Voy a empezar este post respondiendo a una crítica de la nota anterior sobre el título. Muchos de los foristas, los amigos de siempre y muchos nuevos, critican la selección de mis palabras: Confirmado, el glifosato es cancerígeno, según la OMS. Muchos me señalan que en realidad el organismo indicó que era “posible” o “probable”. Resulta que la palabra cancerígeno ya implica una posibilidad, en rigor es una tautología hablar de probabilidad de una condición que ya es posible. Lo dice la DRAE:
Aclarado este punto, seguiré con el tema. Nunca había recibido tantos agravios y descalificaciones por una nota. Claramente los intereses que se tocan son muchos con este estudio, o al menos con la declaración, queda claro que es una compilación de informes y conclusiones anteriores y no una nueva investigación.
Para ser justa la mayoría de las descalificaciones las recibí por las redes sociales; avatares que dicen ser productores y agricultores me acusan de tratarlos de “asesinos”. Realmente sorprende leer este tipo de interpretaciones. Primero, yo nunca acusé a nadie; ni productor chico ni productor grande, ni siquiera a los fabricantes. Me limité a contar, que es de lo que se trata mi trabajo, la decisión de un organismo internacional de ubicar al glifosato en una lista en la que antes no estaba.
La respuesta de Monsanto, una de las empresas productoras de un herbicida en base al glifosato el Roundup llegó, o al menos a mi me llegó, al día siguiente, escrita por alguien muy enojado. “Estamos indignados con esta evaluación,” dijo el Dr. Robb Fraley, director de Tecnología de Monsanto. “Esta conclusión es incompatible con las décadas de continuos exámenes exhaustivos de seguridad llevados a cabo por parte de las autoridades reguladoras de líderes de todo el mundo quienes han concluido que todos los usos regulados del glifosato son seguros para la salud humana. Este resultado (del IARC) fue alcanzado por un uso “selectivo” de algunos datos y es un claro ejemplo de un programa impulsado por agendas sesgadas”.
“El Grupo Especial de Trabajo sobre Glifosato considera que la IARC debe revocar su decisión y tome en cuenta esta información antes de finalizar su monografía sobre el glifosato”, agrega el comunicado.
Luego, vuelve sobre el informe y sobre la lista 2 A en la que ha sido incluido el glifosato:” La IARC concluyó que el glifosato pertenece a la categoría 2A como probablemente cancerígeno para las personas, una categoría que incluye a profesiones tales como peluqueros y cocineros de frituras”.
Entonces digo yo, si el estudio sólo los pone en una lista junto al café y las frituras, ¿por qué piden revisión y están tan “indignados”? ¿Por qué tanta agresión hacia mi trabajo y mi persona que sólo reproduje lo que comunicó un organismo internacional? Si Monsanto ya no tiene la patente hace 10 años y los informes son viejos ¿qué es lo que cambió?
Tal vez algunas de las respuestas las pueden dar las víctimas de las fumigaciones, quienes atienden a personas expuestas a venenos y herbicidas que deberían ser esparcidos en otro lado. Medardo Ávila Vázquez, integrante de Médicos de Pueblos Fumigados, habló acerca del significado de esta resolución y sus implicancias para los movimientos socioambientales y las políticas públicas.
En relación a las categorías, el médico explicó: “En la categoría 1 es donde hay información concluyente de que producen cáncer. Allí está la radiación nuclear y otras sustancias como el asbesto, digamos, o el cigarrillo. Con la segunda categoría, la 2A -que desde ahora incluye al glifosato-, se clasifica a las sustancias sobre las que hay pruebas, por eso se dice que es probable porque la probabilidad está en función de que hay pruebas concretas de que las poblaciones expuestas al glifosato tienen más número de cáncer. Y la tercera (2B) es la que establece que hay posibilidades, porque aunque la información todavía es escasa, la disponible indica que habría un vínculo entre estas sustancias y el cáncer, entonces se dice que es posible. La última categoría, la 4, es que no hay vínculo con el cáncer”.
El PCB (bifenilo ploriclorado) es otro de los químicos clasificados en el grupo 2A, y el integrante de Médicos de Pueblos Fumigados recordó que, en su momento, “se usaba en los refrigerantes de los transformadores de energía eléctrica que hace diez años lo hemos sacado de todo el país, porque el IARC lo clasificó igual que ahora clasificó al glifosato”.
En la Argentina hay un conflicto hace un año y medio en Córdoba por la instalación de una planta en Malvinas Argentinas. “Una de las discusiones que teníamos con Monsanto era que nos decía que el IARC, que la OMS, no clasificaba al glifosato como cancerígeno. Pero ahora Monsanto lo que está haciendo es atacar a la OMS y al IARC. Realmente ahí se ve cómo los intereses económicos tratan de ponerse por encima de la información científica”, indicó el médico.
La discusión seguramente seguirá. Tal vez si sube el volumen por fin las autoridades argentinas hagan algo al respecto, o tomen alguna medida en algún sentido. Mientras tanto, y como siempre les pido, participemos de este espacio con discusiones constructivas, sin agresiones ni descalificaciones ni hacia mi ni hacia los foristas. No maten al mensajero.