Timoteo, un amor en venta

Es un Ovejero Belga, macho, de casi 4 años. Fuimos a pasear a San Pedro y, mientras
estábamos almorzando en una parrilla, una chica pasó por la vereda llevando en sus
brazos a un cachorro negro, me pareció que lo estaba vendiendo y me levanté rápidamente
a verlo.
Me enamoré enseguida de este ejemplar, volví a la mesa y sin importarme la comida,
le dije a mi esposo, lo venden y hay una hembra también. Corrí los contemplé un buen rato, y así fue nos quedamos con TIMOTEO.

El rey del barrio

El se llama Omero, tiene 8 años, vive en los barrios más salvajes de La Plata, y pasa sus días brincando los paredones, visitando vecinos, comiendo y durmiendo adentro de los placares.

Es un gato nacido de mamá siamesa y gato negro, en Villa Castells.
La habilidad que lo caracteriza es abrir puertas saltando y agarrando con sus manos el picaporte hasta abrirla. Convive con Lola, pastora inglesa, cuya relación sufre altibajos durante el año.
Demás está decir que es el rey de la casa y del barrio, y todos lo quieren mucho”, nos cuenta la familia Bajcic.

Un poco de humor

Demasiado cansancio…

“Esta es Elis (flia Erskis) y les dice algo en lenguaje canino:
“Ay Ay Ay… tanto trabajo, que la gripe A, que el frio, el calor, el subte apretado…
Yo mejor me tiro un ratito. Dejé mis juguetitos por ahí. Hasta luego. Besos.”


 
Espero les guste la foto de mi perra.
Saludos,
 
Gerardo Erskis.

Bolita, un amigo

Los tres amores de Isabel

Una labradora en Azul

“Hola gente, esta es mi perra Greta, un labrador de 5 meses. Como se imaginarán, agarra todo lo que tiene al alcance, mis zapatos, rollos de cocina, los cables de la compu, en fin, una divina jaja.

Es super cariñosa, pero si no tienen espacio, no les aconsejo un labrador como mascota. La queremos muchísimo a pesar de todo, es que es tontona y bruta pero de la manera más inocente y eso nos puede”, dice Marcela Larregui, de Azul, Bs.As.

Yaco no discrimina

“Hola. La historia es la siguiente:
Yaco, el labrado de mi nieta Mila, vivió siempre con ella en un departamento y eran muy compinches y amigos.
Cuando Yaco empezó a tener problemas en las caderas, lo mudamos al campo con nosotros, Pepe Y Pepa. Ahora, en su nuevo habitat, se hizo íntimo amigo de la familia gatuna, con quienes duerme apacibles siestas bajo el sol del otoño”, dice Alberto Wolter.

Homenaje II

“Floro era mi amado perro salchicha con quien viví 17 años. Murió de viejo y lo extrañé y lloré mucho, pero pensamos que “un perro nos ataba” y que era mejor no tener más.
El día de nuestro aniversario el GENIO de mi marido no tuvo mejor idea que regalarme a CARTUCHO, otro salchicha de 3 meses que nos ha devuelto la alegría y nos tiene locos de amor. Ahora estamos nuevamente “atados pero encantados”. Con cadenas asi, no añoramos la libertad. Acá van las fotos de los dos”, dice Cris Goldstein.

Homenaje I

“Hola. Mi nombre es Fernanda y quería hacerle una especie de homenaje a mi gato Néstor, o Sr. Hotchimin, su apodo al cual respondía a la perfección. Era un siamés Blue Point, por su pelaje gris azulado, a la luz del sol parecía platinado.
 
El pasado 8/06 falleció dejando en mí un vacío, que de a poco estoy aprendiendo a llenar con los momentos vividos.
Néstor fue bautizado así por poseer un rasgo característico de un ex-presidente, y por haber nacido en el año que el mismo asumió.
 
A la mañana nos levantabamos juntos y nos estirábamos, y mientras yo me hacía el cáfé con leche él se disponía a degustar su alimento balanceado.
 
Después yo me iba a trabajar y a estudiar, y cuando volvía a las 12 de la noche, me venía a recibir y mientras yo cenaba, él se sentaba al lado mío, para que no comiera sola. Lo curioso es que mientras me bañaba, me esperaba del otro lado de la puerta del baño hasta que salga, y ya terminado el día nos acostábamos acurrucados.
 
Es raro llegar tarde a la noche y que no estés; es raro levantarme y que no estés conmigo; o irme a dormir y el lugarcito que ocupabas está vacío. Como será que se te extraña que tus hermanitos, Vicente, Celeste y Ramona te buscaron por días, y hasta se escaparon a otros pisos del edificio para saber si sólo te habías perdido.
 
Definitivamente, te acurrucaste en mi corazón, eso nadie nos lo puede quitar. Me hubiera gustado tenerte conmigo más tiempo, pero el tiempo que estubimos juntos fue el suficiente para que los dos sepamos que eramos importantes para el otro.
 
Me quedo con tu ojito torcido, con los guantes que me robabas para jugar, con tu manía de dormir encima de la notebook, y con tu compañía incondicional, porque definitivamente, estás en mí.
 
 Les adjunto una foto, en una está a pleno con su ojo casi metido, y en otra está con una de sus hermanitas, Celeste, con quien acostumbraba a tomar sus siestas, la mayoría de las veces abrazados como en esta foto.
 
Gracias por el espacio y gracias por el simple hecho de poder enviarles este e-mail. Besos”.