Ayer se presentó en la Argentina el primer auto híbrido que circulará entre nosotros. En rigor ingresará al mercado en noviembre. Es que, aunque en las capitales más importantes del mundo es común ver no sólo automóviles que circulan con motor eléctrico y naftero o sólo eléctrico, por estas tierras es una novedad.
Se trata del Prius, de Toyota. Pero, cómo funciona la tecnología híbrida en un vehículo:
Hace casi un año el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner vetó una ley de presupuestos mínimos que protegía los glaciares argentinos. Como todavía no hay una nueva norma y es inminente la puesta en marcha del proyecto minero binacional Pascua Lama, que afectaría gravemente estas reservas de valor intangible, la ONG Conciencia Solidaria comenzó una campaña de recolección de firmas en el Obelisco que se prolongará toda la semana.
La idea, según explicaron los organizadores, es forzar el debate del tema en el Congreso. Por eso estarán hasta el viernes, de 10 a 18, repartiendo volantes informativos y juntando firmas para conseguir que diputados y senadores se sienten a hablar de los temas que les importan a las comunidades y a la gente.
El martes pasado empezaron a apagarse las bombitas incandescentes de 100 watts (vatios) del mercado europeo. Es que los establecimientos de la Unión Europea (UE) no podrán hacer nuevos pedidos de lamparitas de 100 watts, por lo que éstas pasarán a la historia una vez se agote el stock. La prohibición se aplicará además a las bombitas de vidrio opaco.
La iniciativa, que ya se discute en el país, ya fue aplicada en Cuba y se estudia su concreción en los Estados Unidos y en Brasil. Como ya les conté en un post anterior, un amigo mío viajó en las últimas semanas a Inglaterra y me cedió imágenes para que vean que en algunos lugares las iniciativas de ahorro energético empiezan por casa. Nada más y nada menos que el Castillo de Windsor, residencia de la Reina, utiliza las lámparas de bajo consumo. ¿No me creen? Les muestro:
Observo con preocupación que el debate sobre el uso del glifosato se va transformando en una especie de match en donde sólo se busca conseguir una supuesta verdad revelada. Ayer se conoció por los medios un estudio del Conicet que sostiene que este producto no implica riesgos para la salud humana siempre y cuando se utilice de forma responsable.
Foto INTI
¿Qué significa en forma responsable? Es más, el mismo artículo publicado en La Nacion recuerda que la polémica por el uso del herbicida comenzó cuando trasncedió un estudio realizado por Andrés Carrasco, del Laboratorio de Embriología Molecular del Conicet y cita al titular del organismo, Lino Barañao: “Comunicar la información preliminar de una investigación científica en un medio masivo es poco ético, y preocupa la aparición de un discurso que ya no es ecologista, sino que es antitecnológico y anticientífico”.
Ahora, yo me pregunto: ¿Que la máxima autoridad científica argentina dé a conocer un informe que recomienda hacer más estudios a días de que se pronuncie la Comisión Nacional de Investigación sobre Agroquímicos del Ministerio de Salud no merece las mismas calificaciones?
Tarde y con mucho tiempo para la adaptación al recambio de bolsas no biodegradables por otras más amigables con el ambiente, la Legislatura porteña aprobó la semana pasada una ley para establecer esa obligación en la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, si tenemos en cuenta que sólo el 20% de los proyectos debatidos por los legisladores tienen una incidencia en los comportamientos de los vecinos, podemos decir que somos afortunados de que por fin hayan aprobado la cuestión este año.
Para variar un poco los dirigentes porteños vuelven a establecer plazos que parecen lejanos si se tiene en cuenta por ejemplo que en la provincia de Buenos Aires la obligación comienza el mes próximo. ¿No están las mismas cadenas de super e hipermercados en Capital y en territorio bonerense? Además, otra perlita: a último momento, por presión un diputado que se quedó sin bloque durante esos días se incluyó el tema de los plazos. El proyecto original sólo pretendía estimular e impulsar políticas para el reemplazo de bolsas.
Hoy quiero compartir con ustedes unas imágenes que muestran, lamentablemente, lo lejos que estamos de algunas prácticas sustentables tan sencillas como la separación y el reciclado de envases. Mi amigo Ricardo Larrondo estuvo hace dos semanas en Londres y registró varias imágenes que comprueban que es posible; que grandes metrópolis pueden convivir amigablemente con el ambiente y que la gente hace el esfuerzo y discrimina qué y dónde se tira.
La foto fue tomada en la calle Abbey Road, en el vecindario de Kilburn, y Ricardo cuenta que es una imagen muy común en esos barrios periféricos de Londres. Allí se pueden ver no sólo contenedores para papel, latas y vidrio. ¡Hay contenedores para vidrio de distinto color!
Ustedes saben que considero muy importantes las campañas que pretenden generar una toma de conciencia en cuanto a los recursos naturales y su uso eficiente. Es por eso que me pareció interesante acercarles este material gráfico, que puede ser visto por todo el público en el Palais de Glace, que pone la mirada sobre la “Cultura del agua”, como se ha denominado la muestra.
Mañana se estrenará en el Aquarium de Mallorca la versión en español un documental que impactante sobre la depredación de los recursos naturales y la posible desaparición de los peces para 2048. “The end of the Line“ es el título de este trabajo realizado por el documentalista, Rupert Murray, que bajo el estigma de ese año crítico señalado por los científicos, muestra los efectos de la sobrepesca en los océanos, el consumo irresponsable en los restaurantes y el fin de los recursos pesqueros.
En la película, que fue filmada alrededor del mundo en un viaje que abarcó desde Gibraltar hasta Senegal y desde Alaska hasta el mercado de pescado de la ciudad de Tokio, se escuchan las opiniones de todos los involucrados en el problema: científicos, pescadores y funcionarios.
La polémica que se generó por el destino de 10 tn de pilas usadas en la ciudad de Buenos Aires me dejó varias inquietudes, que obviamente se suman a la más común de todas: ¿qué hago con las pilas agotadas?
Foto: JohnSeb – FlickrCC
La primera es que, claramente, a la mayoría de los dirigentes políticos poco les importa la calidad de vida de las personas que les toca gobernar. Así el traslado de pilas y baterías agotadas se transformó en una nueva disputa política, de esas que dejan sabor a nada. Así Córdoba rechazó el envío, Buenos Aires también. Y luego, lo peor de todo: la inconstitucionalidad del transporte interjurisdiccional de residuos peligrosos. ¿Los funcionarios no conocían todas estas reglamentaciones antes de comenzar con una campaña de recolección de residuos peligrosos?
Otra reflexión: volvió a aparecer en escena el COFEMA, ese organismo mágico que sólo se percata de las restricciones y resoluciones que firma ante una crisis. ¿Cómo puede ser que las máximas autoridades ambientales de la Argentina se den cuenta de lo que sucede cuando los ponen entre la espada y la pared? ¿No se reúnen mensualmente? ¿Sobre qué hablan, acuerdan, discuten si no es sobre los problemas más comunes que tiene la gente, como el destino de las pilas?
Sin dudas el tema de la semana es el rechazo en distintos puntos del país a las explotaciones mineras. La gota que rebasó el vaso fue una nueva pérdida en el mineraloducto de la empresa Bajo de La Alumbrera Ltd. en el paraje de Ampujaco, en los límites de Belén y Andalgalá, a unos 20 kilómetros de distancia de la planta del filtrado y a unos 300 kilómetros de Catamarca.
La falla se originó en la estación de bombeo del ducto que va desde el yacimiento de Bajo La Alumbrera a la localidad de “Cruz del Norte”, en Tucumán, según lo confirmó Pablo Reyes de la Agrupación Belén Resiste. La pérdida se produjo el lunes y recién ayer tomó estado público, por una denuncia del intendente de la Municipalidad de Belén, Daniel Ríos. En tanto que la empresa minera no dio ninguna información sobre este caso, es el cuarto que se registra en el tendido de 317 km del mineraloducto. A eso se sumó que un camión de la empresa volcó y derramó parte del gas oil que llevaba a un río del mismo distrito.