Un informe sobre la relación entre la protección de la biodiversidad y las áreas protegidas causa polémica entre los ambientalistas. Es que la conclusión de una investigación da cuenta de que el establecimiento de áreas protegidas no está evitando la pérdida de biodiversidad que para el año 2050 puede ser catastrófica.
Tal afirmación salió publicada hoy en la en la revista científica Marine Ecology Progress Series, y sostiene que aunque existen 100.000 áreas protegidas en todo el mundo, que suman 17 millones de kilómetros cuadrados en tierra y 2 millones de kilómetros cuadrados en los océanos, la pérdida de biodiversidad se ha acelerado.
“Estamos invirtiendo una gran cantidad de recursos económicos y humanos en la creación de áreas protegidas y desafortunadamente la evidencia existente sugiere que esa no es la solución más efectiva“, afirmó en declaraciones a la agencia EFE Camilo Mora, un investigador colombiano que trabaja actualmente para la Universidad de Hawai en Manoa.
“Desafortunadamente la pérdida de biodiversidad está al mismo nivel que siempre ha estado y debido a esa aceleración de la pérdida de biodiversidad, hay una cierta emergencia para empezar a implementar la solución más efectiva al problema de la biodiversidad”, añadió Mora.
Uno de los problemas es que de esas 100.000 áreas protegidas, sólo se produce un cumplimiento estricto de las normas en el 5,8 % de las que está en tierra y un 0,08 % de las que están en los océanos. El gasto mundial en las áreas protegidas es de sólo 6.000 millones de dólares al año, cuando debería ser de 24.000 millones de dólares, por lo que muchas áreas no están financiadas de forma adecuada, dijo el estudio.
El trabajo, del que es coautor Peter Sale, director del Instituto del Agua, Medio Ambiente y Salud (Canadá) de la Universidad de las Naciones Unidas, también identificó otras cuatro limitaciones en el uso de áreas protegidas como forma para preservar la biodiversidad del planeta.
Según Mora y Sale, el crecimiento previsto de las áreas protegidas es demasiado lento. Al actual ritmo, para alcanzar el objetivo de cubrir el 30 % de los ecosistemas del mundo con áreas protegidas se necesitarían 185 años en tierra y 80 años en los océanos.