuesto a violar cualquier límite y a poner su vida en peligro.  La línea que dividía al actor de Easy Rider de aquel personaje de Coppola era demasiado delgada. Hopper tuvo que mirar en su interior e inspirarse en las experiencias reales de otro fotógrafo de guerra: Tim Page.

Nacido en Inglaterra, Page estuvo en Vietnam y Camboya durante la guerra. Pasó años en la selva –fue herido cuatro veces– y su estilo de vida, por los años 60, se pareció mucho al reportero gráfico de Apocalipsis Now.  Como fotógrafo independiente, colaboró para Time, Life, UPI, AFP, AP y Paris Match. Actualmente, trabaja como profesor de fotoperiodismo en la Universidad Griffith, Australia.

 

La cámara más cara del mundo

Esta cámara de 88 años de antigüedad, de una serie previa de la marca Leica, se subastó hoy por 1,9 millones de dólares en una galería de Viena, Austria. Con esa cifra, se convirtió en el dispositivo fotográfico más caro del mundo y de la historia (foto de EFE).

Según la agencia EFE, éste modelo “es el número 7 de una pequeña serie –de cerca de 25 piezas– de cámaras de prueba fabricadas por Leitz en 1923, dos años antes de la introducción de la marca oficial Leica”.

Con una tasación previa de 500.000 dólares y después de una puja de veinte minutos, la subasta terminó en favor de un coleccionista privado de Asia. ¿Le habrá quedado dinero para comprar rollos?

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Polinesia submarina

“La situación era ideal: la luz, perfecta, y el agua tan transparente que casi me olvidé que estaba sumergida”. Así recuerda Soledad Aznarez, autora de este video waterproof, la divertida experiencia de filmar en el mar. La fotógrafa de La Nación viajó a la Polinesia francesa a realizar una nota para la sección Turismo y, como no se conformó con fotografiar los paisajes paradisíacos de la isla, se metió en el Pacífico Sur con un snorkel y unas patas de rana y capturó imágenes submarinas.

“Fue increíble tener la posibilidad de nadar en esos paisajes y con toda esa fauna. Es tan fuerte la conexión con la naturaleza que se pierde el miedo, se hace todo muy natural. Los tiburones Black Flip eran maravillosos y aunque estaban cerca logré disfrutarlos. Las rayas, que son muy grandes, daban un poquito de impresión y había que tener cuidado con no pisarlas. Pero yo les podía tocar el lomo y ellas me rozaban al nadar”, revive esta experiencia extraordinaria.

En relación con el aspecto técnico, la autora comentó: “Puse en prioridad de velocidad la medición –el diafragma se fija automáticamente en relación con la cantidad de luz– y usé el autofocus. Eso fue excelente porque en el agua es todo muy incómodo y manejar la menor cantidad de controles es lo mejor”. Para poder sumergir la Canon 5D mark II, Soledad utilizó una funda acuática Dicapac y en la edición del audiovisual resolvió conservar el sonido original.

“Es muy difícil hacer fotos y video a la vez, sobre todo si se quiere hacer todo bien”, concluye.

Ficha técnica: cámara Canon Eos 5D mark II; objetivo Canon 16-35mm 2.8; funda Dicapac.

Los besos más famosos

Los besos más famosos de la fotografía se encuentran ahora en Argentina. Esta serie de enamorados forman parte de una de las dos muestras del francés Robert Doisneau, que en simultáneo, se exponen en la ciudad de Buenos Aires: Simplemente Doisneau en el Centro Cultural Recoleta y Delantales sucios y rodillas lastimadas en el Museo de los Niños del Abasto. Estas parejas de desinhibidos, retratadas en los años 50, en espacios públicos, ya forman parte de algunas de las postales más emblemáticas de París.

“Cronista sin fisuras de un tiempo en que la trivialidad de lo cotidiano competía con la lenta pero obsesiva evolución de la sociedad, Doisneau, a su manera humana y perspicaz, fue el testigo privilegiado de una época que asistió al avance de París sobre los mismos suburbios, devorando la campiña y transformando al campesino, a pesar de él mismo, en ciudadano”, escribe Agnès de Gouvion saint-Cyr sobre uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX.

“El dice haber atravesado las vanguardias por azar y haberse inscrito por inadvertencia en las estéticas modernas –sigue la especialista en fotografía contemporánea, autora del texto que acompaña el catálogo de la mustra del Recoleta–; reconoce el aporte del constructivismo: un rigor formal, una audacia visual y un interés por el objeto industrial; sabe que debe al cine soviético su gusto por la oposición de los planos, su yuxtaposición y su confrontación. Tomó del surrealismo el collage, el fotomontaje, y los espacios intermedios entre la vida y la muerte entre lo real y la ficción, entre la razón y la locura.”

Considerado por todos un fotógrafo humanista, Doisneau supo manejarse con sensibilidad entre los horrores de la Segunda Guerra, la frivolidad de la moda y los retratos de los más postergados de la Francia moderna.

 

La increíble experiencia de un argentino en Libia

El fotógrafo protagonista del video (1) es Rodrigo Abd, un argentino de inigualable talento que trabaja para AP con base en Guatemala y que, además, realiza trabajos especiales en diferentes lugares del mundo para la misma agencia de noticias.
Desde hace unos días, se encuentra cubriendo el conflicto armado de Libia. Y hoy, antes de zarpar desde Benghazi en una pequeña embarcación para realizar un viaje de 39 horas por el mediterráneo hacia Misrata, contestó algunas preguntas para Imagen en movimiento. El objetivo es interceptar a los rebeldes que están avanzando hacia Trípoli en medio de combates. “Yo espero no exponerme tanto y al mismo tiempo cubrir el tema lo mejor posible”, confiesa el fotoperiodista hincha de Banfield.
Abd, que trabajó hace algunos años en La Nación, llegó a estudiar árabe cuando AP le asignó un puesto en Afganistán durante más de un año, apenas terminada la guerra. Profesionalmente, no sólo se destaca por la cobertura de temas que tienen que ver con la violencia, la marginalidad y los conflictos armados, también es notable como se desenvuelve con mucha soltura en los países de Medio Oriente. Toda esa experiencia, sumada a una mirada diferente y a una exquisita manera de componer,  lo convierten en un fotógrafo excepcional.
En relación a su labor en Libia Abd comenta, “ Está muy bueno poder vivir este gran movimiento social que ocurre después de tanta dominación. Eso de ver a la gente participando, incluso mujeres y niños, es muy bonito, sobretodo porque yo pensaba que tendría que trabajar todo el tiempo con chaleco antibalas y casco”.
“Los periodistas somos muy bienvenidos en este país. Cuando digo que soy argentino se sorprenden y después festejan por los futbolistas gauchos: Batistuta, Verón , Tevez… Pero la cosa cambia cuando gritan Maradona porque, si bien es un ídolo futbolero, también es amigo de Kadhafy y eso lo posiciona automáticamente como enemigo.
Entonces, en ese momento todos nos callamos y nos tomamos un té rojo alucinante que los libios preparan con mucho cuidado”.

(1) El autor del video es Nicolás García, un argentino que viaja con Rogrigo Abd y que trabaja como freelance para CNN, AP y la BBC.

¿Cuál es la cámara de Gus van Sant?

AFP PHOTO / FRANCOIS GUILLOT

El director estadounidense Gus van Sant posa para los medios –mientras toma sus propias fotografías– durante la presentación de la película Restless, en la 64º edición del Festival de Cannes, Francia.

¿Alguien podrá decirnos qué modelo de cámara está usando el cineasta?

Las fotos más increíbles

“Yo no tomo fotografías, las personas me dan sus imágenes”. La afirmación corresponde Reza Deghati, un famoso fotoperiodista de origen iraní, y la hace en el momento en que regresa  a Kabul después de diez años de haberse desempeñado como consultor de Naciones Unidas en Afganistán. Su testimonio resulta de gran valor para este excelente video con el que NatGeo promociona el programa de televisión Las fotos más increíbles, un ciclo dedicado a mostar el trabajo de los más destacados fotógrafos de National Geographic en diferentes lugares del mundo.

Esta vez, las cámaras apuntan a los fotógrafos. Con esta serie, que estrena capítulos los jueves, a las 18, por la pantalla de FOX/NG HD (con repeticiones), es posible experimentar las aventuras de una raza de reporteros gráficos que impulsan sus capacidades físicas, resistencia emocional y creatividad hasta el límite.

Además de escuchar los relatos en la voz de los mismos protagonistas, es intersante observar las tomas que realizan, que muchas veces parecen increíbles, y, al mismo tiempo, conocer la manera en que fueron capturadas.

Agéndenlo y verán: es uno de esos ciclos por los que vale la pena programar la grabadora.

Fotos gentileza NatGeo TV

Otro cuento chino

Bathhouse (2000). 7 Wang Qingsong. El artista recrea los baños públicos de su infancia, casi no se lo advierte en el centro de la escena.  Chromogenic print. © Wang Qingsong Courtesy the artist

Ayer La Nación Revista publicó una selección de fotografías del artista chino Wang Qingsong que integraron la muestra When Worlds Collide que culmina hoy en el International Center of Photography (ICP) de Nueva York. Creo que vale la pena volver a echarle un vistazo a ese material sobre un fotógrafo oriental que pisa fuerte en las galerías de occidente.

Tras su primera muestra en solitario en los Estados Unidos, habrá dejado flotando sobre la Gran Manzana esa mezcla de ironía, diversión, audacia y reflexión con la que se refiere a los cambios de la sociedad de su país, a las consecuencias del desarrollo económico, al consumismo y a cómo la nueva realidad contemporánea modifica la vida y la identidad cultural del pueblo chino.

“Oriundo de Beijing, Qingsong se volcó a la fotografía poco antes del comienzo del nuevo milenio, sin dejar atrás otros lenguajes: pinta, esculpe y hace documentalismo. Hoy es un artista contemporáneo en alza, que elige pararse detrás de la cámara para hablar de las yuxtaposiciones que lo preocupan cuando la globalización es un hecho: tradición/modernidad, ficción/realidad, deseo/necesidad. En sus producciones, Qingsong trabaja a lo grande: involucra a tal cantidad de gente en escenarios de características más cercanas a un set cinematográfico que a un estudio de foto, de donde pueden resultar obras con notas del pop y el kistch, realmente extralarge, que alcanzan los 20 metros de longitud.

Desde el punto de vista occidental, China es como un tigre, un peligro, una amenaza. Pero tal vez China es solamente un gran rinoceronte, dulce e inocente. No un monstruo”, se lo oyó decir por estos días, mientras alguien se dejaba interpelar por un Budha sentado sobre una lata de Coca Cola”.

Competition (2004). 5 Wang Qingsong. Una obra de gran formato con aficches publicitarios que reflexiona sobre el consumismo, uno de los tópicos más recurrentes del autor. Chromogenic print. © Wang Qingsong Courtesy the artist


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Retratos reales

Una toma tras otra no hacen a un video. O, por lo menos, no deberían hacerlo. Y ésta es una premisa que todos los fotógrafos tendrían que tener en cuenta a la hora de editar: valerse de una línea de tiempo y combinar las partes que formarán el todo con un criterio preciso. Porque, en definitiva, la edición es otro elemento de significación, como la composición, el encuadre, la luz, el desenfoque, el audio.  Este factor, que para algunos puede parecer tan ajeno como el sonido, resulta muy importante para la realización de cualquier pieza multimedia.

Ahora me gustaría acercarles un excelente trabajo de David Francis –publicado por Philip Bloom– sobre la boda de William y Kate, de hace una semana. El autor no solo filmó con una cámara HDDSLR, sino que incorporó una manera de hacer retratos proveniente de la fotografía tradicional.

Francis logró que algunas de las personas que se acercaron a presenciar la ceremonia real posaran mirando a cámara, como si lo estuvieran haciendo para una foto fija. Y a estas imágenes, en la edición, les incorporó el testimonio en off de los mismos personajes, inclusive en las escenas que se ven en cámara lenta. Además, como en ese momento no contaba con un grabador de audio, el fotógrafo colocó la Canon 7D en un trípode y utilizó la cámara como micrófono para registrar las entrevistas.

Ficha técnica: cámara Canon Eos 7D; objetivos Canon 50mm, 16-35mm y un Tamaron 70-300mm ; trípode manfrotto 290 series.

¡Cuidado!: tiburón a la vista

“La sensación de estar a escasos centímetros de la temible mandíbula de los tiburones blancos no se puede explicar”, cuenta Alfredo Sánchez cuando relata su aventura en aguas africanas. El autor de este video es reportero gráfico de La Nación y se encontraba de vacaciones en Sudáfrica cuando, sin dudarlo un segundo, decidió embarcarse en un paseo en Mossel Bay –zona de abundante y variada fauna marina–.

Como parte de la excursión, Sánchez se sumergió en una jaula, junto a otras cuatro personas, con la intención de ver tiburones a la menor distancia posible y, además, vivir para contarlo.

Para relatar el acontecimiento, el fotógrafo eligió hacer un video con una pequeña cámara sumergible: la Canon PowerShot D10. “Si bien mi pasión es la fotografía, que consiste en capturar en una imagen un instante único e irrepetible, encuentro en el video una manera de grabar mi propia experiencia para que la persona que lo vea pueda sentir que está ahí, a mi lado”.

El desafío de la semana pasada fue el salto en paracaídas. ¿Ahora, se animará alguien a bucear en una jaula rodeada de tiburones hambrientos? ¡No se olviden la cámara!