No iba a hablar del fracaso de la última COP en Lima porque me parecía redundante seguir insistiendo en que nadie quiere ponerle el cascabel al gato. A pesar de los esfuerzos de los latinoamericanos para hacer trascender este encuentro e incluso fundar la Lima Climate Action lo único que hicieron, por decoro, fue patear la pelota para adelante.
No hay acuerdo entre países ricos y pobres respecto de las reducciones. Bah, más de lo mismo. Más de lo que sucedió con el Protocolo de Kyoto y de por qué nadie lo cumplió y estamos en este punto.
Yo tenía la esperanza, lejana pero esperanza al fin, de que se negociara de otro modo. Creo que se están repitiendo los modelos y los planteos que llevaron a un acuerdo global al fracaso. Nadie va a firmar, mientras el barril de petróleo sigue en caída libre, compromisos que deberían comenzar a implementar hoy.
Una de los avances conseguidos fue tal vez la conformación del Fondo Verde y el compromiso, al menos anunciado, de aportes de distintos países (Argentina sotto voce). Sin embargo, los mecanismos para su implementación siguen siendo poco claros.
En fin, por ahora, lo único que sabemos es que el próximo diciembre nos espera París.