Mi homenaje para Meme es animar a aquellas personas que duden en adoptar una mascota a que lo hagan.
Meme fue una de ellas, transmisora de amor, energía y permanente enganche con la vida. Nos dio todo y fuimos realmente felices con ella, divertida y ocurrente, mitigó dificultades y ausencias.
Ojalá esta carta ayude ala adopción. Meme, reina de nuertros corazones, gracias.
Tendría mil cosas más para contarles de ella y de cómo llegó a nuestra vida. Su mamá llego aterrorizada, sabe Dios de qué cosas vividas y durante tres días, con ojitos de terror, no salió de un pocito cavado por ella en la vereda de nuesta casa, en Palomar.
Se integro a nuestra familia perruna, tuvo su cria y fue la perra mas feliz hasta que partió, con quince años, el año pasado.
Meme fue una de esas crías. Nuestra familia perruna era de cinco integrantes, todos adoptados de grandes y sacados de la condición más triste que es el abandono. Nos queda solamente Negrita, oriunda de Morón, con un pasado muy triste, pero con casi siete años con nosotros. Todo con ellos fue amor y alegría.
Desearía poder transmitir todo lo vivido con y por ellos para que la gente buena adopte y dé un hogar a las mascotas abandonadas.
Decía San Juan Bosco: “Nunca será infeliz un niño que tenga por compañero un perro. Aprendera de él nociones de lealtad, amor y fidelidad, que luego le costara encontrar entre los seres humanos”.
Mil gacias por la tarea que hacen. Felicitaciones”, dice Silvia Graciela Pieroni Orefice.