Hoy voy a dedicarle mi post a la política vernácula. Aunque no debemos sorprendernos y de hecho yo lo comenté en este espacio, las celebraciones de varias ONG ante la aprobación de la ley de glaciares está a punto de caer en saco roto. Parece que el tiempo que tuvo el bloque oficialista en estas vacaciones de invierno torció algunas voluntades para que la ley, en la versión consensuada finalmente por el diputado Miguel Bonasso (Diálogo por Buenos Aires) y el senador Daniel Filmus (Frente para la Victoria) no salga tan rápidamente como se creía de la Cámara Baja.

Foto: Flickr CC pululante

Cabe recordar que todavía faltaba discutir artículo por artículo los pormenores del proyecto para que fuera ley. Por supuesto que no me sorprende. Incluso creo que estas dilaciones son funcionales a los distintos acuerdos y arreglos, especialmente de explotaciones mineras, que se  están haciendo en las provincias argentinas y en las que sólo ponen el cuerpo los ciudadanos. Sus representantes se han olvidado de que están cumpliendo una función que debe perseguir el desarrollo sustentable.

Paralelamente sucede otro dislate: expropian nada más y nada menos que un parque nacional, en San Luis. La pulseada política incluye el recuerdo de que existen pueblos originarios y de que tienen derechos. La verdad es que me parece lamentable. Y voy a tomar una frase que no me pertenece que me pareció excelente: No se trata de un loteo. Los parques nacionales son creados como áreas protegidas de la naturaleza. ¿Es necesario que una disputa electoral se traslade a Sierra de las Quijadas? Ya desde 2006 el gobierno provincial intentaba quitar estas tierras. En aquel momento el argumento no eran Los Huarpes.

Seguir leyendo →