En un vuelo de cabotaje, un hombre hablaba con voz suave a la señora sentada a su lado que, aferrada a los posabrazos del avión, lo escuchaba sin sacar la vista del frente, apenas parpadeando. Luego supe era el vuelo de bautismo que coronaba un taller para perder el miedo a volar que había tomado la mujer para tomar coraje y animarse a sacar el boleto para visitar a su hija en Barcelona. Y que su acompañante era un psicólogo dedicado particularmente a ese tema.
Hasta entonces no sabía que había tratamientos para controlar el temor, tampoco que existían profesionales que se dedicaran a eso y, debo reconocer, no creía que hubiera gente que podía experimental tal miedo que le impidiese subir a un avión.
Desde entonces pasaron casi 10 años y cada tanto he consultado al especialista de marras, Claudio Pla, para nutrir información sobre el asunto, sobre el que se convirtió en referente obligado.
Habrán notado que no es especialmente histriónico, así que entenderán mi curiosidad cuando hace unos años me comentó que los talleres personales ya eran grupales y mi franca sopresa cuando, en diciembre pasado, dijo que daría una conferencia a sala llena en el Paseo La Plaza.
Bueno, ahora me cuenta que hará ¡”temporada en Mar del Plata” (el 30/1 a las 21.30 en el Teatro Bristol)! y ya perdí el últimos de los prejuciios. Claudio dice que hay más gente con miedo a volar de lo que uno imagina y un charla les puede cambiar la vida, porque sólo quien no puede vencer ese temor sabe cómo se ensancha el mundo al controlar la fobia.
¿Plumas y brillos? “No, claro que no” -se ataja, discreto, Claudio-; pero sí me han recomendado algunas estrategias para estar en el escenario sin aburrir, como hicieron con Pilar Sordo.”