Ser o no ser minero. La escalada de protestas que comenzó en Famatina, en La Rioja, no deja de expandirse. Eso sí, logró poner a la minería en la agenda. Todos se reúnen: las provincias mineras, los obispos, las mineras, los ambientalistas. Todos.
Ayer, en una explicación que dejó más dudas que otra cosa, Catamarca fijó su posición. “Es responsable que nos demos el debate que nos merecemos todos los catamarqueños”, opinó Corpacci. En la única referencia sobre las actuales protestas, sostuvo que “es fácil decirle no a la minería cuando alguien llega a un avión, se da la vuelta y después vuelve”.
En la conferencia no se permitió que los periodistas presentes realicen preguntas. Sin embargo, Corpacci admitió que parte de las millonarias ganancias que deja la actividad no se invirtieron en la provincia, pero endilgó las responsabilidades a la anterior gestión. “No somos responsables de lo que no se hizo”, dijo. También dejó una polémica: sostuvo que no se usa cianuro, pero la desmintieron los ambientalistas.
En tanto San Luis se diferenció: la ministra de Medio Ambiente , Daiana Hissa, fijó la postura del gobierno puntano: “En San Luis la mega minería está prohibida” e informó sobre la clausura de cinco minas de oro, por no contar con los estudios de impacto ambiental.