Aunque la Ecología y las noticias policiales no siempre van de la mano, en esta ocasión me pareció oportuno reproducir un artículo que escribió el periodista Gabriel Di Nicola acerca de un fallo de contrabando de fauna, un delito frecuente pero que poco se difunde. Y, en este caso, vale la interpretación judicial.
“La naturaleza no tiene precio. Es más, tiene un valor intrínseco que es preciso proteger“. Así lo sostuvo el juez penal económico Marcelo Aguinsky en una resolución donde procesó por intento de contrabando a un ciudadano checo que quiso salir del aeropuerto internacional de Ezeiza con 247 animales silvestres y exóticos ocultos en una valija.
Foto: Flickr CC Justin Ornellas
El magistrado, además, trabó un embargo sobre los bienes del acusado, Karel Abelovsky, hasta alcanzar la suma de $ 340.000. Así lo informaron a La Nación fuentes judiciales. Abelovsky había llegado a la Argentina el 2 de este mes. Cinco días después fue al aeropuerto internacional de Ezeiza para subirse a un avión de Iberia que lo iba a llevar a Praga, en República Checa, previa escala en Madrid.
Pero cuando su equipaje pasó por el escáner, los detectives de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) observaron “la presencia de formas irregulares sin poder precisar de que elemento se trataba”. Cuando abrieron la valija, descubrieron los animales. Eran reptiles y moluscos vivos, entre los cuales había víboras venenosas.