En la causa que investiga el crimen de Solange Grabenheimer, una de las pruebas claves es la hora en que se cometió el homicidio. Sin embargo, esa prueba se contaminó y los peritos no logran ponerse de acuerdo.
Para entender de qué se trata esa evidencia tan importante, la doctora Nora Sotelo* nos explica qué es y cómo se establece el intervalo post mortal (IPM).
“No obstante el avance de la ciencia y de la tecnología, hoy día uno de los mayores retos que afronta el médico legista sigue siendo el de establecer la data de la muerte, también denominada como intervalo postmortal. Sabemos que para las ciencias biológicas, la muerte constituye un proceso que involucra cambios físico – químicos que comienzan inmediatamente después de producida y progresan en el tiempo, de manera relativamente ordenada hasta la desintegración del cadáver. Múltiples factores influyen en cada uno de los cambios físico – químicos que se producen en el cuerpo, siendo éstos de carácter endógeno, lo que quiere decir que están determinados por las características individuales del sujeto; otros responden a cuestiones exógenas o ambientales que no resulta sencillo predecir. Existe un axioma en la investigación criminal refiriendo que “el tiempo que pasa es la verdad que huye”, en consecuencia, cuanto mayor sea el tiempo transcurrido desde la muerte, menos preciso será el cálculo para determinar su data.







